POESÍA SOCIAL XII (En la primera página de Poesía Social I hay un índice de autores)

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

LAS CUATRO ESTACIONES

TERCERA : LA ECUACIÓN DE LA VIDA

NANA A MI HIJA EN LA INCUBADORA

Fundió antes tu plomo
que los naranjos
y que la luna llena
blanqueara el barro.

A la nanita nana
tendrá mi nena
¡luz y naranjas!

Se encendió la amapola
antes que el trino
granara, antes
que anidara el trigo.

¡A la nanita nana
tendrá mi nena
pan en el alma!

Antes que en nuestra era
abriera el grano,
tu pelo fue harina
en nuestro carro.

A la nanita nana
tendrá mi nena
espiga y palma.

Antes que la guitarra
reverdeciera...
y Dios sembrara lirios
entre sus cuerdas.

A la nanita nana
tendrá mi nena,
lila y guitarra.

Antes que el mar y el tiempo
quedaran llenos
de huellas y de hilos
y de vencejos.

A la nanita nana
tendrá mi nena
palomas blanca.

Besos aún sin lluvia
y sin faroles,
regados con silencios
de treinta noches.

¡A la nanita nana
tendrá mi nen
mil besos más
para sus penas.

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

LAS CUATRO ESTACIONES

TERCERA : LA ECUACIÓN DE LA VIDA

Venid a por nuestras lágrimas.
Aquí estaos en un rincón del mundo
sin tejas ni precipicios,
en una cabaña deshabitada, hasta en los mismos
basureros luminosos,
en las rectas alcantarillas centelleantes,
en los pozos contaminados de soledad.
Venid a espigar nuestras lágrimas,
a vendimiar nuestros gritos,
a recaudar nuestros suspiros metálicos.
No los vendemos, ni prestamos, ni pignoramos.
Es fruto de la tierra que a vosotros
propietarios corresponde, ,
nos nace al par que la voz y que el aliento
amarillo dl hambre.
¿Queréis llorar con nuestras lágrimas
aliviaros en las noches de tormenta,
rezar en las iglesias, plañir en las
tertulias hogareñas?
Es fácil, ¡venid a por ellas!
Aquí las tenéis hacinadas, en silos
junto a las eras de nuestra vida redonda.

Acarrearlas al mercado, al almacén blindado,
a las guaridas de cemento.
Cambiarlas en el mercado por doce
monedas azules, ( haced versos, sinfonías,
y libros con los cantos dorados),
para comprar mesas resistentes, ánforas
más amplias.
Todo es vuestro como un cristal más de la mina.
A nosotros nos basta con los huecos de los ojos
descargados, con las galerías de nuestro cuerpo
despobladas.
Con las aristas de nuestro coral cortadas,
segado, con el tallo talado
de nuestras petunias.
Tomadlas, son vuestras todas nuestras lágrimas.

Tenéis las santas escrituras en los cofres,
los viejos pergaminos del espolio y del olvido
en las arcas de los bancos.
Nosotros somos los niños-abeja; los niños-palmera;
los niños-espiga; los niños-labradores.
Venid a por la leche, por la miel,
a por la palma, a por el trigo
de nuestras lágrimas.

Pero no tocadlas, ¡qué fructifiquen
qué produzcan renta; no secadlas que moriréis
también de hambre!
Venid a la primera raya de la aurora
cuando aún estemos casi despiertos y casi
dormidos; cuando aún el hambre es una
tiza blanca o una amapola en lo dientes;
y para evitar el contagio del sol que nos quema,
venid con la última estrella, de agosto,
de septiembre en los cien mil meses,
en el millón de días que ocupan
nuestros cien calendarios.

Venid con las manos llenas de estrellas de oro
y plata, para comprar nuestro silencio.


. . . . . . . . . .

Cont.

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

LAS CUATRO ESTACIONES

TERCERA : LA ECUACIÓN DE LA VIDA

Cont.

Tres filos, tres espadas:
una al norte, otra al sur,
otra donde el corazón amaina.
Ya, ya, duerme niño
la carreta y el cuco
allí, aquí; ya, ya, ya,
ya se va el sueño
cristal sin rejas
pongo guijarros blancos
para que vuelva.

¡Ya, ya, ya, ya … !
Lobos de hojas nuevas.
Olmos con alas,
torre de chocolate,
nidos sin ramas.
Ya, ya, ya, ya
se va mi niño
con velas blancas
hacia su mar.

Pétalos,
pasaréis pétalos
de muchos cuentos,
me habréis leído a mí
todo completo.

Ya, ya,
cuando se vaya …
toda mi nieve
será sólo agua.

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

LAS CUATRO ESTACIONES

TERCERA : LA ECUACIÓN DE LA VIDA

A MIS HIJOS QUE CRECEN

Os oigo subir hacia
el aire sólido,
como el trigo dorarse
os veo, y oigo
desde mi pulso tierra
y luz hirviendo,
desde la piel volcánica
hasta el silencio.

Rompiendo las fronteras
con las espadas
de los cabellos, setos
de las campanas.

