POESÍA SOCIAL I (En la primera páqgina hay un índice de autores)

Querido Pascual, estuve leyendo, muy buen tu trabajo, inapreciable.
Más sabiendo el poco tiempo con que cuentas.
Ya colaboraré contigo con algún poema si encuentro, que no esté publicado.
Te felicito.
Un abrazo

Seguiré en cuanto pueda, Ana; María; Evangelina... Besos.

"...Sus reacciones desesperadas, filosóficas o vulgarmente sencillas -es decir, humanas- ocupan el centro medular de su poesía, nacida no tanto de su mente como de su alma.
Fiel a sí mismo, dije, y pese a las críticas. Fiel a su propia franqueza, el poeta se entrega íntegro, con la carga de pasiones de que e capaz su desbordante y desbordada sensibilidad. Y si a veces escribe sin eufemismos, "las cosas, como son", llevado de la mano de Juan de Leceta, que "se atreve a decir lo que a mí me avergonzaría pensar", la delicadeza del romántico Celaya sale a suavizar tanta realidad desnuda con una frase tierna o una bella imagen; o el intelectual Rafael Múgica aporta en un momento oportuno un profundo pensamiento, una aguda reflexión..." (Mª de Gracia Ifach)

"... La vida es bonita
y me gustaría que no la perdieran.
Renuncien a tercos agarrotamientos,
veneren su cuerpo.
Respiren tranquilos con anchos pulmones,
ábranse a sus varias posibilidades
y, desvergonzados ( cínicos, valientes),
cúmplanse a sí mismos.
Estas finitudes que tanto desprecian
son su vida entera.

Repitan conmigo ( todos vueltos niños):
Respiro, mi pulso
con un sí levanta todas mis entrañas;
repitan, respiren un-dos ( el ritmo
regala certezas más que intelectuales),
llamen a las cosas por sus nombres propios
(únicos, hermosos);
miren hacia fuera, siéntanse dichosos
con tanto regalo,
con las pequeñeces que, vividas, colman.

No se crean sabios porque piensan tanto;
alaben abiertos, dénse sin medida,
vivan de su gozo,
no de recortarse, crueles, contra otros.
Bástense a sí mismos y si es necesario
búsquense su Carmen,
háganla de un poco de belleza y cieno
( el ser femenino siempre es moldeable),
cúbranla y comprendan que tan sólo un cuerpo
entiende a otro cuerpo.

Renuncio al poema de amor que podría,
mal o bien, ahora, irles transcribiendo.
Prefiero marcharme de paseo con Carmen.
¿ Quieren que les diga
lo que es u belleza, lo que es su alegría,
su paso ligero, su cintura esquiva,
sus muslos redondos, sus ojos audaces,
su resbaladiza caricia cambiante,
su risa sin forma?
Comprendan -es fácil- me basta la vida..." ( GABRIEL CELAYA. De LAS COSAS COMO SON...)

(Cont.)

Te sigo Pascual, ¡qué poema hermoso este último que has puesto!

"... La vida es bonita
y me gustaría que no la perdieran...


...y desvergonzados ( cínicos, valientes),
cúmplanse a sí mismos.
Estas finitudes que tanto desprecian
son su vida entera.

No se crean sabios porque piensan tanto;
alaben abiertos, dénse sin medida,
vivan de su gozo,
no de recortarse, crueles, contra otros.

¿ Quieren que les diga
lo que es u belleza, lo que es su alegría,
su paso ligero, su cintura esquiva,
sus muslos redondos, sus ojos audaces,
su resbaladiza caricia cambiante,
su risa sin forma?
Comprendan -es fácil- me basta la vida..."

Cuántas veces nos juzgamos tan cruelmente nosotros mismos que no nos premitimos una equivocación, no disfrutamos por la manera en que nos formaron, por temor, etc. Y es nuestra vida.
ES tan real y profundo, nos deja un mensaje para tratar de aplicar ...porque así sería mejor nuestra vida.
Gracias Pascual

Besos

Gracias, Ana María, lo cierto y verdad es que Celaya ha sido excesivamente denostado... Hasta el punto de que al final de sus años el mismo dudó de la "poesía social". Eso, el menos, dicen los expertos. Aunque yo no lo he leído en ningún sitio. Lo he oído. No podría, por tanto, mostrar referencia. En ese sentido, al menos para mí, sigue valiendo lo que dicen sus versos. Ahora continuaré.

"...Desde su primer libro - Marea de silencio, 1935- al más reciente - Las resistencias del diamante, 1957- su obra es una absoluta comunión con la realidad presente, con la historia que vivimos. El amor, el trabajo, la amistad, la muerte - y el absurdo equívoco de su conjunto- son los motivos fundamentales que incitan y espolean al autor, según las circunstancias , inspirándole poemas en tono menor o aquellos extensos y narrativos que forman un solo volumen, con valor de epopeya, donde combina varios metros y rimas, desde el sencillo romance a las caudalosas estrofas o parlamentos en alejandrinos. En estos casos -por ejemplo, Lo demás es silencio, Las resistencias del diamante- y en otros -Paz y concierto, Cantos Íberos- el poeta vasco se muestra cabal "ingeniero del verso", pues su exacta estructura hace pensar en un desfile perfectamente alineado y rítmico visto con prismáticos vueltos del revés.
Como un mea culpa , confiesa que su poesía no es "un bello producto" ni "un fruto perfecto", sino sólo preocupación por el hombre y su destino, por la amargura de su vivir y el dolor de que las vida no sea más justa y amable..." ( Mª de Gracia Ifach)

"...La vida en un puño que llevo apretado
(sigo combatiendo),
la vida asombrosa con sus sufrimientos,
con sus alegrías que a veces descuido,
con el aire nuevo
que, cuando me muevo, se ofrece sin tasa.
No voy a la muerte; siempre estoy volviendo
-Lázaro pequeño de sus destrucciones-
y quizás por eso
consitiendo en ellas, vivo y soy dichoso.

Carmen lo comprende ( mas sin explicarse).
Carmen si me besa,
si roza, furtiva, mi mano o mi muslo,
si mira riendo sólo con los ojos,
si dice: "No importa",
me da nueva vida, bendice mi cuerpo,
sana mis posibles penas trascendentes.
Así son las cosas
como son, terribles sólo por idiotas;
Pablo se me ha muerto; yo sigo viviendo." ( GABRIEL CELAYA. De LAS COSAS COMO SON. Extracto.)

(cont.)

"...No es del todo cierto, sin embargo, pues cuando canta a la amistad o al amor - buen ejemplo es ese apasionado libro Se parece al amor-, y aun dentro de su existencialismo, su expresión alcanza en infinitas ocasiones las más altas cumbres poéticas..." (Mª de Gracia Ifach)

APASIONADAMENTE

"¡ Y tanto y tanto te amo,
que mis palabras mueren
en un rumor de besos sin descanso!

¡Y tanto, todavía, que mis manos
no te hallan al tocarte!

¡Tanto y tan sin descanso
que fluyo, y fluyo, y fluyo,
y es solamente llanto!"

EN TI TERMINO

"Este objeto de amor no es un objeto puro;
es un objeto bello y creo que eso basta:
bellos son sus brazos, sus hombros, sus senos;
bellos son tus ojos (¡y qué bien me mienten!).

