POESÍA SOCIAL IX (En la primera página de Poesía Social I hay un índice de autores)

PUERTO RICO
JUAN ANTONIO CORRETJER MONTES


Marinero en tierra

Se mueve, como pez plateado,
el lomo crespo de mi Caribe.
La luna redonda es moneda
caída al fondo de un aljibe.

Sale a dar órdenes el viento patrón
a la cubierta de una ola
gruñona como perra de aguas:
se olvidó en tierra el marinero
cabeceante de una palma.

¿Qué licor de poniente ha tornado
esa presa de raíz y de arena?
¿O en qué cabo de viento ha sentido
cantar su sirena?

PUERTO RICO
JUAN ANTONIO CORRETJER MONTES


Martiana

Pasó en la ausencia terrible.
Vino la fiebre a mi cuarto.
Verdad profunda del alma.
Sentí mis muertos llamando.

Vi las manos puras, finas
como espadas, centelleando.
Vi las carnes rotas, vi,
vi las arterias sangrando.
Supe la cruz blanca, que,
tiene en mi espera los brazos.

Supe el cielo azul, geométrico,
como en ceñido triángulo.

Y vi en la sombra cerrada
surgir triunfador el astro.
¡Ay, en la noche terrible
besé la estrella llorando!

PUERTO RICO
JUAN ANTONIO CORRETJER MONTES



Música

Con un hilo invisible
el zumbador político
concierta los colores
del bosque estremecido.

Oíd al carpintero
-que es para ser oído-
y,en el claustro de hojas,
el múcaro astrofísico.

La abeja proletaria
en la mañana sonreída
radia su propaganda,
y el ruiseñor poeta
en la noche -delegado
de la confederación
de las estrellas.

PUERTO RICO
JUAN ANTONIO CORRETJER MONTES


Nada

Buque fantasma.
Jarcias de brisa.
Timón de sal.
Un marinero transparente
desde la cofa a vigilar.
Y todo en vano, que ha encallado
en un arrecife lunar.


Otra Garza

Otra garza es la yola.
Los remos son las alas.
Y una gaviota
el balandro que parte
para la aurora.

PUERTO RICO
JUAN ANTONIO CORRETJER MONTES



Oubao-Moin

El río de Corozal, el de la leyenda dorada.
La corriente arrastra oro. La corriente está ensangrentada.
El Río Manatuabón tiene la leyenda dorada.
La corriente arrastra oro. La corriente está ensangrentada.
El rio Cibuco escribe su nombre con letra dorada.
La corriente arrastra oro. La corriente está ensangrentada.
Allí se inventó un criadero. Allí el quinto se pagaba.
La tierra era de oro. La tierra está ensangrentada.
En donde hundió la arboleda su raíz en tierra dorada,
allí las ramas chorrean sangre. La arboleda está ensangrentada.
Donde dobló la frente india, bien sea tierra, bien sea agua,
bajo el peso de la cadena, entre los hierros de la ergástula,
allí la tierra hiede a sangre y el agua está ensangrentada.
Donde el negro quebró sus hombros, bien sea tierra o sea agua,
y su cuerpo marcó el carimbo y abrió el látigo su espalda,
allí la tierra hiede a sangre y el agua está ensangrentada.
Donde el blanco pobre ha sufrido los horrores de la peonada,
bajo el machete del mayoral y la libreta de jornada
y el abuso del señorito, allí sea tierra o allí sea agua,
allí la tierra está maldita y corre el agua envenenada.

