.
(Se recoge a continuación el autor contemporáneo y su poema elegido, después los comentarios a dicho poema formulados por cada uno de los poetas del grupo Metáfora y después los poemas que a estos les han inspirado o que guardan alguna relación por su tema. Al haberse comentado en sesión presencial, no ha quedado constancia de los comentarios orales producidos. Los textos de los poemas de los miembros del grupo Metáfora aquí reseñados no son definitivos, están aún sujetos a revisión.)
LUISA CASTRO Autora y filóloga española, Luisa Castro estudió Filología Hispánica en la Universidad de Santiago de Compostela y Lingüística en la Complutense de Madrid. Más tarde completó su formación en la Universidad de Urbino y en Nueva York, donde estudió Cine tras recibir una beca Fullbright.
Castro se inició muy joven en la poesía, siendo ganadora del Premio Hiperión a los 19 años, tras lo que trabajó como colaboradora para medios como ABC, El País o El Mundo. Su primera novela, El somier, quedó finalista del premio Herralde. Más tarde recibió galardones tan importantes como el Azorín, el Biblioteca Breve o el Torrente Ballester.
Ha impartido clases y conferencias tanto en España como a nivel internacional y es directora del Instituto Cervantes de Dublín. Castro ha publicado tanto en castellano como en gallego y de entre su obra habría que destacar títulos como El secreto de la lejía, La segunda mujer, Podría hacerte daño o Diario de los años apresurados. Últimamente ha escrito “Un amor antiguo” en lengua gallega.
“Concibo la poesía como una herramienta de comprensión de los conflictos esenciales de la vida y, cada vez más, como una expresión muy íntima, un reducto de la privacidad". Luisa Castro.
Otros poemas de Luisa Castro: https://www.airesdelibertad.com/t45882-luisa-castro-1966?highlight=Castro
EL CERDO
Me habían puesto una falda nueva porque llegaba gente,
el agua de colonia,
rescatada de la profundidad de los armarios,
resbalaba por mi frente
una vez al año, por diciembre,
tibia.
Tengo una capacidad de olvido propia de la niñez,
pero mi casa no tenía un lugar para la muerte,
así que había que morir en el pasillo,
improvisar su ataúd de sal,
una roldana de muerte
en el rellano de la escalera.
Y atravesar la escena
sólo para beber agua.
Las tripas, el riñón, el corazón, el hígado,
desaparecen pronto de mis sueños.
Su llanto en mi cabeza reproduce débiles resonancias.
Luisa Castro
COMENTARIOS
Ana Mercedes Villalobos:
En diecisiete versos polimétricos la poeta nos hace el relato de sus recuerdos de la infancia, pero sobre todo de un hecho específico, la muerte de un cerdo en su hogar, y a pesar de que ella considera que los recuerdos de la niñez son frágiles y fáciles de olvidar, el evento en consideración la impresiona de tal manera que le inspira estas letras.
El poema está distribuido en cuatro estrofas, la primera nos narra un episodio de su infancia relativo a una época muy señalada del año (mes de diciembre) con los estrenos pertinentes y todo lo que supone estar bien de acorde para las fiestas.
La segunda nos habla del episodio que la ha impactado sobre la muerte del cerdo que la lleva a escribir este poema, el pasillo como el lugar improvisado para realizar ese evento, el ataúd de sal, la roldana de muerte.
La tercera nos explica el por qué ella observó esa escena que es un poco por casualidad, por un hecho imprevisto. La cuarta señala que las vísceras del cerdo (cosas que pueden ser impresionantes o chocantes) no la han impactado tanto como ese “llanto” que ella sigue sintiendo como gemido.
No es muy rico en recursos literarios, sin embargo, se pueden observar algunos encabalgamientos, enumeración: “Las tripas, el riñón, el corazón, el hígado…” También se observan algunas metáforas tales como “pero mi casa no tenía un lugar para la muerte…” ”su ataúd de sal…” “Su llanto en mi cabeza…”.
Glòria Forasté:
Un poema en vers lliure de disset versos amb diversos encavalcaments. El poema explica una situació de la infància , un record que la porta a reflexionar sobre la mort.
