Aires de Libertad

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    Juan Antonio Masoliver Ródenas (1939-

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    Juan Antonio Masoliver Ródenas (1939- Empty Juan Antonio Masoliver Ródenas (1939-

    Mensaje por Pedro Casas Serra 07.04.23 14:46

    .


    Juan Antonio Masoliver Ródenas (Barcelona, 12 de enero de 1939) es un crítico literario, traductor, poeta, novelista y catedrático de literatura española y latinoamericana español.​

    Hijo de Joaquín Masoliver Martínez, abogado de Zaragoza, y de Magdalena Ródenas Pons, de Xert. Era nieto del también crítico literario, traductor, ensayista y periodista, Juan Ramón Masoliver Martínez.​ Nació en una clínica del barrio de Gracia de Barcelona pero vivió desde la infancia en Masnou, donde vivían sus padres.​

    Ha sido catedrático de literatura española y latinoamericana en la Universidad de Westminster de Londres y es professor de la Universidad Pompeu Fabra. Es crítico literario del suplemento Cultura|s de La Vanguardia (Barcelona). En México ha colaborado con Vuelta, La Jornada Semanal, Letras Libres, Fractal y Crítica.​

    Su poesía ha sido considerada un monólogo interior caracterizado por asociaciones inconscientes de recuerdos, erotismo y alucinación, alejada de convencionalismos e idealización del pasado.​

    El autor ha donado parte de su legado bibliográfico y documental al Ayuntamiento del Masnou (Biblioteca Joan Coromines y Archivo Municipal del Masnou).

    (Sacado de https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Antonio_Masoliver_R%C3%B3denas )


    *


    Algunos poemas de Juan Antonio Masoliver Ródenas:


    De Vertedero de Otaca (1977-1982):


    ¿POR QUÉ LLUEVE EN EL MUNDO?

    ¿Por qué llueve en el mundo?
    ¿Por qué están las terrazas de los bulevares
    llenas de damas ensonrisadas y franelas
    y los niños no saben en qué calle viven
    tan opresivo es el amor de los padres, el amor?
    En Londres llueve mezquinamente,
    los párpados están oprimidos por la ausencia de celia
    mientras el mundo charla y sigue circulando.
    ¿De qué me escondo, entonces? ¿por qué tengo
    miedo a amarla, a decir amor, a escribirlo
    en la corteza de los árboles y en los retretes?
    Donde estoy no hay nadie,
    allí me acurruco tembloroso como un pene
    desamparado que busca su morada:
    ¡su palacio! Donde estoy
    hay sólo una lluvia viscosa y preguntas
    y en medio del desierto nublado el espejismo:
    una palmera con el cuerpo cubierto de mariposas
    y empapado de sol, celia
    sentada en una silla
    con los muslos suavemente obscenos
    en actitud de oasis: así es la felicidad,
    palpable como la belleza pero alcanzable
    tan sólo en las llanuras del orgasmo
    donde ha dejado de hacer tiempo y crece el silencio
    silenciosamente como flores espesas y rojas.
    A lo lejos regresan las calles y la franela
    y el orgasmo se duerme a la intemperie.



    EN UN ATARDECER DE BELSIZE PAR

    En un atardecer de belsize par
    me encontré al rabino que me dijo
    joven (si bien no era tan joven como ahora)
    ¿crees en el amor?
    Vengo de avenue house donde duermen los gatos
    y huele a hormiga el lecho de mi amada.
    ¿Crees en Dios? Le dije: creo en dios, rabino,
    si eso te hace feliz y hace feliz a tu salario.
    ¿Estás circuncidado? Rabino, ¿por qué sólo0 preguntas?
    pregúntale a mi amada si en la oscuridad
    parimos catalanes o conejos:
    la cama de mi amada está llena de pecas,
    hemos cubierto de vaho los espejos
    y a nuestro paso se hunden las iglesias,
    ¿qué más quieres, rabino?
    Puesto que eres cristiano y catalán
    no quiero ni siquiera una limosna.