Gloria a esas manos aborígenes porque trabajaban.
Gloria a esas manos negras porque trabajaban.
Gloria a esas manos blancas porque trabajaban.
De entre esas manos indias, negras, blancas,
de entre esas manos nos salió la patria.
Gloria a las manos que la mina excavaran.
Gloria a las manos que el ganado cuidaran.
Gloria a las manos que el tabaco, que la caña y el café sembraran.
Gloria a las manos que los pastos talaran.
Gloria a las manos que los bosques clarearan.
Gloria a las manos que los ríos y los caños y los mares bogaran.
Gloria a las manos que los caminos trabajaran.
Gloria a las manos que las casas levantaran.
Gloria a las manos que las ruedas giraran.
Gloria a las manos que las carreteras y los coches llevaran.
Gloria a las manos que las mulas y caballos ensillaran y desensillaran.
Gloria a las manos que los hatos de cabras pastaran.
Gloria a las manos que cuidaron de las piaras.
Gloria a las manos que las gallinas, los pavos y los patos criaran.
Gloria a todas las manos de todos los hombres y mujeres que trabajaron.
Porque ellas la patria amasaran.
Y gloria a las manos, a todas las manos que hoy trabajan
porque ellas constuyen y saldrá de ellas la nueva patria liberada.
¡La patria de todas las manos que trabajan!
Para ellas y para su patria, ¡Alabanza!, ¡Alabanza!

POESÍA SOCIAL. PUERTO RICO

APONTE, JOSÉ AGUSTÍN ( Fte. Biografías.com)

Poeta puertorriqueño, nacido en Aguadilla en el año 1860. Desafortunadamente, existe muy poca información relacionada con la vida de este insigne aguadillano. Descendía de familias venezolanas que llegaron a Puerto Rico en época de la revolución de ese país.

De formación autodidacta, ya que las condiciones económicas de su familia le impidieron adquirir una preparación universitaria, desempeñó en Aguadilla el humilde oficio de barbero y se distinguió como poeta, orador y exponente de las ideas espiritistas.

Sus versos aparecen en los libros Ecos del Nuevo Mundo (1905), Flores y Nubes (1887), y Ecos de la Patria (1889). En el campo espiritista y político publicó los libros Vida Política y Literaria (1908), Voces de la Revelación (1911) y El Pueblo y sus Derechos (1895). A opinión de Enrique Laguerre, José Agustín Aponte fue el mejor discípulo en Puerto Rico del poeta mexicano Salvador Díaz Mirón y se manifiesta en su obra una profunda influencia de Gustavo Adolfo Bécquer.

Se cree que murió en 1912.

POESÍA SOCIAL. PUERTO RICO

APONTE, JOSÉ AGUSTÍN

(1860-1912)

BRUMAS

¿Quién soy?, de dónde vengo y dónde fluye
este inmenso raudal de lo existente,
¿en qué límite ignoto se concluye
o rompe el valladar de su corriente?

Arriba está la aurora que despierta
en su olímpico lecho de alabastro,
como un ángel de luz , que da la «alerta»
y envuelve al universo con su rastro.

Arriba está la cumbre que alborea,
el numen de ese cántico infinito,
y está la luz, que límpida gotea
del mundo sobre el áspero granito.

Arriba está la nube vaporosa
donde surge el relámpago , que escila;
arriba está la estrella luminosa
por donde Dios asoma su pupila.

Abajo está la sombra: la penumbra;
el corazón humano hecho pavesa;
el brillo del poder, que nos deslumbra,
y el vicio, que nos ata y que nos besa.

Abajo está, de la batalla ruda,
el fuerte vocear, el ronco grito:
y el hombre reclinándose en la duda
¡mirando con desdén a lo infinito!


Poema perteneciente a DE FLORES Y NUBES.

Hemos conseguido este poemario. Pero, una vez más, los poemas hay que pasarlos a mano. Doy un repaso general y veo de poner algún poema más.

POESÍA SOCIAL. PUERTO RICO

APONTE, JOSÉ AGUSTÍN

(1860-1912)

1.-  A UNA JOVEN

Eres un cisne de nevada pluma
Dormido á orillas de espumoso lago:
Eres un lirio que con tierno halago
La brisa acarició.
Eres el aura de una fresca tarde
Perfumada de mirto y azucena:
La rosa más fragante y más amena
Que el cáliz desplegó,

Tu voz es el raudal de la ternura,
Tu mirada predica la inocencia,
Suspiras... y derramas una esencia
Que no puedo explicar.
Necesito, mujer, frases extrañas,
Necesito el idioma de las flores,
Comprender sus secretos, sus amores,
Para poderte hablar.

