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Emilio Adolfo Westphalen (Lima, 15 de julio de 1911- † 17 de agosto de 2001) fue un poeta surrealista,1 ensayista y promotor cultural peruano.
Biografía
Fue hijo de Pedro Pablo Emilio von Westphalen Wimmer y de Hermenegilda Teresa Milano Barbagelata. Sus estudios básicos los realizó en el Colegio Alemán de Lima, donde disfrutó de la amistad incondicional Martín Adán y Estuardo Núñez, futuro poeta y crítico literario respectivamente.
En 1928 ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), después de un frustrado intento de ingreso a la Escuela de Ingeniería. En 1932 culminan sus estudios universitarios y comienza a trabajar en la compañía minera Hochschild.
En 1933, a los 22 años de edad, publica su primer libro Las ínsulas extrañas, que junto con Abolición de la muerte le reportan prestigio como poeta.
Editó El uso de la palabra (1939) y fue director de Las Moradas (1947-1949) y Amaru (1967-1971). Después de pasar varios años en Nueva York, como traductor de las Naciones Unidas y posteriormente en Italia, dirigió la revista Amaru de la Universidad Nacional de Ingeniería, una revista abierta, plural y de contenido multidisciplinario. Enseñó Historia del Arte Prehispánico en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En 1971 fue nombrado Agregado Cultural de Perú en Italia. Posteriormente ejerció este cargo en México y Portugal. En estos países es donde vuelve a presentar a sus lectores nuevos poemas.
En 1947 empieza a publicar la revista Las Moradas y al año siguiente empezó a residir en Nueva York. En 1964 regresó al Perú e ingresó como profesor de Arte Precolombino a la Universidad de San Marcos.
En 1971 fue designado agregado cultural de la embajada peruana en Italia, en la que estuvo hasta 1977, cuando fue trasladado con el mismo cargo a la embajada en México. En 1980 lo volvieron a designar agregado en la embajada en Lisboa hasta 1981.
Fue, asimismo, un tenaz buscador de la excelencia artística que le valió el unánime reconocimiento de quienes trabajaron con él y de toda la comunidad literaria peruana. Tal es el caso de escritores y artistas como Mario Vargas Llosa, Fernando de Szyszlo, Jorge Eduardo Eielson y Julio Ramón Ribeyro, entre otros.
Estuvo casado con la pintora Judith Westphalen (1922-1976) con la que tuvo dos hijas: Inés y Silvia Westphalen Ortiz.
Su obra poética es breve, pero fundamental en la literatura en lengua española. Con afinidades con el movimiento surrealista, en colaboración con su amigo, el poeta y pintor peruano César Moro concretó la Primera exposición surrealista realizada en Lima en 1935. Muy cercano igualmente al renombrado escritor indigenista José María Arguedas impulsó su obra a través de sus revistas. Además de escribir un par de ensayos sobre su trayectoria, le dedicó uno de sus poemarios.
Falleció en la temporada hibernal en el primer peldaño del tercer milenio, en 2001 en Lima, en la Maison de Santé donde permaneció varios años.
Estilo
Como ejemplo del reconocimiento dado a su obra, el Premio Nobel de Literatura Octavio Paz, al presentarlo en 1978 dijo de él: "Emilio Adolfo Westphalen es uno de los poetas más puramente poetas entre los que escriben en español. Su poesía no está contaminada de ideología ni de moral ni de teología. Poesía de poeta y no de profesor ni de predicador ni de inquisidor. Poesía que no juzga, sino que se asombra y nos asombra."
