ANTONIO ARNAO (1828-1889)

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)



EL SECRETO

Secreto misterioso
Que pugnas por salir del pecho mío,
¿No temes naufragar en su desvío?
Lile a mi dueño hermoso
Que fieros dardos contra mí no vibre;
Pero ¿por qué no sales, siendo libre?
Pues te enfrena el respeto,
Muere en mi corazón, dulce secreto.

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)



LA VISIÓN

Entre la luz de la argentada luna,
Mecida en la región de ambiente vago,
Ó flotando hechicera,
Dulce más que ninguna,
Sobre el cristal azul de terso lago;
Una forma fantástica y ligera,
Hada hermosa o mujer, a veces veo:
A mí viene, me mira,
Sentir sus manos en mi frente creo,
Sentir el gozo que su aliento inspira.
Me llama, y quiero loco
Palpar la fimbria de su tenue manto;
Acudo, y aire y desengaño toco;
Pues es como esperanza que en el llanto
Consolación ofrece,
Y al quererla tocar se desvanece.

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)



EL ESCÁNDALO

Uno en infame orgía
Dilapida a la vez honra y tesoro;
Otro con el puñal que aguza el crimen
Hace que juntos broten sangre y lloro:
Quién procaz a las leyes desafía
Oprimiendo a los míseros que gimen;
Quién con alma enconada,
Con palabra infernal que torpe miente
Separa al inocente
De la fe por los mártires sellada.
Maldades mil sin nombre
La humanidad degenerada encierra:
Siempre escándalo habrá; mas ¡ay del hombre
Por quien viene el escándalo a la tierra!

EL SECRETO

Secreto misterioso
Que pugnas por salir del pecho mío,
¿No temes naufragar en su desvío?
Lile a mi dueño hermoso
Que fieros dardos contra mí no vibre;
Pero ¿por qué no sales, siendo libre?
Pues te enfrena el respeto,
Muere en mi corazón, dulce secreto.



La verdad es que este paisano mío lo hace bastante bien.

Gracias, Lluvia.

De Murcia tenía que ser, jeje. Pues claro que lo hace bien y espera, que nos queda muchísimo aún por descubrir.
Gracias por estar, Pascual y besos.

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)



LA CORZA HERIDA.

No sigas, cazador, con tu jauría
Tras la corza ligera
Que cruza el bosque y la enramada umbría,
Quejidos mil lanzando lastimera
Por un dolor tan fuerte
Que sin remedio le dará la muerte;
Pues ¡ay! esa corcilla,
Con dardo atroz oculto en su costado,
Te representa la mujer sencilla
Que por torpe crueldad del hombre amado
Lleva su corazón despedazado.

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)



AMOR INSENSATO

Deslumbra su beldad, te lo confieso:
Tan gallarda figura
Causa en las almas tiernas embeleso,
Es prodigio de gracia y donosura.
Tú la quieres con loca idolatría
Y sigues por doquier tras de su paso
Como al astro del día
Persigue el girasol de oriente a ocaso.
Mas que respondas con verdad te pido:
¿Cómo puedes amarla tan rendido?
¿Cómo pierdes por ella juicio y calma,
Cuando a decirte su hermosura viene
Que, o bien le falta el alma,
O la tiene insensible, si la tiene!
Vé tu error en buen hora:
A la estatua se admira, no se adora.

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)



EL ÁRBOL MISTERIOSO

En el inmenso campo de la vida
Un árbol hay pomposo
Cuya serena sombra nos convida
Con santa paz y plácido reposo;
Árbol de luz y gloria,
Árbol del bien donde murió la muerte,
Donde quedar vencida fue victoria
Para la especie humana,
Donde el pecado en gracia se convierte.
Sólo su eterna majestad han visto
Los claros ojos de la fe cristiana:
¿Cuál es?—El árbol de la Cruz de Cristo

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)




TU ENGAÑO

¿Y dices que la quieres?
¿Y que por ella vives y suspiras,
Y que por ella mueres?
Lo dices, y si miras,
Cual veleidoso niño,
De soñada esquivez leve apariencia,
Ya se convierte en odio tu cariño.
¿Sólo sabes querer mientras obtienes
Dulce correspondencia?
¡Ay! amar a despecho de desdenes,
Sin premio ni esperanza,
Y a pesar del olvido y la mudanza,
Tal es el culto al corazón propicio:
¿Juzgas amor, amor sin sacrificio?