Yo adoro la hermosura; buco en todo
La expresión armoniosa de lo bello,
En el ramo de rosa, en el destello
De la aurora al nacer.
Por eso te amo á ti; tu amor me ofrece
Virtud, sublimidad, dicha, alegría:
Manantial de ternura y poesía
Eres linda mujer.

Cont.

POESÍA SOCIAL. PUERTO RICO

APONTE, JOSÉ AGUSTÍN

(1860-1912)

1.- A UNA JOVEN (Cont.)

No tiene la mañana más fulgores
Que esos ojos que brindan el consuelo;
Si hay en la tierra ángeles del cielo
Tú eres uno de allí...
Lo dice tu mirar: ese conjunto
De amor, de actividad y de ternura,
Con que hechizas, mujer, toda criatura
Que te contempla aquí.

Ni en las hermosas vírgenes de Grecia,
Ni en las hijas de Egipto y de Turquía,
Ni en las indianas de la patria mía,
Tu imagen pude ver;
Tú serás siempre para mí la bella
Flor de eternal y mágica hermosura;
Eres tú la expresión de la ternura;
Del amor y el placer!

Amarte es mi esperanza, amarte quiero
Con ese amor que el corazón no explica,
Con ese amor que el alma vivifica
Con fuego celestial;
Con ese amor que en íntima ternura
No deja nunca el corazón vacío;
Del porvenir fantástico y umbrío
El astro divinal.

Porque eres cisne de nevada pluma
Dormido á orillas de espumoso lago:
Porque eres flor que sueña al dulce halago
Del aura matinal;
Porque eres bella como el alba pura
Cuando vierte su luz que tornasola:
Cual rota de rocío en la corola
De un flor tropical.

POESÍA SOCIAL. PUERTO RICO

APONTE, JOSÉ AGUSTÍN

(1860-1912)

2.- MI POESÍA

A mi distinguida amiga l SRTA. DECOROSA SOSA

I

Suspiraba del mar en la ribera,
Se mecía en la flor,
Recogiendo en la brisa placentera
Un mensaje de amor.

Cruzó en la nube que argentada y bella
Los espacios decora,
Y brillaba en la luz de clara estrella
Tranquila y seductora.

Era el beso de amor que da la fuente
Al puro rosicler;
El candor que refléjase en tu frente
Y embellece tu ser.

Cont.

POESÍA SOCIAL. PUERTO RICO

APONTE, JOSÉ AGUSTÍN

(1860-1912)

2.- MI POESÍA

A mi distinguida amiga l SRTA. DECOROSA SOSA

Cont.

II

Es hoja que el viento arranca
Del árbol donde creciera;
De espuma límpida y blanca
La bellísima quimera.

Mariposa que ha perdido
Sus esmaltados colores;
Ave que no tiene nido
Ni encuentra campos de flores.

Lejana nube impelida
Por la furiosa tormenta;
Onda que va confundida
En su carrera violenta.

Arpa que sola suspira,
Del bosque apagada nota;
Astro sin luz, y que gira
En una región ignota.

POESÍA SOCIAL. PUERTO RICO

APONTE, JOSÉ AGUSTÍN

(1860-1912)

3.- TENÍAS RAZÓN

Cuando inclines la frente pensativa
Al soplo del recuerdo,
Y mires deshojarse una por una
Laa flores de tu pecho;

Cuando en tu corazón negras tormentas
Robándote el sosiego,
Te hagan llorar con ese llanto amargo
Que no tiene consuelo;

Yo sé que surgirán á tu memoria
Los mágicos ensueños,
De aquella noche en que me habló tu alma
Con lágrimas y besos..

La brisa levantaba suspirando
Melancólicos ecos;
Las estrellas cambiaban en el éter
Sus límpidos reflejos.

Las olas expiraban en la playa
Con un rumor intenso,
Y la luna ocultaba en el Ocaso
Su disco amarillento.

Tú reclinada sobre el pecho mío,
En lánguido embeleso,
Contemplabas los bellos horizontes
De aquel nítido cielo.

Y señalando al astro de la noche
Ocultarse á lo lejos,
Esa es la imagen del amor, dijiste,
que vive entre mi seno.

Y hoy al ver que á tu alma no conmueven
Los ayes del recuerdo,
Yo me digo: es verdad... que tú tenías
El corazón ya muerto.

