por Pascual Lopez Sanchez Dom 24 Dic 2023, 08:04
CUBA
FELIX GUERRA
EL FUEGO DE LAS CRIATURAS
Fuera de mí,
por rendijas y veredas cercanas, oigo el crujido
de huesos de quienes llegan quitándose el polvo
luego de soportar el largo camino.
Son seres abigarrados, de innumerables colores
y sorpresivos cánticos y quedo boquiabierto, tal
como si yo hubiese ignorado hasta este justo instante
lo diverso y eventual
que pueden ser una piel o una gargaata.
Por esos caminos de lodos y piedras y grietas,
avanzan criaturas resecas con sus toses, criaturas
resfriadas y húmedas, criaturas malolientes
y ríspidas, criaturas triscando o sin alas o muy
por encima del ras, criaturas devoradoras de légamo
o que flotan en las rutas del humo o soportan
ruidosas el paso de la ventisca. También
por esos predios laberínticos, atollados de
puentes y pasos a nivel y señales de "Deténgase" y
"Pare" y "Prohibido", anduve yo, a 8 a 6 a 4 patas, a
2 pies, saltando y saltimbanquiando, olisqueando
en las orillas, goloseando en las ventanas, tragando
agradecido, resistiendo la espoleta del soL o
rindiendo pleitesía a cualquier sombra de Ave que cruzó
cobijando. ¿Por ahí anduve yo?
Sí. Por ahí fui y por ahí regresé al fin
sin esquivar (así son de sorpresivos y
dominantes los caminos) atajos ni senderos
ni vados ni abismos ni cimas, empujando y empujado,
guardando distancias o de pronto trastabilleando
o de pronto inválido, cojo o desdentado o manco,
o de pronto amoratado y perplejo o de pronto
esbozando la mueca del pobre risueño que complace
las tentaciones de una pezuña que aplasta y patea.
Por eso pongo asunto y mi tembloroso oído
y mi trémulo oro en el agujero, para espiar o seguir
curioso el bulto borroso de los que ahora, fuera
de mí, por trillos y desfiladeros próximos, muy
próximos, pasan y dejan oír sus pasos
y lanzan una risita o una congoja
o un comentario entrecortado
o un tosco suspiro
y siguen apresurados, rápidos de largo, porque
su lejano hogar está todavía allá, mucho más
allá, en la falda misma de la montaña y en un
risco casi inaccesible,
y porque aquellos hogares , como este mío,
necesitan inexorables a quienes llegan y abren
los postigos
y les hacen brillarde nuevo el fuego.
en las hornillas.
EN FIN, MI QUERIDA LLUVIA, SÉ QUE ESTÁS DESEANDO CONTINUAR. ADELANTE,PUES.
BESOS.
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