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Clara Janés y Antonio Gamoneda: Cartas cruzadas (De Variables Ocultas, de Clara Janés. Vaso Roto Ediciones, Madrid, 2010)
(Reproducimos a continuación la correspondencia mantenida entre Antonio Gamoneda y la autora (Clara Janés) durante la gestación de este libro (Variables ocultas). Entre paréntesis se incluyen algunos añadidos con los que A.G. ha completado alguna frase, al releer la segunda carta.)
Madrid, 2 de enero de 2010
Querido Antonio:
….He empezado el año saqueándote, incrustando tres versos tuyos en una serie de esas prosas en poema-relato, casi incalificables, que es de lo más irracional que he escrito, lo que pone de manifiesto que has pasado a formar parte de lo que está en mi subconsciente. Así también cuando hice esto que te envío - esto más que irracional ya es locura -, pensando que nos veríamos y te lo daría personalmente. Quizás debido a lo mismo se me escapó el momento de agradecerte Un armario lleno de sombras, que leí en cuanto lo recibí. Conocer los terribles detalles de tu infancia me hizo ver hasta qué punto la mía fue privilegiada. La catástrofe vino luego, en la adolescencia, atroz pero en cierto modo equilibradora.
….Seguí todos los consejos que me diste y fueron mano de santo. Te lo agradezco mucho. Y os deseo a Angelines, a ti y a tus hijas y a Cecilia lo mejor para el 2010 y para siempre.
Un fuerte abrazo.
Clara
León, 10, enero, 2010
Querida Clara:
….El que tu llamas “saqueo” es un cariñoso honor que me haces. Gracias. Sin punto y aparte, urgentemente, te pido que no vuelvas a utilizar la palabra “irracional”, torpemente acuñada, en su día, por Bousoño, creo. La antinomia “racional-irracional” es estrictamente zoológica. Otra cosa es la “locura”, que puede ser humana y hasta divina.
….Otra cuestión, hija de mi egoísmo y del apasionado interés que tengo por lo que haces, es ¿podré ver, sólo ver, las “prosas en poema-relato” de que me hablas? O ¿las tengo ya sepultadas en el muy probable metro cúbico que, con más de un millar de libros – todo ello tirado por el suelo – inutilizan mi cuarto de trabajo? Todo puede ocurrir, porque, como decían en el norte de León, tengo “entorgado” el cerebro por ininteligibles montañas de papeles, exceso de trabajo (poco razonable también en tres cuartas partes) y la resaca derivada de más y más duros viajes que los que convienen a mi edad y a mi mediana salud. Poniendo los míos por delante (eso sí; me lo exige mi falta de humildad) certifico aquí los mejores deseos para tu 2010, que tiene que darse – lo entiendo obligatorio – plenario de bienestar y creatividad.
Tuyo siempre
Antonio Gamoneda
Madrid, 14 de enero de 2010
Querido Antonio:
….Este es el libro. ¿Cómo ibas a tenerlo si lo acabo de terminar? Decía lo de “irracional” porque ese tipo de textos son los que hago para tranquilizarme cuando no puedo escribir y me digo: es sólo para mí, así que salga lo que salga. Luego, como ahora, aparece alguien que te pide un libro. En este caso también estás ahí. Una editora mejicana – tal vez la conozcas, Jeannette L.Clariond – me dice: “Quiero hacer contigo un libro especial, como el que hizo Antonio Gamoneda con Juan Carlos Mestre”. Y/, muy bruta, le dije que más pequeño y con imágenes mías. Aceptó. Tenía configurada la primera parte, las imágenes y algo más, pero sobre todo había un magma. Ahora, después de unas semanas podando y ordenando esto, creo captar algo, pero no todo. No puedo llamarlo automatismo, sé que hay símbolos… Lo que es seguro es que en el origen, además del verso de Cirlot que fue como el disparo para ponerse en marcha, está el Libro de los muertos egipcio. Ya sabes que el día del tránsito se llama “del peso de las palabras” y que hace contrapeso a lo dicho la pluma de Maat, la justicia. El difunto, para poder volver a la luz, tiene que cruzar siete puertas y recuperar “el don de la boca”. En cuanto a lo demás hay bastantes cosas que no sé de dónde vienen. Desde luego sospecho que estás ahí más que en las citas, ya que leer, para mí, es dialogar, presentes siempre estos versos de Quevedo: “Retirado en la paz de estos desiertos /con pocos pero doctos libros juntos, / vivo en conversación...”, Dejémoslo en “conversación”, lo cual es extraordinario.
