Yannis Ritsos (Monemvasia, Grecia; 1 de mayo de 1909-Atenas, 11 de noviembre de 1990) fue un poeta y político griego. Su obra más famosa es Grecidad, la cual fue musicalizada por Mikis Theodorais al igual que To Axion Esti de Odysseas Elytis.
Tanto Ritsos como Elytis y Séferis pertenecen a la Generación del 30 y son considerados los tres poetas griegos más importantes del siglo XX, siendo él el único en no recibir el Premio Nobel de Literatura. A cambio, fue el único de los tres en recibir el Premio Lenin de la Paz. Por su reconocida militancia comunista, su obra fue prohibida en varias ocasiones en su país, especialmente durante las Dictaduras de Metaxas y de Papadopoulos.
Biografía
Primeros años
Ritsos nació en 1909 en Monemvasia, pueblo ubicado en la Península del Peloponeso. Siendo el menor de cuatro hermanos, su infancia fue en el seno de una familia terrateniente, que sin embargo se empobreció durante su juventud. Su madre y hermano murieron de tuberculosis cuando Ritsos contaba doce años. Luego, el padre enfermó y, después de ser declarado enfermo mental, fue encerrado en un Hospital Siquiátrico en el cual coincidiría con una de las hermanas de Yannis, la más próxima en edad a él.
En vista a la dura situación familiar, a los dieciséis años, tras terminar sus estudios secundarios, se mudó a Atenas para estudiar en la Universidad y trabajar. Tuvo varios oficios, como actor, bailarín, mecanógrafo, bibliotecario y calígrafo, pero debió cesar con sus actividades debido a que, entre 1927 y 1931 estuvo aquejado de tuberculosis, la misma enfermedad que se llevó a algunos de sus seres queridos años atrás.
Es en este período, en el cual estuvo convaleciente en diversos sanatorios, en el que entra en contacto con intelectuales de izquierda, en un momento histórico que llamaba a definirse ideológicamente, debido a los avances del nazismo y la consolidación de la URSS. Es también durante esta época en la que comienza a conocer la poesía de vanguardia, adscribiéndose primeramente al futurismo soviético.
Poeta y Militante
Como fruto de su formación ideológica y coincidiendo con su
recuperación, en 1931 comienza a militar en el [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], el Partido Comunista Griego. Sin duda esta decisión marca el estilo de Ritsos, pues desde ese momento, su compromiso político y social caminará ya siempre en paralelo a su dedicación literaria y poética, en absoluta simbiosis, hasta el fin de sus días. Esto queda evidenciado en el estilo de Tractor (Τρακτέρ, Traktér), su primer libro, publicado en 1934 e imbuido en el realismo socialista de Vladimir Mayakovsky. En 1935, publica Pirámides (Πυραμίδες, Piramídes). Ambas obras muestran un frágil equilibrio entre la fe en el futuro, basado en sus ideales comunistas, y la desesperación personal.
En 1936, inspirado en los acontecimientos que tuvieron lugar en Grecia en aquel año, como huelgas, manifestaciones y enfrentamientos con la policía, publica su primera obra reconocida, Epitafio (Επιτάφιος, Epitáfios), en la cual habla sobre el llanto y el dolor de una madre que ha perdido a su hijo, asesinado por las fuerzas represivas, junto con los sentimientos del pueblo, provocados por las diez víctimas de una marcha de obreros en la ciudad de Tesalónica. Primeramente fueron publicados como poemas sueltos en el diario Rizospastis, del KKE. La acogida del público fue tan entusiasta que el periódico decidió editar los poemas en forma de libro con el título de Epitafio, en una tirada de 10 000 ejemplares que se agotaron enseguida.
En esta obra, si bien ocupa sus formas, rompe con la poesía griega tradicional y expresa, en un lenguaje claro y sencillo, un mensaje de unidad a su pueblo. Éste es un poema del que muchos griegos de entonces y de generaciones posteriores todavía conocen, al menos algunos trozos.
Metaxas, la cárcel y el surrealismo
El 4 de agosto de 1936, el general Ioannis Metaxás, en un golpe de Estado toma el poder y da inicio al período del Fascismo Griego, inspirado en el pensamiento de Mussolini. Junto con lo anterior, inició la persecución a la oposición, sobre todo a los sectores de izquierda. Como muestra de lo anterior, copias de Epitafio son quemadas al pie de la Acrópolis. Sería el primer capítulo de la incesante persecución hacia Ritsos y sus ideas durante toda su existencia.
En respuesta a lo anterior, el vate decide cambiar su estilo lírico. Explora las conquistas del Surrealismo, a través del acceso al dominio de los sueños, las asociaciones sorprendentes, la explosión de imágenes y símbolos, es decir, en el lirismo que muestra la angustia del poeta, recuerdos suaves y amargos a través de los cuales canaliza esta. Es durante este período que publica La Canción de mi Hermana (Το τραγούδι της αδελφής μου, To Tragúdi tis Adelfis mu) en 1937 y Sinfonía de la Primavera (Εαρινή συμφωνία, Eariní sinfonía) en 1938.
