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José Luis Rey (Puente Genil, 3 de abril de 1973) es un poeta, traductor y ensayista español.
Biografía
Se dio a conocer como poeta en 1996, a sus veintitrés años, con el libro Un evangelio español , que obtuvo el accésit del premio Adonais de ese año y el premio Andalucía de la Crítica a la Opera Prima, libro que llevaba al frente una generosa carta- prólogo de Pere Gimferrer. Tras realizar estudios parciales de Derecho, se licenció en Filología Hispánica por la Universidad de Córdoba. Se doctoró cum laude con una tesis sobre la poesía de Pere Gimferrer, dirigida por el profesor Pedro Ruiz Pérez, titulada Caligrafía del fuego. La poesía de Pere Gimferrer. Traductor de poesía inglesa, vive en la ciudad de Córdoba dedicado plenamente a la literatura.
Obra
Como poeta, es autor de los siguientes libros: La luz y la palabra, La familia nórdica, Volcán vocabulario (La luz y la palabra II), Barroco , Las visiones, La fruta de los mudos, La epifanía y El dorado, todos ellos publicados por la editorial Visor. Poemas suyos han sido traducidos a una decena de idiomas, entre ellos al inglés en la Universidad de Harvard. Como ensayista ha publicado Caligrafía del fuego. La poesía de Pere Gimferrer en la editorial Pre-textos y ha desarrollado su poética en el ensayo Jacob y el ángel (La poética de la víspera), aparecido en la editorial Devenir. Un ensayo más reciente es Los eruditos tienen miedo (Espíritu y lenguaje en poesía), publicado por La Isla de Siltolá. En 2017 publica un nuevo ensayo: En el blanco infinito. Juan Ramón Jiménez (Huerga y Fierro). Ha traducido también las Poesías completas de Emily Dickinson y las Poesías completas de T. S. Eliot (en dos volúmenes) para Visor. En 2018 ha publicado su obra poética más extensa y ambiciosa, La epifanía (Visor). En 2019 ha publicado el corpus de su poesía adolescente bajo el título Adolescente fui en días idénticos a nubes. Poesía 1987-1992 en la editorial Vitruvio. También en 2019, editado por Berenice, aparece su ensayo Brujas a mediodía. Anotaciones a la poesía de Claudio Rodríguez, una muy personal aproximación a la poesía de un grande del 50. Su traducción de Harmonium, la gran primera obra de Wallace Stevens aparece a finales de 2019, editada por Reino de Cordelia. Ha dado hasta ahora dos volúmenes de memorias y diarios: La prosa del soldado (Litopress) y Veintiocho fragmentos de mi infancia (Utopía Libros). En 2021 edita en Reino de Cordelia una vasta antología poética de P. B. Shelley, poeta que admira desde su adolescencia. A principios de 2022 Visor publica su versión del Retrato del artista cachorro, libro que recoge los primeros recuerdos y vivencias del gran poeta galés Dylan Thomas. Una nueva traducción aparece en la editorial Berenice en abril de 2022; Poesía completa de John Keats. En septiembre de 2022 aparece su traducción de In memoriam y otros poemas, de Alfred Lord Tennyson, en la editorial Cátedra, en su prestigiosa colección de Letras Universales. En octubre de 2022 obtiene el Premio de Poesía Lorenzo Gomis a un único poema, convocado por la revista El Ciervo, por su poema titulado Los iconos. En enero de 2023 ve la luz su poema largo El dorado (Visor, Madrid, 2023), un canto al Espíritu y a los afortunados que lo poseen. Este poema cierra, como cima y síntesis de todo lo anterior, su obra poética.
Premios y distinciones
Entre otros, ha obtenido los siguientes premios:
Accésit del Premio Adonáis 1996.
Premio Andalucía de la Crítica a la Opera Prima 1997.
Premio Internacional Gerardo Diego 2005.
Premio Internacional de Poesía Jaime Gil de Biedma 2006.
Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe 2009.
Premio Tiflos de Poesía 2012.
Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla 2015.
Premio Lorenzo Gomis de Poesía 2022 a un único poema, convocado por la revista El Ciervo.
(Sacado de https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Luis_Rey )
*
Algunos poemas de José Luis Rey, de Volcán Vocabulario, La luz y la palabra II, Visor, 2009:
LA POESÍA
¿Cómo podría yo vivir sin ti?
