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Hermann Broch (Viena, 1 de noviembre de 1886 - New Haven, 30 de mayo de 1951) fue un novelista, ensayista, dramaturgo y filósofo austriaco. Destacó por su capacidad para imbricar en su obra las más diversas experiencias, colectivas o individuales, de su tiempo.
Trayectoria
Hermann Broch nació en una familia judía acomodada. Estudió en una escuela secundaria del Estado en Viena, hasta 1904. Luego, hizo cursos técnicos sobre manufactura textil y se integró en el negocio familiar desde 1916. Sin embargo, abandonó ese trabajo en 1928, para estudiar matemáticas, psicología y filosofía en la Universidad de Viena, e iniciarse luego en la escritura y seguir su vocación literaria hasta el final.
Su consagración artística se produjo tras la publicación de la importante trilogía Die Schlafwandler (Los sonámbulos, 1931-1932), compuesta por Pasenow oder die Romantik, Esch oder die Anarchie, Huguenau oder die Sachlichkeit. La obra, concebida como un fresco histórico de la transición del siglo XIX al XX, presentaba con ironía y suma complejidad estilística la victoria de las concepciones materialistas sobre los antiguos ideales individualistas.
Entre 1934 y 1936 empezó a escribir Der Versucher (El Tentador), que sólo completaría en el exilio: es una parábola de la situación alemana. Con la anexión de Austria en 1938 fue detenido por ser su familia de origen judío. Tras ser liberado, al poco tiempo, gracias entre otros a James Joyce, emigró a Inglaterra y Escocia. En 1940 marchó a los Estados Unidos, allí escribió su más ambiciosa novela, Der Tod des Vergil (1945, La muerte de Virgilio), donde la realidad y el delirio se mezclan durante las últimas horas de vida del poeta latino, en diálogo con el emperador Augusto; en su época veía Broch cierto paralelismo con la propia. La obra fue subvencionada por la fundación Guggenheim, y se publicó en alemán y en inglés.
También en 1934, uniría su voz a la polémica que había suscitado Heidegger respecto a la autenticidad del lenguaje y del habla para señalar que el problema en torno a ellos no estaba en la palabra en sí, sino en el uso que los humanos hacemos de ella. Aquel habría generado cierto desprecio por la palabra, un escepticismo alrededor de la comprensión entre los sujetos; de modo que se empezó a dar una gran importancia al mutismo, a pesar de que en el mundo hubiera toda una polifonía de voces, más bien caótica, donde se mezclaban una gran cantidad de opiniones dispares.
En unos pocos años, antes de su desaparición, logró completar obras con grandes esfuerzos; aparecieron póstumamente. Así sucede con su Psicología de las masas.
Las Cartas representan uno de los mayores documentos de mediados del siglo XX, por los numerosos interlocutores que tuvo. Finalmente en 1950 dio a la imprenta Die Schuldlosen (Los Inocentes), análisis de la Alemania prehitleriana, a partir de escritos publicados veinte años antes y refundidos en esta obra. En el exilio ayudó a muchos perseguidos, entre otros a Robert Musil, sin que éste lo supiese, por lo que conoció a un gran número de escritores y de personas afines. Murió en Estados Unidos, su obra disfrutó posteriormente una continua revalorización, que perdura hasta hoy.
(Sacado de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] )
*
Algunos poemas de Hermann Broch:
De Poesía completa (1913-1949):
CANCIÓN DE AMOR
Como me he cansado de mí,
me he cansado de mí,
tú, muchacha, te me has vuelto muy querida,
y en el aroma de tus cabellos,
rubios cabellos,
me traes días, me traes años
de un viejo paisaje: una costa,
una ciudad alemana al caer de la tarde,
campos cosechados y un palmeral,
una playa rocosa y una piedra con algas,
un vestíbulo de estación, sonidos de campanario,
y desde todas las lejanías
(como me he cansado de mí)
me traes días, me traes años.
¿Amo todas estas maravillas
o sólo tus cabellos rubios?
