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    Xavier Villaurrutia (1903-1950)

    Pedro Casas Serra
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    Xavier Villaurrutia (1903-1950) Empty Xavier Villaurrutia (1903-1950)

    Mensaje por Pedro Casas Serra Sáb 09 Abr 2016, 14:57

    .


    Xavier Villaurrutia

    (Ciudad de México, 1903 - 1950) Escritor mexicano. Alumno del Colegio Francés y de la Escuela Nacional Preparatoria, abandonó muy pronto los estudios de jurisprudencia para consagrarse por entero a la literatura.

    Junto con otros intelectuales mexicanos, como el poeta y dramaturgo Salvador Novo, fundó las revistas Ulises (1927), cuyo nombre es un homenaje de admiración al escritor irlandés James Joyce, y Contemporáneos (1928), que marcó un hito fundamental en el panorama de la literatura mexicana al aglutinar a un grupo de magníficos poetas comprometidos en una tarea de depuración lingüística y de apertura y renovación del quehacer poético.

    En este marco se inscriben los versos de sus Nocturnos, publicados en 1933 en el poemario Nostalgia de la muerte, que recurren a la ensoñación, a un mundo onírico en el que el autor da libre curso a sus interrogaciones existenciales, un universo móvil y cambiante, cuya ambigüedad es puesta de relieve, y magníficamente, por un juego de palabras, caro al estilo del poeta cuando utiliza el doble valor del vocablo como sustantivo y como forma verbal.

    En su visión de la muerte se percibe el concepto calderoniano de "la vida es sueño", concibiendo el tránsito final como un despertar. El tema de la muerte, tan propio de toda la literatura castellana, cantado con severo ascetismo temeroso por Jorge Manrique, adquiere en Villaurrutia una expresión inusitada, con frecuentes imágenes de cuerpos vacíos y de sombras humanas, de genios que sueñan que son hombres.

    Su poesía otorga una indiscutible importancia, una sugerente función inspiradora, al principio del error freudiano y a la técnica, utilizada ya por los surrealistas, de la inconsciente asociación de ideas potenciada por un mismo fonema, que alude a planos muy distintos de la experiencia. La palabra adquiere así un carácter casi fantasmagórico, que actúa como un espejo donde el poeta se ve siempre devuelto a sí mismo en un insatisfactorio vaivén lleno de ansiedad, revelador de una carencia que es la propia esencia del vivir y que sólo puede concluir con la muerte.

    Su breve obra poética, que los estudiosos consideran la parte más perdurable de su labor, se completa con Décima muerte y otros poemas, donde Villaurrutia contempla desesperanzado la nada que le acecha, y Cantos a la primavera y otros poemas, publicados póstumamente, en los que parece brillar cierta esperanza de trascendencia, una salida humana a la soledad y la muerte.

    Pero no debe olvidarse el relevante papel desempeñado por el autor en la renovación de la escena mexicana. En 1935 y 1936, becado por la Fundación Rockefeller, estudió arte dramático en la Universidad de Yale y, ya en su madurez, el poeta se inclinó cada vez más por el teatro, aunque sus obras dramáticas son menos experimentales de lo que podría suponerse considerando su producción poética y el interés que Villaurrutia y sus compañeros de aventuras literarias sentían por las experiencias europeas contemporáneas.

    Algunos estudiosos han mencionado el parecido de sus obras dramáticas con las de Eugene O'Neill; se le ha reprochado que atiendan más a lo literario que a lo dramático, con muy pocos elementos coloquiales en el diálogo y unas líneas didascálicas muy próximas al terreno narrativo. Incidiendo en el drama psicológico, utilizando temas que giran en torno a las relaciones familiares, opta a menudo por situaciones extraídas de los mitos clásicos griegos, trasladándolos a ambientes contemporáneos. Así, en La hiedra hace una incursión en el tema de Fedra cuando Hipólito, que odia a su madrastra Teresa hasta el punto de verse obligado a alejarse de la familia, regresa convertido en un hombre y no la contempla ya como madrastra sino como una mujer deseable, a la que puede amar.

    Su producción dramática está siempre teñida por un lirismo que confirma sus inquietudes poéticas, dando a sus fábulas una particular carga psicológica que sobresale en su Yerro candente, de 1944, o en una Tragedia de las equivocaciones que Villaurrutia no pudo ver representada, pues se estrenó después de su muerte.