Como la levadura,
grano por grano
la lluvia se me invierte
desde la mano
y crece como el estambre,
como la grama,
hasta el dolor azul
de cada llama,

Yo quiero detener
vuestra simiente,
con la hoz de un beso
entre las sienes.

Helar la aguja
en vuestra esfera
con escarchas de nanas
…¡teneros cerca!


. . . . .

Cont.

Aquí, disfrutando de buena poesía y aprovechándome de tu excelente trabajo.
Muchas gracias y sigo por aquí.
Besos, amigo mío.

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

LAS CUATRO ESTACIONES

TERCERA : LA ECUACIÓN DE LA VIDA

A MIS HIJOS QUE CRECEN

Cont.

Mareas de niños, mareas.
Mareas de soledades diminutas,
gotas de grasa en el mar;
niños desempollando en los ojos
las cortinas de la bruma,
niños de los cristales y los desiertos
del gasoil y del árbol de humo.
Niños con toda la cuna a cuestas
descalzos por los ladrillos
de los establos penitenciarios,
niños como linternas en la noche de la guerra,
niños transparentes en las manchas de las paredes,
niños con los padres hechos haces de sarmientos,
haces de ceniza y haces de nieve;
haces de polvo de laurel,
hijos de la canela el clavo y la pimienta;
niños encarcelados en las nueces
hasta el día de nochebuena,
niños arrugados como la pasa,
pisoteados como la uva por la muela de la ley,
niños con reja y con dientes de arado,
niños que arañan el agua
y que dejan cicatrices en la espuma;
niños envueltos en agujas de pino
sin lunas quebradas,
niños con migajas de piedras en la boca,
niños colgados de los hilos
y de las guirnaldas de las ferias;
niños sin ruedas en los pies,
sin crótalos de trigo,
sin caña, sin junco y sin adelfa;


Cont.

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

LAS CUATRO ESTACIONES

TERCERA : LA ECUACIÓN DE LA VIDA

A MIS HIJOS QUE CRECEN

Cont.

niños de yeso y de viruela,
niños sin flauta y sin verso
sin agallas, sin escamas y sin alas,
niños que llevan baterías de pupitres,
niños horizontales con raíces aéreas,
niños enterrados en hojas de palmera,
niños con cabañas de muñecos,
niños con muñecos muertos,
niños con el sándalo cesante,
niños con las plumas oxidadas ,
niños con cortinas de palabras
y madejas de palabras;

niños sin muerte y sin gusano,
sin cubil y sin palacio
niños sin lobo y sin altar,
niños con orzas de dioses enanos en la cueva,
niños con llagas en la ropa,
niños con manta sin usar,
niños encalados en los grandes hospitales;
niños con madres en la selva
sin espejo, sin pozo y sin oasis
en las alcantarillas de los bosques,

niños- máscara, niños-serpiente, niños-tejado,
niños-fuelle, niños-Charlot, niños-Picasso,
niños-Napoleón, niños-zapato,
niños-goteras, niños-sinfonía, niños-almacén,
niños-antibiótico, niños-Cernuda, niños de trapo,
niños-moneda, niños-madero, niños-Jesús,
niños-cordero, niños-nada, niños-brizna de hierba,,
niños sin silla, sin arcángel y sin Judas,
niños sin el padre nuestro de cada día,
niños prostituidos por manzanas,
niños-cebo sin anzuelo, niños-bala,
niños-libro, niños-palabras desusadas,
niños-presidentes de academia,
niños sin hijos y sin nietos,
sin suelas, hartos de vivir de celosías;
niños que no pueden cerrar la boca,
niños con muletas y sin nardo y sin trompo,
niños con bicicletas de mareos,
niños sin sangre y sin vino y sin desfiladero,
niños colgados como cuadros, niños sin río,
niños sin reloj y sin telar y sin araña;
niños sin tornillo y sin máquina;
niños sin esposa y sin tejido y sin mina,
niños sin piscina y sin trabajo,
niños sin lápiz ni lombrices,
niños sin código y sin promesas,
niños sin hermano, y sin molde y sin coraza;
niños sin pinceles y sin sueño,
niños sin pajaritas de papel,
niños con diez maestros.

- - - - - - - - - - - - - - - NIÑOS SIN HOMBRE



. . . . . . . . . . . . . . . . . . .