Deseable, me engaña o , furtiva, resbala
suave, suavemente, con física dulzura
o gravita hacia un centro más secreto que el alma;
o duele con un fuego más real que el cariño.

Si la beso, no hablo; si la toco, no creo;
y me quedo callado mirándola muy cerca
o me duermo en su brazos, o me muero en sus espasmos,
y en aniquilarme hallo cierto descanso."

MORIR CONTIGO

"¡Ay, tú, siempre tan lejana!
(Tu cuerpo poseído
me parece aún intacto.)
¡Ay tu sonrisa esquiva!
¡Ay tus palabras vagas!
Todo tan sin sentido
(¡adorable, imposible!)
que no eres tú, no es nada,
es la nada lo que amo
revestida de luces
que en sueva piel resbalan.

Desnúdate: ¿ qué importa?
Yo sólo sé morirme,
y no mirarte. Canto
cierto nácar cambiante,
deseo con mil nombres,
que aquí brilla variando,
ternura, o llanto, o dicha,
o -querida, querida, querida-
no saber que se dice,
morir tu propia muerte;
rozarte así: imposible."

(GABRIEL CELAYA. De SE PARECE AL AMOR)

(cont.)

"...De las epopeyas antes citadas sólo es posible escoger para esta antología algunos fragmentos que en modo alguno consiguen reflejar el sentido de la narración o del diálogo, aunque si ofrecen una muestra de su grandiosidad. Lo demás es silencio es un canto al hombre trabajador, a "esos hombres, casi tierra, que van viviendo y se callan" y por cuyo sufrimiento sufrimiento siente "una cósmica pena" inconsolable..."( Mª de Gracia Ifach)

"CORO (Fragmento)
Mas, ¿ qué es un hombre?, ¿ qué vale su medida ante los miles
de desarrollos posibles, de imprevisibles potencias?
Esa brisa que es un torso palpitante sin cabeza,
y esa lágrima que cifra los carbones constelados,
y esos dulces vegetales de femenino despliegue,
con mostrarse son ya hermosos, sin nombrarse son su todo.
Esas playas solitarias, extasiadas de distancia,
y esos ojos detenidos de potrillo que no mira,
y eso hombres, casi tierra, que van viviendo y se callan
pesan más con su silencio que cuanto tú crees profundo.
Y esas noches traspasadas que se adentran al negarse
y que a veces te detienen con eléctricas pestañas,
y esos témpanos que cruzan unas glaucas lejanías,
y ese gozo organizado que es un manzano exultante,
saben más que los humanos aunque no puedan decirlo.
Y esa luz de hojas pequeñas que se siguen sin descanso,
los efímeros y tiernos animalitos de marzo,
los limacos resbalados, las libélulas sin cuerpo,
los joviales transeúntes, los amores de un momento,
y más, y más como nada, porque es sencillo el milagro,
cierta gota de rocío redonda sobre una brizna
cantan claro y cantan alto, pues ser lo que son les basta."

(GABRIEL CELAYA. De LO DEMÁS ES SILENCIO. Coro - extracto-)

(cont.)

Mas, ¿ qué es un hombre?, ¿ qué vale su medida ante los miles
de desarrollos posibles, de imprevisibles potencias?
Esa brisa que es un torso palpitante sin cabeza,
y esa lágrima que cifra los carbones constelados,
y esos dulces vegetales de femenino despliegue,
con mostrarse son ya hermosos, sin nombrarse son su todo.

Voy leyendo y adentrándome en su poesía Pascual, realmente muestra una humanidad que te llega.
Gracias amigo por este trabajo que haces. Te sigo.
Buen fin de semana...

"...En Las Resistencias del diamante sus estupendos personajes -cuatro fugitivos cobijados y salvados por la dulce y tierna Mirari, "con su cuerpo bonito, de niña madre y novia"- dialogan según su idiosincrasia, en un lenguaje sencillo y hermoso, manteniendo tensa la intriga  hasta la frase final..."

"PRELUDIO

El agua entre las piedras, la luz contra los dientes,
el tiempo entrecortado por los hechos mortales,
lo que aun mordido, escapa: lo común y corriente.

¡Oh vida siempre nueva que rubrica la sangre!,
me persigues, prosigues, lames donde me duele,
curas, igualas, rezas: "No es nada; no te pares."

Las piedras hieren, duelen. Los hombres permanecen
donde están secamente: sin pensar hacer daño
a todo lo que vive, sale de sí: sucede.

Los hombres, ciertos hombres, están mascando esparto
mientras otros, cantando, son el agua en que sigo,
y hasta besan los guijos y los van alisando.

Signos clavados, leyes, prestigios de lo fijo,
tradición en que choco y así me deletreo,
confort mental, sistemas, rutina a lo divino,

muertos embalsamados en que, impío, tropiezo,
sin querer, sin saber. ¡Oh hermanos enemigos,
no destruyáis, sin verme siquiera, lo que alegro!

Me duele el esqueleto, la sociedad en que vivo,
la silla en que me siento, lo muerto fuera y dentro.
Me duele vuestra inercia; me enciende vuestro frío

y os llamo piedras, piedras, pues estoy dando en seco
mientras paso -pasamos-, pese a todo me sigo
y me siento, si fluyo, como un perpetuo invento.

¡Ay, quiero ser! , queremos, amantes serpentinos,
ser líquida caricia, ser sin ser, ser lo otro,
ser más de lo que somos, ¡oh ersatz del infinito!

Pueden morder los dientes del reloj y del odio,
pueden llamarme loco los que dicen que me aman,
pueden darme los hombres con su ley en el rostro,

pueden ponerme piedras, pueden abrirme llagas
para luego besarlas y decir: "Te perdono",
pueden, sí. Pueden mucho. Mas yo soy lo que escapa.

No es fácil ser poeta, cantar en este bronco
mundo paralizado que, cuanto más me hiere,
más provoca las iras no santas del yo roto.

Mas transcurro, transcurro. Soy el agua corriente
que choca y se hace espuma, se muestra al descubierto.
Soy quien soy, manifiesto. Soy por ser quien se atreve.

El mundo se desprende del lujo de sus sueños,
de su traje de noche, de su temblor fulgente,
y es vida, vida, vida. Sólo vida. Me muero.

Es aquí y es ahora, es aquí, donde duelen
las cosas más pequeñas, donde en verdad me siento.
Palpitante impalpable, soy, abierto, el presente.

Salgo del laberinto de mi yo. Canto el hecho
de unos hombres vulgares. Y en ellos me edifico.
Construyo el heroísmo. remuerdo el sufrimiento." ( Gabriel Celaya. De Las resistencias del diamante. Preludio.")

