POESÍA MÍSTICA Y RELIGIOSA III (Hay un índice de autores en primera página de Poesía Místico Religiosa I)

LOS SALMOS
DEL SANTO REY DAVID (*)
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OBRA PÓSTUMA

DE DON PEDRO ANTONIO PEREZ
DE CASTRO.

SALMO XLI.

1. Como el ciervo sediento y fatigado,
el agua busca, y por las fuentes brama,
así mi Dios, por tí mi ánima clama.

2. Él es para mi sed objeto ansiado:
¿quando podré ir á él? ¡ó, que impaciencia!
¡ah! ¿quando gozaré de su presencia?

3. Llorar contino, en tanto
es mi pan, mi bebida;
y al ánima afligida
aumentan su quebranto,
necias preguntas de irrisión inmensa...
¿Tu Dios adonde está? ¿Tu Dios que piensa?

CONT.

LOS SALMOS
DEL SANTO REY DAVID (*)
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OBRA PÓSTUMA

DE DON PEDRO ANTONIO PEREZ
DE CASTRO.

SALMO XLI. CONT.

4. En tal pena, en tal duelo,
recojo el alma mía,
y es mi único consuelo,
meditar que algun dia
pasaré a la mansion tan celebrada,
que de Dios nos conduce á la morada.

5. Gozo puro, alabanza
la voz allí repite,
y el ruido á oir se alcanza
festivo de un convite:

6. si á este bien, alma mia te diriges,
¿por que estás triste? dí: ¿por que me afliges?

CONT.

LOS SALMOS
DEL SANTO REY DAVID (*)
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OBRA PÓSTUMA

DE DON PEDRO ANTONIO PEREZ
DE CASTRO.

SALMO XLI. CONT.

7. No desmayes: espera,
y en nuestro Dios confia,
que mi humildad sincera
le adorará algun dia:
porque él es la salud de mi semblante:
mi único Dios, no hay otro semejante,

8. Mi gran flaqueza al alma
asusta y desconsuela
dudosa de su calma:
mas mi memoria anhela
por tí en aquesta soledad, vecina
al Jordan del Hermon en la Colina.

9. Las penas que me inflaman
se juntan á porfia,
y unas a otras se llaman
contra el ánima mia:
terrible inundación de horribles males,
suelta de tu ira los canales.

CONT.

LOS SALMOS
DEL SANTO REY DAVID (*)
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OBRA PÓSTUMA

DE DON PEDRO ANTONIO PEREZ
DE CASTRO.

SALMO XLI. CONT.

10. Los horrores que tienes
del cielo en las alturas,
contra mí los previenes,
contra mí los conjuras:
y qual olas de indómita braveza,
inundan, y sumergen mi cabeza.

11. Mas vendrá una mañana
en que con luz serena,
su piedad soberana
envie el Señor plena:
y hasta tanto en la noche que yacemos,
sus alabanzas quiere que cantemos..

12. Yo oracion de contino
haré al Dios de mi vida:
pues eres mi padrino,

13. diré, ¿por que me olvida
tu piedad? ¿por que dexas que prosiga
contristándome mas la ira enemiga?

CONT.

LOS SALMOS
DEL SANTO REY DAVID (*)
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OBRA PÓSTUMA

DE DON PEDRO ANTONIO PEREZ
DE CASTRO.

SALMO XLI. CONT.

14. Quando ya desfallecen
mis huesos quebrantados
me insultan y escarnecen
enemigos osados:

15. ¿donde tu Dios está?¿ quando te envia
la salud? me preguntan cada dia.
Tú, alma mia afligida,
¿por que cobarde y triste
turbas mi pobre vida?

16. confia en Dios, resiste:
ya vendrá el tiempo en que alabar espero
al que es mi Salvador, Dios verdadero.

FIN DEL SALMO XLI

LOS SALMOS
DEL SANTO REY DAVID (*)
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OBRA PÓSTUMA

DE DON PEDRO ANTONIO PEREZ
DE CASTRO.

SALMO XLII.

1. Hazme, Señor, justicia;
sentencia ya mi causa,
y aparta mi inocencia
de esta gente profana:
de con el hombre malo,
y engañador me saca.

2. Si eres mi fortaleza,
como en efecto lo eres;
¿ por qué me has desechado
dexándome que pene,
y que en mí sus rigores
el enemigo ostente?

3. Tu luz, tu verdad clara
de enviarme te digna;
yo iré a tu santo Templo,
sirviéndome de guia,
y me llevarán ellas
á tu mansión divina.

CONT.

LOS SALMOS
DEL SANTO REY DAVID (*)
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OBRA PÓSTUMA

DE DON PEDRO ANTONIO PEREZ
DE CASTRO.

SALMO XLII. CONT.

4. De Dios al altar sacro
llegaré con respeto;
sí: al dios que me concede
juventud y contento:
y allí en tus alabanzas
resonará mi plectro.

5. Ea, pues, alma mía,
¿por que estás triste?¿como

6. me afliges tanto? espera
en el Señor, y pronto
le adoraremos juntos:
que es mi Dios, y mi todo.