    Destacó también su actividad como fundador de empresas teatrales, como el Teatro de Ulises y Orientación que, por su caracter experimental, tuvieron una indiscutible importancia en el desarrollo del teatro vanguardista mexicano y lo llevaron, posteriormente, a dirigir la sección teatral del Departamento de Bellas Artes.

    Hombre de amplios intereses culturales, Xavier Villaurrutia cultivó también el ensayo (Textos y pre-textos, 1949), el guión cinematográfico (La mujer de todos, 1946), la novela (Dama de corazones, 1928) y tradujo a numerosos autores, como André Gide, William Blake o Anton P. Chéjov.
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    POEMAS:


    De Nostalgia de la muerte, 1933:

    NOCTURNO DE LA ESTATUA

    Soñar, soñar la noche, la calle, la escalera
    y el grito de la estatua desdoblando la esquina.
    Correr hacia la estatua y encontrar sólo el grito,
    querer tocar el grito y sólo hallar el eco,
    querer asir el eco y encontrar sólo el muro
    y correr hacia el muro y tocar un espejo.
    Hallar en el espejo la estatua asesinada,
    sacarla de la sangre de su sombra,
    vestirla en un cerrar de ojos,
    acariciarla como a una hermana imprevista
    y jugar con las flechas de sus dedos
    y contar a su oreja cien veces cien cien veces
    hasta oírla decir: «estoy muerta de miedo».


    NOCTURNO EN QUE NADA SE OYE

    En medio de un silencio desierto como la calle antes del crimen
    sin respirar siquiera para que nada turbe mi muerte
    en esta soledad sin paredes
    al tiempo que huyeron los ángulos
    en la tumba del lecho dejo mi estatua sin sangre
    para salir en un momento tan lento
    en un interminable descenso
    sin brazos que tender
    sin dedos para alcanzar la escala que cae de un piano invisible
    sin más que una mirada y una voz
    que no recuerdan haber salido de ojos y labios
    ¿qué son labios? ¿qué son miradas que son labios?
    Y mi voz ya no es mía
    dentro del agua que no moja
    dentro del aire de vidrio
    dentro del fuego lívido que corta como el grito
    Y en el juego angustioso de un espejo frente a otro
    cae mi voz
    y mi voz que madura
    y mi voz quemadura
    y mi bosque madura
    y mi voz quema dura
    como el hielo de vidrio
    como el grito de hielo
    aquí en el caracol de la oreja
    el latido de un mar en el que no sé nada
    en el que no se nada
    porque he dejado pies y brazos en la orilla
    siento caer fuera de mí la red de mis nervios
    mas huye todo como el pez que se da cuenta
    hasta ciento en el pulso de mis sienes
    muda telegrafía a la que nadie responde
    porque el sueño y la muerte nada tienen ya que decirse.


    (continuará)


    .


    Última edición por Pedro Casas Serra el Mar 31 Mayo 2022, 13:06, editado 1 vez


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    Xavier Villaurrutia (1903-1950) Empty Re: Xavier Villaurrutia (1903-1950)

    Mensaje por Pedro Casas Serra Dom 10 Abr 2016, 13:35

    .


    De Nostalgia de la muerte, 1933 (continuación):


    NOCTURNO AMOR

    a Manuel Rodríguez Lozano

    El que nada se oye en esta alberca de sombra
    no sé cómo mis brazos no se hieren
    en tu respiración sigo la angustia del crimen
    y caes en la red que tiende el sueño
    Guardas el nombre de tu cómplice en los ojos
    pero encuentro tus párpados más duros que el silencio
    y antes que compartirlo matarías el goce
    de entregarte en el sueño con los ojos cerrados
    sufro al sentir la dicha con que tu cuerpo busca
    el cuerpo que te vence más que el sueño
    y comparo la fiebre de tus manos
    con mis manos de hielo
    y el temblor de tus sienes con mi pulso perdido
    y el yeso de mis muslos con la piel de los tuyos
    que la sombra corroe con su lepra incurable
    Ya sé cuál es el sexo de tu boca
    y lo que guarda la avaricia de tu axila
    y maldigo el rumor que inunda el laberinto de tu oreja
    sobre la almohada de espuma
    sobre la dura página de nieve
    No la sangre que huyó de mí como del arco huye la flecha
    sino la cólera circula por mis arterias
    amarilla de incendio en mitad de la noche
    y todas las palabras en la prisión de la boca
    y una sed que en el agua del espejo
    sacia su sed con una sed idéntica
    De qué noche despierto a esta desnuda
    noche larga y cruel noche que ya no es noche
    junto a tu cuerpo más muerto que muerto
    que no es tu cuerpo ya sino su hueco
    porque la ausencia de tu sueño ha matado a la muerte
    y es tan grande mi frío que con un calor nuevo
    abre mis ojos donde la sombra es más dura
    y más clara y más luz que la luz misma
    y resucita en mí lo que no ha sido
    y es un dolor inesperado y aún más frío y más fuego
    no ser sino la estatua que despierta
    en la alcoba de un mundo en el que todo ha muerto.