( Sacado de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] )
*
Algunos poemas de Emilio Adolfo Westphalen:
De Las ínsulas extrañas, 1933:
ANDANDO EL TIEMPO
Andando el tiempo
Los pies crecen y maduran
Andando el tiempo
Los hombres se miran en los espejos
Y no se ven
Andando el tiempo
Zapatos de cabritilla
Corriendo el tiempo
Zapatos de atleta
Cojeando el tiempo
Con errar de cada instante y no regresar
Alzando el dedo
Señalando
Apresurado
Es el tiempo y no tiene tiempo
No tengo tiempo
Mostrar la libreta
Todo en orden
Por aquí a la aventura silencio cerrado
Por allá a la descompuesta inmóvil móvil
Ya llega y tarda
Y se olvida
Por acá con boca falsa y palabras de otra hora
El pañuelo nuevo y pronto
Para el adiós
Adiós y no ha llegado
Ésta es la señal
El tiempoi
Casi no es niño
Pero flor no es
Casi
Cuando está sobre un árbol
Se divisa el paisaje la estrella
Los zapatos
Osamentas de pescado
Y el ojo llena el horizonte
El tiempo
Aunque cojee y se hiera y se lamente
Prohibido
No te hagas tan silencio
La nube sabe de otro lugar
Son las escaleras que bajan
Porque nadie sube
Porque nadie muerde la nuca
Sino las flores
O los pies llagados
Andando y sangre de tiempo
Gotas de lluvia el torrente
La mano llega
Éste es su destino
Llegar el tiempo
Se devuelve y usted sabe más
Estaba junto al silencio
Estaba con ojos pequeños
La mano a lo desierto
El pie a lo ignorado
Indudable
Los huesos prestados podían ser míos
Si un leve signo no dijera
Y no decía
Alzada levantada
Me doy a tu más leve giro
Al amor de las pestañas
A lo no dicho
Vértigo
Te temía sin noche y sin día
Aunque no regreses
Por la marcha de mis huesos a otra noche
Por el silencio que se cae
O tu sexo
LA MAÑANA ALZA EL RÍO...
La mañana alza el río la cabellera
Después la niebla la noche
El cielo los ojos
Me miran los ojos del cielo
Despertar sin vértebras sin estructura
La piel está en su eternidad
Se suaviza hasta perderse en la memoria
Existía no existía
Por el camino de los ojos por el camino del cielo
Qué tierno el estío llora en su boca
Llueve gozo beatitud
El mar acerca su amor
Teme la rosa el pie la piel
El mar aleja su amor
El mar
Cuántas barcas
Las olas dicen amor
La niebla otra vez otra barca
Los remos el amor no se mueve
Sabe cerrar los ojos dormir el aire no los ojos
La ola alcanza los ojos
Duermen junto al río la cabellera
Sin peligro de naufragio en los ojos
Calma tardanza el cielo
O los ojos
Fuego fuego fuego fuego
En el cielo cielo fuego cielo
Cómo rueda el silencio
Por sobre el cielo el fuego el amor el silencio
Qué suplicio baña la frente el silencio
Detrás de la ausencia mirabas sin fuego
Es ausencia noche
Pero los ojos el fuego
Caricia estás los ojos la boca
El fuego nace en los ojos
El amor nace en los ojos el cielo el fuego
El fuego el amor el silencio
NO ES VÁLIDA ESTA SOMBRA...
No es válida esta sombra
Despertad pequeños ríos:
Cuando yo os llevaba en los brazos
Y mirábais con ojos más puros
Me he dado contra mi cuerpo
Qué dura sombra
Mi garra no te alcanza
En esta ausencia quien me ha mordido
Llevo un sigl0 bajo la sombra
La noche crece y nadie creía que creciera tanto
Nadie oye estos golpes pregunto fuera
Tan hondo como la mina tan hondo como mi cuerpo
Resuena tan fuerte el silencio
Tan tristes estas lágrimas que no han de cruzarse nunca
Me levantaba o es que caía más sombra
Quien creyera que tanta noche encerraran tus ojos
Me ha ahogado esa hondura negrura
Recuerdo un hombre que daba sus pasos
Miraba y había cosas
Pero
Cosas o eran cosas o eran
No recuerdo
Un hombre miraba
Si pudiera partir en dos este sueño
Una parte para el dolor
Otra para encontrar
Aunque fuera una imagen difuminada borrada
De hombre que supiera algo más que dar unos pasos
Que mirar algo que se aleja tanto de ser un árbol
Como un pensamiento que regresa de ser un pensamiento
Se despega una nada tras otra
Crece una nada sobre nada
Y había ríos que se iban en vueltas y derechas
Y había árboles con algo más que ramas y algunas hojas
El sol no hacía en vano su camino
Y tantas risas me dijeron que la luz también nace de sonidos entrechocados
Pero como has vomitado ese mundo
Y ahora si vas a la deriva o si no derivas
Nada alcanzas y una sombra llama a otra
Uno masca nada suena .
Masca sombra con sombra da golpes
Me habré perdido en mi cuerpo
Acaso las tinieblas hablan de puntillas
Y tú vas en su seno
Toda la noche eran unos puntos inmensos
O eran ojos, o eran noches sin estrellas que me subían
Apagaban las madrugadas
Me deslumbra esta noche
La muerte que mira con los ojos de los vivos
Los muertos que hablan con los loros de los vivos
Cuidado no despierten no duerman cuidado
De Abolición de la muerte, 1935:
VINISTE A POSARTE...