Si quien ama la música de pronto
quedara sordo, entrando en el silencio,
si todo lo que existe no existiera,
si ya no hubiera que soñar el sueño,
me quedaría aún una palabra
no dicha, eternidad de algún deseo,
el de estar junto a ti, porque he vivido
siempre contigo, y porque amé tu pleno
latir (¿desde qué fondo de alta espuma?).
Me quedarías tú con tu silencio.
Y los días de otoño como fieros mastines.
Y la honda nostalgia de otro ciclo.
SABIDURÍA
Una magia profunda me sostiene.
Un cofre hecho de sol es mi tesoro.
Sentí el amor en una tarde clara.
Y perdí el esplendor después de todo.
Pero algo en mí dura y eso soy:
yo tuve el reino que tenéis vosotros.
Y aprendí los caminos de mi tierra.
Y vi el naranjo entre la luz de oro.
LA SONATA DE SLIGO
Qué felices seremos en las tierras de Irlanda.
Ven conmigo a los bosques, a la luz, más allá.
Hacia Sligo quizá, donde un joven cantaba.
A tejados sonoros, donde ya empieza el mar.
Yo fui rey, yo fui Fergus, fui el amor en la tierra,
en la casa del hombre, en su hueso mortal.
Y yo te enseñaré a leer las mañanas.
Qué páginas crujientes: escuchad, escuchad.
Cuando la noche caiga sobre la vieja Europa
y ni ogros ni monarcas nos quiten la verdad,
abrázame, amor mío, y dime en voz muy baja
la gloria que ha pasado, que pasa y pasará.
UNA MADRE DA LA DIRECCIÓN DE SU HIJO
Mi hijo vive allí.
Pregunta cuando llegues al final del camino.
Hay un bosque dorado, y racimos de niebla.
Hay humo sobre las casas del pueblo.
Allí vive mi hijo.
Llevaba puesto aquel jersey tan claro.
Nos saludaba con su mano egipcia.
Pregunta cuando llegues al final del camino.
Allí cae la nieve como música,
una música lenta, un lento olvido.
Los días pasan despacio.
Y el viento mueve las ramas oscuras
como tocando un violín.
pregunta cuando llegues, búscalo.
Su casa será blanca y tendrá abiertas
las ventanas, la puerta y la alegría.
Será una tierra hermosa, dile a él
que nunca lo olvidamos,
que iremos un día a verle, que algún día
entraremos también en su pueblo callado,
que a través de la lluvia llegaremos,
sin abrigo y sin miedo,
que allí le abrazaremos para siempre.
RELATO DEL HOMBRE QUE CRUZÓ LA MAR
Miradme,
me dijeron que estaba enfermo. Y yo qué pude hacer.
Lo prepararon todo: medicinas, vaso, suero.
Me arrojaron al mar.
Recuerdo los primeros momentos, el llanto por mi marcha,
la mosca en el oído.
Y la cama volviéndose una orilla.
Las sábanas pesadas ya eran agua.
Y lejos las voces. Ya iba entrando en el mar.
Y el mar es grande, como un país de niebla.
Comprendí que había muerto y descendí
por las rutas del mar con las sirenas.
Y ni sus cantos podían hacerme olvidar
la belleza que un día caminó sobre el aire.
Por eso hablé de mi tierra.
Crucé las regiones marinas hablando del sol,
de los árboles grandes, de la lluvia,
de esa muerte distinta que se llama tristeza.
Y les hablé de amor a las medusas.
Unas pocas palabras levantando un imperio.
Y así conseguí resistir el olvido que provocan las olas.
Cuánto me alegra este esfuerzo,
haber luchado contra las mareas, haber guardado
el tesoro de mi vida frente a tanto oleaje.
Y ni las algas ni los pulpos, esos monarcas sonámbulos,
ni el hondo silencio de la noche del mar
han podido borrar tanta riqueza.
Largos siglos pasé bajo las aguas.
Creí perderlo todo.
Pero aquí estoy, miradme.
He llegado a la playa de la luz.
He salido del mar.
Miradme, estoy herido, pero os traigo
la gran belleza del mundo.
LOS GIRASOLES
No conocen la nieve ni han visto a los delfines.
Son pequeños, sonríen con toda la grandeza.
Están enamorados de un gigante.
Creen que el cielo amarillo fue su infancia.
Qué tontos son: cuando los mece el viento
imaginan que es fiesta y que alguien los quiere.
Y se estirazan mucho para ponerse guapos.
El mar suele dormir entre sus manos
y en todas las leyendas están junto al castillo.
Y como el gran amor ignoran el invierno.
Saludan a las nubes, pero nunca se van.
Pero nunca se van por los caminos.
