¡Adiós, ventura de un día!
¡Adiós, delicia soñada,
donde he mirado estampada
toda la esperanza mía!
¡Ya nunca más te veré,
que el rudo penar que siento
me irá consumiendo lento,
y de dolor moriré!
¡Adiós, hermosa ribera
donde mi esperanza dejo
ya para siempre me alejo
de tu orilla placentera.
Mas si viniendo él aquí
oyeras su dulce canto,
contéstale, dile cuánto,
¡Adiós, delicia soñada,
donde he mirado estampada
toda la esperanza mía!
¡Ya nunca más te veré,
que el rudo penar que siento
me irá consumiendo lento,
y de dolor moriré!
¡Adiós, hermosa ribera
donde mi esperanza dejo
ya para siempre me alejo
de tu orilla placentera.
Mas si viniendo él aquí
oyeras su dulce canto,
contéstale, dile cuánto,
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