Viniste a posarte sobre una hoja de mi cuerpo
Gota dulce y pesada como el sol sobre nuestras vidas
Trajiste olor de madera y ternura de tallo inclinándose
Y alto velamen de mar recogiéndose en tu mirada
Trajiste paso leve de alba al irse
Y escandido incienso de arboledas tremoladas en tus manos
Bajaste de brisa en brisa como una ola asciende los días
Y al fin eras el quedado manantial rodando las flores
O las playas encaminándose a una querella sin motivo
Por decir si tu mano estuvo armoniosa en el tiempo
O si tu corazón era fruta de árbol o de ternura
O el estruendo callado del surtidor
O la voz baja de la dicha negándose y afirmándose
En cada diástole y sístole de permanencia y negación
Viniste a posarte como la noche llama a las creaturas
O como el brazo termina su círculo y abarca el horario completo
O como la tempestad retira los velos de su frente
Para mirar el mundo y no equivocar sus remos
Al levantar los muros y cerrar las cuevas
Has venido y no se me alcanza qué justeza equivocas
Para estarte sin levedad de huida y gravitación de planeta
Orlado de madreselvas en la astrología infantil
Para estarte como la rosa hundida en los mares
O el barco anclado en nuestra conciencia
Para estarte sin dar el alto a los minutos subiendo las jarcias
Y cayéndose siempre antes de tocar el timbre que llama a la muerte
Para estarte sitiada entre son de harpas y río de escaramuza
Entre serpiente de aura y romero de edades
Entre lengua de solsticio y labios de tardada morosidad acariciando
Has venido como la muerte ha de llegar a nuestros labios
Con la gozosa transparencia de los días sin fanal
De los conciertos de decir he llegado
Que se ve en la primavera al poner sus primeras manos sobre las cosas
Y anudar la cabellera de las ciudades
Y dar vía libre a las aguas y canto libre a las bocas
De la muchacha al levantarse y del campo al recogerse
Has venido pesada como el rocío sobre las flores del jarrón
Has venido para borrar tu venida
Estandarte de siglos clavado en nuestro pecho
Has venido nariz de mármol
Has venido ojos de diamante
Has venido labios de oro
HE DEJADO DESCANSAR...
He dejado descansar tristemente mi cabeza
En esta sombra que cae del ruido de tus pasos
Vuelta a la otra margen
Grandiosa como la noche para negarte
He dejado mis albas y los árboles arraigados en mi garganta
He dejado hasta la estrella que corría entre mis huesos
He abandonado mi cuerpo
Como el naufragio abandona las barcas
O como la memoria albajar las mareas
Algunos ojos extraños sobre las playas
He abandonado mi cuerpo
Como un guante para dejar la mano libre
Si hay que estrechar la gozosa pulpa de una estrella
No me oyes más leve que las hojas
Porque me he librado de todas las ramas
Y ni el aire me encadena
Ni las aguas pueden contra mi sino
No me oyes venir más fuerte que la noche
Y las puertas que no resisten a mi soplo
Y las ciudades que callan para que no las aperciba
Y el bosque que se abre como una mañana
Que quiere estrechar el mundo entre sus brazos
Bella ave que has de caer en el paraíso
Ya los telones han caído sobre tu huida
Ya mis brazos han cerrado las murallas
Y las ramas inclinado para impedirte el paso
Corza frágil teme la tierra
Teme el ruido de tus pasos sobre mi pecho
Ya los cercos están enlazados
Ya tu frente ha de caer bajo el peso de mi ansia
Ya tus ojos han de cerrarse sobre los míos
Y tu dulzura brotarte como cuernos nuevos
Y tu bondad extenderse como la sombra que me rodea
Mi cabeza he dejado rodar
Mi corazón he dejado caer
Ya nada me queda para estar más seguro de alcanzarte
Porque llevas prisa y tiemblas como la noche
La otra margen acaso no he de alcanzar
Ya no tengo manos que se cojan
De lo que está acordado para el perecimiento
Ni pies que pesen sobre tanto olvido
De huesos muertos y flores muertas
La otra margen acaso no he de alcanzar
Si ya hemos leído la última hoja
Y la música ha empezado a trenzar la luz en que has de caer
Y los ríos te cierran el camino
Y las flores te llaman con mi voz
Rosa grande ya es hora de detenerte
El estío suena como un deshielo de los corazones
Y las alboradas tiemblan como los árboles al despertarse
Las salidas están guardadas
Rosa grande ¿no has de caer?