(1919)
PAISAJE
Al borde del campo, que en verdes brasas
igual que un cuenco lleno del brillo de unas brasas
se extiende ante mí, lo pasado se vuelve mío
y corre hacia mí en torrentes de un verde profundo
y todo silencio se convierte en ese ser:
si hubo una noche en la que descansamos en la fe,
si hubo una noche así, su temeroso desangrarse
desde siempre existió y existirá siempre…
Se sueldan los mundos descansando en el amor,
igual que el campo verde se une al campo verde
pero suprimiendo desde la oscuridad las iluminadas
palabras del silencio, en las que ya nada miente.
Descansando en ti, se extiende el campo,
y dado que tú existes, él es intempestivo.
(1932)
NOCHE CLARA DE VERANO
Mecida por las noches claras
y los ríos que corren
alma
tú descansas,
descansas bebiendo el rocío de los prados
en la noche avanzada.
Gracia plateada del alma espejeante,
qué ligero es el aliento
que a lo no nacido
te eleva.
(1933)
TORMENTA NOCTURNA
En las sombras de una noche apacible,
abierto en el paisaje nocturno
e igual que el aire en el valle
envuelve las cosas, envuelto por ellas
descansa en el valle de mi ser
el pensamiento,
sujeto al seno de la calma,
dormido,
cuando desde las alturas y los muros que se desmoronan
la tarde se derrama por la piel de las montañas
y el oscuro brebaje del olvido brota
sobre el sueño,
el pensamiento disuelto en las aguas de la noche
y la música de las estrellas apagada
cuando la espera cubre de oscuridad los abetos
elevándose inmóvil, las copas inflexibles
en las más negras sombras del aire que corre,
antes de que la tormenta, la esperada,
desate la sublime calma de las nubes:
entonces
recibe el rayo,
recibe la rigidez atronadora,
tierra,
que sueñas dormida
con que el seno tranquilo de tu noche
se abra bajo la nube de lluvia del relámpago
a la música
de las estrellas que reaparecen.
(1933)
Hermann Broch (Viena, 1 de noviembre de 1886 - New Haven, 30 de mayo de 1951) fue un novelista, ensayista, dramaturgo y filósofo austriaco. Destacó por su capacidad para imbricar en su obra las más diversas experiencias, colectivas o individuales, de su tiempo.
Trayectoria
Hermann Broch nació en una familia judía acomodada. Estudió en una escuela secundaria del Estado en Viena, hasta 1904. Luego, hizo cursos técnicos sobre manufactura textil y se integró en el negocio familiar desde 1916. Sin embargo, abandonó ese trabajo en 1928, para estudiar matemáticas, psicología y filosofía en la Universidad de Viena, e iniciarse luego en la escritura y seguir su vocación literaria hasta el final.
Su consagración artística se produjo tras la publicación de la importante trilogía Die Schlafwandler (Los sonámbulos, 1931-1932), compuesta por Pasenow oder die Romantik, Esch oder die Anarchie, Huguenau oder die Sachlichkeit. La obra, concebida como un fresco histórico de la transición del siglo XIX al XX, presentaba con ironía y suma complejidad estilística la victoria de las concepciones materialistas sobre los antiguos ideales individualistas.
Entre 1934 y 1936 empezó a escribir Der Versucher (El Tentador), que sólo completaría en el exilio: es una parábola de la situación alemana. Con la anexión de Austria en 1938 fue detenido por ser su familia de origen judío. Tras ser liberado, al poco tiempo, gracias entre otros a James Joyce, emigró a Inglaterra y Escocia. En 1940 marchó a los Estados Unidos, allí escribió su más ambiciosa novela, Der Tod des Vergil (1945, La muerte de Virgilio), donde la realidad y el delirio se mezclan durante las últimas horas de vida del poeta latino, en diálogo con el emperador Augusto; en su época veía Broch cierto paralelismo con la propia. La obra fue subvencionada por la fundación Guggenheim, y se publicó en alemán y en inglés.