A veces algo nuestro se aleja con la tarde
y todos los que han sido florecen en su voz.
EL DÍA EN QUE VOLVAMOS
Será azul y tendrá torres de trigo
y barcos por el aire de los álamos
y estrellas hechas del dolor más verde
y un colegio de pinos y de pájaros.
Pues se aprende a volver
por un camino de agua, muy callados,
casi de noche, por detrás del sol,
volando sin querer, como jugando.
Y qué sorpresa al aire le daremos.
Y qué asombrado quedará el verano.
Casi dormidos, sí, pero ya veis.
Casi sin fuerzas, sí, pero aquí estamos.
Nos supimos guiar por la belleza
que brillaba aquí abajo.
Y sin duda será como ayer grande
el día misterioso en que volvamos.
ENNIS
Escribir poesía es volverse extranjero
pájaro peregrino por el fondo del mar
es tener otros ojos
para ver la aventura que brillaba en el aire y no nos dimos cuenta
así vuelve la infancia
la hierba azul se pone a cubrir el tejado
y se empieza a cantar no sabemos por qué
quizá por ser mayores
por un amor de pronto por aquel mes de octubre en que fuios hermanos
la belleza y nosotros
a veces una fiesta un día verde a veces
aquella ropa nueva tiempo nuestro qué hiciste
tú que tanto brillabas
estrellas en el pelo gotas de agua en la voz
sera que escribo por eso
por aquella muchacha por aquel niño torpe
cuyas alas cortaste
por aquellos amigos que eran dueños del mundo
qué nos pasa que un día
parecemos de luna y al siguiente ya veis somos de trigo
se nos pierden las cosas que tanto nos gustaban
aquellos guantes rojos con que a veces tocábamos los sueños
las botas de bailar
la voz que tanto amamos
y me volví viajero y estuve despidiéndome del aire
pensando que un poema guardaría la luz
me llevé en la maleta las hojas y los días el mar y la mañana
y así llegué hasta aquí
vivo en este país fuera del tiempo
y no puedo hacer nada
y los supervivientes
en hoteles marinos donde no sale el sol
lloran por todo aquello que dejaron
así suenan las máquinas la noche
mi poesía se pasó la vida
luchando contra esto
CLOVERHILL
Si yo pudiera daros un poema
os diría no sé que fui joven también
que tuve una camisa hecha de luna
que la vida es el sur y lo es de algún modo
que vuestra madre y yo rodamos por la tierra y era hermoso
así fuisteis creciendo
en un rincón de hierba en una nube grande como el mundo
en una caravana con el baño oxidado
con una tele resfriada y vieja
las paredes tosían el invierno viajaba en la maleta como un polizón
las carreteras verdes el cabello del bosque
perdimos la moneda manchada de cerveza
qué más os pude dar
esperar el futuro con un poco de leña con unos libros rotos
aventuras de niños y fantasmas os reíais mucho
me pedíais chicle preguntabais por ella
mamá vive en el norte qué os podía decir
qué sabíais vosotros de vivir y pasar
de aquellos días como pan quemado
de un trabajo en un pueblo y un despido en el otro qué sabíais del mar
vosotros que podíais encender cualquier cielo con la luz de la infancia
vosotros que podíais volar
Si yo pudiera daros un poema
pero la vida es sur y no puedo explicarlo
el tiempo que no ardió lo pasé trabajando en esas fábricas
que parecían barcos hundidos en la luna
mi poema es de humo y así os quiero
adiós os dije y luego abrí la puerta de mi casa el norte
es un lugar cansado y ya no puedo hablar
una tierra sin luz fuera del tiempo
con las manos gastadas os escribo
con las manos gastadas
ANTES DE LA MÚSICA
Igual que el viento toca un piano de banderas,
¿sabré yo tocar tu música?
¿Estaré preparado para ello?
¿Sabré algún día,l como sabes tú,
que nota es cada cuerpo y cada hora?
Ay,
pero sólo una vez es mi instrumento.
Sólo tengo una flauta, sólo tengo un violín.
¿Cómo puedo tocar con un solo tambor?
En las plazas de Europa la orquesta de los gatos
merece más que yo. El poniente, estridencia,
es el último acorde.
María Antonieta abría las ventanas
y les lanzaba pan.
Así, mi eternidad,
escúchame sentada en tu sillón alpino.
Y dile complacida al tartamudo:
bienvenido mi músico, que toca
la pobre melodía del asombro.
LAS TRINCHERAS DE LA LUZ
Ha caído un soldado.
