Audre Lorde (Harlem, Nueva York, 1934 – Saint Croix, 1992) fue una escritora afroamericana, feminista, lesbiana y activista por los derechos civiles. Como poeta es especialmente conocida por el dominio técnico y la fuerza emocional con los que expresa la ira e la indignación que le suscitaron las injusticias civiles y sociales que observó a lo largo de su vida. Sus poemas y prosa trataron en gran medida temas relacionados con los derechos civiles, el feminismo y la exploración de la identidad femenina negra. Su obra más conocida es La hermana, la extranjera, un libro de ensayos que contiene varios de sus textos más influyentes en las luchas contra el racismo, el machismo y la opresión heterosexual como son "No hay jerarquías en la opresión" y "Las herramientas del amo no destruirán la casa del amo". Tras pasar por la experiencia del cáncer de mama y reflexionar sobre las discriminaciones sufridas por las mujeres, que se superponen a las de raza y de orientación sexual, y que se suman a la enfermedad, publicó en 1981 Los diarios del cáncer, un texto dirigido tanto a quienes han vivido o viven la experiencia, como a quienes acompañan a otras en ese proceso.
(Sacado de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
*
Algunos poemas de Audre Lorde, de su libro El unicornio negro, 1978, en traducción de Jimena Jiménez Real:
LAS MUJERES DE DAN BAILAN CON ESPADAS EN LAS MANOS
PARA SEÑALAR EL TIEMPO EN QUE ERAN GUERRERAS
Yo no caí del cielo
ni
descendí como plaga de langostas
a beber color y fuerza de la tierra
y no vengo como la lluvia
tributo o símbolo del devenir de la tierra
yo vengo como mujer
oscura y abierta
a veces caigo como la noche
suave
y terrible
solo cuando debo morir
para nacer de nuevo.
Yo no vengo como guerrera secreta
con una espada sin vaina en la boca
escondida tras la lengua
que corta mi garganta en insignias
militares con una sonrisa
mientras la sangre corre
garganta abajo y sale
por agujeros en los dos montes sagrados
de mi pecho.
Yo vengo como mujer
la que soy
expandiéndome por las noches
risa y promesa
y calor oscuro
calentando lo que toco
que está vivo
consumiendo
solo
lo que ya murió.
HARRIET
Harriet siempre había alguien que nos llamaba locas
o malas o estiradas o crueles o negras
o negras
y éramos
chicas ensortijadas rápidas sepias
que corren a esconderse
que tratan de hablar tratan de hablar
tratan de hablar
del dolor en nuestra boca
hasta que aprendimos
al borde de un látigo
o de una lengua
al borde de traicionarnos
que el respeto
era mantener la distancia
en silencio
apartando la vista
del otro rostro en la calle
de la hermosa boca oscura
y los cautos ojos familiares
que pasan solos.
Te recuerdo Harriet
antes de separarnos
soñábamos con las espadas cruzadas
de reinas guerreras
nos evitábamos los ojos
y aprendíamos a conocer la soledad
como la tierra aprende a conocer la muerte
Harriet Harriet
¿por qué nombre nos llamaremos ahora
que nuestra madre ha muerto?
LETANÍA PARA LA SUPERVIVENCIA
Para las que vivimos en la orilla
sobre el filo constante de la decisión
cruciales y solas
para las que no podemos disfrutar
los sueños pasajeros de la elección
que amamos en umbrales yendo y viniendo
en las horas entre amaneceres
mirando dentro y fuera
a un tiempo antes y después
buscando un ahora que pueda criar
futuros
como pan en las bocas de nuestros hijos
para que sus sueños no reflejen
la muerte de los nuestros;
Para las que
nos fue marcado el miedo
como una leve línea en el centro de la frente
aprendiendo a temer ya con la leche materna
pues por esta arma
la ilusión de encontrar seguridad
los de torpes pies esperaban silenciarnos
Es para nosotras
este instante y este triunfo
Nunca se esperó que sobreviviéramos.
