MARTA LEONOR GONZÁLEZ
3) COMENTARIO SOBRE UN LIBRO
Palomas equilibristas
Marta Leonor González
Edicion bilingüe
Traducción al francés por Any Collin
MEET
Páginas 69
2012
El misterio, y un asombro, no desprovisto de cierto miedo, rodea a esta ciudad poética de Marta Leonor González, que es su libro, "Palomas equilibristas", (Colombes equilibristes), en la certera y exiosa traduccion de Any Collin. Ya desde el primer poema "La rambla", Marta Leonor nos lleva por esa ciudad que nos va sorprendiendo a cada momento, una ciudad que se contruye con el sueño,la imaginación, y la realidad. Una ciudad que se toca y se siente, que se ve con los ojos pero que al mismo tiempo desaparece de pronto para dejarnos en medio de calles, de plazas, de muros, que nos atemorizan y nos atraen, y nos rechazan. Nos niegan.
En la ciudad el saltimbanquI,
el reno sobre el pesdestal
la mano cortada en el botellón de cloroformo,
ahí, los trillizos que duermen, Maria, Ines, Eduardo
Esta descripción, es un monumento en una ciudad que existe, en la realidad de nuestro tiempo, o en la realidad de otro tiempo, o es una ciudad creada por la imaginación de Marta Leonor. En este poemario se nos habla de "llaves". Llaves que pueden abrir o cerrar esa ciudad enigma, llaves que pueden hacer el milagro de hacernos entrar a través de las puertas, o por el contrario, dejarnos encerrados, para siempre, en el misterio que es este libro de Marta Leonor. Leamos algunas palabras de este poema, palabras-claves, llaves, que vamos a ir encontrando en el resto del poemario, y que pueden ayudarnos a contemplar con más claridad, el misterio que nos acecha a cada vuelta de página, en cada poema que nos asalta: ciudad enigma, ámbar violeta, las parejas de amantes, el sueño, pájaros, y una palabra o visión, visión-realidad, que no se menciona en este poema pero que más tarde vamos a encontrar en diferentes pasajes y paisajes: el ángel.
Un ángel negro se posa en mi puerta
(El ángel negro la visita)
Debo elegir sobre las semillas que plantará mi ángel
(La cubre con sus alas y la espía)
Llama a su ángel, el regresa, pasa el puño y el rocío
(La caricia)
Poemas que son estampas o postales de una ciudad en la cual el extranjero, el lector insaciable, se ha adentrado, en ese poema-postal-estampa, muy medieval y muy moderna, para encontrarse de repente dentro de un tiempo que lo envuelve y lo mira con miles de rostros: eternidad, fugacidad. En medio de todas estas divergencias y convergencias, encontramos un erotismo sosegado, apaciguado ya,pero que a veces vive, y revive nuestro propio erotismo:
dos mujeres. Una baña a la otra.
El jabón se desliza como escurridizo pez que huye,
y una lo atrapa con la boca, la otra es
maraña de cuerpo sobre el agua.
(El ángel negro la visita)
Ya no duermes cuando un coro de vaginas parlantes
estrepitosas te claman como un palacio gótico en llamas
(Dos palabras en una siesta)
la dueña del potro, la que cabalga desnuda
(La señorita)
Que al centro entre mis piernas le nacen lirios
(La cubre con sus alas y la espía)
Imágenes que se multiplican, onirismo y realismo. Sueño, insomnio, cloroformo, siesta, palabras que se identifican con la irrealidad de la realidad.
La ciudad se cierne amenazadora sobre ese lector o lectora que cruza sus puertas y su calles sus plazas:
Vi emerger de la ciudad tirada por caballos
atlantes solitarios, azorados por el peso de los muros
(El rastro de los tulipanes)
Ni camines de espaldas
ante la ciudad que has incendiado
(Sin violines para morbosos)
Olores delatan el cuadro
la muerte dueña de la ciudad
(La ciudad que duerme)
La ciudad-poema-imagínaria-real-fantasmagórica, de Marta Leonor González, quienes pueblan estas calles llenas de laberintos, quienes cruzan sus plazas, sus puentes.
El angel, los amantes, la mujer que no se puede tocar, porque al tocarla, peligras perderte, el hombre que no puedes tocar, porque su contacto te crea monstruos:
Vigilia singular de amantes sobre el lecho claro
de los días
(El ángel negro la visita)
Las parejas tantean una luna más eterna
ese sueño que no los castigue
(La rambla)
El día urge, los amantes se besan por las avenidas
(Pasadizo invernal)
A los amantes cobardes
(La noche es un perro)
Ciudad fantasma, fantasmal, veamos esta descripción que nos viene de las pinturas negras de Goya:
Sordos histéricos se comen unos a otros
(Pasadizo invernal)
Ciudad terrestre, ominosa, y ciudad maritima donde el navegante muere desolado:
Esa puerta que cierras en el fondo del mar
a la que sólo puedes hundirle llaves perdidas
(El tiburón que merodea los cielos)
Marta Leonor nos da llaves, claves, faros, que nos ayudan a interpretar estos sueños, estas alegorías y espejismos. El bestiario que corre por esta ciudad nos conduce a una posible salida, para llevarnos luego a callejones, a muros. Cada animal que se menciona tiene su propio simbolismo, y el lector y la lectora lo puede leer de mil maneras, referencias eróticas de los animales, referencias temporales o atemporales, referencias a leyendas y mitos: el reno, pájaros, mariposas, pelícanos,caballos, jirafas, leones, arañas, mandriles Simbolismo sagrado y profano.Y siempre la gente mirando hacia el otro lado del río, hacia el otro lado de la ciudad.
Y no tan sólo esa enumeción y descripción de animales, sino que el hombre y la mujer sufren una metamorfosis:
Donde creíste encontrar a tu madre con cabeza de pez
(Sin violines para morbosos)
Una mujer con cabeza de jaula
(Beso)
Y esta ciudad de Marta Leonor es un mundo olfativo, y ya sabemos el simbolismo que llevan las frutas, las flores, frutas y flores que no tan solo llenan el poema con el sonido de la palabra, la palabra llenando un espacio, sino que el color y el olor vienen a formar parte de esa ciudad irreal, imaginaria o real: naranjas,lírios,gladiolos, claveles, limones, poblando las calles y plazas con su color y su olor. Con el simbolismo que hace de la ciudad una suma de vidas y vivencias.
La imaginación de Marta Leonor está llena de una multitud de imágenes y mundos que invaden la imaginación del lector, o lectora, y lo lanzan a esta ciudad,lo destierran del paraíso, el ángel con la espada de fuego, para sumergirlo en este maelstrom del que sólo puede salrvarlo: el despertar.
Horacio Peña
Managua, Nicaragua 1936. Poeta, escritor y catedrático de The Huston-Tillotson College and the Seminary of the Southwest de Austin, Texas. Es considerado el poeta –Nicaragüense, Estadounidense- vivo más importante. Premio Internacional Rubén Darío de poesía 1967. Miembro de La Academia Nicaragüense de la Lengua.
Material enviado a Aurora Boreal
por Horacio Peña. Publicado en Aurora Boreal
con autorización de Horacio Peña. Foto Horacio Peña
Horacio Peña. Foto Marta Leonor González
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