PUERTO RICO
JUAN ANTONIO CORRETJER MONTES


Pared de la Soledad

El carro, lentamente, va saliendo de Ciales,
detrás de una alazana, rucia, caballería,
y entra en los campos húmedos de crespos pastizales,
por donde el río traza su torva geometría.

(Yo sueño. El campo es nuestro. Los altos matorrales
cruzar, a rienda suelta, mi caballo podría,
frente a la enardecida tropa de los leales
y entre el aplauso unánime de la fusilería.)

Trenzan las trepadoras sus vegetales redes
sobre la cal nevada de las bravas paredes.
La curva repentina dice su brevedad.

Y un grito, como un látigo, sobre el campo tendido
prende múltiples voces del silencio dormido
en aquella mentida pared de soledad.

PUERTO RICO
JUAN ANTONIO CORRETJER MONTES


Pictografía

Caía un sol todo Borinquen sobre
mi frente descubierta.

Yo me acerqué en silencio, conmovido,
hasta esa hipnósis que grabó una estrella,
no sé en que ardiente areyto de presagio,
para que esta mañana se leyera.

-Recoge tu Destino, Borincano,
en esta luz que se ha tornado pétrea.
Ni sol, ni lluvia; ni traición, ni nada,
podrá borrar lo que se ha escrito en piedra!

PUERTO RICO
JUAN ANTONIO CORRETJER MONTES



Poema de mi instinto y de mi verso

Yo soy el pulsador del Mundo.
Mi verso es como un mancebo
deslumbrado de sol.
Por eso, me siento alegre
y toda la música de la Creación
rompe como una orquesta en mi pecho.
Cuando se desplome la noche
ya no podré perderme,
porque entonces me salvará mi instinto.
Subiré como Zarathustra a la montaña
a la hora que el mediodía
luce su rubí, abierto como una llaga
sobre su frente limpia y diáfana.
Me agarraré a las crenchas del Infinito
teniendo entre mis dientes
la pulpa ruda de mi Verso.

PUERTO RICO
JUAN ANTONIO CORRETJER MONTES


QUIJOTE

¿Que cuál es mi quijote predilecto?
El de todos los sueños.
Yo mismo, jinete en un caballo de palo.
En un caballo de madera que galopa en los vientos.
Yo mismo, sobre un corcel luciérnaga,
herrado con hierro de luceros.
Yo solo, herido, casi muerto.
Mis espuelas clavadas en los ijares de un caballo leño.
Todo a mi alrededor terriblemente quieto.
Y yo solo, en el caballo de palo, volando, ciego,
buscando en lo infinito dos ojos con que ver:
-¡Los tuyos! –

PUERTO RICO
JUAN ANTONIO CORRETJER MONTES


Rumbo

Fragoso es el camino.
La lluvia cae y la mochila pesa.
Sigue el río que corre, campesino,
por la margen izquierda.

Mano verde-escarlata dan los cafetos,
oro y plata en la gloria de las haciendas.

Para llegar a ellas no hay otra senda:
sigue el río que corre, jornalero,
por la margen izquierda.

Arriba son los altos cielos, los eruditos
camanarios -dedos de dómine en la aldea,
viaductos para pechos aburguesados,
versículos de azogue, hostias de piedra.
Y abajo es el camino fangoso…

Cae
la lluvia y la cochila pesa.
El río se desborda, campesino:
Sigue el canto del río
por la margen izquierda.

PUERTO RICO
JUAN ANTONIO CORRETJER MONTES


Si quieres comprender

Si quieres comprender cómo te amo,
pídeme de la Vida hasta la Muerte.
Por ti desafiaré los Elementos,
los Astros y la Suerte.

Y en pago de mi amor solo te pido
tu mano en lazo con la mía unida,
tu corazón mi corazón moviendo
para toda la vida.

Mírame con tus ojos amorosos.
Piénsame, pensamiento idolatrado.
Bésame, beso tuyo, beso mío.
Llévame en ti como en un relicario.

Que hoy más que nunca soy como la hechura
de tu amor, de tu beso, tu caricia,
del encendido óleo de tus ojos
y el molde de tu arcilla.

