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Hilde Domin (Colonia, 27 de julio de 1909- Heidelberg el 22 de febrero de 2006) fue una poetisa alemana.
Trayectoria
Hilde Löwenstein nació el 27 de julio de 1909 en Colonia, en el seno de una familia tradicional judía.
Entre los años 1929 y 1932 estudió en las universidades de Heidelberg, Colonia y Berlín. Poco después, y debido al ascenso al poder del Partido Nacional Socialista en Alemania tuvo que exiliarse a Roma aquel mismo año 1932. Durante su estancia en Italia estudió Filosofía, Derecho y Ciencias Políticas, doctorándose por la Universidad de Florencia en el año 1936. Al año siguiente adoptó el apellido de su marido, Erwin Walter Palm, pasando a ser Hilde Palm. Dada la situación política en Italia la pareja no tardó en marcharse a Inglaterra, con la mirada puesta en el continente americano. Ni en Estados Unidos, México, Argentina y Brasil consiguieron asilo, hasta que llegaron a la República Dominicana en el verano de 1940.
En la República Dominicana, Hilde Palm inició su "nueva vida" como escritora, según ella misma dijo. Durante los años que vivieron en la isla caribeña, el matrimonio Palm realizó una serie de investigaciones que culminarían con la publicación del libro Los monumentos arquitectónicos de la Española, con una introducción a América, impreso en Barcelona en 1955.
A su regreso a Europa, en 1954, se reinstalaron en Heildeberg, ciudad alemana de su juventud universitaria donde se integraron de nuevo en el medio académico y literario. Entonces Hilde Palm trabajó como docente en las universidades de Frankfurt y Mainz, mientras que su marido Erwin Walter Palm, se ocupó de una cátedra de latinoamericanísta.
Fue en 1959 cuando se dio a conocer como Hilde Domin, a sugerencia de su editor y por identificación con su país de adopción. Con la publicación de su poema Nur eine Rose als Stütze (1959) se consolidó rápidamente como uno de los grandes valores de la lírica en alemán, además de reconocida ensayista.
La crítica la valoró por la sencillez de su obra, al mismo tiempo que por su intenso estilo, aspectos siempre destacados en los innumerables homenajes y premios que le concedieron en su larga vida. Hilde Domin se convirtió en la "gran dama de la literatura alemana de postguerra". En un momento donde todavía se respiraba en el ambiente los aires de la escritora y poeta Else Lasker-Schüler y donde la bravura de la autora Ingeborg Bachmann era insignia femenina, se convirtió en un vaso comunicante, por su situación de mujer, de judía y de exiliada.
Desde los años 60 los textos de Hilde Domin estuvieron presentes en los manuales de literatura para la enseñanza.
Sus obras fueron traducidas a más de veinte idiomas. Su poema Ich will dich – Begegnungen mit Hilde Domin da título a la película documental sobre su vida.
En 2005 se la concedió la máxima distinción de la República Dominicanaː la Orden del Mérito de Duarte, Sánchez y Mella, en reconocimiento a su labor literaria y al trabajo desarrollado en este país.
Falleció en 2006 a los 96 años, en su residencia de Heidelberg.
(Sacado de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] )
*
Algunos poemas de Hilde Domin:
De Manzano y olivo (1955-1957):
DÓNDE ESTÁ NUESTRO ALMENDRO
Estoy acostada
en tus brazos, querido,
como l almendra en su cáscara.
Dime ¿dónde está
nuestro almendro?
Estoy acostada en tus brazos
como en un barco,
sin ruta ni puerto,
pero con delfines en la proa.
Debajo de nuestras espaldas
un lazo de camas,
nuestras camas en los muchos países,
en lo incógnito de la noche,
si alrededor se hunde una habitación desconocida.
A dónde llegábamos
-de dónde venimos, querido,
todo es diferente,
todo es igual.
En todas partes se agavilla el heno
de otra manera
para secarlo
bajo el mismo
sol.
QUÉ POCO ÚTIL SOY
Qué poco útil soy.
Levanto el dedo y no dejo
ni la más pequeña raya
en el aire.
El tiempo borra mi cara,
ya ha empezado.
Tras mis pasos en el polvo
lava la lluvia la calle hasta hacerla relucir
como una ama de casa.
Estuve aquí.
Paso de largo
sin dejar huella.
Los olmos al borde del camino
me hacen señas en cuanto me ven venir,
saludo verde, azul, dorado,
y me olvidan
antes de haber pasado.
Yo paso de largo
pero quizá deje
el leve sonido de mi voz,
mi reír y mis lágrimas
y también el saludo de los árboles de la tarde
sobre un pedacito de papel.
Y de paso,
sin intención alguna,
quizá encienda este o aquel
farol
en los corazones a orillas del camino.
