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Félix de Azúa (Barcelona, 30 de abril de 1944) es un escritor español, miembro de la Real Academia Española.
Biografía
Félix de Azúa Comella es licenciado en Filosofía y Letras y doctor en Filosofía por la Universidad de Barcelona, con la tesis titulada Aspectos de la estética de Diderot: El doble modelo neoclásico-romántico, dirigida por José María Valverde Pacheco y defendida en 1982.
Iniciada ya su carrera literaria, a principios de los años setenta, como consecuencia del cierre de las facultades universitarias a raíz de los sucesos de 1969, se trasladó durante tres años de Madrid a París, donde compaginó los seminarios universitarios con el ambiente de las tertulias en el Barrio Latino, frecuentando la que llevaba Agustín García Calvo en el café La Boule d'Or, al que considera su maestro y la persona que lo llevó a la Filosofía.
En los años ochenta inició la docencia universitaria, primero en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de Zorroaga (San Sebastián), dependiente de la Universidad del País Vasco, y luego en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Cataluña, donde en 1993 obtuvo por concurso la plaza de catedrático en el área de conocimiento de Estética y Teoría de las Artes. Fue nombrado director del Instituto Cervantes de París, cargo en el que estuvo entre 1993 y 1995 y del que dimitió por diferencias por las políticas mantenidas en ese momento por los responsables del Ministerio de Asuntos Exteriores. Es colaborador habitual de los diarios El País y El Periódico de Catalunya, como columnista, articulista y agitador cultural.
En su trayectoria poética se le vinculó inicialmente a la generación de los «novísimos», desde que en 1970 Josep Maria Castellet lo incorpora a la antología Nueve novísimos poetas españoles, formando la «coqueluche» de la misma, junto a los poetas Pere Gimferrer, Vicente Molina Foix, Leopoldo María Panero, Guillermo Carnero y Ana María Moix. Con esta antología cobra un papel relevante en la poesía española contemporánea, aunque enseguida renegó de su oficio exclusivo de poeta. Su poesía está considerada fría y hermética, girando sobre los ejes temáticos del vacío y la nada. En cuanto a su producción narrativa y de prosa literaria destaca por su carácter reflexivo y culturalista, incluyendo fuertes dosis de ironía y sarcasmo, sobre todo en sus textos más recientes.
A mediados de la primera década del siglo XXI, durante el proceso de la tramitación legislativa de la reforma estatutaria de Cataluña, fue uno de los quince firmantes de los dos manifiestos de la plataforma política Ciutadans de Catalunya (2005 y 2006), a favor de la constitución de una formación política que se autodenominara no nacionalista. A finales de 2011, decide trasladar su residencia a Madrid junto a su pareja, la arquitecto Eva Fidalgo Elices (18 de enero de 1974), con la que tiene una hija.
Desde 2015 es miembro de la Real Academia Española, donde tiene asignado el sillón «H» sucediendo a Martín de Riquer.
En 2022, Azúa escribía ocasionalmente artículos de opinión para The Objective.
(Sacado de https://es.wikipedia.org/wiki/F%C3%A9lix_de_Az%C3%BAa )
*
Algunos poemas de Félix de Azúa:
De Cepo para nutria, 1968:
EL ESPECTRO
Perder un lecho si el camino se esfuma
arados se deshacen los surcos ya no ahondan
nuestra tierra no es buena
unas plumas que están viejas y ensuciadas
por fin, por fin
esta tierra no puede ser labrada
hay en ella alquitrán hay piedras
raíces inquebrables o esqueletos de bronce.
Pierdes colchas y mantas
vuelan por la ventana: ¡oh sí, cubrid nuevos amores!
Van van mueren se secan las hojas del otoño
o el polvo viste mi antigua huerta
caen los cortinajes
se quiebra el mimbre de una antigua sillería
gritan las ranas últimas de la charca se despiden
del espejo rajado huye el reflejo.
Perder los frutos no esperar que crezcan
hundir algunas briznas;
como última labor el aire esparce el humo.
TAMERLÁN
guevara
La gente dijo de él que fue muy frívolo
juventud amor y muerte: la flor entre los huesos.
La gente dice que su muerte es bienvenida
pero muchos lloramos, la célebre experiencia
el sereno final.
Le rezamos rodeando el catafalco y observando
cuervos ansiosos por besar su carne.
Somos nosotros los cirios, cuatro hermanos
y sus coronas fúnebres
a nosotros sorprenderá la aurora cubiertos de rocío.
