Charneca en Flor (Florbela Espanca)
Título: Charneca en Flor (Antologia esencial) Autora: Florbela Espanca Estilo: Poesía Presentación: L. Alfonso Limpo Editora: Regional Extremadura
Turista incorregible, callejeo por las tortuosas ruas de Lisboa a pleno Sol, intentando localizar “la librería Bertrand”. Por fin doblando la esquina de la rua Garret, una fachada de azulejos azules y blancos anuncia “A livraria máis antigua do mundo”. Accedo, aspirando el olor a madera antigua, historias de conspiradores, revolucionarios y tertulias de intelectuales.
Rebusco entre las estanterías un libro sin definir… últimamente al entrar en una librería espero que los libros me encuentren a mí, suele suceder que efectivamente me encuentran. En esta ocasión la fotografía de una mujer joven, sofisticada, de mirada atormentada, llama mi atención desde un expositor, es Florbela, una desconocida que me invita a leer sus poemas. Se presenta con una dedicatoria de Fernando Pessoa: “Alma innovadora. Irma gémea da minha”
El poemario en portugués bajo el título “Sonetos” me condujo a su antología esencial “Charneca en Flor” traducida al castellano, ojeándolo al azar leo:
Deja que te recite mis versos al oído.
Versos de mármol
tallados expresamente para ti.
Colgada de sus versos me perdí por el laberinto del Chiado hasta llegar al intrincado mosaico de callejuelas empinadas que forman el barrio de Alfama. Desde la entrada de un restaurante espectáculo escuché cantar uno de sus poemas transformados en Fado “Se tu viesses ver-me”. Traspasé la puerta sin pensarlo, rendida a la voz aterciopela, melancólica, de la cantante, a su interpretación trágica, acompañada por el llanto de la guitarra portuguesa… sin duda Florbela tenía alma de fadista, a pesar de confesar que no le gustaban los tipismos portugueses ¡Una más de sus contradicciones!
Mª Jesús Mandianes
Análisis: Charneca es una metáfora: Tierra florecida, vestida de novia, pero tierra estéril que no puede dar frutos. Un símbolo de su maternidad frustrada, un paisaje que refleja su propio estado de ánimo, siempre atormentado.
“Charneca en Flor” es sobre todo el título de su obra maestra, obra que no encontraba editor, a pesar de que según decía, “era de todos sus poemarios el mejor”. Y es el epígrafe que se le ha querido dar a su “antología esencial” que recoge ochenta de sus sonetos en edición bilingüe (castellano y portugués)
Admiradora de Ruben Dario, Baudelaire y los simbolistas franceses, su poesía es claramente romántica, apegada a emociones y sentimientos, con un punto narcisista. Siempre teñida de esa melancolía enfermiza que le impidió ser feliz. Es un reflejo de ella misma, testimonio de un espíritu inquieto, de la entrega apasionada (amor y desamor) y de la búsqueda de la muerte como la liberación del dolor.
Nota predominante de sus versos es un erotismo y una sensualidad sin precedentes en la poesía portuguesa, intentando romper con los tabúes que aprisionaban la imagen de la mujer. En su momento fue piedra de escándalo de los sectores más conservadores de su país, hasta que la bandera feminista la recupero tras la Revolución de los Claveles.
Apenas leída en vida, su editor logró que triunfara después de muerta. Mostrando una absoluta falta de ética, no dudó en explotar el mito romántico de la “poeta maldita”, acrecentado por la exposición morbosa de su agitada vida sentimental y sobre todo del suicidio.
La antología se divide en ocho apartados titulados:
I Ser poeta: Era su identidad, la única certeza no sujeta a duda. Los poemas eran el alivio de un espíritu atormentado.
Sueño que un verso mío
Podría iluminar el mundo, ser el bálsamo
De los que enferman de nostalgia, alivio
de los de alma profunda, insatisfecha. (Vanidad)
II Eu (Yo): Veo en sus versos la exposición de los síntomas de un desequilibrio emocional. Tal vez un grito de auxilio. Un intento de desenmarañar su complicada personalidad.