Justificaré perquè m’agrada aquest poema. Parteix de situacions molt concretes (Me habían puesto una falda nueva porque llegaba gente, el agua de colonia,/ Las tripas, el riñón, el corazón, el hígado,
desaparecen pronto de mis sueños.) i entremig parla de la mort que és la del Cerdo i la mateixa mort (pero mi casa no tenía un lugar para la muerte,/ así que había que morir en el pasillo,/improvisar su ataúd de sal,), el què ens fa pensar que vivien en un entorn senzill.
És com un flash de la infantesa. De manera diferent em recorda un haiku, perquè descriu una situació i ho barreja amb l’element sorpresa de la mort.
De la infantesa recordem més que retrats exactes del què va passar, que potser imaginem o recreem, les sensacions que et van produir i que t’han quedat gravades. Per això la capacidad de olvido propia de la niñez però sí que queda l’aigua de colònia lliscant per la cara i dèbils ressonàncies del plor del El cerdo.
A mi m'agraden aquests tipus de poemes. Concrets i que et produeix sensacions.
Maria Teresa Ferrer:
Para mi el tema de este poema seria, recuerdo de niñez. Es curioso como la memoria actúa selectivamente y según la intensidad del momento vivido, queda o no registrado como recuerdo.
Es un poema libre, escrito en diecisiete versos y estructurado en cuatro estrofas de distinto número de versos cada una.
A pesar de que el poema nos habla de tener una gran capacidad de olvido en el periodo de la niñez lo cierto es que el sujeto poético recuerda muy claramente y con detalle, todo lo que aconteció aquel día de Diciembre: /Me han puesto una falda nueva porque llegaba gente//el agua de colonia resbalaba por mi frente/ recuerda incluso aquella sensación de resbalar la colonia. /Mi casa no tenía un lugar para la muerte/ así que había que morir en el pasillo/ improvisar su ataúd de sal/ una roldana de muerte / en el rellano de la escalera/ y recuerda haber visto todas las vísceras y órganos
A pesar de este vívido recuerdo del animal despedazado, que forzosamente tuvo que presenciar puesto que tenía sed y tuvo que atravesar aquel rellano de muerte para poder beber agua, es del todo seguro que la impactó fuertemente, ya que al decirnos que todos estos recuerdos /desaparecen pronto de mis sueños/ eso mismo nos indica que aquella visión se le reproducía una y otra vez en sus sueños infantiles, al igual que el grito del cerdo en el momento de ser sacrificado, al que ella, como niña que fue en aquel momento, lo recuerda como llanto del animal sacrificado, y tal fue el impacto, que como adulta, a día de hoy aquel sonido todavía resuena , aunque lejano, en su cabeza.
Es un poema muy narrativo, que utiliza como recursos algún encabalgamiento y la enumeración.
Todo el poema es la exposición de un acontecimiento ocurrido en el pasado, así lo indica los tiempos verbales iutilizados. Resbalaba, no tenía un lugar/ A pesar de ello, mezcla verbos en el presente, pero que están situados en el pasado/Me han puesto una falda nueva.../ /tengo una capacidad de olvido propia de la niñez/. Tan solo el último verso se sitúa en un presente real cuando nos dice /su llanto en mi cabeza reproduce débiles resonancias/
Creo que ha sabido recrear muy bien aquel ambiente vivido, la escena se me ha transmitido de forma muy vívida y me ha conducido a recuerdos de mi propia niñez.
Marta García Sentis:
Consta de 17 versos polimétricos, en verso libre, algunos encabalgamientos pero pocos, enumeración y asonancias.
La poeta intenta describir un recuerdo de su infancia, que parece está impregnado por un acontecimiento vivido en una aldea con su familia.
Parece relevante el recuerdo por la descripción "de una falda nueva", "el agua de colonia", y este hecho ocurre una vez al año, como algo muy especial.
La segunda parte del poema nos habla en detalle de una muerte muy extraña para ella y detalla el resultado final "tripas, riñón........."Imagen muy viva. Es una muerte la que se celebra y que proporciona alegría por ofrecer alimento en la aldea.
Por otra parte deja de darle importancia "y atravesar la escena solo para beber agua". Todo es como un sueño el recuerdo, ya que añade "reproduce débiles resonancias su llanto en mi cabeza"- del animal.
El poema me ha sorprendido por este realismo, tan inusual para muchas personas sobre todo urbanas, y por la sencillez del poema.
Es un poema que no me ha llegado, tal vez por ser un sueño tan lejano a mis vivencias.