La Segunda Guerra Mundial
En 1940, publica La Marcha del Océano (Το εμβατήριο του ωκεανού, To Embatírio tu Okeanú). El 28 de octubre del mismo año, Metaxas rechaza el ultimátum del embajador italiano en Atenas, Emanuele Grazzi, dando inicio a la Guerra greco-italiana, que conllevó la derrota de la Albania ocupada por Mussolini y luego, en mayo de 1941, finalizó con la ocupación de Grecia por las tropas alemanas, comenzando propiamente la Segunda Guerra Mundial en territorio helénico.
Ritsos decide unirse al Frente de Liberación Nacional (Εθνικό Απελευθερωτικό Μέτωπο, Ethniko Αpeleftherotiko Metopo), armado por el [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], el cual fue el movimiento de resistencia más grande y activo de Grecia durante la guerra. Colaboró en labores de promoción cultural, sobre todo escribiendo poemas para los combatientes. De esta época son obras como Vieja Mazurca a Ritmo de Lluvia (Παλιά μαζούρκα σε ρυθμό βροχής, Paliá Mazúrka se Rithmό Brojís) (1943), La Prueba (Δοκιμασία, Dokimasía) (1943) y Nuestro Compañero (Ο σύντροφός μας, O Síntrofós Mas)(1945).
La Guerra Civil y la Cárcel
En 1944 Grecia es liberada. Sin embargo, la monarquía griega debía recuperar el control del país, dominado por el Frente de Liberación, por lo que con el apoyo de Estados Unidos, comienza la Guerra Civil Griega de 1946. Bajo este contexto, Ritsos, por su militancia, apoya al Frente e intensifica su compromiso político, por lo que en 1948 es encarcelado en los Campos de Concentración de Limnos, Agios Efstratios y Makronisos. Esta experiencia forja su carácter y su manera de ver su arte, así como su visión del mundo en general. En prisión, sigue escribiendo, naciendo obras como Distritos del Mundo (Οι γειτονιές του κόσμου, I Gitoniés tu Kósmu) (1951), en la cual declama acerca de los horrores que se produjeron durante la contienda. Si bien la Guerra terminó en 1949, no es hasta 1952, durante el gobierno de Alexandros Papagos, cuando recién es liberado.
La Liberación y el Premio Nacional
Al tiempo de salir de prisión, luego de más de veinte años convulsos, vino la época de calma y reconocimientos. En 1954, se casa con Falitsa Yeorgiadis, quien se convertiría en el sostén emocional del poeta (y económico hasta la consolidación mundial de su obra). Un año más tarde, tienen una hija a la que llamaron Elefthería (Eλευθερία, Libertad).
Hasta este momento, su poesía había clamado contra el horror y la barbarie con una sintaxis de urgencia que no menoscababa su honda aspiración artística. Es durante esta época en la cual compone Sonata Claro de Luna (Η σονάτα του σεληνόφωτος, I Sonáta Tu Selinófotos), el cual es publicado en 1956 y representa el cenit de su madurez artística.
La Sonata es un largo poema en el que el sujeto poético es una mujer de edad que habla a un hombre joven con el constante ruego - "Deja que vaya yo contigo" - de que le acompañe a abandonar su vieja casa para contemplar la vida. En el fondo, es una alegoría, pues, del cansancio de la ruina y decadencia de un mundo, de un país y de una época. Es durante este año en el cual recibe el Premio Nacional Griego de Poesía por esta misma obra.
El período mitológico y Grecidad
Sonata Claro de Luna marca el inicio de una etapa en la cual arranca una serie de monólogos dramáticos en torno a mitos y personajes de la antigüedad clásica, vinculándolos a la realidad contingente, tal como en su momento lo hiciera Kavafis, a quien años más tarde le dedicaría versos en 12 Poemas a Kavafis (12 ποιήματα για τον Καβάφη, 12 Piímata gia tu Kaváfi) (1962). “Cuando viene el extraño” (Οταν έρχεται ο ξένος, Otan Érjete o Xénos) (1958), “La vieja mujer y el mar” (Οι γερόντισσες κ' η θάλασσα, I Geróntisses ke i Thálassa) (1959) y “La casa muerta” (Το νεκρό σπίτι, To Nekró Spíti) (1962) son parte de esta etapa.
En 1959, Mikis Theodorakis musicaliza el poema Epitafio, siendo el inicio de la revolución cultural griega, en la cual se combinaron la música tradicional griega, la música clásica occidental y las líricas de los poetas locales, logrando, en muchos casos, sacar estos versos de los ámbitos intelectuales y difundirlos masivamente.