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

LAS CUATRO ESTACIONES

TERCERA : LA ECUACIÓN DE LA VIDA

COMPASES PARA LA HISTORIA DE UN NIÑO

Nos dijeron: "creced como la luz"
antes que la mano se extienda;
pero la escudilla estaba llagada de pan seco
y de cólera y temblor  prematuro;
y reñíamos siete años apretados de maíz,
rompiendo el corcho y el caucho de las alzadas.
¡Vendrá el día de la lluvia y de la siembra! …
Y el día llegó y se hizo agua verde,
y llovió hasta la segunda tierra de la carne;
y los vasos se vaciaban
y las venas se llenaban y vaciaban monótonamente,
de sandalias de líneas y circuitos,
de fichas perforadas de colores,
de bodegones repetidos, de frases duplicadas,
de cientos de monedas circulantes.
Y esperamos reinar sobre las vastas soledades
del hastío y de la falta de estatura
envidiando locamente a los olivos.
esperamos, ya amarillos en los bancos de las clases,
en los nudos de las plazas y las calles,
y los brazos se caían al paso de las hoces,
y el cuerpo se llenaba de mimbre, de agujas,
y de luna... La cesta de un amigo...
el paso de mi padre.
La  madeja de mi madre... la libertad en un pesebre.
Os dejaron hervir como las uvas
y nunca perdonamos a las viñas.
ni a la harina ni a los granos;
y teníamos vocación de jornaleros,
esperando el domingo y la soldada,
y el hambre se quebraba entre los tallos;
el sexo era aún espiga negra,
crecida en la estampa de una virgen,
y una venda de rosarios, de madre y horfandad;
y un monte y una insistencia de embriagado.

Cont.

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

LAS CUATRO ESTACIONES

TERCERA : LA ECUACIÓN DE LA VIDA

COMPASES PARA LA HISTORIA DE UN NIÑO

Cont.

Y pensamos hacerle un monumento
y los brazos pesaban como el plomo.
Esperamos un día más,
un día de desiertos y de tregua, rosa y blanco.
La llave, el oscuro cerrojo del ciprés
eran frases sin escuadra.
El hombre era el manto que vistió la soledad
para huir del tumulto de las horas,
no había nadie en sus cavernas;
sólo gritos, murmullos de bosques en invierno
y esperabais apresar todos los compases
de la magia de un guijarro.
¡Ya no más, gritamos...!
Ha llegado el día de la siega y el recuento;
y quedaron los cobres detenidos en la meta,
la capa repleta de varas de jacinto.
Pero habréis de llevar la espada en una vaina
hasta la hora del juicio y del castigo.
Será el tiempo en que una estrella se recoja entre
los pliegues de tus sienes.
Esperaste encima de mi sueño: hoja de nenúfar
aspirando el aire de las hondas cavidades,
para no humedecerte de negrura.

… Y un día nacía una pluma entre las alas
y al fondo el pantano de la sangre
de un año nuevo interminable.
… ¡Me estaba desraizando de mi madre
y de la tierra!

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

LAS CUATRO ESTACIONES

TERCERA : LA ECUACIÓN DE LA VIDA

NANA AL NIÑO DESHEREDADO

Sobre pan crece un niño.
sol y cereza,
levadura de hambre,
hoz y promesas.

La mano aún no acaba
en herramienta
sólo limosna y sed
aún violeta.

Limones en los ojos,
campos de luna,
limones en las alas
y en la cintura.

No camina, recorta
el aire opaco
de silueta de ángel
y d naranjos.

Pínceles aún sin hojas
en la paleta
del alma de papel
yunta sin reja.

En círculos concéntricos
van madurando
ondas y guitarras
en sus océanos.

Bajo los mismos pies
cimientos blandos
hay turbiones de agujas
y polvo izado.

Y hasta ahí, todo es flecha
veloz ceniza
humo de rosa libre
voces y huidas.

Y hasta aquí todo es viento
glaciar y selva,
trino, padre y fuego,
piel que segrega.

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

LAS CUATRO ESTACIONES

TERCERA : LA ECUACIÓN DE LA VIDA

LLANTO POR LOS NIÑOS TRABAJADORES

Rosales, marcos para los rosales
y para los niños minas semiabiertas;
pies brillantes, carbones apagados.
Conciertos, sonatas para las rocas,
y para los niño trillos de pedernal
y arados nuevos y maduros.
Eras redondas para el carro y para la horca
y para el niño tres paredes desencuadernadas.
Eras redondas como la tierra y como la vida;
y para el niño cajas cuadradas,
y para los niños ejes y radios.
Liceos de luz para las aguas en remanso,
para las acequias verdes y reales,
para las clarisonoras cascadas,
escuelas de luz en otoño,
y ascuas de letras para los niños
vendidas en las escuelas sin maestros.
caracoles, arco iris para los caracoles
del sequero y de los collados
y caracoles de hambre para el hijo del labriego,
del esparto, del ganado de la aparcería.
Muñecos, muñecos de trapos blancos
para los almendros,
y de terciopelo para el melocotón
y para el niño del árbol, muñecos
de nudo de olivo, de horquilla de fresno,
muñecos de chumberas efímeras:
redes secas y amarillas.

Cont.

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

LAS CUATRO ESTACIONES

TERCERA : LA ECUACIÓN DE LA VIDA

LLANTO POR LOS NIÑOS TRABAJADORES

Cont.

Monte de hierro, vitaminas, trigo ordenado,
santuarios de escorias para las hormigas
para el hijo del hombre; cucuruchos de sed,
conos de hambre, pirámides de impotencia
sin cimientos, construidas sobre escombros.
Agua de cámara, agua  sinfónica en violines,
agua en trompetas, en oboes: agua para
la tierra todo oídos
y para el niño estalactitas y nieve
y mesas de enea y botijos opacos.
Telescopios para la ciudad
ruedas de noria, carruseles,
para los niños subterráneos alambradas
de escombreras;
para los hijos del fusil y de la guerra
alambradas de huesos y de botes de hambre.
Para los hijos de la duda y el adulterio
alambradas de leyes y corazas.
Para los niño de lo cuatro mundos
alambradas de hombres de pie y de rodillas.
Para los niños sin hijos
alambradas de pájaros negros.
Para los niños sin muñecos
alambradas de tiza y de carbones.