Mercedes Carrión Masip:
Poema en verso libre de diecisiete versos, polimétrico, en cuatro estrofas, dos encabalgamientos en mi opinión algo forzados dada la polimetría de la composición. La palabra "muerte" aparece dos veces como final de verso en la segunda estrofa quizá para armonizar con las tres asonancias consonantes aparecidas en la primera (gente, frente diciembre) dando algo más de musicalidad al poema.
Describe una matanza del cerdo, tan frecuente en el país aún en nuestros días, con el carácter de acontecimiento familiar y vecinal que esta suele tener. Hace referencia a su falda nueva y al agua de colonia guardada en el fondo del armario como materia lujosa, de uso tan infrecuente como "una vez al año" lo que sitúa la obra en un hogar de no demasiados recursos además de remitirla a un momento ya lejano del pasado. Curiosamente remarca que el agua de colonia estaba tibia lo que certifica que se usaba poco pues si hubiera estado a mano el efecto hubiera sido de frescor. Los seis versos de esta estrofa vienen a ser una sintética definición de la España de posguerra sobre todo en ambientes rurales. Los recuerdos de niñez de la autora.
La poeta hace referencia a los pocos recuerdos que de niña conserva, no obstante la matanza del cerdo en el rellano de la escalera y, aunque levemente, su llanto, han sobrevivido al olvido, así como que atravesaba el rellano para beber agua en su casa (en general espacio compartido por otra familia que me hace pensar en que también pagaba y compartía los productos cárnicos resultantes).
Me ha llegado mucho el relato pues me trae muchos y hermosos recuerdos de niñez. Aunque nunca viví una matanza, todo me devuelve a aquella época de supervivencia familiar y vecinal, que aunque de ambiente urbano en mi caso, era habitual la confianza y colaboración de los vecinos en tantas circunstancias personales y familiares de todos nosotros. Cuando yo salí de mi casa para casarme, por supuesto estaban invitados todos ellos que eran como familia después de tantos años de crecer juntos los pequeños y ayudarse y compartir noches de verano en la terraza del edificio los mayores. Siempre he creído que una parte de mí se formó en la familiaridad de aquel ambiente hoy difícil de encontrar sobre todo en las ciudades. Nunca los olvidaré.
Pedro Casas Serra:
Poema de 17 versos en cuatro estrofas, escrito en verso libre, con un par de encabalgamientos y varias asonancias, especialmente en e-e, lo que le confiere cierta musicalidad. Habla sobre el día de la matanza del cerdo en casa de la autora cuando era niña. Su tema, pues, son recuerdos de la niñez de la autora. El tratamiento del tema no es truculento, los recuerdos más bien van dirigidos al sentido lúdico de la ocasión (falda nueva, agua de colonía), las circunstancias del lugar (pasillo, rellano de la escalera, la necesidad de atravesarlo para ir a beber agua), y la visión de las vísceras del animal (tripas, riñón, corazón, hígado) incluso de sus chillidos (que llama “llanto”, la única metáfora), no le hicieron mucha mella pues dice que “desaparecen pronto de mis sueños” y “producen débiles resonancias”. No emplea recursos poéticos, salvo la metáfora indicada. Las palabras empleadas son de uso corriente, menos “roldana”, que según el DRAE está en desuso y significa vasija para vino, que en este caso se emplearía, supongo, para recoger la sangre del animal sacrificado. Se trata de un relato que podría ser prosa, si no fuera por la economía de palabras y la construcción cortada de las frases, que le confieren un carácter muy visual, como de guión cinematográfico. En su sencillez, el poema me ha gustado porque transmite autenticidad, es creíble como reconstrucción de los recuerdos de una niña pequeña.
POEMAS
Ana Mercedes Villalobos:
TARDES DE JARDÍN
Éramos tan inquietos que nos mandaban
a jugar en el jardín,
era nuestro lugar favorito de la casa
allí rescatábamos las hormigas
de los pequeños pozos de agua que se formaban
por la lluvia.
Se nos iba la tarde en un bostezo
nunca lograban hacernos entrar a la hora,
al anochecer nos escondíamos entre los arbustos
para que no nos encontraran,
pero la abuela subía al primer piso de la torre
y se asomaba a la ventana.