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)



LO MÁS TRISTE

Es triste ver los ojos del amigo
Que fue de nuestras lágrimas testigo
Cerrarse para siempre al claro día;
Es triste ver que su querido acento,
Nuncio de generoso pensamiento,
No puede ya vibrar como solía.
Es triste, a lento paso,
Y a la luz moribunda del ocaso,
Acompañarle al mudo cementerio
Para dejarle en su región medrosa
De olvido y de misterio;
Pero infunde aflicción más dolorosa
Sentir caer, con golpe acompasado,
La tierra que en la fosa
Cubre su cuerpo exánime y helado.

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)



POR EL CAMINO.

No sé lo que me pasa
Cuando suelo cruzar por el camino
Que separa tu casa de mi casa,
Pues unas veces siento
Júbilo peregrino,
Y otras dolor y afán y desaliento.
Dulce en aquéllas la esperanza ríe,
Y la dicha me engríe;
Y en éstas, cual ninguna,
Triste ansiedad el corazón me parte;
Y es que, según lo quiere la fortuna,
Te voy a ver, o vengo de dejarte.

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)




DOLOR DEL ALMA

Aquel rudo soldado,
Aquel que siendo rayo de la guerra
En cien combates arrostró la muerte;
Aquel que denodado,
Con el valor que el heroísmo encierra,
Nunca dobló la faz a dura suerte,
¿Cómo lágrimas vierte
Que escaldan en silencio su mejilla?
¿Qué crudo afán su pecho despedaza?
¿Por qué sin fuego su mirada brilla?
¿Quién hondos surcos en su frente traza?
¡Ay! el que despreció sangre y horrores
Desfallecer se siente,
Porque en la cuna que ciñó de flores
El hijo de su amor gime doliente.

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)



LA MÚSICA

No viene al mundo de región humana,
Y del arpa al tañido
Canta feliz, de su poder ufana:
Ya del ardiente amor copia el gemido,
Ya con sonoro acento
La tempestad que asorda el firmamento:
Bien al fúnebre lloro de agonía,
Bien al himno marcial de la victoria,
A todo presta hechizo y melodía.
Mas, en tan alta gloria,
Lo que la ciñe de mayor grandeza,
Lo que acaso a su voz los cielos abra,
Es que su reino misterioso empieza
Donde espira el poder de la palabra.

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)



PAISAJE

En aquesta llanura
Por donde en cauce angosto de verdura
Se desliza sin nombre claro río;
Viendo cómo se eleva por un lado,
Sobre fácil collado,
De pinos y nogales bosque umbrío,
Y cómo por el otro se despliega
Campo de mies que al horizonte llega;
Divisando a mi frente y a lo lejos
Por los senos del áspera montaña
La mar azul que en límpidos reflejos
El sol naciente baña;
En esta soledad, donde se goza
De paz y olvido, fuente de ilusiones...
Quisiera yo morar en pobre choza
Cuando del mundo lloro las traiciones.

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)



LA TINIEBLA

Cuando en oscura noche pavorosa
Con insomnio tenaz abro mis ojos
En la mudez de la ciudad dormida,
Me parece mi lecho dura fosa,
Erizada de espinas y de abrojos,
Donde me encuentro sepultado en vida,
Y aunque feliz me burlo del engaño,
Aquel silencio extraño,
Aquella lobreguez que el aire puebla,
Me roban toda calma,
Y exclamo así: detesto la tiniebla
Para el cuerpo a la vez que para el alma.

