MIGUEL HERNÁNDEZ (1910-1942)

CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS

30.

La luciérnaga en celo
relumbra más.

La mujer sin el hombre
apagada va.

Apagado va el hombre
sin luz de mujer.

La luciérnaga en celo
se deja ver.

CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS

31.

No puedo olvidar
ue no tengo alas,
que no tengo mar,
vereda ni nada
con que irte a besar.

CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS

32.

Tus ojos parecen
agua removida.

¿Qué son?

Tus ojos parecen
el agua más turbia
de tu corazón.

¿Qué fueron?

¿Qué son?

CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS

33.

Besarse, mujer,

al sol, es besarnos

en toda la vida.


Ascienden los labios

eléctricamente

vibrantes de rayos,

con todo el fulgor

de un sol entre cuatro.



Besarse a la luna,

mujer, es besarnos

en toda la muerte.


Descienden los labios

con toda la luna

pidiendo su ocaso,

gastada y helada

y en cuatro pedazos.

CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS

34.

Una fotografía.

Un cartón expresivo,
envuelto por los meses
en los rincones íntimos.

Un agua de distancia
quiero beber: gozar
un fondo de fantasma.

Un cartón me conmueve.

Un cartón me acompaña.

No puedo olvidar
que no tengo alas,
que no tengo mar,
vereda ni nada
con que irte a besar.

¡Oh! qué bonito.
Gracias, amigo mío.

Gracias, Lluvia.


Besos,

CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS

35.

Rumorosas pestañas
de los cañaverales.
Cayendo sobre el sueño
del hambre has dejarle
el pecho apaciguado
y la cabeza suave.

Ahogad lavoz del armaa,
que no despierte y salte
con el cuchillo de odio
que entre sus dientes late.

Así, dormido, el hombre
toda la tierra vale.

CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS

36.

Tierra, la despedida
siempre es una agonía.

Ayer nos despedidos,
ayer agonizamos.

Tierra, en medio morimos.

Por eso las estaciones
saben a muerte, y los puertos.

Por eso cuando partimos
se deshojan los pañuelos.

Cadáveres vivos somos
en el horizonte lejos.

CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS

37.

Enciende las dos puertas,
abre la lumbre.
No sé lo que me pasa
que tropiezo en las nubes.

CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS

38.

El corazón es agua
que te acaricia y canta.

El corazón es puerta
que se abre y se cierra.

El corazón es agua
que se remueve, arrolla,
se arremolina, mata.

CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS

39.

Tan cercanos, y a veces
qué lejos nos sentimos,
tú yéndote a los muertos,
yo yéndome a los vivos.

CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS

40.

Corazón de leona
tienes a veces.
Zarpa, nardo del odio,
siempre floreces.

Una leona
llevaré cada día
como corona.

CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS

41.

El mundo es como aparece

ante mis cinco sentidos,

y ante los tuyos que son

las orillas de los míos.

El mundo de los demás

no es el nuestro: no es el mismo.

Lecho del agua que soy,

tú, los dos, somos el río

donde cuanto más profundo

se ve más despacio y límpido.

Imágenes de la vida:

a la vez las recibimos,

nos reciben, entregados

más unidamente a un ritmo.

Pero las cosas se forman

con nuestros propios delirios.

El aire tiene el tamaño

del corazón que respiro

y el sol es como la luz

con que yo le desafío.

Ciegos para los demás,

oscuros, siempre remisos,

miramos siempre hacia adentro,

vemos desde lo más íntimo.

Trabajo y amor me cuesta

conmigo así, ver contigo:

aparecer, como el agua

con la arena, siempre unidos.

Nadie me verá del todo.

Ni es nadie como lo miro.



Somos algo más que vemos,

algo menos que inquirimos.

Algún suceso de todos

pasa desapercibido.

Nadie nos ha visto. A nadie

ciegos de ver, hemos visto.

CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS

42.

¿Qué pasa?
Rencor por tu mundo,
amor por mi casa.

¿Qué suena?
El tiro en tu monte,
el beso en mis eras.

¿Qué vienes?
Para ti una sola,
para mí dos muertes.

CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS

43.

Entusiasmo del odio.
Ojos del mar querer.
Turbio el hombre.
Turbia la mujer.

¿Qué pasa?
Rencor por tu mundo,
amor por mi casa.

¿Qué suena?
El tiro en tu monte,
el beso en mis eras.

¿Qué vienes?
Para ti una sola,
para mí dos muertes.

¡Que maravilla!
Gracias, Pascual

Gracias, Lluvia....

De Miguel Hernández lo que quiero es recitaros sus versos en la puerta de su casa en Orihuela. A ver cuando pudiera ser.


Besos.

CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS

44

Los animales del día
a los de la noche buscan.

Lejos anda el sol,
cerca la luna.

Animal de mediodía
la medianoche te turba.

Lejos anda el sol,
cerca la luna.

CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS

45

El pozo y la palmera
se ahondan en tu cuerpo
poblado de ascendencias.

CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS

46

Bocas de ira.
Ojos de acecho.
Perros aullando.
Perros y perros.
Todo baldío.
Todo reseco.

Cuerpos y campos,
cuerpos y cuerpos.
¡Qué mal camino,
qué ceniciento!
¡Corazón tuyo,
fértil y tierno!

CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS

47

La libertad es algo
que sólo en tus entrañas
bate como el relámpago.

CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS

48

Tú eres fatal ante la muerte.
Yo soy fatal ante la vida.
Yo siempre en pie quisiera verte.
Tú quieres verte siempre hundida.

CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS

49, 


Menos tu vientre,
todo es confuso.
 
Menos tu vientre,
todo es futuro
fugaz, pasado
baldío, turbio.
 
Menos tu vientre,
todo es oculto,
menos tu vientre,
todo inseguro,
todo postrero,
polvo sin mundo.
 
Menos tu vientre,
todo es oscuro,
menos tu vientre
claro y profundo.

Visita obligada y además con gusto.
Don Miguel Hernández lo merece y ya sabes, a ti, las gracias.
Besos.

Gracias, Lluvia. Pero NECESITO RESPIRAR. Y NO PUEDO. LO SIENTO

CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS

53.


A la luna venidera
te acostarás a parir
y tu vientre irradiará
claridades sobre mí.
 
Alborada de tu vientre,
cada vez más claro en sí,
esclareciendo los pozos,
anocheciendo el marfil.
 
A la luna venidera

el mundo se vuelve a abrir.