Un fuerte abrazo y gracias.
Clara
León, 16, enero del 2010
Querida Clara:
….Ya he leído Variables ocultas, magnetizado en el modo y especie que, más adelante, trataré, seguramente sin lograrlo, (de ver en su naturaleza).
….Brevemente, te diré algo, ya ahora, de las citas, salvo “placer sin esperanza”, las otras dos se me escapaban. A pesar de la cursiva. No; lo que ocurre es que las has hecho tan tuyas, que mi lectura no lograba desprenderlas de tu lenguaje, tuyas son, pues, aunque las compartamos y, como tuyas, adquieren otro valor y otro sentido que como mías. Yo me quedo con la honra de que se hayan suscitado en ti. Hasta me gustaría que su origen permaneciese “secreto”, patrimonial, lo que comporta un rango superior al de la autoría singular. No harás esto, lo sé, porque la contemporaneidad literaria ha promulgado una deontología (?) que no siempre ha regido pero que tú respetas.
….Pero tu libro. Quiero ir un poco más allá de las estimaciones que me procura su calidad “literaria” (qué impropia, aquí, la noción de literatura); quiero decirte que me ha procurado la aparición de un cosmos transustanciado en pensamiento y letra. Me es indiferente que la apariencia proceda de dudosos automatismos o de – pongo aquí la aborrecida palabra bousoñana – pulsiones “irracionales”. Las pulsiones podrán originarse en causas ligadas a sensibilidad, pero, mistérico o no, ahí está el pensamiento encarnando una comicidad que para mí , puede ser tan incomprensible como evidente. Y si es evidente, hasta la comprensión me sobra. Ya sabes, Eliot: “… poesía es aprehensión sensible del pensamiento”. Sensible, no inteligible en términos racionalmente discursivos. Las realidades cósmicas se dan así: sensibles. Y este es el conocimiento de mayor- grado que cabe alcanzar. ¿Qué importa, por ejemplo, de la luz, incluso de la luz meramente física: solo comprendida o ser vista, evidentemente en nuestros ojos? ¿Qué comprensión puede darse, insisto, (más veraz) que la evidencia (?)
….Así es tu libro: evidente. Sería señal de una soberbia infructuosa y errónea – imposible en ti, bien lo sé – pretender una creación equivalente en una “racionalizada” (“vuelve la burra al trigo”) redacción. Cierto. No sé ir – ni falta que hace – más allá.
….No conozco a la editora mexicana, y el libro con Mestre no es un libro; son cinco o seis poemas dichos en Mérida, incorporados a una generosa carpeta que Casariego se empeñó en repetir. Poemas que ni siquiera tiene ya la misma literalidad.
Clara, recoge todo mi cariño, y toda mi admiración. Siempre tuyo
P/S (Por si acaso no releo la carta)
Madrid, 20 de enero de 2010
Querido Antonio:
….Muchas gracias por tu velocidad y tus palabras – una sola se me resiste, aunque espero lograr descifrarla a base de empeño.
….Tienes mucha razón en lo del “secreto”, pero he vivido dos experiencias que me impulsan a lo contrario. La primera data del año 75. Estaba hablando con Vicent Andrés Estellés de su libro Hamburg, y le decía lo mucho que me gustaba y resalté un verso: “corre a la mort pensant anar a viure” (“corro a la muerte pensando ir a vivir”). “Este verso se lo robé a Ausias March”, me dijo. Me quedé difunta, pero él, por suerte, se reía. La segunda es de hace tres o cuatro años. En una tesis doctoral una hispanista en ciernes escribió: “dice Clara Janés. “lo ignorado robó mi corazón””. Pues bien, éste es un verso de Adonis. Me dije que había hecho mal en no advertir su origen, aunque la hispanista pudo adivinar que no era mío pues lo puse en cursiva. Sentí que era injusto y equívoco, ya que en mi cabeza el verso está firmado, del mismo modo que cuando algo me hace pensar “el error de los imanes” viene de inmediato “Antonio Gamoneda”.
….No sé, tal vez me pase y hay que dejar que los estudiosos se espabilen.
Hasta pronto.