Emilio Adolfo Westphalen (Lima, 15 de julio de 1911- † 17 de agosto de 2001) fue un poeta surrealista,1 ensayista y promotor cultural peruano.
Biografía
Fue hijo de Pedro Pablo Emilio von Westphalen Wimmer y de Hermenegilda Teresa Milano Barbagelata. Sus estudios básicos los realizó en el Colegio Alemán de Lima, donde disfrutó de la amistad incondicional Martín Adán y Estuardo Núñez, futuro poeta y crítico literario respectivamente.
En 1928 ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), después de un frustrado intento de ingreso a la Escuela de Ingeniería. En 1932 culminan sus estudios universitarios y comienza a trabajar en la compañía minera Hochschild.
En 1933, a los 22 años de edad, publica su primer libro Las ínsulas extrañas, que junto con Abolición de la muerte le reportan prestigio como poeta.
Editó El uso de la palabra (1939) y fue director de Las Moradas (1947-1949) y Amaru (1967-1971). Después de pasar varios años en Nueva York, como traductor de las Naciones Unidas y posteriormente en Italia, dirigió la revista Amaru de la Universidad Nacional de Ingeniería, una revista abierta, plural y de contenido multidisciplinario. Enseñó Historia del Arte Prehispánico en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En 1971 fue nombrado Agregado Cultural de Perú en Italia. Posteriormente ejerció este cargo en México y Portugal. En estos países es donde vuelve a presentar a sus lectores nuevos poemas.
En 1947 empieza a publicar la revista Las Moradas y al año siguiente empezó a residir en Nueva York. En 1964 regresó al Perú e ingresó como profesor de Arte Precolombino a la Universidad de San Marcos.
En 1971 fue designado agregado cultural de la embajada peruana en Italia, en la que estuvo hasta 1977, cuando fue trasladado con el mismo cargo a la embajada en México. En 1980 lo volvieron a designar agregado en la embajada en Lisboa hasta 1981.
Fue, asimismo, un tenaz buscador de la excelencia artística que le valió el unánime reconocimiento de quienes trabajaron con él y de toda la comunidad literaria peruana. Tal es el caso de escritores y artistas como Mario Vargas Llosa, Fernando de Szyszlo, Jorge Eduardo Eielson y Julio Ramón Ribeyro, entre otros.
Estuvo casado con la pintora Judith Westphalen (1922-1976) con la que tuvo dos hijas: Inés y Silvia Westphalen Ortiz.
Su obra poética es breve, pero fundamental en la literatura en lengua española. Con afinidades con el movimiento surrealista, en colaboración con su amigo, el poeta y pintor peruano César Moro concretó la Primera exposición surrealista realizada en Lima en 1935. Muy cercano igualmente al renombrado escritor indigenista José María Arguedas impulsó su obra a través de sus revistas. Además de escribir un par de ensayos sobre su trayectoria, le dedicó uno de sus poemarios.
Falleció en la temporada hibernal en el primer peldaño del tercer milenio, en 2001 en Lima, en la Maison de Santé donde permaneció varios años.
Estilo
Como ejemplo del reconocimiento dado a su obra, el Premio Nobel de Literatura Octavio Paz, al presentarlo en 1978 dijo de él: "Emilio Adolfo Westphalen es uno de los poetas más puramente poetas entre los que escriben en español. Su poesía no está contaminada de ideología ni de moral ni de teología. Poesía de poeta y no de profesor ni de predicador ni de inquisidor. Poesía que no juzga, sino que se asombra y nos asombra."