Y es que siempre fui así, como el Mar Muerto.
Mar sin mareas, sin olas y sin puerto,
Donde velas de sueños se rompieron. (Carabela)
– III Os deuses mortos (Los dioses muertos): Ella que no creía en nada, sentía que Dios era el Universo entero. La naturaleza y ella misma formaban parte de la divinidad.
Sobre la tierra, , boca abajo, pienso
Meditando en mi ardiente panteismo
Con mis cinco sentidos concentrados
En todo lo que brilla en este mundo,
Que mi alma es el tumulo profundo
Donde duermen, sonriendo, dioses muertos. (Panteísmo)
– IV Gritos de amor: Entregada sin condiciones al amante se muestra sumisa hasta perder la dignidad, extremada en todo, parece cegada por la pasión.
Puedes amar, incluso, otras mujeres.
Yo les escribiré bellas palabras
Lindos versos, para que luego tú
Se los recites en las noches lánguidas… (Crucificada)
– V Hora divina: Pletórica de sensualidad y erotismo sus versos son una liberación personal que rompen con la castidad que se le exigía a la mujer.
Amor mío, mi amante, mi amigo:
Coge la hora divina que huye
Y entra dentro de mí para bebértela
Soy una niña. Me siento alegre y fuerte. (Paseo por el campo)
– VI Fumo leve que fuge (Humo leve que huye): Pero el desamor vuelve siempre y trae el desconsuelo reflejado en versos dolientes.
Los días son como lágrimas de otoño.
Hay crisantemos mustios
Y dolientes murmullos de secretos. (Humo)
– VII Eu ñao sou de ninguén (Yo no soy de nadie): Recuperado el orgullo acaba proclamando lo que hasta entonces solo era permitido a los hombres: Buscar un nuevo amor.
Y ese amor que de mí se va así huyendo
Es igual a otro amor que va surgiendo
Y se irá también, yo no sé cuándo… (Inconstancia)
– VIII Deixai entrar a morte (Dejar entrar la muerte): Cuando el dolor por “tantas perdidas” se hace insoportable, el espíritu atormentado de Florbela solo encuentra descanso en la muerte.
¡Quién sabe si esta ansia de eternidad
Tropezando en las sombras no será la verdad,
la mano de Dios mismo que me acuna!
Trazos de vida:
Flor Bela de Alma da Conceição (Vila Viçosa; 8 diciembre 1894 – Matosinhos 8 diciembre 1930, Portugal), su breve vida estuvo marcada por un conjunto de circunstancias personales determinantes:
– El trauma de su origen ilegitimo.
– Su carácter sensible y romántico.
– Inestabilidad emocional, con tendencias depresivas.
– Sus continuos fracasos sentimentales y su imposibilidad de ser madre.
En 1903 escribió el primer poema, A Vida e a Morte. Se casó por primera vez en 1913. Concluyó un curso de Letras en 1917, inscribiéndose después en Derecho, (carrera que no concluyó), siendo la primera mujer en hacerlo en la Universidad de Lisboa.
En 1919, publica el Livro de Mágoas. En esa época comienza a presentar síntomas serios de desequilibrio mental. En 1921 se separa, casándose por segunda vez un año después, afrontando las críticas y el vacío social y familiar.
El libro Sóror Saudade es publicado en 1923, poco después su marido pide el divorcio. En 1925 se casa por tercera vez. La muerte de su adorado hermano Apeles (en un accidente de aviación) la afecta gravemente y la inspira para escribir As Máscaras do Destino.
La obra de Florbela es la expresión poética de “un caso humano sin diagnosticar”. Pasaba de los estados de depresión a la euforia, de la apatía a la exaltación, buscando incansable el amor, la felicidad en “el otro”, que no tardaba en producirle decepción y sufrimiento. Transformaba sus estados de ánimo en poesías, modelando las palabras para adecuarlas a la intensidad de sus sentimientos. Tanta emotividad, tanta necesidad de amar y ser amada acaba definitivamente con su frágil equilibrio mental buscando en el suicidio la paz (Deixai que entre a morte)
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