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)



LA AZUCENA Y TU

Miraba en el pensil una azucena
Pura como paloma,
Llena de blando y exquisito aroma,
Y de apacible donosura llena;
Mas vi tu faz serena,
Y al contemplar sus púdicos primores,
De tu candor emblema misterioso,
Prorrumpí venturoso:
Esa flor es la virgen de las flores,
Pero tú, virgen, eres
La azucena gentil de las mujeres.

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)



LA NUBE


Aquella negra, pavorosa nube
Que, por detrás del empinado monte,
A paso lento sube
Del remoto confin del horizonte,
Debe guardar en su profundo seno
El rayo y el granizo
Que lanzará después al son del trueno,
a se adelanta en nimbo convertida;
Ya se abrió con violencia..,
Mas ¡oh placer! en agua se deshizo,
En lluvia que a las campos da la vida:
lutágen de la santa Providencia
Que torna el mal soñado
En bien, cuanto sabroso, inesperado.

TU ENGAÑO

¿Y dices que la quieres?
¿Y que por ella vives y suspiras,
Y que por ella mueres?
Lo dices, y si miras,
Cual veleidoso niño,
De soñada esquivez leve apariencia,
Ya se convierte en odio tu cariño.
¿Sólo sabes querer mientras obtienes
Dulce correspondencia?
¡Ay! amar a despecho de desdenes,
Sin premio ni esperanza,
Y a pesar del olvido y la mudanza,
Tal es el culto al corazón propicio:
¿Juzgas amor, amor sin sacrificio?

Estás hablando - y muy bien por cierto- de un autor que nació hace unos 200 años. Y en este madrigal, sin ir más lejos, muestra una gran clarividencia sobre un sangrante tema de actualidad. las relaciones humanas de pareja.

Te felicito, amiga mía.

Besos.

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)



EL BESO PURO

Resuena en el oído
Vago rumor que música parece;
Con íntimo latido
Todo en redor el aire se estremece;
Henchidos de ventura,
Los ángeles se alegran en la altura,
Cuando, después de cándidos cariños,
Con efusión y plácido embeleso
Los purísimos labios de dos niños
Se juntan en un beso.

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)



NOCHE Y DÍA

La noche que sombría,
Con negra, inmensa nube,
El firmamento azul entenebrece,
Más claro torna el día
Cuando al oriente sube
La aurora que en los aires resplandece.
Así también parece
Más candorosa y bella,
Tras el rigor de lucha transitoria,
La púdica doncella
Que de vil seducción logra victoria.

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)



LO MÁS GRANDE

La tierra, sin reposo ni desmayo,
Como grano de arena
Girando va, más rápida que el rayo,
Con astros infinitos
Que en la noche serena
Los arcanos de Dios muestran escritos.
Todo en la creación inmensurable
Nació perecedero;
Tan sólo el alma vive perdurable,
Del Hacedor emanación divina:
Por eso, aunque invisible al mundo entero,
Y en cuerpo deleznable,
Mísera y peregrina
Las leyes de los cielos adivina.

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)



LA MUJER

Para penar nacida,
Sufre el dolor del cuerpo y el del alma
Sin mostrarse rebelde ni abatida:
Siendo el amor su aliento,
En amar con pasión busca su palma
Sin razonarse el propio sentimiento.
Su corporal belleza
Pinta como dechado
La faz de su moral naturaleza:
Su noble pecho a la ambición cerrado
Y al lucro y beneficio,
Abrese a la piedad sencilla y pura
Y a inefable ternura
Y a la ley del callado sacrificio.
Si así brilla su nombre,
Donde está la mujer ¿qué vale el hombre?