En 1966 publica Grecidad (Ρωμιοσύνη, Romiosini), un canto a la resistencia de lo guerrilleros comunistas durante la invasión nazi. En estos poemas se encuentra toda Grecia, la vieja, la pobre, sufrida y rabiosa Grecia de la invasión y la guerra civil. Es una nueva épica en la que los héroes clásicos han sido sustituidos por un héroe colectivo. Esta obra también es musicalizada por Theodorakis, quien dos años antes había hecho lo propio con To Axion Esti, la obra cumbre de Odysseas Elytis.
La Dictadura de los Coroneles
A pesar de los años de calma, aún se venían para Ritsos años oscuros. Aún no se habían terminado para él los encarcelamientos ni las humillaciones. El 21 de abril de 1967, en plena Guerra Fría, un golpe de Estado encabezado por Georgios Papadopoulos instaura una dictadura pro-estadounidense en la cual se persiguió a la oposición política. Nuevamente la militancia y el compromiso social de Ritsos le hacen ir a prisión, en la época en la cual su frágil salud le volvía a jugar una mala pasada y comienza a padecer cáncer.
Entre 1967 y 1970, estuvo recluso en Yaros y Leros, islas verdaderamente inhóspitas, desde los que escribía rodeado de fusiles. Su quebrantada salud obliga a ingresarlo en un hospital de Atenas, y luego la Junta lo mantendrá confinado en arresto domiciliario en Samos. Al contrario de aminorarse, siguió creando desde la prisión.
Gracias a un preso que le hizo llegar un mensaje secreto de Theodorakis, pidiéndole unos poemas inspirados en la dura actualidad, Yannis Ritsos escribió Dieciocho cantares de la patria amarga (Δεκαοχτώ λιανοτράγουδα της πικρής πατρίδας, Dekaojtó Lianotráguda tis Pikrís Patrídas) (1973), unos poemas en metros tradicionales compuestos para ser cantados. De esta época son Perséfone, Agamennon, Ismene (Ισμήνη), Ajax y Chrysothemis (Χρυσόθεμις). Todos estos textos son reflexiones acerca de temas esenciales como la vejez, la muerte y el amor, los cuales se inscriben dentro de las tensiones dialécticas entre exigencias individuales y compromisos colectivos. Todos estos monólogos dramáticos fueron recopilados en un volumen con el nombre de Cuarta Dimensión (Τέταρτη διάσταση, Tétarti Diástasi) (1972).
En 1974, cae la Dictadura de los Coroneles y Ritsos es libre definitivamente.
Últimos años
En 1977 recibió el Premio Lenin de la Paz, siendo uno de los dos griegos, junto con Costa-Gavras, en recibir el equivalente soviético del occidental Nobel, del cual, a pesar de estar muchas veces nominado, jamás pudo alcanzar, a diferencia de Elytis y Séferis.
Durante la Transición, el poeta añadirá a su rica producción poética la publicación de novelas, unidas bajo el título común de “Iconostasio de los Santos Anónimos” (1983-85). Su último libro fue “Tarde en la noche” (1987-1989), que destila tristeza, conciencia de pérdida, pero también una gran esperanza en la creatividad y en la vida, siendo considerado una forma de la premonición de su muerte.
Finalmente, fallece en Atenas el 12 de noviembre de 1990.
(Sacado de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] )
*
Algunos poemas de Yannis Ritsos, de Testimonios II y III, traducción de Román Bermejo, Icaria, 2007.
De Testimonios. Serie Segunda (1964-1965):
FUERA DE CASA
Mira en torno. No sabe dónde se encuentra. La puesta de sol
noble, lejana. Reconoce las verjas del jardín,
la manilla de la puerta, las ventanas, el ciprés.
Pero ¿y él? Un lago se refleja sereno
en lo alto de una nube -un lago rosa
con márgenes dorados-. Ahí arriba
ha dejado sus zapatos, su ropa. Ahora,
cómo va a plantarse desnudo en medio de la calle,
cómo va a entrar desnudo en la casa de un extraño.
APROXIMADAMENTE
toma en sus manos cosas desparejas -una piedra,
una teja rota, dos cerillas quemadas,
el clavo oxidado de la pared de enfrente,
la hoja que entró por la ventana, las gotas
que caen de los tiestos regados, la pajita aquella
que trajo el viento a tu pelo- las coge
y ahí, en su patio, arma aproximadamente un árbol.
En este "aproximadamente" está la poesía. ¿La ves?
ALEJAMIENTO
Desapareció al fondo de la calle.
La luna había salido ya.
Un pájaro sonó entre los árboles.
Una historia corriente, simple.
Nadie había notado nada.
Entre las dos farolas,
un gran charco de sangre.
