MAY SWENSON (1913 - 1989)
POEMAS.
18. AZUL
Azul, pero tú también eres Rose,
y suero de leche, pero con puntos de sangre
a través de ellos.
Un poco salado tu nuca blanca
en todo el niño. Los pelos relucientes se disparan detrás de las orejas
. Rosa
de la que a las lenguas les gusta sentir
el laberinto, deslizarse en el embudo,
decirle un susurro de trueno.
Cuando beso, las pestañas rectas
de tus ojos van como pajitas rubias de
muñeca. Iris glaseado Rosas,
tus párpados no cerca de los
objetivos de anillos azules, sus radios oscuros
y brillantes casi verdes. Me hundo en agujeros de corazón de rosa azul,
negro hasta que
parpadeas. Labios rosados, los
pliegues dentados tienen un sabor suave, y rosa mosqueta
redonda, el capullo central que chupo.
También ordeño tus dos bellezas de rosa soplada
de madeja azul, para oler
la sangre de sus bayas, hasta las puntas
rosadas y rígidas. Eres blanco en
parches, solo que en su mayoría rosado,
piel de ciervo y salado, moteado
como un cielo. Me encantan tus manchas,
tu cuello blanco, Rose, la salpicadura de paja
salvaje de tu cabello, carretes de seda para tus orejas
. Pero donde el blanco
brota, se
derrama sobre tu frente hasta despejar las ojales, los ejes
de luz de las ruedas, Rose, tú eres Azul.
POEMAS.
18. AZUL
Azul, pero tú también eres Rose,
y suero de leche, pero con puntos de sangre
a través de ellos.
Un poco salado tu nuca blanca
en todo el niño. Los pelos relucientes se disparan detrás de las orejas
. Rosa
de la que a las lenguas les gusta sentir
el laberinto, deslizarse en el embudo,
decirle un susurro de trueno.
Cuando beso, las pestañas rectas
de tus ojos van como pajitas rubias de
muñeca. Iris glaseado Rosas,
tus párpados no cerca de los
objetivos de anillos azules, sus radios oscuros
y brillantes casi verdes. Me hundo en agujeros de corazón de rosa azul,
negro hasta que
parpadeas. Labios rosados, los
pliegues dentados tienen un sabor suave, y rosa mosqueta
redonda, el capullo central que chupo.
También ordeño tus dos bellezas de rosa soplada
de madeja azul, para oler
la sangre de sus bayas, hasta las puntas
rosadas y rígidas. Eres blanco en
parches, solo que en su mayoría rosado,
piel de ciervo y salado, moteado
como un cielo. Me encantan tus manchas,
tu cuello blanco, Rose, la salpicadura de paja
salvaje de tu cabello, carretes de seda para tus orejas
. Pero donde el blanco
brota, se
derrama sobre tu frente hasta despejar las ojales, los ejes
de luz de las ruedas, Rose, tú eres Azul.
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