Esa brisa que es un torso palpitante sin cabeza,
y esa lágrima que cifra los carbones constelados,
y esos dulces vegetales de femenino despliegue,
con mostrarse son ya hermosos, sin nombrarse son su todo.
Esas playas solitarias, extasiadas de distancia,
y esos ojos detenidos de potrillo que no mira,
y eso hombres, casi tierra, que van viviendo y se callan
pesan más con su silencio que cuanto tú crees profundo.
Y esas noches traspasadas que se adentran al negarse
y que a veces te detienen con eléctricas pestañas,
y esos témpanos que cruzan unas glaucas lejanías,
y ese gozo organizado que es un manzano exultante,
saben más que los humanos aunque no puedan decirlo.
Y esa luz de hojas pequeñas que se siguen sin descanso,
los efímeros y tiernos animalitos de marzo,
los limacos resbalados, las libélulas sin cuerpo,
los joviales transeúntes, los amores de un momento,
y más, y más como nada, porque es sencillo el milagro,
cierta gota de rocío redonda sobre una brizna
cantan claro y cantan alto, pues ser lo que son les basta."

Qué maravilla, querido Pascual!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Y sigo leyendo.
Gracias, amigo, por darnos tanto!!!!!!!!!!!!
Besitosssssssssss

Nicolás Guillén

(Camagüey, 1902 - La Habana, 1989) Poeta cubano, considerado el máximo representante de la llamada poesía negra centroamericana, y poeta nacional de la isla por su obra ligada a la cultura afrocubana. Nicolas Guilléncursó un año de derecho en La Habana, antes de abandonar la universidad y volver a su ciudad donde trabajó como tipógrafo y se dedicó al periodismo en la redacción de El Camagüeyano, en cuyas páginas inició también su actividad literaria.


Nicolás Guillén

A partir de 1925 Nicolas Guillén se instaló en la capital donde participó activamente en la vida cultural y política de protesta, lo que le supuso breves arrestos y períodos de exilio en varias ocasiones. En 1937, cuando había publicado ya sus primeros tres libros, ingresó en el Partido Comunista de Cuba, fundado por su amigo y también poeta R. Martínez Villena, y participó en el célebre Congreso por la Defensa de la Cultura, realizado en Valencia en plena Guerra Civil española, donde conoció a P. Neruda, R. Alberti, F. García Lorca y O. Paz, y su obra alcanzó difusión europea.

A su regreso a Cuba, Nicolas Guillén dirigió la revista Mediodía y participó de los movimientos de vanguardia en las tribunas de Gaceta del Caribe y Revista Avance. Pasó luego años de exilio, viajando por Sudamérica, y en 1956 recibió el Premio Lenin de la Unión Soviética, hasta que el triunfo de la Revolución castrista, en 1959, le permitió regresar a la isla, donde desempeñó distintos cargos, como la presidencia de la Unión de Escritores, desde 1961, y misiones diplomáticas de relieve.

La obra poética de Nicolas Guillén

En cuanto a su actividad literaria, Guillén se inició en el posmodernismo, aunque pronto su producción se inscribió dentro de la llamada línea realista de los múltiples vanguardismos cubanos, cultivando como ningún otro autor la llamada poesía negra o antillana.

Desde su condición de mulato expresó con un peculiar sentido rítmico la temática del mestizaje, en un contexto social y político que manifestaba la dura opresión y servidumbre sufrida por el pueblo. En sus comienzos le caracterizó incluso una fonética afrocubana, que más tarde abandonó para desmarcarse de la tradición oral folclórica.

A esta primera época pertenecen Motivos de son (1930) y Sóngoro cosongo (1931). Poco después, con West Indies Limited (1934) se alejó del mero ejercicio rítmico para incorporar la protesta política y antiimperialista, orientándose hacia una cólera militante y comprometida con el hombre.

El poema más conocido del libro, Balada de los dos abuelos, indicó la madura aceptación de lo africano y de lo español en una misma sangre: el abuelo blanco y el abuelo negro, que evocan además la crueldad del tráfico de esclavos. En poemas como Sensemayá y La muerte del Ñeque se inspiró en ritos y creencias africanos, sin que ello supusiera un rechazo de la cultura blanca.

Nicolas Guillén siguió evolucionando en la dirección de las preocupaciones políticas y sociales con Cantos para soldados y sones para turistas (1937), donde todavía conservó formas propias del canto y de la danza afrocubana al mismo tiempo que se hicieron ya evidentes algunos de los rasgos estilísticos que predominaron en su lírica posterior, como el uso frecuente que hizo de onomatopeyas "jitanjáforas" que aparecieron abundantemente en la obra del fundador del futurismo, el italiano F. Marinetti, y la creada por el vanguardista cubano M. Brull, así como la rima aguda, las reiteraciones o la enumeración.



En el mismo año de 1937 lanzó una acusación hacia el impacto y la injusticia de la Guerra Civil española y del asesinato de F. García Lorca, en Poemas en cuatro angustias y una esperanza. Después, aunque conservó siempre una particular claridad expresiva popular, el elemento rítmico fue decreciendo en beneficio de un tono más elevado y ambicioso desde El son entero (1947) hasta La paloma de vuelo popular (1958) y sus poesías en sazón revolucionaria de Antología mayor (1964), donde mostró su compromiso con la Revolución cubana y los desheredados del mundo.

Además, su poesía se hizo eco también de las inquietudes neorrománticas y metafísicas del momento, como la trascendencia del amor y la muerte que ocuparon un espacio importante en su obra. Otras obras en esta dirección fueron: Tengo (1964), donde manifestó su júbilo ante la Cuba revolucionaria y Poemas de Amor, que apareció el mismo año. Más tarde publicó títulos como El gran zoo (1967), La rueda dentada (1972), El diario de a diario (1972) y Por el mar de las Antillas anda un barco de papel (1977). Además, en Prosa de prisa (1975-1976) recogió una selección de sus trabajos periodísticos. Y aún dentro de su poesía cabe destacar el singular Poemas para niños y mayores de edad (1977), donde siguió demostrando su gran capacidad para conjugar preocupaciones diversas y encontrar formas de expresión constantemente renovadas.









LA MURALLA - NICOLÁS GUILLÉN


Para hacer esta muralla,
tráiganme todas las manos:
los negros sus manos negras,
los blancos sus manos [blancas.
Ay,
una muralla que vaya
desde la playa hasta el monte,
desde el monte hasta la playa,
allá sobre el horizonte.
- ¡Tun, tun!
- ¿Quién es?
- Una rosa y un clavel ...
- ¡Abre la muralla!
- ¡Tun, tun!
- ¿Quién es?
- El sable del coronel ...
- ¡Cierra la muralla!
- ¡Tun, tun!
- ¿Quién es?
- La paloma y el laurel ...
- ¡Abre la muralla!
- ¡Tun, tun!
- ¿Quién es?
El alacrán y el ciempiés ...
- ¡Cierra la muralla!
Al corazón del amigo,
abre la muralla;
al veneno y al puñal,
cierra la muralla;
al mirto y la yerbabuena,
abre la muralla;
al diente de la serpiente,
cierra la muralla;
al ruiseñor en la flor,
abre la muralla ...
Alcemos una muralla
juntando todas las manos;
los negros, sus manos negras,
los blancos, sus blancas manos.
Una muralla que vaya
desde la playa hasta el monte,
desde el monte hasta la playa,
allá sobre el horizonte ...

Gracias, mi queridísima Lilí, por esta aportación. Nicolás Guillén necesita más atención.
Besos.

Y gracias, Cecilia, por estar aquí., Tu presencia y tus comentarios son muy valiosos. Besos.