Y cuando sale el sol tememos
que no se quede
cuando el sol se pone tememos
que no salga por la mañana
cuando el estómago está lleno tememos
la indigestión
cuando el estómago está vacío tememos
no volver a comer nunca
cuando nos aman tememos
que el amor se desvanezca
cuando estamos solas tememos
que el amor nunca vuelva
y cuando hablamos tememos
que nuestras palabras no se oigan
ni sean bien recibidas
pero cuando callamos
aún tememos.
Así que es mejor hablar
recordando
que nunca se esperó que sobreviviéramos.
DE GIRA
Entro y salgo de ciudades
donde paso uno o dos días
vendiéndome
donde paso una o dos noches
en camas sin tiempo de acomodarme
entro y salgo de ciudades
demasiado rápido
para que su magia me toque
ardo
de las camas donde no quepo
me voy saciada
pero sin sentir
textura alguna de la casa invadida
por invitación
me voy
con una sensación turbadora
del núcleo duro de la carne
extrañado
y en verdad revelador
Dejo tras de mí poemas
los dejo caer como oscuras semillas que
nunca cosecharé
que nunca lloraré
si se destruyen
son el pago por un don
que no he aceptado.
Entro y salgo de ciudades
intocadas por su magia
pienso sin sentir
esto es lo que hacen los hombres
cuando intentan conectar
y fallan
y se van
cinco dólares sobre la mesa.
RECORRER NUESTRAS FRONTERAS
El primer día radiante ha zanjado
lo peor del invierno.
Despertamos de la guerra
para caminar por el terreno
que rodea nuestra casa
atónitas de que el sol pueda brillar tan fuerte
después de tanto dolor
Con cautela inspeccionamos la parcela compartida.
Una parte del jardín del año pasado resiste
helechos
una tenaz vaina de ocra se aferra a la parra
parodia de fruta gélida e hinchada
bajo los pies
una tablilla podrida
se convierte en marga.
Tomo tu mano junto al montón de compost
contenta de estar viva aún
contigo
hablamos de asuntos corrientes
con alivio
mientras miramos hacia arriba
como temiendo
que no haya apretados brotes
en nuestro viejo manzano
que tanto dañó la tormenta el pasado invierno
sabiendo
que no compensa acariciar símbolos
cuando la sustancia
yace al alcance de la mano
a la espera de ser tomada
tu mano
se desprende de la corteza del manzano
como fuego casual
por mi espalda
mis hombros son hojas muertas
que esperan revivir
ardiendo.
El sol es acuosamente cálido
nuestras voces
son demasiado altas para este jardín pequeño
demasiado tentativas para mujeres
tan enamoradas
los tablones están sueltos
nuestros pasos mantienen este lugar
unido
como lugar nuestro
las decisiones compartidas completan
lo posible
no sé cuando
volveremos a reír
pero la próxima semana
labraremos otra parcela
para la siembra de esta primavera.
CORO
Sol
hazme una de nuevo
para amar
las verdades fragmentadas de mí
que como dientes de dragón se esparcen
por las mentiras de quienes
dicen
amarme
cuando termine
cada tiesto brotará
completo y armado
cual guerrera
hábil en la lucha
que se desliza por callejas
de melómanos nocturnos que tararean
Mozart
era un tipo blanco.
HERMANO ALVIN
En el asiento que compartimos en segundo
quedaba siempre entre medias un hueco
para nuestros ángeles guardianes.
Salimos juntos de los “morenitos”*
porque tú te sabías los números
y podías encontrar la página correcta
mientras que yo sabía leer todas las palabras.
Faltaste mucho entre Halloween
y Acción de Gracias
y justo antes de Navidad
desapareciste
junto con el espumillón
y los pavos de papel
y no volviste.
Mi ángel de la guarda y yo compartimos el asiento
solo un ratito
hasta que me bajaron otra vez a los “morenitos”
porque nunca encontraba la página correcta.
No fuiste mi primer muerto.
Pero tu marcha no la aliviaron los acostumbrados
rituales de separación
los negros murmullos lúgubres
e invitaciones bajo amenaza
a la visión dignificada de los adultos
del dolor tosco de un niño
por eso aun ahora
después de tantos años de muerte
recorro el índice
de cada libro nuevo
de magia
esperando encontrar otra nueva forma
de escribir tu nombre.