Desde allí comenzaba a hablar sola
como si no nos viera, decía:
“Es la hora de los duendes del jardín
salen para asustar a los niños que no hacen caso”
Nosotros nos veíamos la cara
y corríamos para ponernos a salvo.
Nunca olvidaré esa picardía que se asomaba en su rostro.
Ana Mercedes Villalobos
*
Glòria Forasté:
DIÀLEG AMB EL POEMA “EL CERDO” DE LUISA CASTRO
Pero mi casa no tenía un lugar para la muerte,
así que había que morir en el pasillo,
LUISA CASTRO
No ens cal un indret per morir
(morir pots fer-ho a qualsevol lloc
-al ras, a les trinxeres, al mediterrani, sol en un box d’algun hospital,
a la vorera de la incertesa-)
Ens cal un lloc per viure,
- per la higiene, per fer l’amor, per follar, per emmalaltir, per llegir
poesia-
Ens cal un recer íntim – un sostre- per recordar i reviure
la gota de colònia regalimant
avall
avall
per la infantesa.
Glòria Forasté
*
Maria Teresa Ferrer:
ENSURT
M'havien encarregat una cosa molt especial que em feia sentir gran,
La mare de la meva millor amiga
aquella tarda no podia recollir del col.legi al seu germanet petit
i com a mes gran dels tres, vaig ser l'encarregada de tornar-lo a casa.
Petits, ho érem tots tres jo tenia vuit anys
i vivíem a prop del col.legi, ells a la casa just davant de la meva.
Vaig sortir amb les amigues corrent pel pati de l'escola
i ens vam intercanviar uns cromos
d'una col.lecció que fèiem totes les nenes de la classe.
Me'n van intercanviar un de preciós,
d'aquells que són molt difícils d'aconseguir
i amb la germana del nen vam anar tirant cap a casa.
En arribar, vaig sentir quelcom d'estrany a dins que em va alertar.
Oh... m'he deixat el nen!
La meva amiga i jo, vam girar carrer amunt una altre vegada.
En arribar al col.egi estava "sentadet" sol en una cadira esperant,
li vaig donar la mà i tots tres vam enfilar de nou el camí cap a casa.
Maria Teresa Ferrer
*
Marta García Sentís:
LA LANGOSTA
Me bañaba en la playa
- el oleaje era suave
mientras los cocoteros se despeinaban
por el viento que dulcificaba el calor.
Desembarcó un pescador con una pieza en la mano:
una langosta
- ojos saltones, movimientos bruscos.
Gran celebración, muere en la cazuela
sin sospecha de tristeza.
Su sabor, aún hoy vivo,
es un recuerdo, o tal vez el sueño del vivir.
Marta García Sentís
*
Mercedes Carrión Masip:
CRÓNICA
era un tiempo vaciado
sedada la memoria de los míos
………………………………………...y mi curiosidad
vestida de babero y calcetines
mi afán en preguntar sangraba sus recuerdos
el angosto circuito de tantos refugiados
……………………………………...............aquella desazón
aquella desconfianza y el silencio
no fui una niña alegre
tuve que dibujar espacios y caminos
para escapar del peso de la historia desde aquellos umbrales
también recuerdo el tiempo de las flores
del colegio y aquellas compañeras
………………………………....….........el recreo en el patio
los juegos en las calles tan seguras entonces
el olvido destiñe los cuadernos de los días frugales
se mataba un conejo o un pollo por las fiestas
y aquellos que podían hacían en enero su matanza
me daba mucho miedo
………………....……….....mucha angustia
cuando el cerdo del vecino chillaba
Mercedes Carrión Masip
*
Pedro Casas Serra:
EL BISCÚTER
Mediados los cincuenta, mi padre se compró
un pequeño Biscúter.
Creo que “Cacharrete” lo llamábamos.
Los fines de semana íbamos de excursión.
Una vez alcanzamos el famoso “Valle de los Caídos”.
Me impresionó su iglesia, su amplia escalinata,
su enorme cruz, sus altas bóvedas, sus mármoles, su magnificencia.
Creo que ese Biscúter lo empleaba mi padre
en su trabajo. Era una furgoneta cuatro plazas.
Un día me llevó al colegio en él.
Yo procuraba hundirme en el asiento.
Me avergonzaba que mis compañeros
pudieran verme ir subido en él.
Qué mal tenía entonces elegidas
las vergüenzas.