Es un poeta bastante olvidado y su obra es muy buena, me alegro que te gustara este granito de arena, besosssssss Doc

Cuando apareció, en 1930, su libro "MOTIVOS DEL SON" constituyó un escándalo literario: en definitiva, la "ortodoxia poética" no podía asumir que la poesía se cantara ( lo que, por otra parte , fue una constante de toda la vida). Hubo de llegar SONGORO COSONGO, y la archiconocida carta laudatoria de Miguel de Unamuno para que las voces críticas se apagaran ante la autoridad intelectual de Don Miguel ( algo así como la reprobación de Miguel Hernández por la Generación del 27 hasta que Vicente Aleixandre y Pablo Neruda dieron la cara por él). Sí, querida amiga, en nuestro mundo poético, tan idílico, también existe la envidia y la inquina.
Me alegra que hayas sacado a Nicolás Guillén del estante para acercarlo a todos.

"Muerto de fatiga y de sueño,
vuelve un soldado del monte.
Labio duro, duro ceño.

¡Qué lejos el horizonte
donde el hierro lo desciña
y el caballo lo desmonte!

Más lejos está la niña,
la de cintura entreabierta,
que ya nunca habrá quien ciña.

Soldado, soldado alerta
-fuego y sangre, polvo y riña-.
está muy lejos tu niña,
porque tu niña está muerta" ( Nicolás Guillén. El Son entero. Losada, 5ª Ed. 1971. Este libro me lo regaló Josefina antes de casarnos.)

Yo, si te parece Lilí seguiré con Celaya, Hierro, etc... Y te acompañaré en tus contribuciones, siempre generosas por valiosas. Besos.

("... Basta repasar la totalidad de esta obra, tan significativa en la poesía de nuestro tiempo, para comprender la portentosa armonía que forman la genialidad de Celaya, el filosofar de Múgica y el prosaísmo fundamental de Leceta, conjunto del que se destaca y prevalece un esencial y definitivo valor: la sorprendente verdad de la poesía de Gabriel Celaya") ( Mª de Grcia Ifach. Final del comentario de dicha autora sobre el autor de referencia en CUATRO POETAS DE HOY. Antología).

"Protagonista

Todo en torno es silencio. Todo en torno es misterio.
¿Quién se calla a lo lejos? ¿Qué se extiende pausado?
¿Qué pasa que no pasa metiéndome en mí mismo?
- - - - - - - - - - ¿Por qué yo solo grito?

Vasto es el mundo, y triste, y sin sonido.
Sonámbulo propaga su existencia suspensa
y esos círculos anchos que me envuelven creciendo
- - - - - - - - - - reclaman un destino.

A veces me parece que colmo una inminencia.
A veces me parece que todo me esperaba,
pedía voz a tientas, soñaba mi existencia
- - - - - - - - - - con balbuceo niño.

Noto cómo el silencio más pregunta que calla.
Mi conciencia es más grande que el yo que la acapara.
Sé que debo, por hombre, darle al mundo un sentido
- - - - - - - - - - y hacerle ser él mismo." ( Gabriel Celaya . De "Lo demás es silencio")

En el comentario que hemos venido transcribiendo en pequeños párrafos se aprecia la admiración de la autora sobre Gabriel Celaya.
En otros comentarios de otros libros y otros autores , Celaya no obtiene, al menos a priori, un beneplácito tan contundente. Sí pero no... Parece la regla. Y más hoy que se cuestiona utilidad alguna para el arte en general y la poesía en particular.

"JUICIO CRÍTICO

Hay poetas ante los que resulta poco menos que imposible tratar de resumirlos. Gabriel Celaya es uno de ellos (...) Golpeante, conceptual, rabioso, discursivo, rimador o no, ripioso, a veces, como un juego descuidado, humorista o patético, Gabriel Celaya es un torrente. La poesía impura es su norma inalterable. Arrastra lo existente y reflexiona sobre él. Su marcha es incontenible. Acude a todas las brechas (...) La material y la dialéctica - polos que responden a una visión inequívocamente marxista- cuentan de continuo en una poesía nacida como sobre la marcha, sin ninguna cerrazón de normas, escapando de ellas sin cesar" (Luís Jiménez Martos, "Informe sobre poesía española (siglo XX), Madrid, Magisterio Español. Prensa Española, 1976, págs. 52-55. En "Poesía de la primera generación de posguerra. Cátedra. Madrid, 2008, págs. 125-126)"
Y voy a terminar con dos poemas de Gabriel Celaya antes de pasar a otro autor relevante y apasionante, José Hierro. Ambos poemas pertenecen a "Las Cartas boca arriba". Pero eso será necesariamente en otro momento, pues ahora me tengo que marchar ya.

"A BLAS DE OTERO

Amigo Blas de Otero: Porque sé que tú existes,
y porque el mundo existe y yo también existo,
porque tú y yo y el mundo nos estamos muriendo,
gastando nuestras vueltas como quien no hace nada,
quiero hablarte y hablarme, dejar hablar al mundo
de este dolor que insiste en todo lo que existe.

Vamos a ver, amigo, si esto puede aguantarse:
el semillero hirviente de un corazón podrido,
los mordiscos chiquitos de las larvas hambrientas,
los días cualesquiera que nos comen por dentro,
la carga de miseria, la experiencia -un residuo-,
las penas amasadas con lento polvo y llanto.

Nos estamos muriendo por los cuatro costados
y también por el quinto de un Dios que no entendemos:
los metales furiosos, los mohos del cansancio,
los ácidos borrachos de amarguras antiguas,
las corrupciones vivas, las penas materiales...,
todo esto - tú sabes -, todo esto y lo otro.

Tú sabes. No perdonas. Estás ardiendo vivo.
La llama que nos duele quería ser un ala.
Tú sabes y tu verso pone el grito en el cielo.
Tú tan serio, tan hombre, tan de Dios aun sin pecas,
sabes también por dentro de una angustia rampante,
e poemas prosaicos, de un amor sublevado.

Nuestra pena es tan vieja que quizá no sea humana:
ese mugido triste del mar abandonado,
ese temblor insomne de un follaje indistinto,
las montañas convulsas, el éter luminoso,
un ave que se ha vuelto invisible en el viento,
viven, dicen y sufren en nuestra propia carne.

Con los cuatro elementos de la sangre, los huesos,
el agua transparente y el yo opaco en su centro,
soy el agua sin forma que cambiando se irisa,
la inercia de la tierra sin memoria que pesa,
el aire estupefacto que en sí mismo se pierde,
el corazón que insiste tartamudo afirmando.

Soy creciente: me muero. Soy materia: palpito.
Soy un dolor antiguo como el mundo que aún dura.
Ha asumido en mi cuerpo la pasión, el misterio,
la esperanza, el pecado, el recuerdo, el cansancio.
Soy la instancia que elevan hacia un Dios excelente,
la materia y el fuego, los latidos arcaicos.

Debo salvarlo todo si he de salvarme entero.
Soy coral, soy muchacha, soy sombra y aire nuevo,
soy el tordo en la zarza, soy la luz en el trino,
soy fuego sin sustancia, soy espacio en el canto,
soy estrella, soy tigre, soy niño y soy diamante
que proclaman y exigen que me haga Dios con ellos.