Cuando todos descansen empezaremos a cavar su hoyo
¡nueva matriz! , que de ti salga un nuevo Tamerlán.
ANTES MORIR QUE PECAR
Estás triste, los desnudos no te afectan
y sus caricias resbalan por tu dorada piel.
Salidos de una piscina de sangre diluida,
estos ángeles rojos no te afectan y en ellos sólo ves bronce, Pollajuolo, Cristo.
Su llamada es lejana e insistente;
están maquillados con dureza y ellas muerden sus labios.
Estos desnudos te entristecen -¿ quieres que seamos amigos?-;
estos desnudos no te afectan,
aunque te embriagues con el aroma de tanta página.
¿Y la Virgen, oh María del Pilar, estos adolescentes
que aprietan pesadillas en pequeños sostenes
nubes de nylon y tormentos,
baños de espuma rosa, sus pesadillas?
Salen de un río de plata
y la naturaleza los disfraza como el Céfiro a Flora;
ellas miran de frente
como esperando ser dulcemente castigadas por un nazi.
No pueden afectarte los desnudos
vuelan entre ellos Perseo y CliteMnestra
y no piden cariño sino asombro,
¿su amigo vas a ser ? Suenan los cascabeles
cuando extiendes la mano y la sonrisa,
mas recuerdas,
y el huracán de la memoria mezcla cines y discos y muñecas:
alguien corta tus dedos. Estos desnudos,
estos vidrios latentes no deben afectarte.
Así, con un delirio de brasas y de lágrimas
tu enloquecido "no" los decapita.
¡Suicidios precedidos por el salvaje grito,
la frase eterna de San Luis Gonzaga!
De El velo en el rostro de Agamenón, 1970:
AH! MAITRESSE, MON SOUCI
El corazón motor mano de hierro
insultando la idea desdeñándola
gozando de su meditativa suspicacia: nada es exacto.
El corazón husmea los desperfectos hoza
defectos besa curvas hediondas lame
heridas diviniza.
El cerebro desnuda escruta juzga
avergüenza es capaz de insultar
construye cuida colmar calcula
dirige guía y comprende se congela
contempla mira reprochante
lo contemplo y comprendo que entramos en el templo
unidos y devotos dedos rozando simas calurosas
tejiendo dudas entre líquidos blandos
mirando humildemente la bendición de un espejo
el rito, deseando
la unión la lucha el gran calor abrasador
el cansancio y sudor la calma el renovar
penetrarse punzarse
besar las puntas las agujas quejarse respirando
relajarse morir ¡oh sí, morir!
elevarse incendiados
recordar haber sido nubes enloquecidas
y recoger la calma melancólicamente
como quien con la túnica tapa el desnudo torso.
EL LOBO EN LA CASA
El resplandor de la nieve. Los cedros como llamas azules.
La luna es un ojo de plata.
El crujir de los huesos del caminante. El rayo lejano.
Como una conversación apagada. El viento es la sábana fresca.
La lluvia instantánea. El tambor bien temperado. El saco.
Los ojos de lluvia dorada
La luna y la nube. Su cara de plata un momento.
El sendero de piedra. El viento es la sábana húmeda.
El trueno lejano. Los pasos ligeros.
La nube empañando el espejo. Su cara de sangre.
El bosque es azul. El trueno al final del camino. El tambor.
La cabaña. El humo mojado. La luz entre los visillos.
El viento es el galope. Los gritos. El alto.
El lobo de la noche. El lobo en la puerta. El relámpago breve.
El dedo señala. El ojo perlado de lluvia.
Su cara de sangre en la puerta. Olor a madera quemada.
La lluvia deshace su velo. Disuelve la gasa en su cara.
La sangre. La lluvia en el cuello.
La persecución entre cedros azules. El pantalón de viento.
El cuchillo en la bolsa. La llaga de agua.
La luna es un ojo de sangre. Los cedros son llamas azules.
El lobo en el bosque. El trueno lejano.
El humo mojado en la casa. La sangre en la nieve.
La casa vacía.
El ojo perlado de lluvia. El viento es la sábana helada.
El cuchillo en la nieve.
De Edgar en Stephane, 1971:
FUNCIÓN SUPERESTRUCTURAL
Literatura es la forma de historia
como si hacer poesía fuera la leyenda de una sola palabra
monasterios helados la tinta fue sacada con pólvora
desde el puente de mando o ante las ruinas
nadando para cruzar el río o unidos a naciones extrañas
meditativos -la aristocracia es la esencia de la literatura-
al borde del río y del sepulcro.