Pedro Casas Serra
(Se recoge a continuación el autor contemporáneo y su poema elegido, después los comentarios a dicho poema formulados por cada uno de los poetas del grupo Metáfora y después los poemas que a estos les han inspirado o que guardan alguna relación por su tema. Al haberse comentado en sesión presencial, no ha quedado constancia de los comentarios orales producidos. Los textos de los poemas de los miembros del grupo Metáfora aquí reseñados no son definitivos, están aún sujetos a revisión.)
LUISA CASTRO Autora y filóloga española, Luisa Castro estudió Filología Hispánica en la Universidad de Santiago de Compostela y Lingüística en la Complutense de Madrid. Más tarde completó su formación en la Universidad de Urbino y en Nueva York, donde estudió Cine tras recibir una beca Fullbright.
Castro se inició muy joven en la poesía, siendo ganadora del Premio Hiperión a los 19 años, tras lo que trabajó como colaboradora para medios como ABC, El País o El Mundo. Su primera novela, El somier, quedó finalista del premio Herralde. Más tarde recibió galardones tan importantes como el Azorín, el Biblioteca Breve o el Torrente Ballester.
Ha impartido clases y conferencias tanto en España como a nivel internacional y es directora del Instituto Cervantes de Dublín. Castro ha publicado tanto en castellano como en gallego y de entre su obra habría que destacar títulos como El secreto de la lejía, La segunda mujer, Podría hacerte daño o Diario de los años apresurados. Últimamente ha escrito “Un amor antiguo” en lengua gallega.
“Concibo la poesía como una herramienta de comprensión de los conflictos esenciales de la vida y, cada vez más, como una expresión muy íntima, un reducto de la privacidad". Luisa Castro.
Otros poemas de Luisa Castro: https://www.airesdelibertad.com/t45882-luisa-castro-1966?highlight=Castro
EL CERDO
Me habían puesto una falda nueva porque llegaba gente,
el agua de colonia,
rescatada de la profundidad de los armarios,
resbalaba por mi frente
una vez al año, por diciembre,
tibia.
Tengo una capacidad de olvido propia de la niñez,
pero mi casa no tenía un lugar para la muerte,
así que había que morir en el pasillo,
improvisar su ataúd de sal,
una roldana de muerte
en el rellano de la escalera.
Y atravesar la escena
sólo para beber agua.
Las tripas, el riñón, el corazón, el hígado,
desaparecen pronto de mis sueños.
Su llanto en mi cabeza reproduce débiles resonancias.
Luisa Castro
COMENTARIOS
Ana Mercedes Villalobos:
En diecisiete versos polimétricos la poeta nos hace el relato de sus recuerdos de la infancia, pero sobre todo de un hecho específico, la muerte de un cerdo en su hogar, y a pesar de que ella considera que los recuerdos de la niñez son frágiles y fáciles de olvidar, el evento en consideración la impresiona de tal manera que le inspira estas letras.
El poema está distribuido en cuatro estrofas, la primera nos narra un episodio de su infancia relativo a una época muy señalada del año (mes de diciembre) con los estrenos pertinentes y todo lo que supone estar bien de acorde para las fiestas.
La segunda nos habla del episodio que la ha impactado sobre la muerte del cerdo que la lleva a escribir este poema, el pasillo como el lugar improvisado para realizar ese evento, el ataúd de sal, la roldana de muerte.
La tercera nos explica el por qué ella observó esa escena que es un poco por casualidad, por un hecho imprevisto. La cuarta señala que las vísceras del cerdo (cosas que pueden ser impresionantes o chocantes) no la han impactado tanto como ese “llanto” que ella sigue sintiendo como gemido.
No es muy rico en recursos literarios, sin embargo, se pueden observar algunos encabalgamientos, enumeración: “Las tripas, el riñón, el corazón, el hígado…” También se observan algunas metáforas tales como “pero mi casa no tenía un lugar para la muerte…” ”su ataúd de sal…” “Su llanto en mi cabeza…”.
Glòria Forasté:
Un poema en vers lliure de disset versos amb diversos encavalcaments. El poema explica una situació de la infància , un record que la porta a reflexionar sobre la mort.
