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Mark Strand (Summerside, Isla del Príncipe Eduardo; 11 de abril de 1934 - Nueva York, 29 de noviembre de 2014)1 fue un poeta, ensayista y traductor estadounidense nacido en Canadá, poeta laureado por la Biblioteca del Congreso en 1990.
Biografía
Nació en 1934 en el pueblo canadiense de Summerside, Isla del Príncipe Eduardo. Creció en una familia judía secularizada y pasó sus primeros años en Norteamérica y su adolescencia en América del Sur y Central. En 1957 obtuvo un grado de Bachiller en Artes en el Antioch College, Ohio. Luego estudió pintura con Josef Albers en la Universidad de Yale, donde obtuvo un BFA en 1959. Con una Beca Fulbright estudió la poesía decimonónica italiana entre 1960 y 1961. Asistió al Taller de Escritores de la Universidad de Iowa al año siguiente y obtuvo una Maestría en Artes en 1962. En 1965 pasó un año en Brasil como profesor Fulbright. Su carrera académica lo ha llevado a numerosas universidades para enseñar: Universidad de Iowa (1962-1965) Universidad de Río de Janeiro (1965-1966); Mount Holyoke College (1967); Universidad de Columbia en Nueva York (1969-1972); Brooklyn College de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (1970-1972); Princeton University (1973); Universidad de Brandeis (1974-1975); Universidad de Utah en Salt Lake City (1981-1993); Johns Hopkins University (1994-1998); Universidad de Chicago (1998-2005); Universidad de Columbia, Nueva York (2005-). Ha sido profesor visitante en Washington. Yale, Virginia, California, Wesleyana, Harvard y Johns Hopkins.
En 1981 fue elegido miembro de la Academia Americana de las Artes y las Letras. Ha recibido numerosos premios, incluyendo una beca MacArthur en 1987 y el Premio Pulitzer de Poesía en 1999.
La poesía de Strand es elegíaca y nostálgica. Evoca las bahías, campos, barcos, árboles de su infancia en la Isla del Príncipe Eduardo. Su Surrealismo ha sido comparado con el de Robert Bly, pero él lo atribuye a la admiración pictórica por las obras de Max Ernst, Giorgio de Chirico y René Magritte. Utiliza un lenguaje claro y concreto, generalmente sin rima o metro, con una fuerte unidad de tono y toques antilíricos. Se siente muy cerca de otros poetas de su generación como Charles Simic, de origen yugoslavo y nacido en 1938, y Charles Wright. Ha traducido poesía en español, portugués, italiano y quechua (Rafael Alberti, Carlos Drummond de Andrade, Dante Alighieri).
En España se empezó a conocer con la versión bilingüe de La historia de nuestras vidas (1973) que aparecía en la antología Nuevas voces de Norteamérica (1983) de Claribel Alegría, acaudillando lo que allí se denominaba "Escuela del cuarto cerrado", y algunos de sus poemas han sido traducidos también por Octavio Paz. En una entrevista de 1971 Strand dijo: "Me siento parte de un nuevo estilo internacional que tiene mucho que ver con la claridad en la dicción, una confianza cierta en las técnicas surrealistas y un fuerte elemento narrativo".
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*
Algunos poemas de Mark Strand:
De Durmiendo con un ojo abierto (1964):
POEMA
Él entra a tientas por la puerta trasera,
camina en puntillas por la cocina,
la sala, el corredor,
sube las escaleras y entra
en la habitación. Se inclina
sobre mi cama y dice que ha venido
a asesinarme. El trabajo
se hará por etapas.
Primero, las uñas de mis pies
serán recortadas, luego los dedos de mis pies,
y así seguirá hasta que
nada reste de mí.
De su llavero, toma un pequeño instrumento
y comienza.
Escucho el Lago de los Cisnes
en el estéreo de un vecino, y comienzo a tararear.
No podría decir
cuánto tiempo ha pasado. Pero cuando despierto
le escucho decir que ha alcanzado mi cuello
y que no podrá continuar
porque está cansado. Le digo
que ha hecho suficiente,
que debe irse a casa y descansar.
Me da las gracias y se marcha.
Siempre me sorprende
cuán fácilmente se sacian
algunas personas.
De Razones para movernos (1963-8):
MATRIMONIO
El viento viene de lados opuestos,
viajando lentamente.
Ella da vueltas en el aire profundo.
Él camina por las nubes.
Ella se acicala,
se suelta el cabello,
se maquilla los ojos,
sonríe.
El sol calienta sus dientes,
la punta de su lengua los humedece.
Él sacude el polvo de su traje
y endereza su corbata.
Fuma.
Pronto se encontrarán.
El viento los acerca.
Saludan.
Cerca, más cerca.
Se abrazan.
Ella arregla la cama.
Él se quita los pantalones.
Se casan
y tienen un hijo.
El viento se los lleva
en distintas direcciones.
Es fuerte el viento, piensa él
mientras endereza su corbata.
Me gusta el viento, dice ella
mientras se pone el vestido.
El viento se abre.
El viento lo es todo para ellos.
COMIENDO POESÍA
Fluye tinta de las comisuras de mi boca.
No hay felicidad igual a la mía.
He comido poesía.
La bibliotecaria no puede creer lo que ve.
Sus ojos están tristes
y camina con las manos ocultas en su vestido.
Ya no están los poemas.
Es tenue la luz.
Los perros suben por las escaleras del sótano.
Sus pupilas en blanco,
sus patas rubias ardiendo como leños.
La pobre mujer patea y solloza.
Ella no entiende.
Cuando me arrodillo y lamo su mano,
grita.
Soy un hombre nuevo.
Le gruño, le ladro.