Una forma de historia muy sutil
no por eso menos unida a la guerra y los dioses
enamorada de lo imperecedero -soberbia, sí-
(oh Señor Dios de los ejércitos)
fragantes y coquetas cuando los nobles cortesanos
unían ambos polos largas colas y puños esmaltados
buenos tiempos para volver a Anfriso y Galatea.
La gran forma de historia Tod ist Freude madre
atlantes rubios antropófagos.
Al disfraz de método y sistema
medio ciegos mezclados hacia dentro hacia fuera
descubiertos en sucios barrios conocidos cuartos
detenidos junto a bacantes y corruptos senadores
subidos en el veloz camión hacia la cárcel
tan arrepentidos como inocentes. Literatura es la historia
letra de historia donde la lupa puede ver los sistemas
en frases que se muerden la cola
rastrear entre palabras victoriosos términos
capítulo final antes de abrir epílogos de la materia.
SANTO DOMINGO DE SILOS
Muerto está el fanal en el santuario
muerta la voz
muerta y oscura.
La cabra pasta entre piedras
como una leyenda de humo
voz de la piedra y el humo
voz de piedra y oquedad.
Una cruz tiende sus brazos
al salvaje sendero del dominico
cansado siervo de Dios
siervo en la sombra
en la sombra de palo y de horca.
¡Llévate viento esta oración de los huertos!
¡lleva la simiente muerta
viento y arranca la puerta seca!
Aquí bebo y canto
este siniestro consuelo
muerte de ahogados
por el río bajan los condenados.
SÓLO VIVO MI NOMBRE
En el sueño sí somos en nosotros mismos
y como contemplados por nosotros mismos.
Pero cuando las plumas de los gallos alancean
con los rayos del sol y gritan asustados
ante la magnitud del fuego,
despertamos a la múltiple intervención
a lo que nos observa y es nosotros por fuera;
a lo que hiere desde su escondrijo.
¡Ah perder el día en tantos trozos
como miradas a lo que se repite!
INVIERNO
Pájaros sobre el vidrio: un rastro
largo es vuestro viaje
(como mi espíritu es el tiempo).
Como mi espíritu
vuelvo a beber cerca del río
agitando las alas contra el viento de enero.
Mi cuerpo duerme
pero salgo de viaje
y como un pájaro me reflejan los hielos en el río.
LA MUERTE DEL CISNE
Las ocas hermanita
hermana amada mía
las ocas se han ahogado
mira las olas y las espumas
de sus plumas.
Fueron hacia la playa
hermana blanca por la mañana
y allí se hundieron
¿oyes el ruido de las burbujas
amada mía mi amada bruja?
Flotan sus cuellos
flores del mar
hasta la línea del horizonte
y allí las nubes se vuelven alas.
Jano Bifronte vuelan los mares nadan los cielos
el sol abrasa desde mi copa
¿dónde estarás amada loca
dónde agonizas beso escarlata
dónde te asfixias oca de plata?
Sale la luna
al arenal de la duna
la luz se enciende de hielo
rezan las rocas sacerdotales
el esqueleto de un ruiseñor
busca refugio bajo una flor.
Y un gas letal
como una canción nocturna
adormece a la muñeca de la urna.
Adiós blanca oca encantada
adiós dulce enamorada.
De Lengua de cal, 1972:
MUDO
I
Geschrei (clamor)
el rey del bosque, único
hombre del bosque y rey
waldgeschrei (clamor del bosque)
rey de la voz
voz del bosque es el hombre
voz cuando el bosque se cierne
freudengeschrei (alegre clamor)
risa del bosque, bosque sin palabras
bosque es palabra del rey: palabra del silencio
ein stilles leben (una vida en silencio)
por ser habla del bosque
y por ser bosque ein stilles leben ist es
(entonces el silencio es vida)
del bosque por la voz del rey.
¡Oh rey! ¡Padre del bosque!
tú, tú mismo
ein zeichen deutungslos (un signo sin sentido)
en el bosque sólo como clamor
creador, explicador del bosque
nada para ti mismo, nada para nosotros
ein zeichen sind wir, deutungslos
(nosotros, un signo sin sentido)
nosotros tras el árbol
nosotros tras el que sólo es trazo
sprachlos und kalt (mudo y frío)
el clamor de la nada
nada muerta en el trazo
que todo el bosque busca.
II
Por toda referencia
en el paisaje que la nieve ha cubierto
(las sombras ahora resplandecen)
borrado incluso el trecho
donde antes caminara el sacerdote,
un hombre busca el norte, el sur,
el este y el oeste.