Justificaré perquè m’agrada aquest poema. Parteix de situacions molt concretes (Me habían puesto una falda nueva porque llegaba gente, el agua de colonia,/ Las tripas, el riñón, el corazón, el hígado,
desaparecen pronto de mis sueños.) i entremig parla de la mort que és la del Cerdo i la mateixa mort (pero mi casa no tenía un lugar para la muerte,/ así que había que morir en el pasillo,/improvisar su ataúd de sal,), el què ens fa pensar que vivien en un entorn senzill.
És com un flash de la infantesa. De manera diferent em recorda un haiku, perquè descriu una situació i ho barreja amb l’element sorpresa de la mort.
De la infantesa recordem més que retrats exactes del què va passar, que potser imaginem o recreem, les sensacions que et van produir i que t’han quedat gravades. Per això la capacidad de olvido propia de la niñez però sí que queda l’aigua de colònia lliscant per la cara i dèbils ressonàncies del plor del El cerdo.
A mi m'agraden aquests tipus de poemes. Concrets i que et produeix sensacions.
Maria Teresa Ferrer:
Para mi el tema de este poema seria, recuerdo de niñez. Es curioso como la memoria actúa selectivamente y según la intensidad del momento vivido, queda o no registrado como recuerdo.
Es un poema libre, escrito en diecisiete versos y estructurado en cuatro estrofas de distinto número de versos cada una.
A pesar de que el poema nos habla de tener una gran capacidad de olvido en el periodo de la niñez lo cierto es que el sujeto poético recuerda muy claramente y con detalle, todo lo que aconteció aquel día de Diciembre: /Me han puesto una falda nueva porque llegaba gente//el agua de colonia resbalaba por mi frente/ recuerda incluso aquella sensación de resbalar la colonia. /Mi casa no tenía un lugar para la muerte/ así que había que morir en el pasillo/ improvisar su ataúd de sal/ una roldana de muerte / en el rellano de la escalera/ y recuerda haber visto todas las vísceras y órganos
A pesar de este vívido recuerdo del animal despedazado, que forzosamente tuvo que presenciar puesto que tenía sed y tuvo que atravesar aquel rellano de muerte para poder beber agua, es del todo seguro que la impactó fuertemente, ya que al decirnos que todos estos recuerdos /desaparecen pronto de mis sueños/ eso mismo nos indica que aquella visión se le reproducía una y otra vez en sus sueños infantiles, al igual que el grito del cerdo en el momento de ser sacrificado, al que ella, como niña que fue en aquel momento, lo recuerda como llanto del animal sacrificado, y tal fue el impacto, que como adulta, a día de hoy aquel sonido todavía resuena , aunque lejano, en su cabeza.
Es un poema muy narrativo, que utiliza como recursos algún encabalgamiento y la enumeración.
Todo el poema es la exposición de un acontecimiento ocurrido en el pasado, así lo indica los tiempos verbales iutilizados. Resbalaba, no tenía un lugar/ A pesar de ello, mezcla verbos en el presente, pero que están situados en el pasado/Me han puesto una falda nueva.../ /tengo una capacidad de olvido propia de la niñez/. Tan solo el último verso se sitúa en un presente real cuando nos dice /su llanto en mi cabeza reproduce débiles resonancias/
Creo que ha sabido recrear muy bien aquel ambiente vivido, la escena se me ha transmitido de forma muy vívida y me ha conducido a recuerdos de mi propia niñez.
Marta García Sentis:
Consta de 17 versos polimétricos, en verso libre, algunos encabalgamientos pero pocos, enumeración y asonancias.
La poeta intenta describir un recuerdo de su infancia, que parece está impregnado por un acontecimiento vivido en una aldea con su familia.
Parece relevante el recuerdo por la descripción "de una falda nueva", "el agua de colonia", y este hecho ocurre una vez al año, como algo muy especial.
La segunda parte del poema nos habla en detalle de una muerte muy extraña para ella y detalla el resultado final "tripas, riñón........."Imagen muy viva. Es una muerte la que se celebra y que proporciona alegría por ofrecer alimento en la aldea.
Por otra parte deja de darle importancia "y atravesar la escena solo para beber agua". Todo es como un sueño el recuerdo, ya que añade "reproduce débiles resonancias su llanto en mi cabeza"- del animal.
El poema me ha sorprendido por este realismo, tan inusual para muchas personas sobre todo urbanas, y por la sencillez del poema.
Es un poema que no me ha llegado, tal vez por ser un sueño tan lejano a mis vivencias.