¡Si fuera yo quien sufre! ¡Si fuera Blas de Otero!
¡Si sólo fuera un hombre pequeñito que muere
sabiendo lo que sabe, pesando lo que pesa.
Mas es el mundo entero quien se exalta en nosotros
y es una vieja historia lo que aquí desemboca.
Ser hombre no es ser hombre. Ser hombre es otra cosa..." (Gabriel Celaya. De "Las cartas boca arriba". Cont.)

"... Invoco a los amantes, los mártires, los locos
que salen de sí mismos buscándose más altos.
Invoco a los valientes, los héroes, los obreros,
los hombres trabajados que duramente aguantan
y día a día ganan su pan más piden vino.
Invoco a los dolidos. Invoco a los ardientes.

Invoco a los que asaltan, hiriéndose, gloriosos,
la justicia exclusiva y el orden calculado,
las rutinas mortales, el bienestar virtuoso,
la condición finita del hombre que en sí acaba,
la consecuencia estricta, los daños absolutos.
Invoco a los que sufren rompiéndose y amando.

Tú también, Blas de Otero, chocas con tus fronteras,
con la crueldad del tiempo, con límites absurdo,
con tu ciudad, tus días y un caer gota a gota,
con ese mal tremendo que no te explica nadie:
irónicos zumbidos de aviones que pasan
y muertos boca arriba que no, no perdonamos.

A veces me parece que no comprendo nada,
ni este asfalto que piso, ni ese anuncio que miro.
Lo real me resulta increíble y remoto.
Hablo aquí y estoy lejos. Soy yo, pero soy otro.
Sonámbulo transcurro sin memoria ni afecto,
desprendido y sin peso, por lúcido ya loco.

Detrás de cada cosa hay otra que es la misma,
idéntica y distinta, real y a un tiempo extraña.
Detrás de cada hombre un espejo repite
los gestos consabidos, más lejos ya, muy lejos.
Detrás de Blas de Otero, Blas de Otero me mira,
quizá me da la vuelta y viene por mi espalda.

hace unos pocos días caminábamos juntos
en el frío, en el miedo, en la noche de enero,
rasa con sus estrellas declaradas lucientes,
y era raro sentirnos diferentes, andando.
Si tu codo rozaba por azar mi costado,
un temblor me decía: ese es otro, un misterio.

Hablábamos distantes, inútiles, correctos,
distantes y vacíos porque Dios se ocultaba,
distintos en un tiempo y un lugar personales,
en las pisadas huecas, en un mirar furtivo,
en esto con que afirmo: "Yo, tú, él, hoy, mañana",
en esto que separa y es dolor sin remedio.

Tuvimos aún que andar, cruzar calles vacías,
desfilar ante casas quizá nunca habitadas,
saber que una escalera por sí misma nunca acaba,
traspasar una puerta - lo que e siempre asombroso -,
saludar a otro amigo también raro y humano,
esperar que dijeras: Voy a leer unos versos.

Daba miedo mirarte solo allá, en lo redondo
de una lámpara baja y un antiguo silencio.
Mas hablaste: el poema creció desde tu dentro
con un ritmo de salmo, como una voz remota
anterior a ti mismo, más allá de nosotros.
Y supe - era un milagro -: Dios al fin escuchaba.

Todo el dolor del mundo le atraía a nosotros.
Las iras eran santas: el amor, atrevido;
los árboles, los rayos, la materia, las olas
salían en el hombre de un penar sin conciencia,
de un seguir por milenios, sin historia, perdidos.
Como quien dice "sí", dije Dios sin pensarlo.

Y vi que era posible vivir, seguir cantando.
Y vi que el mismo abismo de miseria medía
como una boca hambrienta, qué grande es la esperanza.
Con los cuatro elementos, más y menos que hombre,
sentí que era posible salvar el mundo entero,
salvarme en él, salvarlo, ser divino hasta en cuerpo.

Por eso, amigo mío, te recuerdo, llorando;
te recuerdo, riendo; te recuerdo, borracho;
pensando que soy bueno, mordiéndome las uñas,
con este yo enconado que no quiero que exista,
con eso que en ti canta, con eso en que me extingo
y digo derramado: Amigo Blas de Otero" (Gabriel Celaya. De "Las cartas boca arriba". Poema "A Blas de Otero").
Este poema merece la pena ser estudiado; reúne a dos de los nombres claves de la "Poesía social" española. Reúne las características que se le atribuyen a aquella. Y reúne todas las particularidades de la poesía de Celaya capaz de hacer un manifiesto humano y una oración donde sus sentimientos se expresan al albedrío de unas poesía donde alterna la rudeza del dolor con la esperanza de los desheredados. Bajo mi punto de vista, un poema excepcional - como también lo es el siguiente- y necesario para atender y entender el devenir poético del autor.
El siguiente poema "A.P.N." lo expondré en un par de días. Mañana continuaré, en el espacio abierto por nuestra querida Ana María, con Fray Luís de León.
Gracias.

"A.P.N

- - - - - - - - - - Te escribo desde un puerto.
- - - - - - - - - - La mar salvaje llora.
Salvaje y triste, y solo, te escribo abandonado.
Las olas funerales redoblan el vacío.
Los megáfonos  llaman a través de la niebla.
La pálida corola de la lluvia me envuelve.
- - - - - - - - - - Te escribo desolado.

- - - - - - - - - - El alma a toda orquesta,
- - - - - - - - - - la pena a todo trapo,
te escribo desde un puerto con un gemido largo.
¡Ay focos encendidos en los muelles sin gente!
¡Ay viento con harapos de música arrastrada,
campanas sumergidas y gargantas de musgo!
- - - - - - - - - - Te escribo derrotado.

- - - - - - - - - - Soy un hombre perdido.
- - - - - - - - - - Soy mortal. Soy cualquiera.
Recuerdo la ceniza de tu rostro de nardo,
el peso de tu cuerpo, tus pasos fatigosos,
tu luto acumulado, tu montaña de acedia,
tu carne macilenta colgando en la butaca,
- - - - - - - - - - tus años carcelarios.

- - - - - - - - - - Caliente y sudorosa,
- - - - - - - - - - obscena y triste y blanda,
la butaca conserva, femenina, aquel asco:
la pesadumbre bruta, la pena sexual, dulce,
las manchas amarillas con su propio olor acre,
esa huella indecente de un hombre que se entrega,
- - - - - - - - - -  lo impúdico: tu llanto.

- - - - - - - - - -  Viviendo, yendo, yendo,
- - - - - - - - - -  sucediéndote a ciegas,
lamiendo tus heridas, reptabas por un fango
de dulces linfas gordas, de larvas pululantes,
letargos fecundantes y muertes que fecundan.
Seguías, te seguías sin vergüenza, viviendo,
- - - - - - - - - -  ¡oh blando y desalmado!

- - - - - - - - - - No hay clavo último ardiendo,
- - - - - - - - - - no hay centro diamantino,
no hay dignidad posible cuando uno ha visto tanto
y está triste, está triste, sencillamente triste,
se entrega atribulado y en lo efímero sabe
ser otro con los otros, de los otros, en otros:
- - - - - - - - - - seguir, seguir flotando.