    NO LA PÁGINA

    No la página
    ennoblecida por el tiempo humillante
    o los libros urgentes en su hermosura
    de silencio y abandono, sino
    el poema, lo que iba siendo y lo que
    está siendo, aliento sin imágenes, caminos
    sin paisajes, los delirios de un dios
    en trance de crearse.
    El dolor de los recuerdos
    y otro dolor más cerca de nosotros
    y más irracional (las llanuras
    del musgo) están también en estantes
    oscuros para nadie. El dolor
    del poema, su placer,
    (las damas en la casa y sus sonrisas,
    la mirada felina de las niñas rubias,
    el nácar y las manos del
    clavicordio) están en el dibujo del
    poema: la parte
    de la estatua que no vemos en el jardín
    donde nunca estuvimos que admiramos,
    los niños que eran padres de nosotros
    huérfanos, la casa donde vivimos siempre:
    el descampado,
    el lugar del poema.




    De El jardín aciago (1986):


    TROPIEZA EL VIENTO CONTRA LAS PAREDES

    Tropieza el viento contra las paredes
    de la iglesia de los vitrales ciegos,
    se pierde en los pasillos de los muertos
    oscurecidos por las lluvia, las
    casas que resplandecían en la memoria
    en lo alto de las colinas, en
    senderos de flores azules, en
    la arena del oleaje cálido, han
    perdido la pintura, crujen, agoniza
    la carcoma en los muebles nobles
    de la ceremonia del atardecer
    de los sábados en que dejaba padre
    su maleta de panes y de peces, nos
    ponía madre su pezón en la boca,
    nos salpicaba la lluvia de los ciruelos,
    revoloteaban y se posaban
    las mariposas en las cosas de abajo
    en el vello de velas y sirenas y casas.
    Chirría la llave en la cerraja, escuchamos
    las calles de arena y maleza y trenes
    sin mirar nuestros gritos,
    llorando
    en el espejo
    ....................roto.



    LOS NIÑOS SE ADORMECEN EN LAS FUENTES

    Los niños se adormecen en las fuentes
    las madres se levantan y levantan
    como ángeles que vuelan en la muerte
    los sueños se despiertan y se espantan

    ya llaman los relojes para el alba
    la ropa está teñida en sus tendales
    se levantan las faldas y la enagua
    pasan los hombres por los ventanales

    van las niñas desnudas con los cubos
    a buscar agua al mar lloran y cantan
    en sus sueños los dioses van desnudos
    las niñas se levantan y levantan

    en las torres del mar se oyen campanadas
    en la orilla de sal duermen las algas
    las niñas se abandonan en la cama
    en los bosques del cielo están sus nalgas

    en las casas oscuras duerme el agua
    en los pubis de rizado encaje
    los cuerpos se levantan y levantan
    en sueños a merced del oleaje



    EL NIÑO QUE HA CAÍDO DE LA VENTANA

    El niño que ha caído de la ventana¿llora ahora el eterno dolor de
    sus padres y allegados o juega
    alegremente en los alféizares
    de la eternidad inmune a la muerte?

    La niña violada hasta el martirio
    ¿llora ahora las eternas lágrimas
    de sus padres y novios y allegados
    o evoca los instantes de placer
    que abandonó en las laderas de la muerte
    y que el cielo eternamente veda?

    La novicia que acumuló votos y
    dejó en feliz llanto a sus ancianos
    padres y allegados y hermanos
    cuando con recato y placer juega
    con sus dedos en el vello ¿se olvida
    de ellos y de las penas del infierno
    por siempre amén?

    Los padres, allegados, novios
    y hermanos, al cerrar el prostíbulo
    ¿adónde vamos?
    A tirar la primera piedra
    como buenos cristiano.



    POETA QUE HAS TOCADO EL ALMA

    Poeta que has tocado el alma
    de Dios o sus testículos, Cristo en su barca
    hacia las orillas del Caribe, caminando
    milagrosamente entre caimanes, inventando
    el pan y la sal y el aguardiente,
    ernesto mejía sánchez que abre las puertas
    de una casa de hierba y estatuas
    corroídas por el azufre del viento
    de la ciudad de México en un humilde
    palacio de paredes de libros. Y escribía
    otra vez de la otra casa abandonada,
    delas larguísimas cabelleras, de tres
    amigos en la misma mesa. Poeta
    que nos llena los ojos de vidrios
    empañados, y la rubia niñera paseando
    en el cochecito por caminos de espejos
    y sauces a un niño muerto. Como
    este pecho limpio que nos ciega y
    alimenta. Ah poeta que te levantas
    para inventar el día y te acuestas
    para inventar la mujer, ah
    poeta que subes por la escalera
    de musgo y algas para buscar
    a Dios y encuentras cerrada
    la puerta y en ella escribes aquel
    poema y desciendes por escalones
    de orín y barro a reanudar
    la vida cotidiana.