Mercedes Carrión Masip:
Poema en verso libre de diecisiete versos, polimétrico, en cuatro estrofas, dos encabalgamientos en mi opinión algo forzados dada la polimetría de la composición. La palabra "muerte" aparece dos veces como final de verso en la segunda estrofa quizá para armonizar con las tres asonancias consonantes aparecidas en la primera (gente, frente diciembre) dando algo más de musicalidad al poema.
Describe una matanza del cerdo, tan frecuente en el país aún en nuestros días, con el carácter de acontecimiento familiar y vecinal que esta suele tener. Hace referencia a su falda nueva y al agua de colonia guardada en el fondo del armario como materia lujosa, de uso tan infrecuente como "una vez al año" lo que sitúa la obra en un hogar de no demasiados recursos además de remitirla a un momento ya lejano del pasado. Curiosamente remarca que el agua de colonia estaba tibia lo que certifica que se usaba poco pues si hubiera estado a mano el efecto hubiera sido de frescor. Los seis versos de esta estrofa vienen a ser una sintética definición de la España de posguerra sobre todo en ambientes rurales. Los recuerdos de niñez de la autora.
La poeta hace referencia a los pocos recuerdos que de niña conserva, no obstante la matanza del cerdo en el rellano de la escalera y, aunque levemente, su llanto, han sobrevivido al olvido, así como que atravesaba el rellano para beber agua en su casa (en general espacio compartido por otra familia que me hace pensar en que también pagaba y compartía los productos cárnicos resultantes).
Me ha llegado mucho el relato pues me trae muchos y hermosos recuerdos de niñez. Aunque nunca viví una matanza, todo me devuelve a aquella época de supervivencia familiar y vecinal, que aunque de ambiente urbano en mi caso, era habitual la confianza y colaboración de los vecinos en tantas circunstancias personales y familiares de todos nosotros. Cuando yo salí de mi casa para casarme, por supuesto estaban invitados todos ellos que eran como familia después de tantos años de crecer juntos los pequeños y ayudarse y compartir noches de verano en la terraza del edificio los mayores. Siempre he creído que una parte de mí se formó en la familiaridad de aquel ambiente hoy difícil de encontrar sobre todo en las ciudades. Nunca los olvidaré.
Pedro Casas Serra:
Poema de 17 versos en cuatro estrofas, escrito en verso libre, con un par de encabalgamientos y varias asonancias, especialmente en e-e, lo que le confiere cierta musicalidad. Habla sobre el día de la matanza del cerdo en casa de la autora cuando era niña. Su tema, pues, son recuerdos de la niñez de la autora. El tratamiento del tema no es truculento, los recuerdos más bien van dirigidos al sentido lúdico de la ocasión (falda nueva, agua de colonía), las circunstancias del lugar (pasillo, rellano de la escalera, la necesidad de atravesarlo para ir a beber agua), y la visión de las vísceras del animal (tripas, riñón, corazón, hígado) incluso de sus chillidos (que llama “llanto”, la única metáfora), no le hicieron mucha mella pues dice que “desaparecen pronto de mis sueños” y “producen débiles resonancias”. No emplea recursos poéticos, salvo la metáfora indicada. Las palabras empleadas son de uso corriente, menos “roldana”, que según el DRAE está en desuso y significa vasija para vino, que en este caso se emplearía, supongo, para recoger la sangre del animal sacrificado. Se trata de un relato que podría ser prosa, si no fuera por la economía de palabras y la construcción cortada de las frases, que le confieren un carácter muy visual, como de guión cinematográfico. En su sencillez, el poema me ha gustado porque transmite autenticidad, es creíble como reconstrucción de los recuerdos de una niña pequeña.
POEMAS
Ana Mercedes Villalobos:
TARDES DE JARDÍN
Éramos tan inquietos que nos mandaban
a jugar en el jardín,
era nuestro lugar favorito de la casa
allí rescatábamos las hormigas
de los pequeños pozos de agua que se formaban
por la lluvia.
Se nos iba la tarde en un bostezo
nunca lograban hacernos entrar a la hora,
al anochecer nos escondíamos entre los arbustos
para que no nos encontraran,
pero la abuela subía al primer piso de la torre
y se asomaba a la ventana.