Para los niños con muletas, mutilados,
alambradas de aguiluchos
y polluelos de dioses en cruz.
Y alambradas siempre ante los ojos
y alambradas detrás ante la huida,
y alambrada arriba ante los cielos
y alambrada en los pies ante el silencio
de la tierra;
y alambrada en el medio de la carne,
en el horizonte de los cuerpos
alambradas en cárcel, en jaula, en tumba.

. . . . . . . . .

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

LAS CUATRO ESTACIONES

TERCERA: LA ECUACIÓN DE LA VIDA

NANA DEL BELÉN

Una espiral dormida
en un pesebre,
mil pajas de plata
la luna verde.

Brazos de luz en piedra
y en corcho besos,
un niño de porcelana
cuaja durmiendo,

dibujos en los confine
de la mirada
hilos de hierba roja,
lluvia segada.

Grano a grano el costal
de sueño blanco,
llena de pan la casa
de paz el campo.

Pajaritas de cal
en el marfil
curvo, de un toro solo
en el establo gris.

Tras la mula de tierra
ébano y sándalo,
dos líneas mixtas
de azul y nardo.

Un silencio violeta,
rebaños de oro,
para un queso de clarines:
cuajo en otoño.

Secad la red los reyes
en las coronas,
el incienso de un niño
dobló las olas.

Paloma condenada
olivo en cera,
coros de lanza y roble
espuma impresa.

Temblando en cal y mirto
los esquilones,
la voz del padre en yeso,
romero y cobre.

Dormid en sol los jueces
nana en la carne,
en sirrias de laurel
clavel y cárcel.


. . . . . . . . . .

Perdona, Lluvia, me lie con el trabajo y creo que olvidé darte las gracias... por tu paso y tus palabras.

Un autor digno de los mayores elogios. Tengo que investigar más sobre él.

Mira el siguiente poema, cuando puedas...

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

LAS CUATRO ESTACIONES

TERCERA: LA ECUACIÓN DE LA VIDA

AL NIÑO MALTRATADO POR SUS PADRES

Par tu llaga abierta
una estrella azulada,
para los surcos granas del látigo
semillas de arpas.

Para tu cuna destejida
oro y paja;
para tu miedo enclave en la nieve
mi capa.
Para los ángulos de tu cárcel,
un océano de nanas.
Para tus padres
de hollín y hierro
el espino y la retama,
y la roca de silencio blanco.
para ti las alas
y la corona del ángel de mármol.
Para mí, tus lágrimas.

Para tu bandeja vacía
la justicia en ramas
manando por el sauce hasta los suelos
y regando las espadas.
Para tu madre de huracán
una madre de nata.
Para tu muerte sin azucenas
mi almendro y mi acacia.
Para tus ojos, elipses de asombro,
un vaso de luz cuajada,
y un ciprés con escudo de sombra
para tu pelos sin agua.

Cont.

Leo todos, porque me parece poesía de altura, de una gran carga social. Son ecuaciones de la vida que erizan las fibras más sensibles y desde luego, no me canso de darte las gracias, querido Pascual.

Besos y sigo "resolviendo" tan duras ecuaciones, como lo son las de la vida, sobre todo si de niños se trata.

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

LAS CUATRO ESTACIONES

TERCERA: LA ECUACIÓN DE LA VIDA

AL NIÑO MALTRATADO POR SUS PADRES

Cont.

Y la cal de las palomas,
para tus piernas tronchadas.
Y para el hombre-sentado
diluvios de sal y una plaga
de locuras que asole
plantadas de canas.

Y para el universo compacto
una lanza
que le atraviese el centro de hielo
y plante en su entro una llama.
Y para el mar un viento de héroe
que reengendre tu alma.

Y para el monte acequias de lunas
para amamantar tu caña;
y para las piedra más manos
para alisar tu cama.
Y para tu verdadera madre
olivos sin perdón y palmeras sin palmas,
y para tu padre verdadero, laureles sin indulto,
y para mí todos los panales abiertos
para inundarlos de lágrimas.


. . . . . . . . .

Cont.

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

LAS CUATRO ESTACIONES

PRIMERA PARTE: LA PARTIDA

TERCERA: LA ECUACIÓN DE LA VIDA

AL NIÑO MALTRATADO POR SUS PADRES

Cont.

Y cuando nieve
sobre la cuna verde
nevará siempre …

Se secará el álamo
hoy mecido
en aires de la alcoba
por cada hijo.

Crecerá la maleza
junto a las hojas
rojas al sol cayente
junto a las notas,
que ruedan a los surcos
entre las charcas
de lágrima y hielo
caídos de las zarzas.