* En Zami: Una nueva forma de escribir tu nombre, Lorde explica que una de sus profesoras, la hermana Mary of Perpetual Help, solía dividir la clase en dos grupos: las “haditas” (en inglés, “the Fairies”) o buenos alumnos y los “morenitos” (“the Brownies”), que beran los niños revoltosos o que sacaban malas notas.
AFUERA
En el centro de una ciudad cruel y espectral
todo lo natural resulta extraño.
Crecí en una auténtica confusión
entre pasto, hierbajos y flores
y nada era “de color”
salvo la ropa en la que no debía usar lejía
y nadie me llamó negra
hasta cumplir los trece.
Nadie linchó a mamá
pero lo que ella no fue
había blanqueado todo en su cara
menos furias muy privadas
y eso hizo que los otros niños
me llamaran mocosa amarilla en la escuela.
Y cuántas veces me he llamado negra
en la confusión de mis huesos
negra
como médula que implica carne
y cuántas veces me has cortado
vertiendo en las calles
mi propia sangre
¿quién crees que soy
que temes convertirte
o qué ves en mi cara
que no hayas rechazado aún
en tu propio espejo
qué rostro ves en mis ojos
que un día tú
llegarás
a conocer como propio?
A quién maldeciré por haber crecido
creyendo en la cara de mi madre
o por haber vivido con miedo a la recia oscuridad
que lleva la forma de mi padre
ambos me han marcado
con su amor ciego y terrible
y ahora estoy ávida de mi propio nombre.
En los barrancos de sus graves silencios
madre clara y padre pardo
busco ahora mi propia forma
pues nunca se refirieron a mí
sino como suya
y las partes que me hacen tropezar y caer
las percibo aún como prueba
de que yo soy bella
dos veces
bendecida por las imágenes
de quienes fueron
y de quienes pensé una vez que eran
de aquello hacia
y por donde avanzo
y de lo que necesito
dejar atrás
sobre todo
bendecida por mis yos
que han venido a juntar
los añicos de nuestros rostros.
IRSE
Beligerante y bella como un iris atrapado
tus manos finas son un sacrificio
pronunciado tres veces
antes del alba
hay sangre en los huevos del desayuno
y eso me hace volverme y llorar
te veo
tejes guirnaldas de dolor
en forma de horca
y yo
me canso
de lamer mi corazón
buscando humedad
con lengua de cactus.
PRONÓSTICO DE NIEBLA
En este lugar de niebla donde el hambre nos encuentra
queriendo orientarnos
estoy demasiado cerca para serte útil.
Cuando hablo
el olor del amor en mi aliento
te distrae
y me es más fácil
moverme
contra mí en ti
que despejar mis propias incógnitas.
Me confunden
tus familiares suavidades
la forma de tus dientes está escrita
en mi palma como otra línea de la vida
cuando estampo la huella de mi dedo
el sabor de tus muslos
aparece
delineado en la tinta.
Me encontraron deambulando por el filo
de un acantilado
junto a pesadillas de tu cuerpo
“Dinos tu nombre y dónde naciste
y te mostraremos el camino a casa”.
Me tienta
llevarte aparte
y reconstruir tus orificios
tu lengua tus verdades tus carnosos altares
sobre mi propia imagen olvidada
y cuando esta niebla se levante
podría con certeza encontrarte
atada como una cabra
en el patio de mi corazón.
FUEGO SUSPENDIDO
Tengo catorce años
y mi piel me ha traicionado
el chico sin el que no puedo vivir
aún se chupa el dedo
a escondidas
por qué están mis rodillas
tan cenicientas
qué pasa si muero
antes de que amanezca
y mamá está en su cuarto
con la puerta cerrada.
Tengo que aprender a bailar
antes de la próxima fiesta
mi cuarto es muy pequeño para mí
supongamos que muero antes de graduarme
cantarán tristes canciones
pero al final
dirán la verdad sobre mí
No hay nada que quiera hacer
y es mucho
lo que debe hacerse
y mamá está en su cuarto
con la puerta cerrada.
