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“Entendiendo la Covid-19, por Antoni Trilla (La Vanguardia, 24-04-2020)
(Antoni Trilla, médico del Hospital Clínic-Universitarit de Barcelona – IS Global)
El doctor José Muñoz, jefe del servicio dee salud internacional de mi hospital, que está atendiendo a pacientes con Covid-19 desde el primer caso diagnosticado en Catalunya, me comentaba la gran versatilidad de esta enfermedad: “más que saber lo que hace, sabemos más sobre lo que parece que no hace”. Aunque los pulmones son la parte más afectada en los casos más graves, la enfermedad se puede extender al corazón y al sistema circulatorio, riñones, aparato digestivo y al sistema nervioso, con consecuencias muy graves para algunos pacientes: el 5% aproximadamente que requieren ingreso en UCI.
La infección se inicia cuando el virus SARS-CoV-2 llega a nuestra nariz o garganta. Allí encuentra un tipo de células que recubren la superficie mucosa y tienen receptores del tipo ACE2 (enzima convertora dela angiotensina tipo 2), que habitualmente regula la presión sanguínea. Los receptores ACE2 son la cerradura por el que els SARS-CoV-2 penetra en nuestras células. Una vez dentro, el virus se apodera de toda la maquinaria celular para que esta produzca miles de copias de sí mismo, que invadirán más y más células. La primera semana la persona infectada puede excretar una gran cantidad de virus (riesgo de contagio) y puede tener o no síntomas. Los síntomas más frecuentes son: fiebre, tos seca, dolor de garganta, pérdida parcial del olfato o del gusto, dolor de cabeza y dolor muscular.
Si nuestro sistema de defensa inmunitario, fundamental para combatir las infecciones, actúa adecuada y equilibradamente durante esta primera fase, la infección será leve. Si se “despista” es posible que el virus alcance los pulmones y las cosas se compliquen. Los pequeños sacos alveolares pulmonares, fundamentales para un intercambio normal de oxígeno, tienen una capa de células muy ricas en receptores ACE2. El sistema inmune intenta luchar ahí contra el virus, pero el resultado es que los pulmones se ven afectados y ocupados por los restos de esta batalla celular: se desarrolla entonces una pulmonía, cuyos síntomas habituales son tos, fiebre elevada y dificultades respiratorias. Se respira más rápido y más superficialmente y la cantidad de oxígeno que llega a la sangre (saturación de O2) es menor de la deseable. A partir de aquí la situación puede mejorar y afortunadamente la mayoría de pacientes se recuperan. Sin embargo, para algunos pacientes las cosas pueden complicarse aún más. Es un muy mal bicho.
Antoni Trilla (La Vanguardia, 24-04-2020)
“Entendiendo la Covid-19, por Antoni Trilla (La Vanguardia, 24-04-2020)
(Antoni Trilla, médico del Hospital Clínic-Universitarit de Barcelona – IS Global)
El doctor José Muñoz, jefe del servicio dee salud internacional de mi hospital, que está atendiendo a pacientes con Covid-19 desde el primer caso diagnosticado en Catalunya, me comentaba la gran versatilidad de esta enfermedad: “más que saber lo que hace, sabemos más sobre lo que parece que no hace”. Aunque los pulmones son la parte más afectada en los casos más graves, la enfermedad se puede extender al corazón y al sistema circulatorio, riñones, aparato digestivo y al sistema nervioso, con consecuencias muy graves para algunos pacientes: el 5% aproximadamente que requieren ingreso en UCI.
La infección se inicia cuando el virus SARS-CoV-2 llega a nuestra nariz o garganta. Allí encuentra un tipo de células que recubren la superficie mucosa y tienen receptores del tipo ACE2 (enzima convertora dela angiotensina tipo 2), que habitualmente regula la presión sanguínea. Los receptores ACE2 son la cerradura por el que els SARS-CoV-2 penetra en nuestras células. Una vez dentro, el virus se apodera de toda la maquinaria celular para que esta produzca miles de copias de sí mismo, que invadirán más y más células. La primera semana la persona infectada puede excretar una gran cantidad de virus (riesgo de contagio) y puede tener o no síntomas. Los síntomas más frecuentes son: fiebre, tos seca, dolor de garganta, pérdida parcial del olfato o del gusto, dolor de cabeza y dolor muscular.
Si nuestro sistema de defensa inmunitario, fundamental para combatir las infecciones, actúa adecuada y equilibradamente durante esta primera fase, la infección será leve. Si se “despista” es posible que el virus alcance los pulmones y las cosas se compliquen. Los pequeños sacos alveolares pulmonares, fundamentales para un intercambio normal de oxígeno, tienen una capa de células muy ricas en receptores ACE2. El sistema inmune intenta luchar ahí contra el virus, pero el resultado es que los pulmones se ven afectados y ocupados por los restos de esta batalla celular: se desarrolla entonces una pulmonía, cuyos síntomas habituales son tos, fiebre elevada y dificultades respiratorias. Se respira más rápido y más superficialmente y la cantidad de oxígeno que llega a la sangre (saturación de O2) es menor de la deseable. A partir de aquí la situación puede mejorar y afortunadamente la mayoría de pacientes se recuperan. Sin embargo, para algunos pacientes las cosas pueden complicarse aún más. Es un muy mal bicho.
Antoni Trilla (La Vanguardia, 24-04-2020)
Última edición por Pedro Casas Serra el Sáb 09 Mayo 2020, 13:24, editado 1 vez
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