Y cuando nieve
sobre la cuna rota
nevará siempre …

Al sur, el desarraigo;
el vuelo, la huida,
al este plumas rotas
al norte golondrinas.

Marcha a la primavera
a un árbol fijo …
y al oeste del alma
sombras de unido …

Por todas las ramas
de cada cuna
campanas burbujeando
sol a la altura.

Y nuestra juventud
batirá en las astas
de las palmeras cintas
y huellas de alas.

¡Y cuando nieve
sobre la cuna sola
nevará siempre!

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

LAS CUATRO ESTACIONES

SEGUNDA PARTE: EL CAMINO


( A partir de aquí faltan numerosas páginas y poemas... Lo que he leído, sin embargo, es de tanto interés y tanta calidad, que me resisto a no esforzarme por difundirlo. Es exactamente  lo que voy a hacer, rogándole a Lluvia que tenga paciencia conmigo).

CUARTA : LOS ÁRBOLES QUE NOS ACOMPAÑAN ( Del libro "ACTA DE SOLEDADES INSONORAS", editado por la Colección "Nuevo Sendero de Madrid. Selección - creo que del propio autor-)

ADAD. LA MUJER COLMENA QUE ROMPIÓ SU CARA EN LAS ESQUINAS. (*)

I

La vida era precisa
como una balanza
de pesar problemas, midiendo libras de polvo;
no tenías más atril que tu propio andamio
y marchaste por él
como un ciempiés liberado de sus patas;
anegando el yeso de preguntas.

El aire aguja de marear, olorosa,
que disparaste sin cuadrante
carcaj vacío
y el corazón lleno de besos.

Hubo algo más que un año
no lo viste:
UNA ROSA DE CIRUELO RENACIDA
un arpa amarilla
y un hijo de dos años sin nacer.
Hubo algo más que un puente casi mudo
una trenza de cana sobre el río
y silencios cereales de palomas ruiseñoras.

El segundo oloroso, no era cierto
ni hubiérase gravado, sin ti, en el
diario balance
de tu caricia de latón en pesas:
era una lluvia de verdades rojas,
un chorro de voces
y una mesa que sirviera de raíl
de tu carne equivocada.

Cont.

(*) A partir de ahora usaré como referencia sólo el nombre del poema; hasta que cambie el mismo o cambie el capítulo.

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

ADAD. LA MUJER COLMENA QUE ROMPIÓ SU CARA EN LAS ESQUINAS.

I

Cont.

Uno, dos, tres y hasta cuatro días sin campanas
(¡Dios mío cuánto tiempo aguanta el hombre!),
sin alcohol para los truenos de las células;
sin zumos y sin frenos,
¡pero sobre todo sin campanas...!

Flameó el silencio pausado de los pasos
una manada llena de hojarascas
en los escombros del otoño permanente
encolan el pedúnculo
a la rama total del invierno.

Todo se repite, ¡ay menos la muerte!
la incomprensión más líquida
el verbo del pan y la liga del matrimonio
el perfil grave y angustioso del estiércol
humeante y aplastado.

Y es muy grave orar el fulgor
en los conos de la feria
que cada semana festejamos
mientras deshacen el nudo de las preguntas,
que era dique en tu garganta:
péndulo en el esófago de tu nombre.

Pues ¡cómo decirte!
que las consultas sabias de las madrugadas
son acequias con el cauce roto
y que las academias de consejos
tienen macetas con insultos florecientes

si yo ni siquiera sé si mis verdades navegan
en millones de metros cúbicos de trueno,
sin paredes, sin silos, sin bodegas,

y se me mueven y flotan y me cambian
la superficie del corazón maduro
para hacer enebro y ángeles.

Por eso hoy no habrá verdades para ti
tan sólo ventisqueros,
corrientes interestelares
y en el centro como puntos luminosos
los mil puntos que nunca repetiste,
y por la cima de tus dedos
la lluvia quemando las raíces de los años.
No hace falta que comprendas
reposa y salta entre los genitivos del vino
y de los niños y los genios:
sólo son piedras esdrújulas del camino.

Cont.

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

ADAD. LA MUJER COLMENA QUE ROMPIÓ SU CARA EN LAS ESQUINAS.

I

Cont.

Vístete con vendajes azules; yo te dejo:
no hay ecuaciones en tus ojos
ni axiomas de aurífero dolor,
ni tablas logarítmicas,
que resuelvan el problema de una guitarra
o de una garganta en prosa.
Resígnate con las lumbres reflejadas.

Y cuando un día comprendas mi locura
rómpete de nuevo y constrúyete
y navega a prueba de sirenas
sin mirar el timón ni lo remos
amando con todas las fuerza de una tabla.
Niégate, niega la savia que te niega,
llora por tus seis puntos cardinales
que la hiedra no se te marque en las sienes
y traza por la noche con el párpado en carbón
el signo de la celosía de la luz octava,
el piano verdadero del país invisible.

Entonces verás huérfano tu cayado en el camino,
el que andas a tientas,
para cuando el mar y los enanos te cieguen.
Detente un instante, luego, a mirar, sin prisas
entre las brumas mi silueta
naufragando en el fondo de tanta soledad.