Los gorriones acuden a vendar sus heridas.
Si se desangra crecerán las nubes.
El capitán vive en el viento, da órdenes absurdas.
En la batalla azul brilla la eternidad.
Otro más caído. Y otro. Y otro.
Y ya no saben qué hacer los árboles. Y en las trincheras del trigo
saltan estrellas de uniforme rojo.
Y nos faltan refuerzos. Llamad a la tormenta,
al cañón de la lluvia, la fiel artillería.
Los soldados se mueren suavemente en lo verde.
General amarillo,
oh sol que sacrificas al soldado,
pon fin a la batalla. Es dulce y honorable
morir por nuestra infancia.
La madre está en la puerta. Ya es hora de comer.
Los soldados de ocho años resucitan gritando.
LADRONA AZUL
Y todo se lo lleva.
La gran ladrona azul, la reina avara.
Viene desnuda y nos lo quita todo.
Y los niños se vuelven mariposas.
Las mujeres caminan por el aire.
Oh Florencio en el filo.
Y todo se lo lleva.
Y pasa hermosa. Y nunca da las gracias.
Y los poetas ciegos, ese pueblo
que se humilla a sí mismo, cantan siempre
su regreso terrible, sometidos,
mientras sus hijas tejen con el viento
el traje nuevo de la luz de mayo.
PÁJARO DE LA MAÑANA
Pájaro de la mañana
en qué dolor en qué luz
para quién mueves las ramas
Final puro del que amó
principio de quien no quiso
final puro del que amó
Yo que fui leyenda y llama
me encuentro siempre contigo
pájaro de la mañana
Después de tanto camino
un canto verde y primero
después de tanto camino
En la ventana me llamas
está la muerte lloviendo
te esperaré en la ventana
Y no sentir más el tiempo
la infancia por los tejados
la luz salvaje naciendo.
Y no tener miedo a nada
será sólo tu familia
pájaro de la mañana
LA ESCUELA
En la escuela se cae el agua de los mapas
y los barcos se van por el pasillo
hay un rumor de selva en los armarios
al dormirse zarpó de pronto un niño
Hay puertas en la escuela que dan a las estrellas
y allí vemos volar a un príncipe de plata
las nubes son maestras lentitud
no se acaba la tarde qué cosas dice el agua
Velarán los mayores más allá del castillo
pero en el techo brilla un campo verde
en un caballo rojo pasaremos
por el trigo que brota en las paredes
Hemos muerto en la escuela llovía y era invierno
viajamos a países muy remotos
planeta de las flores los versos los cuadernos
ya no tocan los sueños nuestros ojos.
BALTIMORE
Para María José
Te quiero porque hay nubes amarillas
tu vestido en la lluvia
campanillas azules en los pies
se quieren cuando entra lentamente la luz
Te quiero cuando llegan los piratas
y la luna y la arena son todo mi tesoro
y acabo de lavar la ropa de los niños
y he perdido un recuerdo
los he visto quererse flotando sobre el mundo
Y ella tuvo la espuma yo la quise en el aire
y cogió él la luz cuando os besabais
nos queremos callando se quisieron a gritos
y las islas subieron y tocaron el sol
sí la quiso desnuda te he querido y dormías
en un mar infinito y un planeta naranja
QUÉ DIFÍCIL DECIR ADIÓS A LA BELLEZA...
Qué difícil decir adiós a la belleza,
entrar en el silencio.
La mañana es un gato que juega con la luna.
Es mansa, la acaricio
y brotan las nubes.
Y una tarde de mayo es la memoria.
Todo está dicho ya.
Nos quedaremos
al pie de la palabra,
la palabra que estalla en primavera,
sol o diamante, sílaba, cereza,
un regalo encendido, pero nunca,
nunca basta con ella.
Ahora que la palabra empieza a vivir sola,
ahora que la palabra es ya la luz,
sólo quiero entregarla,
y con ella
el viento de noviembre y los diez años,
y todos los amores, y los sueños tal vez,
las noches y la espera,
el invierno del mundo.
Sólo quiero otro sueño sin decirlo.
Para que así no pases, no verte a ti nacer,
muchacho todavía sin mito ni memoria.
Pero no puede ser: la poesía
tiene cuerpo también y toma forma humana.
Y al abrir los ojos cayó la palabra.
Calló la palabra.
En la última página del cuerpo
la palabra fue luz.
JOSÉ LUIS REY, Volcán vocabulario. La luz y la palabra, II, Visor, 2009
José Luis Rey (Puente Genil, 3 de abril de 1973) es un poeta, traductor y ensayista español.