El hombre, único en el paisaje,
busca el norte y el sur
y el este y el oeste.
III
Así suspenso ni crucificado
ni en fúnebre meditación ni en cruz
ni en sepultura
suspendido
en perpetuo descenso
la figura está inmóvil tras ochocientos años.
Crueles escultores y conversos
que acudían y un mísero ladrón
le mantienen en perpetua agonía.
Mil años de madera
lo contienen a medio caminar
del fracaso y del triunfo:
ni cadáver ni resucitado,
más allá de los hombres
sin llegar a los dioses.
IV.
Aquí hace mucho tiempo bailaba Halicarnaso
las Nereidas bailaban
yo bailaba.
Pero las cosas rnueren
no por lluvia ni viento ni terremoto o turco,
sino cuando la vida deja de poseerse
y el amor.
Hoy volví a este lugar
y a la cuádruple cabeza de caballo:
vive el trabajo, no el trabajador.
¡Friso animado, Fidias muerto!
Estas cuatro cabezas, pero
¿y el cincel y el antebrazo de los escultores?
Aquí está el Partenón
¿y Fidias, dónde está?
Sus hijos siguen
abrazados a cabezas de mármol,
como yo a este lugar.
Ha pasado la vida
y la danza.
V
Yo no sé qué esperamos los unos de los otros,
ni la razón para tener a mi mano como un fiel aliado.
Nada puedo esperar de una mano
capaz de señalar al justo y al perverso
o escribir poemas en las habitaciones
de un verano impregnado de vino y sal y sangre.
Sólo, quizá,
recordar otra gente
que ahora se arrastra entre pájaros muertos
y vivir seriamente un calendario
cuyas mentiras apenas disimulan
lo efímero de su numeración.
VI
Un poco de silencio es ya todo silencio
sobre la arista jónica y el zodiacal
Júpiter
olímpico molesto por el ángulo recto
hace resplandecer su dentadura de truhán
«Mira (dice) aquí pongo yo la palabra»
grabada como el famoso ruiseñor
para un emperador dormido
y aunque la devoremos
queda allí la palabra luciente como aceite
y la palabra no es el acto
la palabra no es el acto
y un poco de silencio es ya todo silencio.
VII
La estepa / algo insultante para aquel
que tenga en mucho el límite
y mire con sus ojos / otros ojos / hay ilimitados
para el rojo de aurora / el rojo de crepúsculo
el mismo rojo ilimitado / para el pámpano
para el pámpano un rojo / para la hoja del rosal naciente
insultante si se tiene en mucho
que las hojas son verdes
en casi todas partes / para una creación de los ojos
más creaciones / hay ilimitadas
para rojos rosales brotando
o viñas que agonizan en otoño
pues todo es de ese rojo
en el límite que no limita nada / la nada.
VIII
Silencio
el recuerdo un estruendo
Inuchos vasos de agua no hacen olas
la sed es un estruendo
allí va Maritornes
muchas que van
no hacen una palabra
tener es un estruendo
la voz no es mía
muchos míos no hacen un yo
el estruendo de un yo
no ensordece más que a su poseedor.
IX
El hombre hace por parecerse al hombre
y así escribe palabras
palabras para el hombre
que nacen para nadie que alrededor
vigila como muere y su necesidad.
Mira a su alrededor
y gime y se golpea la boca con los pies
pero el hada le dice:
«Tú
miserable que has visto
perecer tu contorno,
has dicho a tu paciencia:
vivo yo
y es casual que los demás también».
X
Dignidad del constructor de dólmenes
para ellos un solo padre
hombres robustos e implacables
que no sólo cazaban
enormes piedras de mucho peso
que fueron levantadas en un instante de concentración
con talento de fundadores
mujeres ollas
leños que humean bajo el barro ardiente
mujeres y pedazos de tocino cortado
flotando entre burbujas
ellos los que sellaron el limo de la tierra
en la primera copa producida
como masturbación
para ellos una sola mujer
como el campo abre sus piernas al guisante
entre rebaños de animales
hoy desaparecidos como el idioma del desierto
entre animales
levantaban en silencio sus gigantescas piedras
siempre
muchos de ellos alrededor de una piedra
durante mucho tiempo
de varias piedras
que levantaban con ingenio
y con ingenio una vez levantadas
mirarse y en silencio
y salir a la caza y sembrar y mirarse
y cazar y en silencio durante trescientos mil años.