- - - - - - - - - - ¡Oh inmemorial, oh amigo
- - - - - - - - - - amorfo, indiferente!,
deslizándote denso de plasmas milenarias,
tardío, legamoso de vidas maceradas,
cubierto de amapolas nocturnas, indolente,
por tu anchura sin ojos, ni límites, acuosa,
- - - - - - - - - - te creía acabado.

- - - - - - - - - - Mas hoy vuelves; proclamas,
- - - - - - - - - - constructor, la alegría;
te desprendes del caos; determinas tus actos
con voluntad terrena y aliento floral, joven.
Ni más ni menos que hombre, levantas tu estatura,
recorres paso a paso tu más acá, lo afirmas,
- - - - - - - - - - llenas tu propio espacio.

- - - - - - - - - - Los jóvenes obreros,
- - - - - - - - - - los hombres materiales,
la gloria colectiva del mundo del trabajo
resuenan en tu pecho cavado por los siglos.
Los primeros motores, las fuerzas matinales,
la explotación consciente de una nueva esperanza
- - - - - - - - - - ordenan hoy tu canto.

- - - - - - - - - - Contra tu propia pena,
- - - - - - - - - - venciéndote a ti mismo,
apagando, olvidando, tú sabes cuánto y cuánto,
cuánta nostalgia lenta con cola de gran lujo,
cuánta triste substancia cotidiana amasada
con sudor y costumbres de pelos, lluvias, muertes,
- - - - - - - - - - escuchas un mandato.

- - - - - - - - - - Y animas la confianza
- - - - - - - - - - que en ti quizá no existe;
te callas tus cansancios de liquen resbalado:
te impones la alegría como un deber heroico.
¡Por las madres que esperan, por los hombres que aún ríen
debemos de ponernos más allá del que somos,
- - - - - - - - - - sirviéndolos, matarnos!

- - - - - - - - - - Con rayos o herramientas,
- - - - - - - - - - con iras prometeicas,
con astucia e insistencia, con crueldad y trabajo,
con la vida en un puño que golpea la hueca
cultura de una Europa que acaricia sus muertos,
con todo corazón que, valiente, aún insiste,
- - - - - - - - - - del polvo nos alzamos.

- - - - - - - - - - Cantemos la promesa,
- - - - - - - - - - quizá tan solo un niño,
unos ojos que miran hacia el mundo asombrados
mas no interrogan: claros, sin reservas, admiran.
¡Por ellos combatimos y a veces somos duros!
¡Bastaría que un niño cualquiera así aprobara
- - - - - - - - - - para justificarnos!

- - - - - - - - - - Te escribo desde un puerto,
- - - - - - - - - - desde una costa rota,
desde un país sin dientes, ni párpados, ni llanto.
Te escribo con sus muertos, te escribo por los vivos,
por todos los que aguantan y aún luchan duramente.
- - - - - - - - - - Mas ya ves, esperamos."

( GABRIEL CELAYA. De LAS CARTAS BOCA ARRIBA).

Sigo leyendo y disfrutando de esta poesía Pascual. Muy buenos los poemas de Celaya.
Un abrazo
Ana

Voy a empezar con JOSÉ HIERRO. Y lo tengo complicado. Al conceptuar la POESÍA SOCIAL como un movimiento lírico de la postguerra española las voces de Blas de Otero - Gabriel Celaya - José Hierro han ido casi indisolublemente unidas. Y ello ha establecido no poca confusión e identificaciones apriorísticas erróneas. José Hierro no es un "poeta social" al uso -independientemente de que tenga o no poemas sociales y en lo personal compromiso-. Y esta negación, que yo no tengo tiempo de desmenuzar en este trabajo, ha servido para que los "abolicionistas" ( que tachan el concepto de poesía social de trasnochado y obsoleto) ensalcen , como contrapartida, el genuino valor de la poesía intrínsecamente existencial, espiritual e incluso filosófica. José Hierro es un hombre de su época. Y se compromete. Y se compromete desde su poesía que es su compromiso. Y esto, que parece una reiteración, no lo es:

"El implacable sumidero
devora tules, sedas, lámparas de luz azulada,
nubes que se suicidan arrojándose
al hueco que termina
en el corazón verde del mar,
en la hoguera sombría y helada de la nada,
en lo fatal, irreversiblemente mudo..." ( José Hierro. Cuaderno de Nueva York)

Y no lo es porque el alcance metafórico de José Hierro es tan largo como su propia mudez: dolor, tantas veces, por lo simplemente humano. Y otras perplejidad desde la misma niñez que se reivindica :

"Eres un niño que está serio.
Perdió la risa y no la encuentra.
Será que habrá caído al mar,
la habrá comido una ballena.
Duerme, mi amigo, que te acunen
campanillas y panderetas,
flautas de caña de son vago
amanecidas en la niebla..." (José Hierro. De Tierra sin nosotros. Extracto de Canción de cuna para dormir a un preso).

Pero yo me había prometido hacer pocos juicios - en serio, no tengo ganas- y elaborar ninguna teoría. Así pues me permitiréis que lo haga como con los dos autores anteriores. Expondré lo que dicen de él y evitaré - intentaré evitar, al menos- mis propios comentarios.

Gracias a todos por vuestra atención.

Pero me gustaría, antes de exponer lo que los demás piensan de José Hierro, dejar algún poema de este gigantesco autor - gigantesco en el sentido de su comprensión del hecho poético, de su propia producción y de su variabilidad-. Y ya me surge la primera duda: pensaba poner, en primer lugar, ese poema citado más arriba y que corresponde a su primer libro ( CANCIÓN DE CUNA PARA DORMIR A UN PRESO, de TIERRA SIN NOSOTROS). Luego recordé que José Hierro recibió el Premio Adonais de Poesía en 1947 por su libro ALEGRÍA. Y mi mente y mi corazón se dividieron para terminar fundiéndose en un acto consensuado: expondré los dos poemas.

"FE DE VIDA

Sé que el invierno está aquí,
detrás de esta puerta. Sé
que si ahora saliese fuera
lo hallaría todo muerto,
luchando por renacer.
Sé que si busco una rama
no la encontraré.
Sé que si busco una mano
que me salve del olvido
no la encontraré.
Sé que si busco al que fui
no le encontraré.

Pero estoy aquí. Me muevo,
vivo. Me llamo José
Hierro. Alegría. (Alegría
que está caída a mis pies).
Nada en orden. Todo roto,
a punto de ya no ser.

Pero toco la alegría
porque aunque todo esté muerto
yo aún estoy vivo y lo sé."

(José Hierro. Poema FE DE VIDA, del libro ALEGRÍA )

"CANCIÓN DE CUNA PARA DORMIR A UN PRESO

La gaviota sobre el pinar.
(La mar resuena.)
Se acerca el sueño. Dormirás,
soñaras, aunque no lo quieras.
La gaviota sobre el pinar,
goteado todo de estrellas.

Duerme. Ya tienes en tus manos
el azul de la noche inmensa.
No hay más que sombra. Arriba luna.
Peter pan por las alamedas.
Sobre ciervos de lomo verde
la niña ciega.
Ya tú eres hombre, ya te duermes,
mi amigo, ea ...

Duerme, mi amigo. Vuela un cuervo
sobre la luna y la degüella.
La mar está cerca de ti,
muerde tus piernas.
No es verdad que tú seas hombre;
eres un niño que no sueña.
No es verdad que tú hayas sufrido:
son cuentos tristes que te cuentan.
Duerme. La sombra toda es tuya,
mi amigo, ea...