Biografía
Se dio a conocer como poeta en 1996, a sus veintitrés años, con el libro Un evangelio español , que obtuvo el accésit del premio Adonais de ese año y el premio Andalucía de la Crítica a la Opera Prima, libro que llevaba al frente una generosa carta- prólogo de Pere Gimferrer. Tras realizar estudios parciales de Derecho, se licenció en Filología Hispánica por la Universidad de Córdoba. Se doctoró cum laude con una tesis sobre la poesía de Pere Gimferrer, dirigida por el profesor Pedro Ruiz Pérez, titulada Caligrafía del fuego. La poesía de Pere Gimferrer. Traductor de poesía inglesa, vive en la ciudad de Córdoba dedicado plenamente a la literatura.
Obra
Como poeta, es autor de los siguientes libros: La luz y la palabra, La familia nórdica, Volcán vocabulario (La luz y la palabra II), Barroco , Las visiones, La fruta de los mudos, La epifanía y El dorado, todos ellos publicados por la editorial Visor. Poemas suyos han sido traducidos a una decena de idiomas, entre ellos al inglés en la Universidad de Harvard. Como ensayista ha publicado Caligrafía del fuego. La poesía de Pere Gimferrer en la editorial Pre-textos y ha desarrollado su poética en el ensayo Jacob y el ángel (La poética de la víspera), aparecido en la editorial Devenir. Un ensayo más reciente es Los eruditos tienen miedo (Espíritu y lenguaje en poesía), publicado por La Isla de Siltolá. En 2017 publica un nuevo ensayo: En el blanco infinito. Juan Ramón Jiménez (Huerga y Fierro). Ha traducido también las Poesías completas de Emily Dickinson y las Poesías completas de T. S. Eliot (en dos volúmenes) para Visor. En 2018 ha publicado su obra poética más extensa y ambiciosa, La epifanía (Visor). En 2019 ha publicado el corpus de su poesía adolescente bajo el título Adolescente fui en días idénticos a nubes. Poesía 1987-1992 en la editorial Vitruvio. También en 2019, editado por Berenice, aparece su ensayo Brujas a mediodía. Anotaciones a la poesía de Claudio Rodríguez, una muy personal aproximación a la poesía de un grande del 50. Su traducción de Harmonium, la gran primera obra de Wallace Stevens aparece a finales de 2019, editada por Reino de Cordelia. Ha dado hasta ahora dos volúmenes de memorias y diarios: La prosa del soldado (Litopress) y Veintiocho fragmentos de mi infancia (Utopía Libros). En 2021 edita en Reino de Cordelia una vasta antología poética de P. B. Shelley, poeta que admira desde su adolescencia. A principios de 2022 Visor publica su versión del Retrato del artista cachorro, libro que recoge los primeros recuerdos y vivencias del gran poeta galés Dylan Thomas. Una nueva traducción aparece en la editorial Berenice en abril de 2022; Poesía completa de John Keats. En septiembre de 2022 aparece su traducción de In memoriam y otros poemas, de Alfred Lord Tennyson, en la editorial Cátedra, en su prestigiosa colección de Letras Universales. En octubre de 2022 obtiene el Premio de Poesía Lorenzo Gomis a un único poema, convocado por la revista El Ciervo, por su poema titulado Los iconos. En enero de 2023 ve la luz su poema largo El dorado (Visor, Madrid, 2023), un canto al Espíritu y a los afortunados que lo poseen. Este poema cierra, como cima y síntesis de todo lo anterior, su obra poética.
Premios y distinciones
Entre otros, ha obtenido los siguientes premios:
Accésit del Premio Adonáis 1996.
Premio Andalucía de la Crítica a la Opera Prima 1997.
Premio Internacional Gerardo Diego 2005.
Premio Internacional de Poesía Jaime Gil de Biedma 2006.
Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe 2009.
Premio Tiflos de Poesía 2012.
Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla 2015.
Premio Lorenzo Gomis de Poesía 2022 a un único poema, convocado por la revista El Ciervo.
(Sacado de https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Luis_Rey )
*
Algunos poemas de José Luis Rey, de Volcán Vocabulario, La luz y la palabra II, Visor, 2009:
LA POESÍA
¿Cómo podría yo vivir sin ti?
Si quien ama la música de pronto
quedara sordo, entrando en el silencio,
si todo lo que existe no existiera,
si ya no hubiera que soñar el sueño,
me quedaría aún una palabra
no dicha, eternidad de algún deseo,
el de estar junto a ti, porque he vivido
siempre contigo, y porque amé tu pleno
latir (¿desde qué fondo de alta espuma?).