FINAL DEL SALMO XLII

LOS SALMOS
DEL SANTO REY DAVID (*)
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OBRA PÓSTUMA

DE DON PEDRO ANTONIO PEREZ
DE CASTRO.

SALMO XLIII

1. A nuestros viejos padres y mayores
hemos oído, Señor, contar con gusto
las obras, los primores
de tu poder augusto,

2. con que llenaste sus ardientes votos
en sus dias y en otros mas remotos.

3. Contaban pues, como tu mano airada
destruyó gentes, sin piedad ni duelo,
y qual plata arraigada
los fixó en este suelo,
de que habían gozado tantos años,
arrojándolas de él con muerte y daños.

CONT.

LOS SALMOS
DEL SANTO REY DAVID (*)
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OBRA PÓSTUMA

DE DON PEDRO ANTONIO PEREZ
DE CASTRO.

SALMO XLIII. CONT.

4. Y dueños de esta tierra no atribuían
á su espada, aunque fuerte, tanta gloria,
ni en su valor ponian
la salud y victoria,

5. sino en tu diestra y brazo poderoso,
y en tu bondad que los miró piadoso.

6. El mismo eres ahora: mi Rey eres,
mi único Dios, que de Jacob la gente
socorres cuando quieres:

CONT.

SALMO XLIII. CONT.

7. tu auxilio solamente
bastará á que el contrario mas sangriento
volar hagamos por el debil viento.

8. Si se levanta el enemigo bando,
con desprecio el mas vil le trataremos,
solo en ti confiando:
porque no, no ponemos
en el arco, en la espada una esperanza
de triunfo que por ti solo se alcanza.

9. Muchas veces, Señor, tú nos libraste
de nuestros enemigos, y su exceso;
de ignominia llenaste
sus odios; y por eso,

CONT.

SALMO XLIII. CONT.

10. celebrados en Dios siempre seremos,
y eternas alabanzas te daremos.

11. Mas ahora parece que enojado
nos arrojas de ti, llenos de afrenta,,
y que de nuestro estado
no haces ninguna cuenta:
en nuestras tropas ( ¡ah! ¡ que tristes dias!)
no vienes ya á pelear como solias.

12. Á nuestros enemigos inferiores,
permites que aun detras de ellos huyamos;
y que de sus furores
triste presa seamos:

CONT.

SALMO XLIII. CONT.

13. como reses de abasto carnicero,
nos dexas conducir al matadero.

14. Los que esta suerte evitan desgraciada,
destierras á los pueblos extrangeros;
véndeslos casi en nada,
sin precio ni dineros;
y la vileza aumenta sus dolores,
pues aun así no se hallan compradores.

15. Nos haces el oprobio del vecino,
escarnio e irrision del comarcano:
fábula de contino

CONT.

SALMO XLIII. CONT.

16. somos al pueblo insano:
y nadie hay que nos mire en tal baxeza,
que no lo dé á entender con la cabeza.

17. Continuamente en mi ignominia entiendo,
y el rubor colorea mis megillas,
los insulto oyendo,

18. lo dicterios y hablillas
que el enemigo contra mí vomita,
y con que en perseguirme se exercita.

CONT.

SALMO XLIII. CONT.

19. Mas nos queda un consuelo muy fundado,
en medio del tropel de tantos males,
y es no haberte olvidado,
á tu ley desleales:

20. nuestro corazon no ha retrocedido;
pero tú la piedad has suspendido.

21. Es inefable el grado de baxeza
que por tu voluntad sufriendo estamos:
de aflicción , de tristeza
en la mansión lloramos;
y por colmo de nuestra infausta suerte,
nos cubren ya la sombras de la muerte.

CONT.

SALMO XLIII. CONT.

22. Pero no; del Dios nuestro no al olvido
el nombre habemos dado, ni las manos
á otro Dios extendido:
de ello estamos ufanos:

23. sábelo el que con ojos de luz llenos,
cala del pecho los profundos senos.

24. Quanto es lo que por tí sufrir nos dexas,
estáslo viendo: ( ¡ y fácil no es decillo!)
nos tratan como ovejas,
votadas al cuchillo.

CONT.

SALMO XLIII. CONT.

25. Ea, pues, dexa ese aparente sueño:
despierta ya, no sea eterno el ceño.

26. ¿Por que tu cara su favor retira?
¿Por que nuestro afan, nuestra congoja
no haces aprecio? Mira

27. como el alma se arroja,

CONT.

SALMO XLIII. CONT.

28. y abatida hasta el polvo despreciado,
cose á la tierra el pecho atribulado.

29. Levántate, Señor, Dios poderoso,
y tu favor en nuestro alivio acuda;
enviános piadoso
tu redención, tu ayuda.
¿No hallas bastante mérito en el hombre?
pues hazlo por la gloria de tu nombre.

FIN DEL SALMO XLIII

LOS SALMOS
DEL SANTO REY DAVID (*)
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OBRA PÓSTUMA

DE DON PEDRO ANTONIO PEREZ
DE CASTRO.