Félix de Azúa (Barcelona, 30 de abril de 1944) es un escritor español, miembro de la Real Academia Española.
Biografía
Félix de Azúa Comella es licenciado en Filosofía y Letras y doctor en Filosofía por la Universidad de Barcelona, con la tesis titulada Aspectos de la estética de Diderot: El doble modelo neoclásico-romántico, dirigida por José María Valverde Pacheco y defendida en 1982.
Iniciada ya su carrera literaria, a principios de los años setenta, como consecuencia del cierre de las facultades universitarias a raíz de los sucesos de 1969, se trasladó durante tres años de Madrid a París, donde compaginó los seminarios universitarios con el ambiente de las tertulias en el Barrio Latino, frecuentando la que llevaba Agustín García Calvo en el café La Boule d'Or, al que considera su maestro y la persona que lo llevó a la Filosofía.
En los años ochenta inició la docencia universitaria, primero en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de Zorroaga (San Sebastián), dependiente de la Universidad del País Vasco, y luego en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Cataluña, donde en 1993 obtuvo por concurso la plaza de catedrático en el área de conocimiento de Estética y Teoría de las Artes. Fue nombrado director del Instituto Cervantes de París, cargo en el que estuvo entre 1993 y 1995 y del que dimitió por diferencias por las políticas mantenidas en ese momento por los responsables del Ministerio de Asuntos Exteriores. Es colaborador habitual de los diarios El País y El Periódico de Catalunya, como columnista, articulista y agitador cultural.
En su trayectoria poética se le vinculó inicialmente a la generación de los «novísimos», desde que en 1970 Josep Maria Castellet lo incorpora a la antología Nueve novísimos poetas españoles, formando la «coqueluche» de la misma, junto a los poetas Pere Gimferrer, Vicente Molina Foix, Leopoldo María Panero, Guillermo Carnero y Ana María Moix. Con esta antología cobra un papel relevante en la poesía española contemporánea, aunque enseguida renegó de su oficio exclusivo de poeta. Su poesía está considerada fría y hermética, girando sobre los ejes temáticos del vacío y la nada. En cuanto a su producción narrativa y de prosa literaria destaca por su carácter reflexivo y culturalista, incluyendo fuertes dosis de ironía y sarcasmo, sobre todo en sus textos más recientes.
A mediados de la primera década del siglo XXI, durante el proceso de la tramitación legislativa de la reforma estatutaria de Cataluña, fue uno de los quince firmantes de los dos manifiestos de la plataforma política Ciutadans de Catalunya (2005 y 2006), a favor de la constitución de una formación política que se autodenominara no nacionalista. A finales de 2011, decide trasladar su residencia a Madrid junto a su pareja, la arquitecto Eva Fidalgo Elices (18 de enero de 1974), con la que tiene una hija.
Desde 2015 es miembro de la Real Academia Española, donde tiene asignado el sillón «H» sucediendo a Martín de Riquer.
En 2022, Azúa escribía ocasionalmente artículos de opinión para The Objective.
(Sacado de https://es.wikipedia.org/wiki/F%C3%A9lix_de_Az%C3%BAa )
*
Algunos poemas de Félix de Azúa:
De Cepo para nutria, 1968:
EL ESPECTRO
Perder un lecho si el camino se esfuma
arados se deshacen los surcos ya no ahondan
nuestra tierra no es buena
unas plumas que están viejas y ensuciadas
por fin, por fin
esta tierra no puede ser labrada
hay en ella alquitrán hay piedras
raíces inquebrables o esqueletos de bronce.
Pierdes colchas y mantas
vuelan por la ventana: ¡oh sí, cubrid nuevos amores!
Van van mueren se secan las hojas del otoño
o el polvo viste mi antigua huerta
caen los cortinajes
se quiebra el mimbre de una antigua sillería
gritan las ranas últimas de la charca se despiden
del espejo rajado huye el reflejo.
Perder los frutos no esperar que crezcan
hundir algunas briznas;
como última labor el aire esparce el humo.
TAMERLÁN
guevara
La gente dijo de él que fue muy frívolo
juventud amor y muerte: la flor entre los huesos.
La gente dice que su muerte es bienvenida
pero muchos lloramos, la célebre experiencia
el sereno final.
Le rezamos rodeando el catafalco y observando
cuervos ansiosos por besar su carne.
Somos nosotros los cirios, cuatro hermanos
y sus coronas fúnebres
a nosotros sorprenderá la aurora cubiertos de rocío.