Nadie se detiene a pensar
en cómo veo las cosas
debí haber entrado al Equipo de Mates
tenía mejores notas que él
por qué tengo que ser yo
la que
lleva aparato
no tengo nada que ponerme mañana
acaso viviré lo suficiente
para crecer
y mamá está en su cuarto
con la puerta cerrada.
SOBRE LA RELIGIÓN
Los domingos
después de misa
aprendí a amar
al son del góspel
enardecida al pasar junto a los cubos de basura
del verano de mi armagedón infantil.
Mujeres negras lustrosas
especiadas como calabazas oscilantes
ataviadas con mantos blancos
de manga larga
seda contra ladrillo
y su ritmo bamboleante
que chasca como cerbatanas
en las horas de agosto
mientras los tamborines repiqueteados
compás del golpeteo de manos
se elevaba por los conductores de aire
dulce y oportuno.
Oigo la música filtrada
por una ola de calor
del eclesiástico reproche de mi madre.
Una muchacha flaquita y de pelo ensortijado
correteaba recolectando
ante mi envidiosa mirada
monedas envueltas en periódico
y en esquinas de sábanas viejas
que incluso mi madre
de mala gana
arrojaba.
LA HERMANA LA EXTRANJERA
Nacimos en un tiempo pobre
sin tocar nunca
el hambre de la otra
sin compartir nunca
nuestros mendrugos
por miedo a
que el pan se hiciera enemigo.
Hoy criamos a nuestras hijas
en el respeto por sí mismas
y por las otras.
Hoy has hecho a la soledad
sagrada y útil
y ya no la necesitas
hoy
tu luz brilla muy fuertemente
pero quiero
que sepas
que tu oscuridad es también
rica
y trasciende el miedo.
PODER
La diferencia entre poesía y retórica
es estar
dispuesta a matarte
tú
en vez de a tu prole.
Estoy atrapada en un desierto de heridas de bala que no cierran
y un niño muerto arrastra su destrozado rostro
negro por el borde de mi sueño
la sangre de sus hombros y mejillas perforadas
es el único líquido en kilómetros y mi estómago
se revuelve cuando imagino el sabor
al agrietárseme los labios resecos
sin lealtad ni razón
sedientos de la humedad de su sangre
que se hunde en la blancura
del desierto donde estoy perdida
sin magia ni metáforas
tratando de convertir tanto odio y destrucción en poder
tratando de curar a besos a mi hijo agonizante
solo el sol blanqueará sus huesos más rápido.
El policía que disparó a un niño de 10 años en Queens
se detuvo junto al chico con los zapatos en la sangre infantil
y una voz dijo: “Muérete pequeño cabrón” y
hay grabaciones que lo demuestran. En su juicio
el policía dijo en su defensa
“No me fijé en su tamaño ni en ninguna otra cosa
solo en su color” y
hay grabaciones que también lo demuestran.
Hoy han soltado
al hombre blanco de 37 años con 13 años de servicio
lo hicieron 11 hombres blancos que se dijeron satisfechos
de que se hubiera hecho justicia
y una mujer negra que dijo
“Me han convencido” es decir
que habían arrastrado su complexión de mujer negra de 1,47 cm
por las ascuas de cuatro siglos de aprobación masculina blanca
hasta hacerla renunciar al único poder real que tuvo
y ella cercó su propio útero con cemento
para hacerles un cementerio a nuestros hijos.
No he sido capaz de tocar la destrucción que hay en mí.
Pero a menos que aprenda a usar
la diferencia entre poesía y retórica
también mi poder fluirá corrupto cual moho venenoso
o yacerá laxo e inútil como un cable desconectado
y un día tomaré mi enchufe adolescente
y lo conectaré al tomacorrientes más cercano
violando a una mujer blanca de 85 años
que es la madre de alguien
y al molerla a palos e incendiar su cama
un coro griego cantará con un compás de 3 por 4
“Pobrecilla. Nunca hizo daño a nadie. Qué bestias son”.
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