Eres un niño que está serio.
Perdió la risa y no la encuentra.
Será que habrá caído al mar,
la habrá comido una ballena.
duerme, mi amigo, que te acunen
campanillas y panderetas,
flautas de caña de son vago
amanecidas en la niebla.

No es verdad que te pese el alma.
El alma es aire y humo y seda.
La noche es vasta. Tiene espacios
para volar a donde quieras,
para llegar al alba y ver
las aguas frías que despiertan,
las rocas grises, como el casco
que tú llevabas en la guerra.
La noches es amplia, duerme, amigo,
mi amigo, ea ...

La noche es bella, está desnuda,
no tiene límites ni rejas.
No es verdad que tú hayas sufrido,
son cuentos tristes que te cuentan.
Tú eres un niño que está triste,
eres un niño que no sueña.
Y la gaviota está esperando
para venir cuando te duermas.
Duerme, ya tienes en tus manos
el azul de la noche inmensa.
Duerme,  mi amigo ...
- - - - - - - - - - - - - - Ya se duerme
mi amigo, ea ...

( JOSÉ HIERRO.  "Canción de cuna para dormir a un preso", de  "TIERRA SIN NOSOTROS" ).

"JOVENES POETAS

Y sobre la poesía actual argumenta que "carece de rupturismo". "Es muy rica, variada y densa...con algunos excelentes poetas, pero no se mueve demasiado. Hoy todos los caminos son posibles, todo es lícito y nada escandaliza, pero esa absoluta libertad produce también una gran ngustia creativa..., la angustia de no saber qué hacer para  provocar ni contra qué o quién luchar. Antes, la mala poesía era tan mala que, a la primera olfatada, se notaba que era terrible... todavía queda algo de eso, pero hoy los poetas tienen las mismas lecturas como la gente ve la misma televisión o como se viste igual en un pueblo que en una gran ciudad. Hoy se comprende lo anterior y no se ataca lo acartonado, todas las líneas son válidas y también son aceptadas. La poesía, como los hijos , llega a cualquier hora a casa y nadie se asombra de ello; todo es permisible, al igual que en el terreno de las artes pláticas, y ya no quedan cadenas que romper..., aunque yo mismo soy una de esas cadenas que los jóvenes deberían quebrar..., aunque sólo sea por jorobar y por llevar la contraria". subraya este hombre de sonrisas no abundantes, pero sí selectas, que sigue considerándose de izquierdas, "aunque no he militado nunca en ningún partido". "
(Rev. DIÁLOGOS CERVANTINOS. ENCUENTROS CON JOSÉ HIERRO. Fundación CAJA MURCIA. MURCIA 2003. GONTZAL DIEZ)
Bien, en esta última "cuasi - entrevista" se aproxima el punto de vista del poeta sobre la actualidad lírica con el inicio del nuevo siglo: En ese momento hay voces autorizadas. Y , sin embargo, Hierro generaliza con la idea del temor a la ruptura. Pero ese sería otro tema. Yo lo he trascrito tal cual para que se aprecie su posicionamiento político, que no su militancia. Militancia que, al parecer, si hubo en Celaya y en Blas de Otero ( más manifiesta, creo, en este segundo)
Es posible que vuelva más veces a esta revista. Ya veremos. Insisto, ahora, me dedicaré a recoger opiniones sobre el autor e iré intercalando algunos poemas. Su belleza es incuestionable.

(cont.)

"José Hierro es uno de los poetas más completos de la generación de la posguerra. Sus primeros pasos desde que aprendió como hombre-poeta a sostenerse en pie fueron ya recios, encaminados sin vacilaciones hacia su estrella polar. De TIERRA SIN NOSOTROS, su primer libro, escribí en 1947 :" Los jóvenes que han de madurar en esta época de inquietud universal deben luchar como lo hace nuestro poeta: una muestra de esa contienda y su postura viril ante la vida son los poemas de Tierra sin nosotros, en los que palpita, además una suave ternura"..." ( María de Gracia Ifach. Cuatro poetas de hoy)

"CABALLERO DE OTOÑO

"Musa del Septentrión, melancolía" ( AMÓS DE ESCALANTE)

Viene, se sienta entre nosotros,
y nadie sabe quién será,
ni por qué, cuando dice nubes,
nos llenamos de eternidad.

Nos habla con palabras graves
y se desprenden, al hablar,
de su cabeza, secas hojas
que en el viento vienen y van.

Jugamos con su barba fría.
Nos dejan frutos. Torna a andar
con pasos lentos y seguros
como si no tuviera edad.

El se despide. ¡Adiós! Nosotros
sentimos ganas de llorar"
(José Hierro. De Tierra sin nosotros)

"GENERACIÓN

No fue jamás mejor aquello.
Esto de ahora es doloroso;
pero el dolor nos hace hombres
y ya ninguno estamos solos.
Alto fue el precio que pagamos:
miseria y llanto de los ojos,
nuestros mejores años verdes
y nuestros sueños más hermosos.

Porque nacimos bajo el signo
del cerebro. Pero ya todo
se vino a tierra una mañana.
Lo devastó un viento glorioso,
y somos ruinas o cimientos,
algo inconcreto, algo borroso:
tronco cortado a ras de tierra
que nadie sabe que fue un tronco.

Predestinados para sabios,
para teóricos,
nos enseñaron muchas cosas
conceptualmente. Y como a un pozo
de agua estancada y silenciosa,
fuimos echando piedras, lodo,
trozos inútiles de muerte,
mármoles rotos.
Ahora no vemos obre el agua
el paisaje que se alza en torno.

Predestinados para sabios,
para teóricos,
conoceríamos la vida
sólo a través del microscopio,
y nuestro amigo, nuestro hermano,
serían entes, microcosmos,
nombres velados, sin sentido.
abstracciones...
- - - - - - - - - - Pero ya todo
se vino a tierra una mañana.
Lo devastó un viento glorioso.

Se desbordó un día la vida,
nos tornó locos,
y les pusimos a las cosas
nuevos nombres. Y el vino rojo
de la sangre, y el agua pálida
del llanto, el sol majestuoso
del mediodía de verano
fueron más que simples fenómenos,
abstracciones, malabarismos
de los teóricos.

Éramos hombres, y el de enfrente,
aquél que hablaba con nosotros
de su tiempo, de nuestro tiempo,
no era un ente ni un microcosmos.
El que sufría, el que gritaba
o lloraba por estar solo;
el que durmió sobre la hierba
las noches húmedas de otoño
a nuestro lado, alma con alma,
hombro con hombro,
aquél, cegado por la tierra
que nos echaban a los ojos;
aquél que anduvo por los campos
solitario, pisando odios,
era un hombre de carne y hueso
como nosotros.

Es extraño. Noches y días
se suceden. Seguimos solos
como unos árboles raquíticos
en la cima de un monte. Pozos
semicegados. ( Pero el agua,
invisible para los ojos,
como una remota esperanza
suena en el fondo.)