Cuando todos descansen empezaremos a cavar su hoyo
¡nueva matriz! , que de ti salga un nuevo Tamerlán.
ANTES MORIR QUE PECAR
Estás triste, los desnudos no te afectan
y sus caricias resbalan por tu dorada piel.
Salidos de una piscina de sangre diluida,
estos ángeles rojos no te afectan y en ellos sólo ves bronce, Pollajuolo, Cristo.
Su llamada es lejana e insistente;
están maquillados con dureza y ellas muerden sus labios.
Estos desnudos te entristecen -¿ quieres que seamos amigos?-;
estos desnudos no te afectan,
aunque te embriagues con el aroma de tanta página.
¿Y la Virgen, oh María del Pilar, estos adolescentes
que aprietan pesadillas en pequeños sostenes
nubes de nylon y tormentos,
baños de espuma rosa, sus pesadillas?
Salen de un río de plata
y la naturaleza los disfraza como el Céfiro a Flora;
ellas miran de frente
como esperando ser dulcemente castigadas por un nazi.
No pueden afectarte los desnudos
vuelan entre ellos Perseo y CliteMnestra
y no piden cariño sino asombro,
¿su amigo vas a ser ? Suenan los cascabeles
cuando extiendes la mano y la sonrisa,
mas recuerdas,
y el huracán de la memoria mezcla cines y discos y muñecas:
alguien corta tus dedos. Estos desnudos,
estos vidrios latentes no deben afectarte.
Así, con un delirio de brasas y de lágrimas
tu enloquecido "no" los decapita.
¡Suicidios precedidos por el salvaje grito,
la frase eterna de San Luis Gonzaga!
De El velo en el rostro de Agamenón, 1970:
AH! MAITRESSE, MON SOUCI
El corazón motor mano de hierro
insultando la idea desdeñándola
gozando de su meditativa suspicacia: nada es exacto.
El corazón husmea los desperfectos hoza
defectos besa curvas hediondas lame
heridas diviniza.
El cerebro desnuda escruta juzga
avergüenza es capaz de insultar
construye cuida colmar calcula
dirige guía y comprende se congela
contempla mira reprochante
lo contemplo y comprendo que entramos en el templo
unidos y devotos dedos rozando simas calurosas
tejiendo dudas entre líquidos blandos
mirando humildemente la bendición de un espejo
el rito, deseando
la unión la lucha el gran calor abrasador
el cansancio y sudor la calma el renovar
penetrarse punzarse
besar las puntas las agujas quejarse respirando
relajarse morir ¡oh sí, morir!
elevarse incendiados
recordar haber sido nubes enloquecidas
y recoger la calma melancólicamente
como quien con la túnica tapa el desnudo torso.
EL LOBO EN LA CASA
El resplandor de la nieve. Los cedros como llamas azules.
La luna es un ojo de plata.
El crujir de los huesos del caminante. El rayo lejano.
Como una conversación apagada. El viento es la sábana fresca.
La lluvia instantánea. El tambor bien temperado. El saco.
Los ojos de lluvia dorada
La luna y la nube. Su cara de plata un momento.
El sendero de piedra. El viento es la sábana húmeda.
El trueno lejano. Los pasos ligeros.
La nube empañando el espejo. Su cara de sangre.
El bosque es azul. El trueno al final del camino. El tambor.
La cabaña. El humo mojado. La luz entre los visillos.
El viento es el galope. Los gritos. El alto.
El lobo de la noche. El lobo en la puerta. El relámpago breve.
El dedo señala. El ojo perlado de lluvia.
Su cara de sangre en la puerta. Olor a madera quemada.
La lluvia deshace su velo. Disuelve la gasa en su cara.
La sangre. La lluvia en el cuello.
La persecución entre cedros azules. El pantalón de viento.
El cuchillo en la bolsa. La llaga de agua.
La luna es un ojo de sangre. Los cedros son llamas azules.
El lobo en el bosque. El trueno lejano.
El humo mojado en la casa. La sangre en la nieve.
La casa vacía.
El ojo perlado de lluvia. El viento es la sábana helada.
El cuchillo en la nieve.
De Edgar en Stephane, 1971:
FUNCIÓN SUPERESTRUCTURAL
Literatura es la forma de historia
como si hacer poesía fuera la leyenda de una sola palabra
monasterios helados la tinta fue sacada con pólvora
desde el puente de mando o ante las ruinas
nadando para cruzar el río o unidos a naciones extrañas
meditativos -la aristocracia es la esencia de la literatura-
al borde del río y del sepulcro.
