Euclides Da Cunha (1866-1909)
El coraje de un testigo
Publicado a principios de siglo, el libro Los sertones, de Euclides Da Cunha, es una especie de monumento profético y genial de la cultura latinoamericana. En él un intelectual con ideas preconcebidas cambia por entero cuando enfrenta la realidad de una rebelión de miserables en Canudos (estado de Bahía) conducidos por un líder mesiánico, Antonio Consejero. La influencia de Los sertones llega a la obra de Guimaraes Rosa, al cinema novo (en especial Glauber Rocha) y a Mario Vargas Llosa, que narró la misma contienda en La guerra del fin del mundo. Esta investigación se basa en un ensayo inédito, más extenso, del profesor Roberto Paría, de la Universidad de San Pablo.
"El libro, por tantos títulos notable, del señor Euclides da Cunha, es al mismo tiempo el libro de un hombre de ciencia, un geógrafo, un geólogo, un etnógrafo; de un hombre de pensamiento, un filósofo, un sociólogo, un historiador; y de un hombre de sentimiento, un poeta, un novelista, un artista, que sabe ver y describir, que vibra y siente tanto frente a los aspectos de la naturaleza como frente al contacto con el hombre, y se estremece tocado hasta el fondo del alma, conmovido hasta las lágrimas frente al dolor humano, venga él de las condiciones fatales del mundo físico, las "sequías" que desolan los sertones del norte brasileño, venga de la estupidez o maldad de los hombres, como la campaña de Canudos".
Con estas palabras, José Verissimo inició el artículo con el cual saludó, en el Correio da Manha del 3 de diciembre de 1902, la aparición de Los Sertones. El entusiasmo del crítico, uno de los más sensibles e inteligentes que tuvo el Brasil, prefiguró el éxito fulminante del libro: en dos meses la primera edición, de mil ejemplares, financiada por el propio autor, estaba agotada. En la prensa los juicios críticos se multiplicaron de tal manera que la editora Laemmert se apresuró a reunirlos en un volumen de cien páginas.
Euclides, a los 36 años, era un escritor consagrado. Una obra fundadora como Los Sertones estaba, en efecto, como destinada a la celebridad. Primero, por la instigante clasificación genérica de la obra, que pasa por el ensayo geográfico y antropológico antes de abordar la Guerra de Canudos.
Los Sertones es la propia historia de un discurso que se va como preparando para la narración, que discurre sobre la tierra y el hombre nordestinos, munido por la ideología de su época, y que poco a poco se asume como narración, una narración solidaria con el pueblo que será exterminado.
No sorprende, entonces, que la obra haya proyectado a su autor en el medio intelectual de la época, que le haya abierto las puertas de la Academia Brasileña de Letras, y más que todo esto, que nunca más haya dejado de ser leída en las más de cuarenta ediciones que se sucedieron en lengua portuguesa, y en las traducciones a todas las lenguas modernas.
UN NIÑO TRISTE. Este libro, escrito en estilo elevado, con una precisión de lenguaje que impresiona, tiene raíces hondas en la biografía del escritor. Es preciso seguirlo de cerca en su trayectoria de niño del interior, de adolescente apasionado por la poesía y por las ciencias positivas, de militar republicano, de ingeniero interesado en los aspectos más variados de la geografía brasileña, y finalmente, de periodista que fue corresponsal de guerra en Canudos, en el serrón bahiano. Después se podrá comprender mejor por qué dividió Los Sertones en tres partes —La Tierra; El Hombre; La Lucha— e imprimió en sus páginas un amargo sabor de denuncia, historiando la campaña de Canudos como una bárbara masacre, un crimen contra "el cierne de la nacionalidad brasileña".
Euclides nació el 20 de enero de 1866, en una pequeña hacienda del municipio de Cantagalo, en la entonces Provincia de Río de Janeiro. Huérfano de madre a los tres años, vivió hasta los doce en compañía de sus tíos en ciudades de las montañas del interior de Río y del valle del río Paraíba. Sus biógrafos lo describen como un niño triste, reacio a fiestas pero amigo de la naturaleza, característica que será permanente en su personalidad. Ya adulto, en varias ocasiones, principalmente en cartas a amigos, recordará los paisajes acogedores y exuberantes de Teresópolis, Nova Friburgo, Sao Fidélis, que permanecieron para siempre grabados en su memoria.
En 1879, Euclides se muda para Río de Janeiro, después de haber pasado algún tiempo con sus abuelos paternos en Salvador, Bahía. Adolescente, escribe poemas que dejan traslucir sus preferencias literarias (Víctor Hugo, Gonçalves Dias, Musset) y sus primeras preocupaciones filosóficas y sociales. En esta época, influyó decisivamente en su formación intelectual el profesor brasileño Benjamín Constant, discípulo de Augusto Comte y ardiente republicano, en sus clases del Colegio Aquino,enl883 y 1884.
Como la mayoría de los jóvenes de su generación, oriundos de la clase media, Euclides sufrió el impacto de lo que Silvio Romero definió como "un bando de ideas nuevas". Se refiere a las teorías cientificistas, al positivismo, al anticlericalismo, a la lucha por la abolición de la esclavitud (que en Brasil sólo acabaría en 1888, poco antes del fin del Imperio y consiguiente proclamación de la República, en 1889), al liberalismo, al naturalismo literario, en fin, a las nuevas maneras de ver e interpretar el mundo que sedujeron a la juventud ilustrada de las décadas de 1870 y 1880.
continuará
https://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/da_cunha/bio.htm
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