    LOS AMIGOS QUE TENGO, DOS O

    Los amigos que tengo, dos o
    ninguno, no me bastan para llorar
    en sus hombros peludos; de las
    madres no quiero tener más, las
    que tengo son tristes o suicidas,
    nunca
    ..........tuvieron tiempo para amarme
    y lamerme los lóbulos; de las esposas
    basta: todo lo viví mal y en aceras
    orinadas por perros sucios, me quedo
    con la muñeca de las tetas blancas,
    con su cuerpo lascivo,
    ....................................accidentes
    que lleno de cruces y ceremonias
    en las mejillas de allí. Soy
    su triste jinete que en el bosque
    de las niñas desnudas
    corre a la plaza de las joyerías
    donde está decorándose otra vez
    ocultando su excesiva belleza
    en el bochorno de las nectarinas.




    De La casa de la maleza (1992):


    COMO HOJAS QUE EL VIENTO ARRASTRA

    Como hojas que el viento arrastra
    en la neblina de la arena,
    así la música, el agua
    desmenuzándose en las cuevas
    de la luz, la luz estallando
    en las paredes blancas. Las puertas
    que se abren en el mediodía
    del mar donde estás
    nítida en los recuerdos
    que me ciegan



    EN UN JARDÍN DE ESTATUAS QUE NO EXISTEN

    En un jardín de estatuas que no existen
    donde juegan los niños al verano,
    en un jardín donde transcurre el tiempo.
    En las sillas de lona abandonadas
    junto al mar de setiembre y limoneros
    y ventanas azules con veleros.
    ¿Por qué tiene la torre de la iglesia
    sus relojes parados a las doce
    de la noche de otoño y por qué se oyen
    los pasos de la muerte en los pasillos
    de la casa del bosque y por qué el viento
    enturbia el aire blanco de la tarde?
    La arena y la mimosa, el humo inmóvil,
    los caballos dormidos en las puertas,
    las cruces carcomidas por la lluvia,
    el vuelo sin sentido de los pájaros,
    el olor del estiércol en las guaridas,
    el agua entre las barcas de la bruma,
    la luz en la llovizna de la niebla:
    la casa de la puerta sin aldaba.



    LOS VIVOS OPINAN CON FRECUENCIA

    Los vivos opinan con frecuencia
    de la muerte y los muertos: murió
    mientras dormía, dicen, fue afor-
    tunado, ¿no es esta la mejor forma
    de morir? El muerto tenía sus
    papeles en la mesa, había dejado
    una ventana mal cerrada, no pudo
    despedirse de Amador o de Celia, no
    pudo llorar en algún hombro o beberse
    todo el vino que dejó de beber. Fue
    afortunado, dicen, sin saber si en
    su sueño estaba recogiendo en sacos
    las manzanas del huerto o caminando
    por precipicios, precipitándose
    por las escaleras que llevan a la muerte,
    conociendo el miedo y el dolor que se
    sufre en los sueños, chillando
    para despertarse, intentando abrir
    los ojos antes de caer de nuevo en
    el sueño final donde ya no se incendian
    los árboles ni enseñan su culo
    las lavanderas n el lavadero.



    LO ÚNICO QUE TENEMOS ES EL CUERPO

    Lo único que tenemos es el cuerpo
    descendemos o caemos por los pozos del alma
    y allí están las orillas y la arena, las
    casas de madera abandonadas, el recuerdo
    del aro y las canicas, la luz
    en las paredes de las calles, allí
    están los gemidos de los muertos
    que estaban en el patio de la casa,
    en el bar de los bailes y las mesas
    de mármol. ¿Qué trenes oigo
    entre el oleaje? Tropiezo con las puertas
    y los árboles, llega la lejanía
    de muy lejos, y el cristal de las fábricas,
    los caminos se borran, encontramos
    pájaros y alimañas y caballos,
    bosques de telarañas
    y ropa polvorienta. Las madres
    del prostíbulo nos besaban
    el vientre y allí nos levantamos
    abrazados al cuerpo, abandonados,
    en los soles del agua
    la mano que nos lleva a la ceniza,
    a la ciudad de calles circulares
    borrada eternamente por la luz, oh
    ciudad de los muertos y de iglesias,
    de muchachas desnudas en la nieve,
    de reyes y corceles y de cruces,
    frágiles primaveras en los bosques,
    me voy continuamente por el puente
    a la isla más triste de las aguas,
    gime tan lejos de cuclillas madre,
    la hermana muerta araña los cristales,
    meto en sacas el pan enmohecido,
    busco y a abro puertas de la luz.
    Qué suave y delicada es esta muerte,
    era el amor, era el jardín aciago,
    era el olvido que ahora ya no es nada.
    Todo lo que tenemos es el cuerpo
    y todo lo que tiene el cuerpo es la muerte.