Una forma de historia muy sutil
no por eso menos unida a la guerra y los dioses
enamorada de lo imperecedero -soberbia, sí-
(oh Señor Dios de los ejércitos)
fragantes y coquetas cuando los nobles cortesanos
unían ambos polos largas colas y puños esmaltados
buenos tiempos para volver a Anfriso y Galatea.
La gran forma de historia Tod ist Freude madre
atlantes rubios antropófagos.
Al disfraz de método y sistema
medio ciegos mezclados hacia dentro hacia fuera
descubiertos en sucios barrios conocidos cuartos
detenidos junto a bacantes y corruptos senadores
subidos en el veloz camión hacia la cárcel
tan arrepentidos como inocentes. Literatura es la historia
letra de historia donde la lupa puede ver los sistemas
en frases que se muerden la cola
rastrear entre palabras victoriosos términos
capítulo final antes de abrir epílogos de la materia.
SANTO DOMINGO DE SILOS
Muerto está el fanal en el santuario
muerta la voz
muerta y oscura.
La cabra pasta entre piedras
como una leyenda de humo
voz de la piedra y el humo
voz de piedra y oquedad.
Una cruz tiende sus brazos
al salvaje sendero del dominico
cansado siervo de Dios
siervo en la sombra
en la sombra de palo y de horca.
¡Llévate viento esta oración de los huertos!
¡lleva la simiente muerta
viento y arranca la puerta seca!
Aquí bebo y canto
este siniestro consuelo
muerte de ahogados
por el río bajan los condenados.
SÓLO VIVO MI NOMBRE
En el sueño sí somos en nosotros mismos
y como contemplados por nosotros mismos.
Pero cuando las plumas de los gallos alancean
con los rayos del sol y gritan asustados
ante la magnitud del fuego,
despertamos a la múltiple intervención
a lo que nos observa y es nosotros por fuera;
a lo que hiere desde su escondrijo.
¡Ah perder el día en tantos trozos
como miradas a lo que se repite!
INVIERNO
Pájaros sobre el vidrio: un rastro
largo es vuestro viaje
(como mi espíritu es el tiempo).
Como mi espíritu
vuelvo a beber cerca del río
agitando las alas contra el viento de enero.
Mi cuerpo duerme
pero salgo de viaje
y como un pájaro me reflejan los hielos en el río.
LA MUERTE DEL CISNE
Las ocas hermanita
hermana amada mía
las ocas se han ahogado
mira las olas y las espumas
de sus plumas.
Fueron hacia la playa
hermana blanca por la mañana
y allí se hundieron
¿oyes el ruido de las burbujas
amada mía mi amada bruja?
Flotan sus cuellos
flores del mar
hasta la línea del horizonte
y allí las nubes se vuelven alas.
Jano Bifronte vuelan los mares nadan los cielos
el sol abrasa desde mi copa
¿dónde estarás amada loca
dónde agonizas beso escarlata
dónde te asfixias oca de plata?
Sale la luna
al arenal de la duna
la luz se enciende de hielo
rezan las rocas sacerdotales
el esqueleto de un ruiseñor
busca refugio bajo una flor.
Y un gas letal
como una canción nocturna
adormece a la muñeca de la urna.
Adiós blanca oca encantada
adiós dulce enamorada.
De Lengua de cal, 1972:
MUDO
I
Geschrei (clamor)
el rey del bosque, único
hombre del bosque y rey
waldgeschrei (clamor del bosque)
rey de la voz
voz del bosque es el hombre
voz cuando el bosque se cierne
freudengeschrei (alegre clamor)
risa del bosque, bosque sin palabras
bosque es palabra del rey: palabra del silencio
ein stilles leben (una vida en silencio)
por ser habla del bosque
y por ser bosque ein stilles leben ist es
(entonces el silencio es vida)
del bosque por la voz del rey.
¡Oh rey! ¡Padre del bosque!
tú, tú mismo
ein zeichen deutungslos (un signo sin sentido)
en el bosque sólo como clamor
creador, explicador del bosque
nada para ti mismo, nada para nosotros
ein zeichen sind wir, deutungslos
(nosotros, un signo sin sentido)
nosotros tras el árbol
nosotros tras el que sólo es trazo
sprachlos und kalt (mudo y frío)
el clamor de la nada
nada muerta en el trazo
que todo el bosque busca.
II
Por toda referencia
en el paisaje que la nieve ha cubierto
(las sombras ahora resplandecen)
borrado incluso el trecho
donde antes caminara el sacerdote,
un hombre busca el norte, el sur,
el este y el oeste.