También en 1934, uniría su voz a la polémica que había suscitado Heidegger respecto a la autenticidad del lenguaje y del habla para señalar que el problema en torno a ellos no estaba en la palabra en sí, sino en el uso que los humanos hacemos de ella. Aquel habría generado cierto desprecio por la palabra, un escepticismo alrededor de la comprensión entre los sujetos; de modo que se empezó a dar una gran importancia al mutismo, a pesar de que en el mundo hubiera toda una polifonía de voces, más bien caótica, donde se mezclaban una gran cantidad de opiniones dispares.
En unos pocos años, antes de su desaparición, logró completar obras con grandes esfuerzos; aparecieron póstumamente. Así sucede con su Psicología de las masas.
Las Cartas representan uno de los mayores documentos de mediados del siglo XX, por los numerosos interlocutores que tuvo. Finalmente en 1950 dio a la imprenta Die Schuldlosen (Los Inocentes), análisis de la Alemania prehitleriana, a partir de escritos publicados veinte años antes y refundidos en esta obra. En el exilio ayudó a muchos perseguidos, entre otros a Robert Musil, sin que éste lo supiese, por lo que conoció a un gran número de escritores y de personas afines. Murió en Estados Unidos, su obra disfrutó posteriormente una continua revalorización, que perdura hasta hoy.
(Sacado de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] )
*
Algunos poemas de Hermann Broch:
De Poesía completa (1913-1949):
CANCIÓN DE AMOR
Como me he cansado de mí,
me he cansado de mí,
tú, muchacha, te me has vuelto muy querida,
y en el aroma de tus cabellos,
rubios cabellos,
me traes días, me traes años
de un viejo paisaje: una costa,
una ciudad alemana al caer de la tarde,
campos cosechados y un palmeral,
una playa rocosa y una piedra con algas,
un vestíbulo de estación, sonidos de campanario,
y desde todas las lejanías
(como me he cansado de mí)
me traes días, me traes años.
¿Amo todas estas maravillas
o sólo tus cabellos rubios?
(1919)
PAISAJE
Al borde del campo, que en verdes brasas
igual que un cuenco lleno del brillo de unas brasas
se extiende ante mí, lo pasado se vuelve mío
y corre hacia mí en torrentes de un verde profundo
y todo silencio se convierte en ese ser:
si hubo una noche en la que descansamos en la fe,
si hubo una noche así, su temeroso desangrarse
desde siempre existió y existirá siempre…
Se sueldan los mundos descansando en el amor,
igual que el campo verde se une al campo verde
pero suprimiendo desde la oscuridad las iluminadas
palabras del silencio, en las que ya nada miente.
Descansando en ti, se extiende el campo,
y dado que tú existes, él es intempestivo.
(1932)
NOCHE CLARA DE VERANO
Mecida por las noches claras
y los ríos que corren
alma
tú descansas,
descansas bebiendo el rocío de los prados
en la noche avanzada.
Gracia plateada del alma espejeante,
qué ligero es el aliento
que a lo no nacido
te eleva.
(1933)
TORMENTA NOCTURNA
En las sombras de una noche apacible,
abierto en el paisaje nocturno
e igual que el aire en el valle
envuelve las cosas, envuelto por ellas
descansa en el valle de mi ser
el pensamiento,
sujeto al seno de la calma,
dormido,
cuando desde las alturas y los muros que se desmoronan
la tarde se derrama por la piel de las montañas
y el oscuro brebaje del olvido brota
sobre el sueño,
el pensamiento disuelto en las aguas de la noche
y la música de las estrellas apagada
cuando la espera cubre de oscuridad los abetos
elevándose inmóvil, las copas inflexibles
en las más negras sombras del aire que corre,
antes de que la tormenta, la esperada,
desate la sublime calma de las nubes:
entonces
recibe el rayo,
recibe la rigidez atronadora,
tierra,
que sueñas dormida
con que el seno tranquilo de tu noche
se abra bajo la nube de lluvia del relámpago
a la música
de las estrellas que reaparecen.
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