Un fuerte abrazo
Clara
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Clara Janés y Antonio Gamoneda: Cartas cruzadas (De Variables Ocultas, de Clara Janés. Vaso Roto Ediciones, Madrid, 2010)
(Reproducimos a continuación la correspondencia mantenida entre Antonio Gamoneda y la autora (Clara Janés) durante la gestación de este libro (Variables ocultas). Entre paréntesis se incluyen algunos añadidos con los que A.G. ha completado alguna frase, al releer la segunda carta.)
Madrid, 2 de enero de 2010
Querido Antonio:
….He empezado el año saqueándote, incrustando tres versos tuyos en una serie de esas prosas en poema-relato, casi incalificables, que es de lo más irracional que he escrito, lo que pone de manifiesto que has pasado a formar parte de lo que está en mi subconsciente. Así también cuando hice esto que te envío - esto más que irracional ya es locura -, pensando que nos veríamos y te lo daría personalmente. Quizás debido a lo mismo se me escapó el momento de agradecerte Un armario lleno de sombras, que leí en cuanto lo recibí. Conocer los terribles detalles de tu infancia me hizo ver hasta qué punto la mía fue privilegiada. La catástrofe vino luego, en la adolescencia, atroz pero en cierto modo equilibradora.
….Seguí todos los consejos que me diste y fueron mano de santo. Te lo agradezco mucho. Y os deseo a Angelines, a ti y a tus hijas y a Cecilia lo mejor para el 2010 y para siempre.
Un fuerte abrazo.
Clara
León, 10, enero, 2010
Querida Clara:
….El que tu llamas “saqueo” es un cariñoso honor que me haces. Gracias. Sin punto y aparte, urgentemente, te pido que no vuelvas a utilizar la palabra “irracional”, torpemente acuñada, en su día, por Bousoño, creo. La antinomia “racional-irracional” es estrictamente zoológica. Otra cosa es la “locura”, que puede ser humana y hasta divina.
….Otra cuestión, hija de mi egoísmo y del apasionado interés que tengo por lo que haces, es ¿podré ver, sólo ver, las “prosas en poema-relato” de que me hablas? O ¿las tengo ya sepultadas en el muy probable metro cúbico que, con más de un millar de libros – todo ello tirado por el suelo – inutilizan mi cuarto de trabajo? Todo puede ocurrir, porque, como decían en el norte de León, tengo “entorgado” el cerebro por ininteligibles montañas de papeles, exceso de trabajo (poco razonable también en tres cuartas partes) y la resaca derivada de más y más duros viajes que los que convienen a mi edad y a mi mediana salud. Poniendo los míos por delante (eso sí; me lo exige mi falta de humildad) certifico aquí los mejores deseos para tu 2010, que tiene que darse – lo entiendo obligatorio – plenario de bienestar y creatividad.
Tuyo siempre
Antonio Gamoneda
Madrid, 14 de enero de 2010
Querido Antonio:
….Este es el libro. ¿Cómo ibas a tenerlo si lo acabo de terminar? Decía lo de “irracional” porque ese tipo de textos son los que hago para tranquilizarme cuando no puedo escribir y me digo: es sólo para mí, así que salga lo que salga. Luego, como ahora, aparece alguien que te pide un libro. En este caso también estás ahí. Una editora mejicana – tal vez la conozcas, Jeannette L.Clariond – me dice: “Quiero hacer contigo un libro especial, como el que hizo Antonio Gamoneda con Juan Carlos Mestre”. Y/, muy bruta, le dije que más pequeño y con imágenes mías. Aceptó. Tenía configurada la primera parte, las imágenes y algo más, pero sobre todo había un magma. Ahora, después de unas semanas podando y ordenando esto, creo captar algo, pero no todo. No puedo llamarlo automatismo, sé que hay símbolos… Lo que es seguro es que en el origen, además del verso de Cirlot que fue como el disparo para ponerse en marcha, está el Libro de los muertos egipcio. Ya sabes que el día del tránsito se llama “del peso de las palabras” y que hace contrapeso a lo dicho la pluma de Maat, la justicia. El difunto, para poder volver a la luz, tiene que cruzar siete puertas y recuperar “el don de la boca”. En cuanto a lo demás hay bastantes cosas que no sé de dónde vienen. Desde luego sospecho que estás ahí más que en las citas, ya que leer, para mí, es dialogar, presentes siempre estos versos de Quevedo: “Retirado en la paz de estos desiertos /con pocos pero doctos libros juntos, / vivo en conversación...”, Dejémoslo en “conversación”, lo cual es extraordinario.