PUERTO RICO
JUAN ANTONIO CORRETJER MONTES


Soledad

Soledad -manojo de azahares
campesinos, tonada de aguinaldos-
¡precaución no vaya a turbar mi pie
el dormido cielo de las charcas del verano!

Pasa la vuelta de percal de la misa
a la hora en que reclaman su rubio maíz los gallos,
y eres tú la alegría del corral, como una
diosa en la burbujeante adoración de los pájaros.

Qué dulzura de tarde de domingo.
Han abierto sus paraguas rojos los flamboyanes.
En el batey retoza el recuerdo de la mañana.
Horquillas de sol se prenden los moños de los maizales.

Y en el fragor distante, del riachuelo, adivino,
un espejo sonoro, Soledad, de tu vida
-agua clara corriendo suavemente en la acequia
de una inefable y pulcra beatitud campesina.

PUERTO RICO
JUAN ANTONIO CORRETJER MONTES

Templas

Mi amanecer campesino
canta dulce retornelo
y a contrapunto de duelo
lo acompaña mi destino.

Vivo. -Vivir es soñar! –
Así, en suave movimiento,
paso en guitarra y en cuento…
-¡Vivo para despertar!

Ladra la ametralladora
en el silencio nocturno.
Grita la guardia de turno:
-¿Quien vive?-
Yo: -!La aurora!

Eres una gacela corriendo por el mundo de los versos... Inalcanzable.

¡Qué bueno Juan Antonio Corretjer!

Me espera el sintrom dichoso...hoy - al menos esta mañana- no estaré por aquí. Pero el equipo se amplio: somos cuatro. Hay que saludar la nueva buena y brindar por la POESÍA.

POESÍA SOCIAL. PUERTO RICO

APONTE, JOSÉ AGUSTÍN

(1860-1912)

4.- ¡AMOR!

Yo adoro la luz, el viento,
De las aves los arrullos,
El azul del firmamento,
Y del liquido elemento
Las ondas y los murmullos.

Yo adoro, niña, el mirar
De tus ojos de zafiro;
Me enamora tu pensar
Y la brisa que al pasar
Se perfuma en tu suspiro.

El amor es la oración
Más armónica y sentida,
Y á su divina atracción
Se agita la creación,
Y se embellece la vida.

Amor es el movimiento
Que va empujando las olas
Cuya espuma riza el viento;
Y amor es el sentimiento
Que nunca me deja a solas.

El alma tiene fulgores,
La atmósfera su rocío,
La tierra frutos y flores,
Y el cometa en el vacío
velocidad y vapores.

Es el amor poesía,
Melódica vibración,
Aurora de un bello día:
Es el amor, vida mía,
¡El alma del corazón!

POESÍA SOCIAL. PUERTO RICO

APONTE, JOSÉ AGUSTÍN

(1860-1912)

5.- UNA NOTA

( En el álbum de la apreciable artista
EMILIA HERNÁNDEZ DE ACEVEDO )

Niña, escucha: el corazón
Es un arpa, cuyo acento
Da forma a la inspiración,
Y adorna en cada canción
De flores el pensamiento.

Es tan pura y delicada
El alma de la mujer,
Cual la hoja nacarada
Que abre la flor al nacer
De la luz enamorada.

Yo sé muy bien que es lo bello
El ideal de tu vida,
Y que estás á su destello
Tan íntimamente unida
Como la gracia á tu cuello.

Amas del bien la armonía,
Del amor los universos,
La luz que embellece el día:
Y aún, niña, me pides versos
Estando en ti la poesía!

En ti vive, en ti suspira,
Que un arpa es tu corazón:
Parece, niña, mentira
Que me pida una canción
Esa melódica lira!

POESÍA SOCIAL. PUERTO RICO

APONTE, JOSÉ AGUSTÍN

(1860-1912)

6.- Á …

Para vivir la planta necesita
Qué el céfiro la bese
Y la acaricie el sol:
Y para ser feliz... tan solo quiero
Me des una mirada
Y un beso de tu amor.