    NOCTURNO MUERTO

    Primero un aire tibio y lento que me ciña
    como la venda al brazo enfermo de un enfermo
    y que me invada luego como el silencio frío
    al cuerpo desvalido y muerto de algún muerto.

    Después un ruido sordo, azul y numeroso,
    preso en el caracol de mi oreja dormida
    y mi voz que se ahogue en ese mar de miedo
    cada vez más delgada y más enardecida.

    ¿Quién medirá el espacio, quién me dirá el momento
    en que se funda el hielo de mi cuerpo y consuma
    el corazón inmóvil como la llama fría?

    La tierra hecha impalpable silencioso silencio,
    la soledad opaca y la sombra ceniza
    caerán sobre mis ojos y afrentarán mi frente.


    (continuará)


    .


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    Xavier Villaurrutia (1903-1950) Empty Re: Xavier Villaurrutia (1903-1950)

    Mensaje por Pedro Casas Serra Lun 11 Abr 2016, 13:35

    .


    De Nostalgia de la muerte, 1933 (continuación):


    NOCTURNO ROSA

    a José Gorostiza

    Yo también hablo de la rosa.
    Pero mi rosa no es la rosa fría
    ni la de piel de niño,
    ni la rosa que gira
    tan lentamente que su movimiento
    es una misteriosa forma de la quietud.

    No es la rosa sedienta,
    ni la sangrante llaga,
    ni la rosa coronada de espinas,
    ni la rosa de la resurrección.

    No es la rosa de pétalos desnudos,
    ni la rosa encerada,
    ni la llama de seda,
    ni tampoco la rosa llamarada.

    No es la rosa veleta,
    ni la úlcera secreta,
    ni la rosa puntual que da la hora,
    ni la brújula rosa marinera.

    No, no es la rosa rosa
    sino la rosa increada,
    la sumergida rosa,
    la nocturna,
    la rosa inmaterial,
    la rosa hueca.

    Es la rosa del tacto en las tinieblas,
    es la rosa que avanza enardecida,
    la rosa de rosadas uñas,
    la rosa yema de los dedos ávidos,
    la rosa digital,
    la rosa ciega.

    Es la rosa moldura del oído,
    la rosa oreja,
    la espiral del ruido,
    la rosa concha siempre abandonada
    en la más alta espuma de la almohada.

    Es la rosa encarnada de la boca,
    la rosa que habla despierta
    como si estuviera dormida.
    Es la rosa entreabierta
    de la que mana sombra,
    la rosa entraña
    que se pliega y expande
    evocada, invocada, abocada,
    es la rosa labial,
    la rosa herida.

    Es la rosa que abre los párpados,
    la rosa vigilante, desvelada,
    la rosa del insomnio desojada.

    Es la rosa del humo,
    la rosa de ceniza,
    la negra rosa de carbón diamante
    que silenciosa horada las tinieblas
    y no ocupa lugar en el espacio.


    (continuará)


    .


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    Xavier Villaurrutia (1903-1950) Empty Re: Xavier Villaurrutia (1903-1950)

    Mensaje por Pedro Casas Serra Mar 12 Abr 2016, 05:41

    .


    De Canto a la primavera y otros poemas, 1948:


    INVENTAR LA VERDAD

    Pongo el oído atento al pecho,
    como, en la orilla, el caracol al mar.
    Oigo mi corazón latir sangrando
    y siempre y nunca igual.
    Sé por qué late así, pero no puedo
    decir por qué será.

    Si empezara a decirlo con fantasmas
    de palabras y engaños al azar,
    llegaría, temblando de sorpresa,
    a inventar la verdad:
    ¡Cuando fingí quererte, no sabía
    que te quería ya!


    .


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