Me quedarías tú con tu silencio.
Y los días de otoño como fieros mastines.
Y la honda nostalgia de otro ciclo.
SABIDURÍA
Una magia profunda me sostiene.
Un cofre hecho de sol es mi tesoro.
Sentí el amor en una tarde clara.
Y perdí el esplendor después de todo.
Pero algo en mí dura y eso soy:
yo tuve el reino que tenéis vosotros.
Y aprendí los caminos de mi tierra.
Y vi el naranjo entre la luz de oro.
LA SONATA DE SLIGO
Qué felices seremos en las tierras de Irlanda.
Ven conmigo a los bosques, a la luz, más allá.
Hacia Sligo quizá, donde un joven cantaba.
A tejados sonoros, donde ya empieza el mar.
Yo fui rey, yo fui Fergus, fui el amor en la tierra,
en la casa del hombre, en su hueso mortal.
Y yo te enseñaré a leer las mañanas.
Qué páginas crujientes: escuchad, escuchad.
Cuando la noche caiga sobre la vieja Europa
y ni ogros ni monarcas nos quiten la verdad,
abrázame, amor mío, y dime en voz muy baja
la gloria que ha pasado, que pasa y pasará.
UNA MADRE DA LA DIRECCIÓN DE SU HIJO
Mi hijo vive allí.
Pregunta cuando llegues al final del camino.
Hay un bosque dorado, y racimos de niebla.
Hay humo sobre las casas del pueblo.
Allí vive mi hijo.
Llevaba puesto aquel jersey tan claro.
Nos saludaba con su mano egipcia.
Pregunta cuando llegues al final del camino.
Allí cae la nieve como música,
una música lenta, un lento olvido.
Los días pasan despacio.
Y el viento mueve las ramas oscuras
como tocando un violín.
pregunta cuando llegues, búscalo.
Su casa será blanca y tendrá abiertas
las ventanas, la puerta y la alegría.
Será una tierra hermosa, dile a él
que nunca lo olvidamos,
que iremos un día a verle, que algún día
entraremos también en su pueblo callado,
que a través de la lluvia llegaremos,
sin abrigo y sin miedo,
que allí le abrazaremos para siempre.
RELATO DEL HOMBRE QUE CRUZÓ LA MAR
Miradme,
me dijeron que estaba enfermo. Y yo qué pude hacer.
Lo prepararon todo: medicinas, vaso, suero.
Me arrojaron al mar.
Recuerdo los primeros momentos, el llanto por mi marcha,
la mosca en el oído.
Y la cama volviéndose una orilla.
Las sábanas pesadas ya eran agua.
Y lejos las voces. Ya iba entrando en el mar.
Y el mar es grande, como un país de niebla.
Comprendí que había muerto y descendí
por las rutas del mar con las sirenas.
Y ni sus cantos podían hacerme olvidar
la belleza que un día caminó sobre el aire.
Por eso hablé de mi tierra.
Crucé las regiones marinas hablando del sol,
de los árboles grandes, de la lluvia,
de esa muerte distinta que se llama tristeza.
Y les hablé de amor a las medusas.
Unas pocas palabras levantando un imperio.
Y así conseguí resistir el olvido que provocan las olas.
Cuánto me alegra este esfuerzo,
haber luchado contra las mareas, haber guardado
el tesoro de mi vida frente a tanto oleaje.
Y ni las algas ni los pulpos, esos monarcas sonámbulos,
ni el hondo silencio de la noche del mar
han podido borrar tanta riqueza.
Largos siglos pasé bajo las aguas.
Creí perderlo todo.
Pero aquí estoy, miradme.
He llegado a la playa de la luz.
He salido del mar.
Miradme, estoy herido, pero os traigo
la gran belleza del mundo.
LOS GIRASOLES
No conocen la nieve ni han visto a los delfines.
Son pequeños, sonríen con toda la grandeza.
Están enamorados de un gigante.
Creen que el cielo amarillo fue su infancia.
Qué tontos son: cuando los mece el viento
imaginan que es fiesta y que alguien los quiere.
Y se estirazan mucho para ponerse guapos.
El mar suele dormir entre sus manos
y en todas las leyendas están junto al castillo.
Y como el gran amor ignoran el invierno.
Saludan a las nubes, pero nunca se van.
Pero nunca se van por los caminos.
A veces algo nuestro se aleja con la tarde
y todos los que han sido florecen en su voz.