IMAGEN DE PÁJARO
Al volver de cazar, antes de entrar en su casa, se paró,
sacó su lápiz y dibujó en la puerta un pájaro
bonito, con muchos detalles, que demostraban
recio conocimiento y maestría. Pero los ojos del pájaro
los pintó cerrados. Como si no hubiera sabido, tal vez,
o como si hubiera temido en el último momento que le delataran.
EL SOSPECHOSO
Cerró la puerta con llave. Miró hacia atrás con desconfianza
y se guardó la llave en el bolsillo. Le detuvieron en esta postura.
Le maltrataron durante meses. Hasta que una noche confesó
(y quedó demostrado) que la llave y la casa
eran suyas. Pero nadie pudo entender
por qué había escondido su llave. De modo que
a pesar de habérsele declarado inocente, siguió siendo sospechoso para todos.
EL CUERPO DEL VIENTO
Lo vi de cuerpo entero, al viento, de cuerpo entero, -dice-
Me abofeteó las mejillas, me agarró con violencia
los pechos y las piernas, sus rodillas
me golpeaban las rodillas; me pisó
los dedos de los pies; lo he visto, os digo,
aquí, cuerpo a cuerpo, ambos en pie. Ahora
tengo en la boca una gran soledad
y nueve hojas carnosas en torno a la garganta.
SOMETIMIENTO
Abrió la ventana. El viento la golpeó
con fuerza el pelo, como dos grandes aves
sobre sus hombros. Cerró la ventana.
Las dos aves estaban ya sobre la mesa
y la miraban. Inclinó la frente entre ellas
y lloró silenciosamente.
PEQUEÑA CONFESIÓN
Quisiera estar contenta -dice-. Busco todo el día
algo para alegrarme. A menudo no lo encuentro:
entonces la ropa se me cae, y me hallo
atrapada blandamente en el vacío, esperando
que alguien me quiera, para existir. Antes de que se levante
un poco de brisa, la siento temblar
por las uñas de los pies. Y de repente,
un solo hilo de araña flotando en el aire
me hiende de arriba abajo la mejilla.
LIBERADA DE SUS LAZOS
Las olas me trajeron los maderos rotos de su barco -dijo-.
Los conocí de inmediato por el tacto de sus manos,
por el olor de su sobaco. Ahora
ya no temo las olas. Tengo esos maderos
-no para la chimenea, en absoluto, sino para la rueca
y para el telar, en las largas noches de invierno;
para la gran paciencia y para la gran libertad-. Mis cabellos
se han alargado de golpe y me han escondido. Han crecido mis ojos
como dos montañas. Ahora permanezco bajo ellas, protegida.
LA VIRGEN
Intenté ver el caballo que pasaba por el labrantío.
No me dio tiempo, más bien, no pude, dijo. Este camino
tira para el mar. Aquí se han amontonado los sarmientos secos.
Alguien, hace poco, habrá abierto la puerta
y tirado al suelo una gran fruta. Yo no soportaba
aquella carne amarilla despedazada, mezclada con semillas.
¿Entonces, eso es
...........................lo que hay,
después de una noche de amor? Al volver del mar
he visto los trozos de fruta colocados en el poyo de piedra
y las semillas brillaban al sol, extendidas ordenadamente en un periódico.
TARDE
Regó las flores. Oyó el agua gotear desde el balcón,
Las tablas se empapan y envejecen. Pasado mañana,
cuando caiga el balcón, ella permanecerá en el aire,
tranquila, hermosa, sosteniendo en los brazos
los dos grandes tiestos, sus geranios y su sonrisa.
UNA ALDEANA JOVEN
El caballo es grande. La mariposa es pequeña.
Otros dicen lo contrario. Yo digo la verdad.
Me gustan las patatas -están metidas en la tierra-,
me gustan las peras, el tocino, los repollos. Tengo apetito,
como mucho. Enrojezco. El cinturón del delantal
me aprieta los riñones. Lo que más me gusta de todo
es ese ceñudo que deja a mi puerta
cada mañana una cesta de fruta. Iracundo.
Tiene tierra en las uñas. Debajo del mentón tiene
una sombra oscura. -Y ni se ha enterado.-
No te apures, no se lo diré; aunque no haya en el mundo nada
que desee tanto como eso -decírselo-, Y de las gotas
que caen de las hojas verdes jóvenes.
IDILIO
Alcumena, salta la tapia, que te diga. Fíjate,
que no te vea mi madre. Ayer noche
me besó. Sí. Entre los dientes
se me han incrustado margaritas pequeñitas.
Se me ha llenado la boca de flores. Mira:
no puedo cerrarla. No puedo ni comer
ni beber. Temo tragarme las flores.
Las flores no se comen. Y ahora,
¿como le voy a besar? -dímelo-;
y tiene un lunar dorado en el muslo derecho.
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