Velha História
Era uma vez um homem que estava pescando, Maria. Até que apanhou um peixinho! Mas o peixinho era tão pequenininho e inocente, e tinha um azulado tão indescritível nas escamas, que o homem ficou com pena. E retirou cuidadosamente o anzol e pincelou com iodo a garganta do coitadinho. Depois guardou-o no bolso traseiro das calças, para que o animalzinho sarasse no quente. E desde então ficaram inseparáveis. Aonde o homem ia, o peixinho o acompanhava, a trote, que nem um cachorrinho. Pelas calçadas. Pelos elevadores. Pelos cafés. Como era tocante vê-los no 17! -o homem, grave, de preto, com uma das mãos segurando a xícara de fumegante moca, com a outra lendo o jornal, com a outra fumando, com a outra cuidando o peixinho, enquanto este, silencioso e levemente melancólico, tomava laranjada por um canudinho especial...
Ora, um dia o homem e o peixinho passeavam à margem do rio onde o segundo dos dois fora pescado. E eis que os olhos do primeiro se encheram de lágrimas. E disse o homem ao peixinho:
“Não, não me assiste o direito de te guardar comigo. Por que roubar-te por mais tempo ao carinho do teu pai, da tua mãe, dos teus irmãozinhos, da tua tia solteira? Não, não e não! Volta para o seio da tua família. E viva eu cá na terra sempre triste!”
Dito isto, verteu copioso pranto e, desviando o rosto, atirou o peixinho n'água. E a água fez um redemoinho, que foi depois serenando, serenando... até que o peixinho morreu afogado...
**********************
VIEJA HISTORIA
de Mario Quintana (Brasil, 1906-1994)
Era una vez un hombre que estaba pescando, María. ¡Hasta que agarró un pececillo! Pero el pececillo era tan pequeñito e inocente, y tenía un azulado tan indescriptible en las escamas, que al hombre le dio pena. Y le sacó cuidadosamente el anzuelo y untó con yodo la garganta del pobrecillo. Después, lo guardó en el bolsillo trasero de los pantalones para que el animalito se curase en lo caliente. Y desde entonces se hicieron inseparables. A donde iba el hombre, el pececillo le acompañaba, al trote, como un perrillo. Por las calles. En los ascensores. En los cafés. ¡Qué emocionante era verlos en el "17"!: el hombre grave, de negro, con una de las manos sosteniendo la jícara de humeante moka, con la otra leyendo el periódico, con la otra fumando, con la otra cuidando al pececito, mientras este, silencioso y levemente melancólico, sorbía naranjada por una pajita especial...
Bueno, pues un día, el hombre y el pececito se paseaban a lo largo del río donde el segundo de los dos había sido pescado. Y he aquí que los ojos del primero se llenaron de lágrimas. Y dijo el hombre al pececito:
"No, no me asiste el derecho de guardarte conmigo. ¿Por qué robarte por más tiempo al cariño de tu padre, de tu madre, de tus hermanitos, de tu tía soltera? ¡No, no y no! Regresa al seno de tu familia. ¡Y viva yo aquí en tierra siempre triste!..."
Dicho esto, derramó abundante llanto y, desviando el rostro, tiró el pececito al agua. Y el agua formó un remolino, que fue después serenándose, serenándose..., hasta que el pececito murió ahogado...
Mario Quintana, incluido en Antología de la poesía brasileña. Desde el Romanticismo a la generación del cuarenta y cinco (Editorial Seix Barral, Barcelona, 1973, trad. de Ángel Crespo).
_________________
Hoy a las 8:07 por Pedro Casas Serra
» POESÍA INUI (Esquimal) // OTROS PUEBLOAS NATIVOS
Hoy a las 6:21 por Pascual Lopez Sanchez
» ANTOLOGÍA DE GRANDES POETAS HISPANOAMÉRICANAS
Hoy a las 4:24 por Lluvia Abril
» POESÍA SOCIAL XIX
Hoy a las 4:16 por Lluvia Abril
» ELVIO ROMERO (1926-2004)
Hoy a las 4:12 por Lluvia Abril
» POESÍA DE REPÚBLICA ÁRABE SAHARAUI
Hoy a las 4:05 por Pascual Lopez Sanchez
» CECILIA MEIRELES
Ayer a las 23:41 por Maria Lua
» MARIO QUINTANA ( Brasil: 30/07/1906 -05/05/1994)
Ayer a las 23:38 por Maria Lua
» Rabindranath Tagore (1861-1941)
Ayer a las 22:59 por Maria Lua
» VINICIUS DE MORAES
Ayer a las 22:56 por Maria Lua