Un fuerte abrazo y gracias.
Clara
León, 16, enero del 2010
Querida Clara:
….Ya he leído Variables ocultas, magnetizado en el modo y especie que, más adelante, trataré, seguramente sin lograrlo, (de ver en su naturaleza).
….Brevemente, te diré algo, ya ahora, de las citas, salvo “placer sin esperanza”, las otras dos se me escapaban. A pesar de la cursiva. No; lo que ocurre es que las has hecho tan tuyas, que mi lectura no lograba desprenderlas de tu lenguaje, tuyas son, pues, aunque las compartamos y, como tuyas, adquieren otro valor y otro sentido que como mías. Yo me quedo con la honra de que se hayan suscitado en ti. Hasta me gustaría que su origen permaneciese “secreto”, patrimonial, lo que comporta un rango superior al de la autoría singular. No harás esto, lo sé, porque la contemporaneidad literaria ha promulgado una deontología (?) que no siempre ha regido pero que tú respetas.
….Pero tu libro. Quiero ir un poco más allá de las estimaciones que me procura su calidad “literaria” (qué impropia, aquí, la noción de literatura); quiero decirte que me ha procurado la aparición de un cosmos transustanciado en pensamiento y letra. Me es indiferente que la apariencia proceda de dudosos automatismos o de – pongo aquí la aborrecida palabra bousoñana – pulsiones “irracionales”. Las pulsiones podrán originarse en causas ligadas a sensibilidad, pero, mistérico o no, ahí está el pensamiento encarnando una comicidad que para mí , puede ser tan incomprensible como evidente. Y si es evidente, hasta la comprensión me sobra. Ya sabes, Eliot: “… poesía es aprehensión sensible del pensamiento”. Sensible, no inteligible en términos racionalmente discursivos. Las realidades cósmicas se dan así: sensibles. Y este es el conocimiento de mayor- grado que cabe alcanzar. ¿Qué importa, por ejemplo, de la luz, incluso de la luz meramente física: solo comprendida o ser vista, evidentemente en nuestros ojos? ¿Qué comprensión puede darse, insisto, (más veraz) que la evidencia (?)
….Así es tu libro: evidente. Sería señal de una soberbia infructuosa y errónea – imposible en ti, bien lo sé – pretender una creación equivalente en una “racionalizada” (“vuelve la burra al trigo”) redacción. Cierto. No sé ir – ni falta que hace – más allá.
….No conozco a la editora mexicana, y el libro con Mestre no es un libro; son cinco o seis poemas dichos en Mérida, incorporados a una generosa carpeta que Casariego se empeñó en repetir. Poemas que ni siquiera tiene ya la misma literalidad.
Clara, recoge todo mi cariño, y toda mi admiración. Siempre tuyo
P/S (Por si acaso no releo la carta)
Madrid, 20 de enero de 2010
Querido Antonio:
….Muchas gracias por tu velocidad y tus palabras – una sola se me resiste, aunque espero lograr descifrarla a base de empeño.
….Tienes mucha razón en lo del “secreto”, pero he vivido dos experiencias que me impulsan a lo contrario. La primera data del año 75. Estaba hablando con Vicent Andrés Estellés de su libro Hamburg, y le decía lo mucho que me gustaba y resalté un verso: “corre a la mort pensant anar a viure” (“corro a la muerte pensando ir a vivir”). “Este verso se lo robé a Ausias March”, me dijo. Me quedé difunta, pero él, por suerte, se reía. La segunda es de hace tres o cuatro años. En una tesis doctoral una hispanista en ciernes escribió: “dice Clara Janés. “lo ignorado robó mi corazón””. Pues bien, éste es un verso de Adonis. Me dije que había hecho mal en no advertir su origen, aunque la hispanista pudo adivinar que no era mío pues lo puse en cursiva. Sentí que era injusto y equívoco, ya que en mi cabeza el verso está firmado, del mismo modo que cuando algo me hace pensar “el error de los imanes” viene de inmediato “Antonio Gamoneda”.
….No sé, tal vez me pase y hay que dejar que los estudiosos se espabilen.
Hasta pronto.
Un fuerte abrazo
Clara
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