( Sacado de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] )
*
Algunos poemas de Emilio Adolfo Westphalen:
De Las ínsulas extrañas, 1933:
ANDANDO EL TIEMPO
Andando el tiempo
Los pies crecen y maduran
Andando el tiempo
Los hombres se miran en los espejos
Y no se ven
Andando el tiempo
Zapatos de cabritilla
Corriendo el tiempo
Zapatos de atleta
Cojeando el tiempo
Con errar de cada instante y no regresar
Alzando el dedo
Señalando
Apresurado
Es el tiempo y no tiene tiempo
No tengo tiempo
Mostrar la libreta
Todo en orden
Por aquí a la aventura silencio cerrado
Por allá a la descompuesta inmóvil móvil
Ya llega y tarda
Y se olvida
Por acá con boca falsa y palabras de otra hora
El pañuelo nuevo y pronto
Para el adiós
Adiós y no ha llegado
Ésta es la señal
El tiempoi
Casi no es niño
Pero flor no es
Casi
Cuando está sobre un árbol
Se divisa el paisaje la estrella
Los zapatos
Osamentas de pescado
Y el ojo llena el horizonte
El tiempo
Aunque cojee y se hiera y se lamente
Prohibido
No te hagas tan silencio
La nube sabe de otro lugar
Son las escaleras que bajan
Porque nadie sube
Porque nadie muerde la nuca
Sino las flores
O los pies llagados
Andando y sangre de tiempo
Gotas de lluvia el torrente
La mano llega
Éste es su destino
Llegar el tiempo
Se devuelve y usted sabe más
Estaba junto al silencio
Estaba con ojos pequeños
La mano a lo desierto
El pie a lo ignorado
Indudable
Los huesos prestados podían ser míos
Si un leve signo no dijera
Y no decía
Alzada levantada
Me doy a tu más leve giro
Al amor de las pestañas
A lo no dicho
Vértigo
Te temía sin noche y sin día
Aunque no regreses
Por la marcha de mis huesos a otra noche
Por el silencio que se cae
O tu sexo
LA MAÑANA ALZA EL RÍO...
La mañana alza el río la cabellera
Después la niebla la noche
El cielo los ojos
Me miran los ojos del cielo
Despertar sin vértebras sin estructura
La piel está en su eternidad
Se suaviza hasta perderse en la memoria
Existía no existía
Por el camino de los ojos por el camino del cielo
Qué tierno el estío llora en su boca
Llueve gozo beatitud
El mar acerca su amor
Teme la rosa el pie la piel
El mar aleja su amor
El mar
Cuántas barcas
Las olas dicen amor
La niebla otra vez otra barca
Los remos el amor no se mueve
Sabe cerrar los ojos dormir el aire no los ojos
La ola alcanza los ojos
Duermen junto al río la cabellera
Sin peligro de naufragio en los ojos
Calma tardanza el cielo
O los ojos
Fuego fuego fuego fuego
En el cielo cielo fuego cielo
Cómo rueda el silencio
Por sobre el cielo el fuego el amor el silencio
Qué suplicio baña la frente el silencio
Detrás de la ausencia mirabas sin fuego
Es ausencia noche
Pero los ojos el fuego
Caricia estás los ojos la boca
El fuego nace en los ojos
El amor nace en los ojos el cielo el fuego
El fuego el amor el silencio
NO ES VÁLIDA ESTA SOMBRA...
No es válida esta sombra
Despertad pequeños ríos:
Cuando yo os llevaba en los brazos
Y mirábais con ojos más puros
Me he dado contra mi cuerpo
Qué dura sombra
Mi garra no te alcanza
En esta ausencia quien me ha mordido
Llevo un sigl0 bajo la sombra
La noche crece y nadie creía que creciera tanto
Nadie oye estos golpes pregunto fuera
Tan hondo como la mina tan hondo como mi cuerpo
Resuena tan fuerte el silencio
Tan tristes estas lágrimas que no han de cruzarse nunca
Me levantaba o es que caía más sombra
Quien creyera que tanta noche encerraran tus ojos
Me ha ahogado esa hondura negrura
Recuerdo un hombre que daba sus pasos
Miraba y había cosas
Pero
Cosas o eran cosas o eran
No recuerdo
Un hombre miraba
Si pudiera partir en dos este sueño
Una parte para el dolor
Otra para encontrar
Aunque fuera una imagen difuminada borrada
De hombre que supiera algo más que dar unos pasos
Que mirar algo que se aleja tanto de ser un árbol
Como un pensamiento que regresa de ser un pensamiento
Se despega una nada tras otra
Crece una nada sobre nada
Y había ríos que se iban en vueltas y derechas
Y había árboles con algo más que ramas y algunas hojas
El sol no hacía en vano su camino
Y tantas risas me dijeron que la luz también nace de sonidos entrechocados
Pero como has vomitado ese mundo
Y ahora si vas a la deriva o si no derivas
Nada alcanzas y una sombra llama a otra
Uno masca nada suena .
Masca sombra con sombra da golpes
Me habré perdido en mi cuerpo
Acaso las tinieblas hablan de puntillas
Y tú vas en su seno
Toda la noche eran unos puntos inmensos
O eran ojos, o eran noches sin estrellas que me subían
Apagaban las madrugadas
Me deslumbra esta noche
La muerte que mira con los ojos de los vivos
Los muertos que hablan con los loros de los vivos
Cuidado no despierten no duerman cuidado
De Abolición de la muerte, 1935:
VINISTE A POSARTE...