EL DÍA EN QUE VOLVAMOS
Será azul y tendrá torres de trigo
y barcos por el aire de los álamos
y estrellas hechas del dolor más verde
y un colegio de pinos y de pájaros.
Pues se aprende a volver
por un camino de agua, muy callados,
casi de noche, por detrás del sol,
volando sin querer, como jugando.
Y qué sorpresa al aire le daremos.
Y qué asombrado quedará el verano.
Casi dormidos, sí, pero ya veis.
Casi sin fuerzas, sí, pero aquí estamos.
Nos supimos guiar por la belleza
que brillaba aquí abajo.
Y sin duda será como ayer grande
el día misterioso en que volvamos.
ENNIS
Escribir poesía es volverse extranjero
pájaro peregrino por el fondo del mar
es tener otros ojos
para ver la aventura que brillaba en el aire y no nos dimos cuenta
así vuelve la infancia
la hierba azul se pone a cubrir el tejado
y se empieza a cantar no sabemos por qué
quizá por ser mayores
por un amor de pronto por aquel mes de octubre en que fuios hermanos
la belleza y nosotros
a veces una fiesta un día verde a veces
aquella ropa nueva tiempo nuestro qué hiciste
tú que tanto brillabas
estrellas en el pelo gotas de agua en la voz
sera que escribo por eso
por aquella muchacha por aquel niño torpe
cuyas alas cortaste
por aquellos amigos que eran dueños del mundo
qué nos pasa que un día
parecemos de luna y al siguiente ya veis somos de trigo
se nos pierden las cosas que tanto nos gustaban
aquellos guantes rojos con que a veces tocábamos los sueños
las botas de bailar
la voz que tanto amamos
y me volví viajero y estuve despidiéndome del aire
pensando que un poema guardaría la luz
me llevé en la maleta las hojas y los días el mar y la mañana
y así llegué hasta aquí
vivo en este país fuera del tiempo
y no puedo hacer nada
y los supervivientes
en hoteles marinos donde no sale el sol
lloran por todo aquello que dejaron
así suenan las máquinas la noche
mi poesía se pasó la vida
luchando contra esto
CLOVERHILL
Si yo pudiera daros un poema
os diría no sé que fui joven también
que tuve una camisa hecha de luna
que la vida es el sur y lo es de algún modo
que vuestra madre y yo rodamos por la tierra y era hermoso
así fuisteis creciendo
en un rincón de hierba en una nube grande como el mundo
en una caravana con el baño oxidado
con una tele resfriada y vieja
las paredes tosían el invierno viajaba en la maleta como un polizón
las carreteras verdes el cabello del bosque
perdimos la moneda manchada de cerveza
qué más os pude dar
esperar el futuro con un poco de leña con unos libros rotos
aventuras de niños y fantasmas os reíais mucho
me pedíais chicle preguntabais por ella
mamá vive en el norte qué os podía decir
qué sabíais vosotros de vivir y pasar
de aquellos días como pan quemado
de un trabajo en un pueblo y un despido en el otro qué sabíais del mar
vosotros que podíais encender cualquier cielo con la luz de la infancia
vosotros que podíais volar
Si yo pudiera daros un poema
pero la vida es sur y no puedo explicarlo
el tiempo que no ardió lo pasé trabajando en esas fábricas
que parecían barcos hundidos en la luna
mi poema es de humo y así os quiero
adiós os dije y luego abrí la puerta de mi casa el norte
es un lugar cansado y ya no puedo hablar
una tierra sin luz fuera del tiempo
con las manos gastadas os escribo
con las manos gastadas
ANTES DE LA MÚSICA
Igual que el viento toca un piano de banderas,
¿sabré yo tocar tu música?
¿Estaré preparado para ello?
¿Sabré algún día,l como sabes tú,
que nota es cada cuerpo y cada hora?
Ay,
pero sólo una vez es mi instrumento.
Sólo tengo una flauta, sólo tengo un violín.
¿Cómo puedo tocar con un solo tambor?
En las plazas de Europa la orquesta de los gatos
merece más que yo. El poniente, estridencia,
es el último acorde.
María Antonieta abría las ventanas
y les lanzaba pan.
Así, mi eternidad,
escúchame sentada en tu sillón alpino.
Y dile complacida al tartamudo:
bienvenido mi músico, que toca
la pobre melodía del asombro.
LAS TRINCHERAS DE LA LUZ
Ha caído un soldado.
Los gorriones acuden a vendar sus heridas.