El hombre, único en el paisaje,
busca el norte y el sur
y el este y el oeste.
III
Así suspenso ni crucificado
ni en fúnebre meditación ni en cruz
ni en sepultura
suspendido
en perpetuo descenso
la figura está inmóvil tras ochocientos años.
Crueles escultores y conversos
que acudían y un mísero ladrón
le mantienen en perpetua agonía.
Mil años de madera
lo contienen a medio caminar
del fracaso y del triunfo:
ni cadáver ni resucitado,
más allá de los hombres
sin llegar a los dioses.
IV.
Aquí hace mucho tiempo bailaba Halicarnaso
las Nereidas bailaban
yo bailaba.
Pero las cosas rnueren
no por lluvia ni viento ni terremoto o turco,
sino cuando la vida deja de poseerse
y el amor.
Hoy volví a este lugar
y a la cuádruple cabeza de caballo:
vive el trabajo, no el trabajador.
¡Friso animado, Fidias muerto!
Estas cuatro cabezas, pero
¿y el cincel y el antebrazo de los escultores?
Aquí está el Partenón
¿y Fidias, dónde está?
Sus hijos siguen
abrazados a cabezas de mármol,
como yo a este lugar.
Ha pasado la vida
y la danza.
V
Yo no sé qué esperamos los unos de los otros,
ni la razón para tener a mi mano como un fiel aliado.
Nada puedo esperar de una mano
capaz de señalar al justo y al perverso
o escribir poemas en las habitaciones
de un verano impregnado de vino y sal y sangre.
Sólo, quizá,
recordar otra gente
que ahora se arrastra entre pájaros muertos
y vivir seriamente un calendario
cuyas mentiras apenas disimulan
lo efímero de su numeración.
VI
Un poco de silencio es ya todo silencio
sobre la arista jónica y el zodiacal
Júpiter
olímpico molesto por el ángulo recto
hace resplandecer su dentadura de truhán
«Mira (dice) aquí pongo yo la palabra»
grabada como el famoso ruiseñor
para un emperador dormido
y aunque la devoremos
queda allí la palabra luciente como aceite
y la palabra no es el acto
la palabra no es el acto
y un poco de silencio es ya todo silencio.
VII
La estepa / algo insultante para aquel
que tenga en mucho el límite
y mire con sus ojos / otros ojos / hay ilimitados
para el rojo de aurora / el rojo de crepúsculo
el mismo rojo ilimitado / para el pámpano
para el pámpano un rojo / para la hoja del rosal naciente
insultante si se tiene en mucho
que las hojas son verdes
en casi todas partes / para una creación de los ojos
más creaciones / hay ilimitadas
para rojos rosales brotando
o viñas que agonizan en otoño
pues todo es de ese rojo
en el límite que no limita nada / la nada.
VIII
Silencio
el recuerdo un estruendo
Inuchos vasos de agua no hacen olas
la sed es un estruendo
allí va Maritornes
muchas que van
no hacen una palabra
tener es un estruendo
la voz no es mía
muchos míos no hacen un yo
el estruendo de un yo
no ensordece más que a su poseedor.
IX
El hombre hace por parecerse al hombre
y así escribe palabras
palabras para el hombre
que nacen para nadie que alrededor
vigila como muere y su necesidad.
Mira a su alrededor
y gime y se golpea la boca con los pies
pero el hada le dice:
«Tú
miserable que has visto
perecer tu contorno,
has dicho a tu paciencia:
vivo yo
y es casual que los demás también».
X
Dignidad del constructor de dólmenes
para ellos un solo padre
hombres robustos e implacables
que no sólo cazaban
enormes piedras de mucho peso
que fueron levantadas en un instante de concentración
con talento de fundadores
mujeres ollas
leños que humean bajo el barro ardiente
mujeres y pedazos de tocino cortado
flotando entre burbujas
ellos los que sellaron el limo de la tierra
en la primera copa producida
como masturbación
para ellos una sola mujer
como el campo abre sus piernas al guisante
entre rebaños de animales
hoy desaparecidos como el idioma del desierto
entre animales
levantaban en silencio sus gigantescas piedras
siempre
muchos de ellos alrededor de una piedra
durante mucho tiempo
de varias piedras
que levantaban con ingenio
y con ingenio una vez levantadas
mirarse y en silencio
y salir a la caza y sembrar y mirarse
y cazar y en silencio durante trescientos mil años.
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