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)



EL SECRETO DEL CANTO

Pláceme, al nuevo albor, en el otero
El canto del jilguero,
Y, cuando ya la tarde va pasada,
El cariñoso pío
De la alondra del sol enamorada.
Y me place en las noches del estío
El ruiseñor canoro
Que en la copa del álamo gorjea
Con fácil voz y con trinar sonoro;
Pero más me subyuga y me recrea
La tórtola inocente
De su amor lamentando la partida,
Porque su arrullo flébil y doliente
Me recuerda elocuente
Que el dolor es la esencia de la vida.

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)


SIN PALABRAS.

El sol con sus reflejos
La faz de la doncella iluminaba:
El mancebo la vio desde muy lejos
Cuando invisible muro
Por desdicha cruel los apartaba.
Con acento seguro
El le dijo su pena
Y la pasión profunda que sentía:
Ella, de angustia llena,
Respondióle a su vez que se moría.
Y los dos se contaron
Sus pesares y lágrimas y enojos;
Pero ¿cómo se hablaron
Sin hablarse jamás? ¡Ay! con los ojos.

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)



LA DICHA

No se puede gozar, por no llegada,
De la dicha futura,
Ni porque ya pasó, de la pasada;
Y como la presente
Es fugaz, o insegura,
O acibarada por el mal se siente,
Conoce el alma triste
Que sólo en ilusión la dicha existe.

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)



VIDA UNIVERSAL

Ama la abeja el cáliz de la rosa,
La vid el olmo que sus pasos guía,
El ruiseñor la noche silenciosa,
La pasionaria el despuntar del día.
Insectos, plantas, pájaros y flores,
Cumpliendo ignota ley, sienten amores
Y el alma racional que el bien ansia,
Le libertad dotada,
Busca su dicha con ardor profundo,
Le ventura ideal enamorada.
Si pues todo en el mundo
Leí fuego del amor vida recibe,
Quien vive sin amar ¿dirá que vive?

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)



DOS HERMANAS

La leve gota que al ardor del fuego
Hierve y hierve agitada
Engendrando el vapor que impulsa luego
El ronco tren, la máquina espantosa,
La nave arrebatada,
Es, sin saberlo, hermana de la idea
Que inquieta y portentosa
En la mente del hombre se procrea,
Y que al soplo de aliento soberano,
Con poder sin segundo,
De la región del pensamiento humano
Brota después a conmover el mundo.

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)



ROSALÍA

Rosalía la hermosa,
Que vio lucir sus quince primaveras,
Está cercada por la turba odiosa
De pérfidos galanes
Que la acechan y siguen,
Lo mismo que los negros gavilanes
Ala paloma cándida persiguen.
Mas aunque acaso escucha
Frases de perversión que vanamente
Indicio dan de seductora lucha,
Nunca tiñe el rubor su noble frente;
Pues es tan inocente
La dulce Rosalía,
Que, en medio de tan torpe sensualismo,
Parece que conserva todavía
La pureza sin mancha del bautismo.

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)


VALOR DE LA BELLEZA.
.
¡Dichosa la mujer cuya hermosura,
Que cual iris de paz al mundo viene,
Respira amor y angélica dulzura!
Mas ¡ay de aquella que en su ser no tiene
A los ojos del alma
Que busca en la beldad gracia escondida,
El tierno lloro que las penas calma,
El blando acento que a sentir convida!
Pues, aunque muy garrida
Sus hechizos despliega
Con que los ojos corporales ciega,
Es, sin amor ni llanto,
Flor sin perfume, pájaro sin canto.

ANTONIO ARNAO


“GOTAS DE ROCÍO”
(madrigales)



LA PERSECUCIÓN

La tosca peña fuerte
Que esconde su tesoro,
Por fin bajo la llama se acrisola,
Y de su seno vierte
Raudal de plata y oro
Que la luz con sus iris tornasola.
Así también, aunque con dura prueba,
De la mortal persecución al fuego
Que con terrible ardor en ella ceba
Su encono airado y ciego,
La verdad se depura
Y como el oro límpida fulgura.