Hilde Domin (Colonia, 27 de julio de 1909- Heidelberg el 22 de febrero de 2006) fue una poetisa alemana.
Trayectoria
Hilde Löwenstein nació el 27 de julio de 1909 en Colonia, en el seno de una familia tradicional judía.
Entre los años 1929 y 1932 estudió en las universidades de Heidelberg, Colonia y Berlín. Poco después, y debido al ascenso al poder del Partido Nacional Socialista en Alemania tuvo que exiliarse a Roma aquel mismo año 1932. Durante su estancia en Italia estudió Filosofía, Derecho y Ciencias Políticas, doctorándose por la Universidad de Florencia en el año 1936. Al año siguiente adoptó el apellido de su marido, Erwin Walter Palm, pasando a ser Hilde Palm. Dada la situación política en Italia la pareja no tardó en marcharse a Inglaterra, con la mirada puesta en el continente americano. Ni en Estados Unidos, México, Argentina y Brasil consiguieron asilo, hasta que llegaron a la República Dominicana en el verano de 1940.
En la República Dominicana, Hilde Palm inició su "nueva vida" como escritora, según ella misma dijo. Durante los años que vivieron en la isla caribeña, el matrimonio Palm realizó una serie de investigaciones que culminarían con la publicación del libro Los monumentos arquitectónicos de la Española, con una introducción a América, impreso en Barcelona en 1955.
A su regreso a Europa, en 1954, se reinstalaron en Heildeberg, ciudad alemana de su juventud universitaria donde se integraron de nuevo en el medio académico y literario. Entonces Hilde Palm trabajó como docente en las universidades de Frankfurt y Mainz, mientras que su marido Erwin Walter Palm, se ocupó de una cátedra de latinoamericanísta.
Fue en 1959 cuando se dio a conocer como Hilde Domin, a sugerencia de su editor y por identificación con su país de adopción. Con la publicación de su poema Nur eine Rose als Stütze (1959) se consolidó rápidamente como uno de los grandes valores de la lírica en alemán, además de reconocida ensayista.
La crítica la valoró por la sencillez de su obra, al mismo tiempo que por su intenso estilo, aspectos siempre destacados en los innumerables homenajes y premios que le concedieron en su larga vida. Hilde Domin se convirtió en la "gran dama de la literatura alemana de postguerra". En un momento donde todavía se respiraba en el ambiente los aires de la escritora y poeta Else Lasker-Schüler y donde la bravura de la autora Ingeborg Bachmann era insignia femenina, se convirtió en un vaso comunicante, por su situación de mujer, de judía y de exiliada.
Desde los años 60 los textos de Hilde Domin estuvieron presentes en los manuales de literatura para la enseñanza.
Sus obras fueron traducidas a más de veinte idiomas. Su poema Ich will dich – Begegnungen mit Hilde Domin da título a la película documental sobre su vida.
En 2005 se la concedió la máxima distinción de la República Dominicanaː la Orden del Mérito de Duarte, Sánchez y Mella, en reconocimiento a su labor literaria y al trabajo desarrollado en este país.
Falleció en 2006 a los 96 años, en su residencia de Heidelberg.
(Sacado de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] )
*
Algunos poemas de Hilde Domin:
De Manzano y olivo (1955-1957):
DÓNDE ESTÁ NUESTRO ALMENDRO
Estoy acostada
en tus brazos, querido,
como l almendra en su cáscara.
Dime ¿dónde está
nuestro almendro?
Estoy acostada en tus brazos
como en un barco,
sin ruta ni puerto,
pero con delfines en la proa.
Debajo de nuestras espaldas
un lazo de camas,
nuestras camas en los muchos países,
en lo incógnito de la noche,
si alrededor se hunde una habitación desconocida.
A dónde llegábamos
-de dónde venimos, querido,
todo es diferente,
todo es igual.
En todas partes se agavilla el heno
de otra manera
para secarlo
bajo el mismo
sol.
QUÉ POCO ÚTIL SOY
Qué poco útil soy.
Levanto el dedo y no dejo
ni la más pequeña raya
en el aire.
El tiempo borra mi cara,
ya ha empezado.
Tras mis pasos en el polvo
lava la lluvia la calle hasta hacerla relucir
como una ama de casa.
Estuve aquí.
Paso de largo
sin dejar huella.
Los olmos al borde del camino
me hacen señas en cuanto me ven venir,
saludo verde, azul, dorado,
y me olvidan
antes de haber pasado.
Yo paso de largo
pero quizá deje
el leve sonido de mi voz,
mi reír y mis lágrimas
y también el saludo de los árboles de la tarde
sobre un pedacito de papel.
Y de paso,
sin intención alguna,
quizá encienda este o aquel
farol
en los corazones a orillas del camino.
Última edición por Pedro Casas Serra el Lun 04 Sep 2023, 03:49, editado 1 vez
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