Salto alegremente en la libresca oscuridad.
Mark Strand (Summerside, Isla del Príncipe Eduardo; 11 de abril de 1934 - Nueva York, 29 de noviembre de 2014)1 fue un poeta, ensayista y traductor estadounidense nacido en Canadá, poeta laureado por la Biblioteca del Congreso en 1990.
Biografía
Nació en 1934 en el pueblo canadiense de Summerside, Isla del Príncipe Eduardo. Creció en una familia judía secularizada y pasó sus primeros años en Norteamérica y su adolescencia en América del Sur y Central. En 1957 obtuvo un grado de Bachiller en Artes en el Antioch College, Ohio. Luego estudió pintura con Josef Albers en la Universidad de Yale, donde obtuvo un BFA en 1959. Con una Beca Fulbright estudió la poesía decimonónica italiana entre 1960 y 1961. Asistió al Taller de Escritores de la Universidad de Iowa al año siguiente y obtuvo una Maestría en Artes en 1962. En 1965 pasó un año en Brasil como profesor Fulbright. Su carrera académica lo ha llevado a numerosas universidades para enseñar: Universidad de Iowa (1962-1965) Universidad de Río de Janeiro (1965-1966); Mount Holyoke College (1967); Universidad de Columbia en Nueva York (1969-1972); Brooklyn College de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (1970-1972); Princeton University (1973); Universidad de Brandeis (1974-1975); Universidad de Utah en Salt Lake City (1981-1993); Johns Hopkins University (1994-1998); Universidad de Chicago (1998-2005); Universidad de Columbia, Nueva York (2005-). Ha sido profesor visitante en Washington. Yale, Virginia, California, Wesleyana, Harvard y Johns Hopkins.
En 1981 fue elegido miembro de la Academia Americana de las Artes y las Letras. Ha recibido numerosos premios, incluyendo una beca MacArthur en 1987 y el Premio Pulitzer de Poesía en 1999.
La poesía de Strand es elegíaca y nostálgica. Evoca las bahías, campos, barcos, árboles de su infancia en la Isla del Príncipe Eduardo. Su Surrealismo ha sido comparado con el de Robert Bly, pero él lo atribuye a la admiración pictórica por las obras de Max Ernst, Giorgio de Chirico y René Magritte. Utiliza un lenguaje claro y concreto, generalmente sin rima o metro, con una fuerte unidad de tono y toques antilíricos. Se siente muy cerca de otros poetas de su generación como Charles Simic, de origen yugoslavo y nacido en 1938, y Charles Wright. Ha traducido poesía en español, portugués, italiano y quechua (Rafael Alberti, Carlos Drummond de Andrade, Dante Alighieri).
En España se empezó a conocer con la versión bilingüe de La historia de nuestras vidas (1973) que aparecía en la antología Nuevas voces de Norteamérica (1983) de Claribel Alegría, acaudillando lo que allí se denominaba "Escuela del cuarto cerrado", y algunos de sus poemas han sido traducidos también por Octavio Paz. En una entrevista de 1971 Strand dijo: "Me siento parte de un nuevo estilo internacional que tiene mucho que ver con la claridad en la dicción, una confianza cierta en las técnicas surrealistas y un fuerte elemento narrativo".
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Algunos poemas de Mark Strand:
De Durmiendo con un ojo abierto (1964):
POEMA
Él entra a tientas por la puerta trasera,
camina en puntillas por la cocina,
la sala, el corredor,
sube las escaleras y entra
en la habitación. Se inclina
sobre mi cama y dice que ha venido
a asesinarme. El trabajo
se hará por etapas.
Primero, las uñas de mis pies
serán recortadas, luego los dedos de mis pies,
y así seguirá hasta que
nada reste de mí.
De su llavero, toma un pequeño instrumento
y comienza.
Escucho el Lago de los Cisnes
en el estéreo de un vecino, y comienzo a tararear.
No podría decir
cuánto tiempo ha pasado. Pero cuando despierto
le escucho decir que ha alcanzado mi cuello
y que no podrá continuar
porque está cansado. Le digo
que ha hecho suficiente,
que debe irse a casa y descansar.
Me da las gracias y se marcha.
Siempre me sorprende
cuán fácilmente se sacian
algunas personas.
De Razones para movernos (1963-8):
MATRIMONIO
El viento viene de lados opuestos,
viajando lentamente.
Ella da vueltas en el aire profundo.
Él camina por las nubes.
Ella se acicala,
se suelta el cabello,
se maquilla los ojos,
sonríe.
El sol calienta sus dientes,
la punta de su lengua los humedece.
Él sacude el polvo de su traje
y endereza su corbata.
Fuma.
Pronto se encontrarán.
El viento los acerca.
Saludan.
Cerca, más cerca.
Se abrazan.
Ella arregla la cama.
Él se quita los pantalones.
Se casan
y tienen un hijo.
El viento se los lleva
en distintas direcciones.
Es fuerte el viento, piensa él
mientras endereza su corbata.
Me gusta el viento, dice ella
mientras se pone el vestido.
El viento se abre.
El viento lo es todo para ellos.
COMIENDO POESÍA
Fluye tinta de las comisuras de mi boca.
No hay felicidad igual a la mía.
He comido poesía.
La bibliotecaria no puede creer lo que ve.
Sus ojos están tristes
y camina con las manos ocultas en su vestido.
Ya no están los poemas.
Es tenue la luz.
Los perros suben por las escaleras del sótano.
Sus pupilas en blanco,
sus patas rubias ardiendo como leños.
La pobre mujer patea y solloza.
Ella no entiende.
Cuando me arrodillo y lamo su mano,
grita.
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Le gruño, le ladro.
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