POESÍA SOCIAL. PUERTO RICO

APONTE, JOSÉ AGUSTÍN

(1860-1912)

7.- NOCHE DEL TRÓPICO

Hermosas son las noches tropicales:
El cielo azul, sereno, despejado,
Brilla siempre de estrellas coronado;
No se eleva en la costa ni un rumor.
La luna se levanta como un globo
Surgiendo del abismo de los montes,
Y baña los desiertos horizontes
De un nítido, plateado resplandor.

Noches puras, tranquilas refulgentes,
Noches serenas de la patria mía,
Llenas de luz, de amor, de poesía,
Que trasportáis el alma á lo ideal;
Vosotras sois las notas más sublimes
De la oración que de la tierra sube
En las errantes alas del querube,
Para unirse al concierto universal.

Vosotras despertáis con vuestro aroma
Los recuerdos que duermen en mi alma,
Y uno á uno saliendo de su calma
Cruzan por la memoria sin cesar;
Recuerdo de los tiempos deliciosos
De mis dulces primeras ambiciones,
De aquellas juveniles ilusiones
Que el corazón hicieron palpitar.

POESÍA SOCIAL. PUERTO RICO

APONTE, JOSÉ AGUSTÍN

(1860-1912)

8.- A UN AMIGO

Por la atracción toda esfera
Gira en raudo movimiento;
El sol sigue su carrera,
Y ese líquido elemento
No quebranta su barrera.

Pues lo mismo es el amor:
Es la atracción de la vida;
Y el hombre, el ave y la flor,
Bajo su acción convenida,
Germinan á su calor.

Aniquilad toda acción,
Toda fuerza equilibrante
Que armoniza á la creación,
Y tendréis por resultante
El caos, la confusión.

Y sucedería lo mismo
Si á la pobre humanidad
Le quitáis su equilibrismo;
¡No tenéis aún la impiedad
y el horrendo despotismo!

Por eso, joven, si quieres
No sentir más el dolor
Que por culpa lo requieres,
No maldigas del amor
Los purísimos placeres.

POESÍA SOCIAL. PUERTO RICO

APONTE, JOSÉ AGUSTÍN

(1860-1912)

9.- HOJAS SECAS

I

Por reflejarme en tus ojos
Quiero ser luz;
Por seguir, niña, tus huellas
Quiero ser sombra;
Y por penetrar tu pecho
Quiero ser aire.

Por eso para quererte
Y contemplar tu donaire,
Quiero unir á ti mi suerte;
Y con i amor ofrecerte:
La luz, la sombra y el aire.

POESÍA SOCIAL. PUERTO RICO

APONTE, JOSÉ AGUSTÍN

(1860-1912)

9.- HOJAS SECAS

II

Yo vi sobre la nieve
Una flor mustia,
Ser juguete del viento,
Del huracán;

Así en tu pecho, blanco
Como la nieve,
Mis pensamientos ruedan
Sobre un volcán.

POESÍA SOCIAL. PUERTO RICO

APONTE, JOSÉ AGUSTÍN

(1860-1912)

9.- HOJAS SECAS

III

Una lágrima tierna, desprendida,
Baña de tu semblante el rosicler;
Y es que en el puro cielo de tu vida,
Empieza a amanecer.

Esa lágrima, niña, es el rocío;
Del cáliz del amor nítida perla:
¡Oh! si la seca flor del pecho mío,
Pudiera recogerla !

IV

El silencio es un idioma
Que solo el alma comprende,
Cuando medita y se enciende
De un sentimiento al calor.

Por eso cuando la tarde
Vierte lágrimas de pena,
Mi alma de silencio llena...
¡Sólo suspira de amor!

POESÍA SOCIAL. PUERTO RICO

APONTE, JOSÉ AGUSTÍN

(1860-1912)

9.- HOJAS SECAS

V

Como cansada ola que á la playa
Viene un lecho á buscar,
Y choca, y se dilata, y suspirando
Se vuelve hacia la mar;

Así también, errante por la vida,
sin reclinar la sien,
"Como la ola que á la playa viene..."
Me mata tu desdén!

¡Cuándo será que tierna y cariñosa
Mitigues mi dolor,
Y surgiendo en la noche de mi penas
Me ilumine tu amor!