Viniste a posarte sobre una hoja de mi cuerpo
Gota dulce y pesada como el sol sobre nuestras vidas
Trajiste olor de madera y ternura de tallo inclinándose
Y alto velamen de mar recogiéndose en tu mirada
Trajiste paso leve de alba al irse
Y escandido incienso de arboledas tremoladas en tus manos
Bajaste de brisa en brisa como una ola asciende los días
Y al fin eras el quedado manantial rodando las flores
O las playas encaminándose a una querella sin motivo
Por decir si tu mano estuvo armoniosa en el tiempo
O si tu corazón era fruta de árbol o de ternura
O el estruendo callado del surtidor
O la voz baja de la dicha negándose y afirmándose
En cada diástole y sístole de permanencia y negación
Viniste a posarte como la noche llama a las creaturas
O como el brazo termina su círculo y abarca el horario completo
O como la tempestad retira los velos de su frente
Para mirar el mundo y no equivocar sus remos
Al levantar los muros y cerrar las cuevas
Has venido y no se me alcanza qué justeza equivocas
Para estarte sin levedad de huida y gravitación de planeta
Orlado de madreselvas en la astrología infantil
Para estarte como la rosa hundida en los mares
O el barco anclado en nuestra conciencia
Para estarte sin dar el alto a los minutos subiendo las jarcias
Y cayéndose siempre antes de tocar el timbre que llama a la muerte
Para estarte sitiada entre son de harpas y río de escaramuza
Entre serpiente de aura y romero de edades
Entre lengua de solsticio y labios de tardada morosidad acariciando
Has venido como la muerte ha de llegar a nuestros labios
Con la gozosa transparencia de los días sin fanal
De los conciertos de decir he llegado
Que se ve en la primavera al poner sus primeras manos sobre las cosas
Y anudar la cabellera de las ciudades
Y dar vía libre a las aguas y canto libre a las bocas
De la muchacha al levantarse y del campo al recogerse
Has venido pesada como el rocío sobre las flores del jarrón
Has venido para borrar tu venida
Estandarte de siglos clavado en nuestro pecho
Has venido nariz de mármol
Has venido ojos de diamante
Has venido labios de oro
HE DEJADO DESCANSAR...
He dejado descansar tristemente mi cabeza
En esta sombra que cae del ruido de tus pasos
Vuelta a la otra margen
Grandiosa como la noche para negarte
He dejado mis albas y los árboles arraigados en mi garganta
He dejado hasta la estrella que corría entre mis huesos
He abandonado mi cuerpo
Como el naufragio abandona las barcas
O como la memoria albajar las mareas
Algunos ojos extraños sobre las playas
He abandonado mi cuerpo
Como un guante para dejar la mano libre
Si hay que estrechar la gozosa pulpa de una estrella
No me oyes más leve que las hojas
Porque me he librado de todas las ramas
Y ni el aire me encadena
Ni las aguas pueden contra mi sino
No me oyes venir más fuerte que la noche
Y las puertas que no resisten a mi soplo
Y las ciudades que callan para que no las aperciba
Y el bosque que se abre como una mañana
Que quiere estrechar el mundo entre sus brazos
Bella ave que has de caer en el paraíso
Ya los telones han caído sobre tu huida
Ya mis brazos han cerrado las murallas
Y las ramas inclinado para impedirte el paso
Corza frágil teme la tierra
Teme el ruido de tus pasos sobre mi pecho
Ya los cercos están enlazados
Ya tu frente ha de caer bajo el peso de mi ansia
Ya tus ojos han de cerrarse sobre los míos
Y tu dulzura brotarte como cuernos nuevos
Y tu bondad extenderse como la sombra que me rodea
Mi cabeza he dejado rodar
Mi corazón he dejado caer
Ya nada me queda para estar más seguro de alcanzarte
Porque llevas prisa y tiemblas como la noche
La otra margen acaso no he de alcanzar
Ya no tengo manos que se cojan
De lo que está acordado para el perecimiento
Ni pies que pesen sobre tanto olvido
De huesos muertos y flores muertas
La otra margen acaso no he de alcanzar
Si ya hemos leído la última hoja
Y la música ha empezado a trenzar la luz en que has de caer
Y los ríos te cierran el camino
Y las flores te llaman con mi voz
Rosa grande ya es hora de detenerte
El estío suena como un deshielo de los corazones
Y las alboradas tiemblan como los árboles al despertarse
Las salidas están guardadas
Rosa grande ¿no has de caer?
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