Si se desangra crecerán las nubes.
El capitán vive en el viento, da órdenes absurdas.
En la batalla azul brilla la eternidad.
Otro más caído. Y otro. Y otro.
Y ya no saben qué hacer los árboles. Y en las trincheras del trigo
saltan estrellas de uniforme rojo.
Y nos faltan refuerzos. Llamad a la tormenta,
al cañón de la lluvia, la fiel artillería.
Los soldados se mueren suavemente en lo verde.
General amarillo,
oh sol que sacrificas al soldado,
pon fin a la batalla. Es dulce y honorable
morir por nuestra infancia.
La madre está en la puerta. Ya es hora de comer.
Los soldados de ocho años resucitan gritando.
LADRONA AZUL
Y todo se lo lleva.
La gran ladrona azul, la reina avara.
Viene desnuda y nos lo quita todo.
Y los niños se vuelven mariposas.
Las mujeres caminan por el aire.
Oh Florencio en el filo.
Y todo se lo lleva.
Y pasa hermosa. Y nunca da las gracias.
Y los poetas ciegos, ese pueblo
que se humilla a sí mismo, cantan siempre
su regreso terrible, sometidos,
mientras sus hijas tejen con el viento
el traje nuevo de la luz de mayo.
PÁJARO DE LA MAÑANA
Pájaro de la mañana
en qué dolor en qué luz
para quién mueves las ramas
Final puro del que amó
principio de quien no quiso
final puro del que amó
Yo que fui leyenda y llama
me encuentro siempre contigo
pájaro de la mañana
Después de tanto camino
un canto verde y primero
después de tanto camino
En la ventana me llamas
está la muerte lloviendo
te esperaré en la ventana
Y no sentir más el tiempo
la infancia por los tejados
la luz salvaje naciendo.
Y no tener miedo a nada
será sólo tu familia
pájaro de la mañana
LA ESCUELA
En la escuela se cae el agua de los mapas
y los barcos se van por el pasillo
hay un rumor de selva en los armarios
al dormirse zarpó de pronto un niño
Hay puertas en la escuela que dan a las estrellas
y allí vemos volar a un príncipe de plata
las nubes son maestras lentitud
no se acaba la tarde qué cosas dice el agua
Velarán los mayores más allá del castillo
pero en el techo brilla un campo verde
en un caballo rojo pasaremos
por el trigo que brota en las paredes
Hemos muerto en la escuela llovía y era invierno
viajamos a países muy remotos
planeta de las flores los versos los cuadernos
ya no tocan los sueños nuestros ojos.
BALTIMORE
Para María José
Te quiero porque hay nubes amarillas
tu vestido en la lluvia
campanillas azules en los pies
se quieren cuando entra lentamente la luz
Te quiero cuando llegan los piratas
y la luna y la arena son todo mi tesoro
y acabo de lavar la ropa de los niños
y he perdido un recuerdo
los he visto quererse flotando sobre el mundo
Y ella tuvo la espuma yo la quise en el aire
y cogió él la luz cuando os besabais
nos queremos callando se quisieron a gritos
y las islas subieron y tocaron el sol
sí la quiso desnuda te he querido y dormías
en un mar infinito y un planeta naranja
QUÉ DIFÍCIL DECIR ADIÓS A LA BELLEZA...
Qué difícil decir adiós a la belleza,
entrar en el silencio.
La mañana es un gato que juega con la luna.
Es mansa, la acaricio
y brotan las nubes.
Y una tarde de mayo es la memoria.
Todo está dicho ya.
Nos quedaremos
al pie de la palabra,
la palabra que estalla en primavera,
sol o diamante, sílaba, cereza,
un regalo encendido, pero nunca,
nunca basta con ella.
Ahora que la palabra empieza a vivir sola,
ahora que la palabra es ya la luz,
sólo quiero entregarla,
y con ella
el viento de noviembre y los diez años,
y todos los amores, y los sueños tal vez,
las noches y la espera,
el invierno del mundo.
Sólo quiero otro sueño sin decirlo.
Para que así no pases, no verte a ti nacer,
muchacho todavía sin mito ni memoria.
Pero no puede ser: la poesía
tiene cuerpo también y toma forma humana.
Y al abrir los ojos cayó la palabra.
Calló la palabra.
En la última página del cuerpo
la palabra fue luz.
JOSÉ LUIS REY, Volcán vocabulario. La luz y la palabra, II, Visor, 2009
Última edición por Pedro Casas Serra el Sáb 28 Sep 2024, 14:57, editado 1 vez
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