SALMO XLIV

Este salmo es el Epitalamio ó Cántico de Desposorios
entre JesuChristo y su Iglesia. La espada del esposo
será su palabra: reynará con su verdad, mansedumbre
y justicia, y será consagrado con la plenitud de gracia
que sólo a él pertenece: olvidará la Esposa la casa de
su padre: toda su gloria está en la interior pureza: de
sus padres, que son los Apóstoles, nacerán hijos que
gobiernen la tierra.

1. Estro divino al corazón repleto
cántico dicta suave y elevado,
que tiene por objeto
un Rey y esposo amado;

2. y mi labio inspirado
canta sin detencion, qual pluma en mano
de diestro y velocísimo Escribano.

CONT.

SALMO XLIV. CONT.

3. ¿Quién alabar sabrá tu gentileza?
No hay entre humanos otra que la iguale:
en tu labio pureza
y gracia sobresale:
¿mas que mucho que exhale
tal suavidad, si con eternos dones
te llena y colma Dios de bendiciones?

4. Desplega tu poder: al lado invicto
ciñe la espada de vencer segura:
prepárate al conflicto:
ostenta esa figura
graciosa, esa hermosura:

5. marcha feliz, los pasos acelera
á conquistar el Reyno que te espera.

CONT.

Como siempre, tú ahí, al pie del cañón y continuando los salmos.
Buen trabajo y gracias, Pascual.
Besos también.

Son 150 SALMOS, querida amiga... creo que tengo para toda la vida.

Sigo

SALMO XLIV. CONT.

6. Verdad sencilla, mansedumbre amable,
y la recta justicia te acompaña,
te será inseparable;
y con la mas extraña
valentía, la saña
conducirá de tu invencible diestra
de no usado valor á dar la muestra.

7. De tus flechas las puntas afiladas
penetrarán de tus contrarios fuertes
las almas extraviadas:
así, ó Rey, los conviertes;
y huyendo estragos, muertes
aquellos mismo pueblos que quebrantan,
se postrarán rendidos a tus plantas.

8. El trono, ó Dios, adonde estás sentado,
silla es de duración indefinida,
y el cetro de tu estado
es una vara erguida
de lo recto medida:

CONT.





CONT.

SALMO XLIV. CONT.

9. que  siempre tú has amado la justicia,,
tanto como aborreces la malicia.
Por eso, ó Dios, tu Dios te ha consagrado,
y ungiéndote por Rey te ha distinguido
con oleo de su agrado,
que sobre tí ha vertido;
pero no ha concedido
igual prerrogativa, igual fineza,
a tus consortes en naturaleza.

10. Princesas Reales, bellas, peregrinas,
de cuya inclinación gran placer tomas,
de marfil caxas finas
traen con ricos aromas,
de pebetes, de gomas;
y haciendo oler tus vestiduras todas,
concurren al decoro de tus bodas.

11. ¿Que diré de la Reyna, de esa Esposa,
á tu diestra de fino oro vestida,
con variedad vistosa
tan brillante y lucida?

CONT.

SALMO XLIV. CONT.

12. ¡Ah, hija mía querida!
escúchame, atención seria te pido,
inclina á mis palabras el oido.

13. ¿Quieres que el Rey tu esposo enamorado
esté siempre de ti? pon en olvido
el pueblo que te ha dado
el sér, y el patrio nido:
piensa, ten entendido,
que es tu Dios el Señor de tus acciones,
á quien todas darán adoraciones.

14. Verás como de Tiro las matronas
vienen sus ricos dones a ofrecerte;
y las grandes personas
del mundo en complacerte
ponen su dicha y suerte.

CONT.

SALMO XLIV. CONT.

15. Mas de esta hija del Rey y toda la alteza,
el oro, no es, si, su interior pureza.

16. Las Vírgenes al Rey en tropa bella
serán traidas, de servirle ansiosas,
y de andar en pos de ella:
compañeras hermosas,

17. que á ti vienen dichosas
con gozo y alegria desusada;
en tu Templo Señor, tendrán entrada.

CONT.

SALMO XLIV. CONT.

18. ¡Esposa! por los padres que has dexado
hijos te nacen á gozar entero
del orbe el Principado:

19. linage pregonero
hasta el grado postrero

20. de tu nombre serán; y no habrá gente,
que tus glorias no cante eternamente.

FIN DEL SALMO XLIV

LOS SALMOS
DEL SANTO REY DAVID (*)
...
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OBRA PÓSTUMA

DE DON PEDRO ANTONIO PEREZ
DE CASTRO.


SALMO XLV

La Iglesia y el alma se aseguran en la
esperanza, porque los auxilios de Dios
las conservarán, aunque toda la tierra
se subleve contra ellas.

1. Es Dios nuestro refugio:
es nuestra fortaleza,
y nuestro grande auxilio
en los inmensos males que nos cercan.

2. Así no temeremos,
aunque tiemble la tierra
y los mas altos montes
al fondo de los mares se transfieran.

CONT.