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

LAS CUATRO ESTACIONES

SEGUNDA PARTE: EL CAMINO

CUARTA : LOS ÁRBOLES QUE NOS ACOMPAÑAN ( Del libro "ACTA DE SOLEDADES INSONORAS", editado por la Colección "Nuevo Sendero de Madrid. Selección - creo que del propio autor)

CIVA.- EL HOMBRE MÁSCARA
(Hubo un hombre que pasaba)

III

Nos vemos más allá de la memoria
de la voz y de la honda
de la piedra proyectada
sí, en la sentina
y desde cada estandarte
hasta la línea paralela;
nos vemos en la cruz de los ojos disparados
en un atajo de la trocha de la vida
muro y jaula germinada.

No hay metros ni cadenas
que versifiquen la distancia de la pluma;
nos miramos con pupilas mágicas de polen
desde un bosque hasta otra cordillera
en el petril (*)del abismo que nos mide.

Somos zarzas nacidas
en dos surcos liberados
sin custodias ni tangencias;
huesos en puñal, plantados
en la tierra como varas,
sin el casto privilegio de la tumba,
ni el corcel de simiente ni de siembra.

Cont.

(*) La palabra "petril", al escribirla aparece subrayada en rojo - como si fuera una falta de ortografía; una palabra inexistente o no reconocida por la RAE.

Según el VOCABULARIO DE LAS HABLAS MURCIANAS, sin embargo, es de uso común en Cartagena ( Murcia); Aranda de Duero ( Burgos) y ciertas zonas de Navarra y Aragón. De uso común y equivalente a "pretil" - (RAE)  "muro o vallado de piedra u otro material que se pone en puentes u otros lugares para preservar de caídas", entre otras acepciones-.

En COLOMBIA, además , "petril" es un nombre masculino  que indica la parte lateral de la calle u otra vía pública, pavimentada y ligeramente más elevada que la calzada, destinada al paso de peatones. Ignoramos - o no encontramos- si esta acepción es aceptada por la RAE.

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

CIVA.- EL HOMBRE MÁSCARA
(Hubo un hombre que pasaba)

III

Cont.

Somos cuyos puntos se vigilan
en una línea logarítmica que huye
sorteando los oídos
y las corres de los látigos
en el centro-centro del rectángulo.
Faltare el arco voltaico
y la guirnalda, trabándonos, pues, una micra.
Faltaren dioses y demonios de cemento
que acoplen -los-nuestros-átomos metálicos
a la turbina del infierno.
Y faltaren sí, quizás no, pero casi siempre
quince muertes en sarmiento, en herradura,
en hacha y en cuchillo
y quince olorosos nacimientos
para rozarnos con las naves de los dedos.

Ya habría habido y hubo en el encarne primitivo
anclas y escaleras vegetales
y telescopios verdiblancos
en las enhiestas copas de la sangre.
Ya teníamos plantones otoñales
pudriéndose a los pies geológicos;
ya tuvimos colores en feria y argamasa
y levadura e injurias sentenciadas
y alas de vencejo en prisión y en lágrima
y páginas de cal con motor de cráter
volando en mariposa, cicatriz a cicatriz
infeccionando hierros en presencia
a dos millas-amor por minuto.
Y un cáncer eléctrico de azucenas en reposo
galope velocísimo por las sierras de la espuma.

Cont.

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

CIVA.- EL HOMBRE MÁSCARA
(Hubo un hombre que pasaba)

III

Cont.

Y en cambio
hoy en ahora, pasas a mi lado
habéis, has-han pasado, están
enfrente aquí, quietos, enquitiecidos
etuvisteadores, estamos; estaríamos
¡ay! estoy, HAS. HOMBRE
eres sido un hombre próximo …
hoy me he visto ausente
enterrado en semilla profunda de tus ojos,
explosionarás sin avisarme y sin conocerme
tu noble cristal
huérfano siempre de mí:
tú el hombre verdadero
elevado al exponente de una cifra sin final.
¿Y habrá un resumen en dondequiera,
una pantalla en luz y en patria
en donde resten, o sumes o dividas
calculando en fin mi existencia.
Sueña a lo menos y en limosna
QUE AQUÍ SOY UN DESIERTO AHORA
UN ANTEPASADO DE LA GRAMA Y DEL POLVO
LÉEME al cabo en las podridas hojas
y me sentiré de pie y opaco
al menos un segundo, con tanta ayuda.

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

LAS CUATRO ESTACIONES

SEGUNDA PARTE: EL CAMINO

CUARTA : LOS ÁRBOLES QUE NOS ACOMPAÑAN ( Del libro "ACTA DE SOLEDADES INSONORAS", editado por la Colección "Nuevo Sendero de Madrid. Selección - creo que del propio autor

OVINNIK  -- EL HOMBRE-ÁLAMO
( Hubo un hombre con espigas)

V

Vencido por la sombra que se nubla
vencido por la yunta y por la reja
vencido por la suma de los granos
que se tornan en cofres
de monedas injuriosas.
Vencido por esquilmos y barbechos
por la biblia de todos los contratos
por los silos y las cámaras
repleta de aparceros y pedriscos.
Con el miedo aullándole en las tripas
troncos hueros de un olivo cuaternario.