Es triste alzarse de uno mismo,
poner los ojos en el rostro
de los hombres que han de venir
tras de nosotros,
que no sabrán que entre los árboles,
sobre la hierba, en el mar hondo,
en las ciudades, en las cumbres,
hemos cantado, temblorosos
por la alegría de estar vivos.

Así pasamos, como un soplo
de brisa azul sobre la piedra.
Sin dejar rastro, como el oro
de las hojas, cuando coronan
la frente grave del otoño...

Porque no queda ni una sola
rosa plantada por nosotros."
(José Hierro. De Tierra sin nosotros)

cont.

"DESTINO ALEGRE

Nos han abandonado en medio del camino.
Entre la luz íbamos ciegos.
Somos aves de paso, nubes altas de estío,
vagabundo eternos.
Mala gente que pasa cantando por los campos.
Aunque el camino es áspero y son duros los tiempos.,
cantamos con el alma. Y no hay un hombre solo
que comprenda la viva razón del canto nuestro.

Vivimos y morimos muertes y vidas de otros.
Sobre nuestras espaldas pesan mucho los muertos.
Su hondo grito nos pide que muramos un poco,
como murieron todos ellos,
que vivamos de prisa, quemando locamente
la vida que ellos no vivieron.
Ríos furiosos, ríos turbios, ríos veloces.
(Pero nadie nos mide lo hondo sino lo estrecho.)
Mordemos las orillas, derribamos los puentes.
Dicen que vamos ciegos.

Pero vivimos. Llevan nuestras aguas la esencia
de las muertes y vidas de vivos y de muertos.
Ya veis si es bien alegre saber a ciencia cierta
que hemos nacido para esto.

(José Hierro. De Tierra sin nosotros)


"PASADO

Ahora que vuelve a ser la tarde
de plata y gris, ahora que tengo
ante mis ojos, en mi lengua,
el color, el sabor del tiempo,
ahora, por fin, ¡ que dolorosa-
mente, qué claro y fiel lo veo!
Parece que ando por la tierra
asistiendo a mi propio entierro,
que estoy colgado en el presente
igual que un ojo gigantesco,
contemplando toda mi vida,
que hace el nido en mi propio cuerpo.
Yo, desde fuera de la carne,
impasiblemente lo veo.

Marcha mi cuerpo por la orilla.
Se detiene( no: me detengo).
Juega o se tiende sobre unas rocas
y se duerme, mientras lo velo,
sin que yo pueda despertarle
de sus mentiras y su sueño."

(José Hierro. Tierra sin nosotros)

"Mucho se habló - y se sigue y se seguirá hablando- del poeta montañés (aunque nacido en Madrid). Alguien apuntó entonces que su poesía era más de pensamiento que de sentimiento, como si tales actividades humanas no fuesen compatibles y susceptibles de la más perfecta armonía. También se dijo que su estilo era rudo, quizá por aquello de ser cántabro. Por mi parte entiendo de su poesía cosas bien distintas: pasión, hondura, sencillez y delicadeza, todo lo cual sigue firme en su obra, en trayectoria limpia y segura.
ALEGRÍA contiene poemas excepcionales que merecieron el PREMIO ADONAIS por unanimidad, en 1947. El amor, la muerte, la alegría, la tristeza, la esperanza y la desesperanza se conjugan líricamente con variedad de metros y rimas. Por su indudable valor, ALEGRÍA situó a José Hierro en la avanzada de la poesía española, lugar que ha sbido conservar con sus posteriores libros..."
(María de Gracias Ifach. Cuatro poetas de Hoy).

"ALEGRÍA (a la alegría por el dolor)

Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
un misterioso sol amanecía.

Era alegría la mañana fría
y el viento loco y cálido que embiste.
(Alma que verdes primaveras viste
maravillosamente se rompía.)

Así la siento más. Al cielo apunto
y me responde cuando le pregunto
con dolor tras dolor para mi herida.

Y mientras se ilumina mi cabeza
ruego por el que he sido en la tristeza
a las divinidades de la vida."

(José Hierro. De ALEGRÍA)

CONT.

Muy apasionado ese "APASIONADAMENTE", me encantó.
Te sigo con la lectura, Pascual.
Abrazos

Gracias, Evangelina. Siempre atenta. Siempre solidaria. Insisto, gracias.

"ALUCINACIÓN

Amanece. Descalzo he salido a pisar los caminos,
a sentir en la carne desnuda la escarcha.
¡Tanta luz, tanta vida, tan verde cantar de la hierba!
¡Tan feliz creación elevada a la cima más alta!

Siento el tiempo pasar y perderse y tan sólo por fuera de mi se detiene.
Y parece que está el universo encantado, tocado de gracia.
¡Tanta luz, tanta vida, tan frágil silencio!
¡Tantas cosas eternas que mellan al tiempo su trágica espada!
¡Tanta luz, tan abiertos caminos!
¡Tanta vida que evita los siglos y ordena en el día se magia!

Si la flor, si la piedra, si el árbol, si el pájaro;
si su olor, su dureza, su verde jadeo, su vuelo entre el cielo y la rama.
Si todos me deben su vida, si a costa de mí, de mi muerte es posible su vida,
a costa de mí, de mi muerte diaria...

¡Tanta luz, tan remoto latir de la hierba...!
(Descalzo he salido a sentir en la carne desnuda la escarcha.)
¡Tanta luz, tan oscura pregunta!
¡Tan oscura y difícil palabra!
¡Tan confuso y difícil buscar, pretender comprender, y aceptar,
y parar lo que nunca se para...!"

(José Hierro. Poema "Alucinación" , del libro "Alegría")

cont.

La noche es bella, está desnuda,
no tiene límites ni rejas.
No es verdad que tú hayas sufrido,
son cuentos tristes que te cuentan.
Tú eres un niño que está triste,
eres un niño que no sueña.
Y la gaviota está esperando
para venir cuando te duermas.
Duerme, ya tienes en tus manos
el azul de la noche inmensa.
Duerme, mi amigo ...
- - - - - - - - - - - - - - Ya se duerme
mi amigo, ea ...

No lo había leído a José Hierro Pascual, es ´muy válida su postura ante los valores de la sociedad y la filosofía de vida .
Este poema me emocionó, esos versos del hombre-niño aprisionando sueños en esa cárcel donde no le cuentan cuentos.
¡Qué belleza en la melancolía que encierra!
Es muy enteresante su punto de vista sobre la possía y como invita a las nuevas generaciones de poetas a no encasillarse, a ser ellos mismos.

Es triste alzarse de uno mismo,
poner los ojos en el rostro
de los hombres que han de venir
tras de nosotros,
que no sabrán que entre los árboles,
sobre la hierba, en el mar hondo,
en las ciudades, en las cumbres,
hemos cantado, temblorosos
por la alegría de estar vivos.

Así pasamos, como un soplo
de brisa azul sobre la piedra.
Sin dejar rastro, como el oro
de las hojas, cuando coronan
la frente grave del otoño...

Porque no queda ni una sola
rosa plantada por nosotros."

Este otro poema es tan intenso Pascual, es como si lo escribieran para estas generaciones.
Esa mirada de la vida con el sufrimiento del hermano, del igual, es tan humana que te toca el alma.
Volveré a leer nuevamente, porque es para eso, para degustarlo poco a poco.
Muy bueno tu trabajo Pascual.
Gracias.