Desde allí comenzaba a hablar sola
como si no nos viera, decía:
“Es la hora de los duendes del jardín
salen para asustar a los niños que no hacen caso”
Nosotros nos veíamos la cara
y corríamos para ponernos a salvo.
Nunca olvidaré esa picardía que se asomaba en su rostro.
Ana Mercedes Villalobos
*
Glòria Forasté:
DIÀLEG AMB EL POEMA “EL CERDO” DE LUISA CASTRO
Pero mi casa no tenía un lugar para la muerte,
así que había que morir en el pasillo,
LUISA CASTRO
No ens cal un indret per morir
(morir pots fer-ho a qualsevol lloc
-al ras, a les trinxeres, al mediterrani, sol en un box d’algun hospital,
a la vorera de la incertesa-)
Ens cal un lloc per viure,
- per la higiene, per fer l’amor, per follar, per emmalaltir, per llegir
poesia-
Ens cal un recer íntim – un sostre- per recordar i reviure
la gota de colònia regalimant
avall
avall
per la infantesa.
Glòria Forasté
*
Maria Teresa Ferrer:
ENSURT
M'havien encarregat una cosa molt especial que em feia sentir gran,
La mare de la meva millor amiga
aquella tarda no podia recollir del col.legi al seu germanet petit
i com a mes gran dels tres, vaig ser l'encarregada de tornar-lo a casa.
Petits, ho érem tots tres jo tenia vuit anys
i vivíem a prop del col.legi, ells a la casa just davant de la meva.
Vaig sortir amb les amigues corrent pel pati de l'escola
i ens vam intercanviar uns cromos
d'una col.lecció que fèiem totes les nenes de la classe.
Me'n van intercanviar un de preciós,
d'aquells que són molt difícils d'aconseguir
i amb la germana del nen vam anar tirant cap a casa.
En arribar, vaig sentir quelcom d'estrany a dins que em va alertar.
Oh... m'he deixat el nen!
La meva amiga i jo, vam girar carrer amunt una altre vegada.
En arribar al col.egi estava "sentadet" sol en una cadira esperant,
li vaig donar la mà i tots tres vam enfilar de nou el camí cap a casa.
Maria Teresa Ferrer
*
Marta García Sentís:
LA LANGOSTA
Me bañaba en la playa
- el oleaje era suave
mientras los cocoteros se despeinaban
por el viento que dulcificaba el calor.
Desembarcó un pescador con una pieza en la mano:
una langosta
- ojos saltones, movimientos bruscos.
Gran celebración, muere en la cazuela
sin sospecha de tristeza.
Su sabor, aún hoy vivo,
es un recuerdo, o tal vez el sueño del vivir.
Marta García Sentís
*
Mercedes Carrión Masip:
CRÓNICA
era un tiempo vaciado
sedada la memoria de los míos
………………………………………...y mi curiosidad
vestida de babero y calcetines
mi afán en preguntar sangraba sus recuerdos
el angosto circuito de tantos refugiados
……………………………………...............aquella desazón
aquella desconfianza y el silencio
no fui una niña alegre
tuve que dibujar espacios y caminos
para escapar del peso de la historia desde aquellos umbrales
también recuerdo el tiempo de las flores
del colegio y aquellas compañeras
………………………………....….........el recreo en el patio
los juegos en las calles tan seguras entonces
el olvido destiñe los cuadernos de los días frugales
se mataba un conejo o un pollo por las fiestas
y aquellos que podían hacían en enero su matanza
me daba mucho miedo
………………....……….....mucha angustia
cuando el cerdo del vecino chillaba
Mercedes Carrión Masip
*
Pedro Casas Serra:
EL BISCÚTER
Mediados los cincuenta, mi padre se compró
un pequeño Biscúter.
Creo que “Cacharrete” lo llamábamos.
Los fines de semana íbamos de excursión.
Una vez alcanzamos el famoso “Valle de los Caídos”.
Me impresionó su iglesia, su amplia escalinata,
su enorme cruz, sus altas bóvedas, sus mármoles, su magnificencia.
Creo que ese Biscúter lo empleaba mi padre
en su trabajo. Era una furgoneta cuatro plazas.
Un día me llevó al colegio en él.
Yo procuraba hundirme en el asiento.
Me avergonzaba que mis compañeros
pudieran verme ir subido en él.
Qué mal tenía entonces elegidas
las vergüenzas.
Pedro Casas Serra
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