Vencido por la máscara amarilla de las hambres
y por el arpa erigida en las costillas
sillares en el pecho desinflado de los hijos.
Vencido por la lluvia agostadora
de todas las palomas.
Vencido por la niebla verdinegra
de las cenas sin ajo y sin candil.
Vencido por el surco inacabable
de los días yermos, moleculares.
Vencido por la escuela sin maestro
por el cuero meridional.
Vencido por la raíz cuadrada de la espiga
y la amapola en las mesas feudales
de cada propietario.
Vencido por la lumbre resinosa
que no germina ni calienta
la pana de sus párpados armados.
Vencido por el exilio de la voz
y de la música y del tuétano de las ondas
y de los altares de serpentinas;
vencido por la suma y la resta de las hoces
candelabros de callos y de puños
por el descanso agudo de la paja.
Por el blanco cegador y alucinógeno
de la sequía, de la mies, del horizonte.


. . . . . . . . . . . . . . . . . . .

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

LAS CUATRO ESTACIONES

SEGUNDA PARTE: EL CAMINO

CUARTA : LOS ÁRBOLES QUE NOS ACOMPAÑAN ( Del libro "ACTA DE SOLEDADES INSONORAS", editado por la Colección "Nuevo Sendero de Madrid. Selección - creo que del propio autor

EBO.- EL HOMBRE-GRAMA
(Hubo un artista sin museo ni biblioteca )

VII

Bajo el número contado
de los hombres-árbol
y la metamorfosis cónica de las sombras;
en la garra de la carne altísima
en la línea cenital del cuarzo;
en la corola del agua original,
donde espera la colmena el cadáver
del pueblo acuchillado,
mientras que, dicen, el violeta de cobalto funde
la raíz aérea de los cúmulos y los lobos
y las alas de la alondra,
allí, allí cuelga invertida diminuta
la campana microscópica
el artista sin laurel y sin medalla.

Siembra a siembra, tijera a tijera
elevó su mano hasta los ojos
de la piedra menos esbelta
nada más
ni aún llegó en las crecidas primaveras
a la hebilla del hombre del camino,
ni a las alas de las hoces,
ni a las brasas del rastrillo;
ni siquiera descansó un mes de agosto
en el silo de los libros.
Y fue la cópula sumergida
del musgo y del ámbar centenario
bajo la palmera de la gloria, sin escala
toda carne en migajas invisibles.


. . . . . . . . . . . .

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

LAS CUATRO ESTACIONES
SEGUNDA PARTE: EL CAMINO

CUARTA : LOS ÁRBOLES QUE NOS ACOMPAÑAN ( Del libro "ACTA DE SOLEDADES INSONORAS", editado por la Colección "Nuevo Sendero de Madrid. Selección - creo que del propio autor

XOLOTL.- EL HOMBRE-OJO
(Hubo un hombre que miraba pasar...)

VIII

Los ojos dos columnas de cristal
horizontales al plano del murmullo,
del hombre acristalado,
que enlosa las calles de la vida.

Los ojos como puentes, como escalas;
como grúas tendidas al abismo
desde el tercer balcón de los hastíos
al terciopelo de la foto-antigua.

Los ojos como manos: calles de mirar
sacramentales herramientas
para un trasiego subterráneo
de sondas y sepulturas, simplemente.

Los ojos como perchas
suspendidas de las cornisas de los ángeles
tecleando en los saleros de la carne;
salmos regados por alcohol de coro.

Por un día y tras él la juventud sonora,
se oxidaron las bisagras y los cúbitos
y las ventanas se descolgaron, que unían
las sandalias al catalejo noctámbulo.
Subió el precio fijo
del sueño heredado
y fluía el padre a dos mil
ebulliciones cúbica por segundo
y la madre caño abierto, caña deslanzada
pintando la lluvia de verde,
la fachada azul de Prusia.

Cont.

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

XOLOTL.- EL HOMBRE-OJO
(Hubo un hombre que miraba pasar...)

VIII

Cont.

Pasaron con su rueda los mendigos
derrochando en las aspas su opulencia
pasó el año galopando
con tres consultas en las crines
a lo más, yo losé, cuatro preguntas
minotauros fugitivos
de cuervos y de espolios.
Pasaba el sol lleno de polen …

Se hubo rasgado la capa de la fiesta
con el diario granizo de las llagas;
y más que una parada de victoria
fue procesión de penitentes sucumbidos.

Todo pasó ante el balcón abierto
ante la tribuna y ante el ara de su piel
cruzábanse los néctares florecientes
arrastrando las cadenas del olvido
ante el carácter de verdades sin pulir
¡todo promesa y semilla!,
¡todo maíz y canto manso!,
¡todo maceta metálica!
de voces palpitantes;
los aros de turno y los diabólicos errantes
las camas descompuestas,,
los padres enterrados y vueltos a enterrar;
los fantasmas destocados;
las novias sin raíz y sin cinta;
los cristales de un racimo...
veneros al océano de la amnesia.

Sólo él solo, aforó la curva día a día
sólo él solo, dos veces, doblemente muerto
escribió la cifra de la cota de las cosas,
con el pino agudísimo de su unidad blanca.

Y abajo el hueco de dios huido antes
se inundaba de cruces y de clavos
que llovían pulso a pulso
en rayos verticales
las monedas de plomo de los días.

. . . . . . . . . . . . .

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

LAS CUATRO ESTACIONES
SEGUNDA PARTE: EL CAMINO

CUARTA : LOS ÁRBOLES QUE NOS ACOMPAÑAN ( Del libro "ACTA DE SOLEDADES INSONORAS", editado por la Colección "Nuevo Sendero de Madrid. Selección - creo que del propio autor





MAZDA.- EL HOMBRE-MUELLE
(Hubo un hombre de diecisiempre años …)

IX

Su historia era una patria de preguntas
el granito agridulce de la lima,
la del bronce que no estalla,
la eternidad soterrada
del cereal que pelea.
Doce años han sobrado al charco y a la escoria
para fabricar iguales los gusanos,
carnívoros, jamás, humanos camaradas
que ahuecan a la luz.
Y catorce bastarán al volcán
para fundir los grillos milenarios
que apresen un grito sin pedúnculo,
a condición, sellada, de ser mártires.

Por ser fue nada más que siendo,
un anuncio y un proyecto de guitarra
firmado en la pared de cada nueve;
el bando del cuco de granizo
aireando el corazón esplendido. No
sabéis si iba tras de sí o al
lado de  él mismo. Detrás nunca …
Y por eso al acorde dominante
de la primera carcajada
partía el cielo niquelado,
¡así estaba él de nacido,
hasta con rayos anclados en los dientes!

Llorad por él, en un solo día lloremos
una hoja sola; una pausa única
los que creéis en las lágrimas.
¡Rezad por nosotros los niños
de un millón de años antes
de vuestra vieja niñez inacabable!

POESÍA SOCIAL.

ANEXO.- POETAS ESPAÑOLES AFINCADOS EN PUERTO RICO

JOSÉ MARÍA RIUS GALINDO.

LAS CUATRO ESTACIONES
SEGUNDA PARTE: EL CAMINO
CUARTA : LOS ÁRBOLES QUE NOS ACOMPAÑAN ( Del libro "ACTA DE SOLEDADES INSONORAS", editado por la Colección "Nuevo Sendero de Madrid. Selección - creo que del propio autor


LLYR.- EL HOMBRE-CUNA
(Hubo un pequeño político sin espada)

X

Me despierto lloviendo dolor,
palpitando que afila en el alma
una uña de teca;
interroga las escuadras del marco;
la cara doble del serafín de tela.

En la axila el plumaje y el sudor
transporta las astrales banderas
allí donde emigran
los erizos desdeñados,
y nos están naciendo calofríos
-espinas de vidrio rosado
entre las heces, entre los lienzos
de los músculos-.
Y el resto de la faz mía era diluvio
en una caja sin festones de sintaxis.
Llevábamos caminando todo el tiempo
-lo recordamos-
que compraba y que cambiaba
por la poca miel goteando en mis colmenas.
Había una niña turnando el antifaz
para no morirse de pena en una cama
del hospital lógico y blanco,
-pero eso no importa ahora-
él criaba aguijones en la escasa superficie
y yo me disponía a extraviarme bajo la zarza
entre la igualdad del grano y el banquete.

Y las varas de mi carreta no crecían
¡cuánta calma se precisa para llenar el mar!
y los abetos de la silla no crecían,
no en balde el pan no tiene cuartos.
Y no hubieron puesto un rótulo
por encima de la frente,
recordándonos los inviernos provincianos
y el olor a sabino encendida. (*)
Y saqueamos a todas las madres con
las puntas de los labios;
y a los hombres con el filo de las uñas
"aquí vive un enano redimuerto".
Arranqué el tapón de la memoria
y nacía una sierra, toda gangrenada de tu padre
pero nunca me embriagabas con la sed:
era la herramienta nada más
y el río antiguo que bañó mis juguetes
-y permanecía vestido
con un sabor agridulce
entre los pliegues del acero
contemplando el guiñol de los cuartos de hora
accionado por actores sin caretas
(al fondo el parque en otoño
y padres todos cayendo dorados
como las hojas al suelo-
el estanque ¡y algunos hijos nuestros!,
porque nunca estarán todos los hijos
hasta que no nos desahucien las hijuelas).

Allí estábamos
ni aplaudiendo ni cortando
con los ojos muy abiertos
en el patio de butacas de la jaula
yo era medalla, imán, y carpetita
sin descanso, ni sueño, ni oraciones
tengo bien usado mi sitio entre los muertos)
pues troqué cada vida en poemas de expedientes
en  servicios, discursos y cósmicas bóvedas.
Sólo hubiste sido
un cepo oculto a la orilla del mar
apresando espumas de plumajes
-y los hombres jugaban por las rejas  de los cardos
mirando por los grandes ventanales de las redes.


. . . . . . . . . . . . . . . . .