    Última edición por Pedro Casas Serra el 08.04.23 10:46, editado 2 veces

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    Juan Antonio Masoliver Ródenas (1939- Empty Re: Juan Antonio Masoliver Ródenas (1939-

    Mensaje por cecilia gargantini 07.04.23 15:18

    Me gustó mucho este autor, amigo. Hay versos que despiertan una gran emoción..
    Gracias Pedro!!!!!!!!! Besossss
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    Juan Antonio Masoliver Ródenas (1939- Empty Re: Juan Antonio Masoliver Ródenas (1939-

    Mensaje por Pedro Casas Serra 08.04.23 3:47

    Celebro que te haya gustado, Cecilia.

    Un abrazo.
    Pedro

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    Juan Antonio Masoliver Ródenas (1939- Empty Re: Juan Antonio Masoliver Ródenas (1939-

    Mensaje por Pedro Casas Serra 08.04.23 11:10

    .


    De Poemas dispersos (1980-1993):


    EN LAS CALLES DE LOS POETAS

    En las calles de los poetas
    hay un poeta que no estuvo nunca.
    En su mausoleo pacen las vacas
    de la muerte, en sus versos
    pacen los poetas miserablemente.
    En su silla de anciano complacido
    por el amor y en las lunas
    que escribió era mortal. Las
    rosas de papel que escribía, sus
    playas sin matisse, sus estatuas.
    Al olvidar los pezones de los pétalos,
    los rubíes de las cicatrices que
    calló, le olvidamos. Los gritos
    que gritaba no los escribió,
    no veía los muslos de la diosa
    que orinaba en las flores.
    Aquellos versos frágiles se romperán
    en nuestros ojos, jardines
    podridos por las estaciones del
    cementerio donde está.



    NADIE HA LLAMADO A PUERTAS QUE NO EXISTEN

    Nadie ha llamado a puertas que no existen
    ni una nube es eterna pero siempre
    hay puertas nubes niños mascando el tiempo

    de no estar en la escuela: ¿aceras
    abigarradas de bicicletas? ¿niñas
    besándose u ocultado un espejo o
    lago? Siempre una madre anciana
    estará en nuestros sueños que buscan torpemente
    la turgencia de un pecho en que dormir los ojos
    (al abrirse la puerta el padre es un intruso
    ¿y no vimos acaso al despertarnos
    olorosos rizos en los bosques del sexo?)
    Miramos por barrancos enjalbegados recién
    y hay siempre un mar bordeado de barcas y sombras
    ¿Siempre habrá un bosque junto al mar
    y orugas riachuelos de orín y las tardes del polen?
    El paisaje del mar es siempre agua y sabiamente
    los sueños nos llevan acurrucados a los oscuros
    bosques de agua ¿Despertamos para ver
    si nos está mirando, si existe, nuestra madre?
    Y ya al nacer es una anciana torpe
    y le saben a muerte los pezones.



    AQUEL VERANO NO ME VOLVERÁ JAMÁS PUES

    Aquel verano no me volverá jamas pues
    no ha existido nunca, aquellas tardes
    perezosas en las que la lluvia borraba
    los paisajes, la casa de fernando
    cegada por el sol, la colina de
    almendros y de olivos, las tejas,
    el mar al fondo manchado de barcos
    y sirenas, el mar del puerto y el mar
    que saboreábamos con la arena
    en los labios: ya estamos despidiéndonos,
    elaborando recuerdos, moldeando un
    presente hecho de una experiencia
    única: verano e isla que jamás
    existieron, retazos que palpamos
    como los vidrios del orgasmo, los
    espejos de la lujuria, las caleidoscópicas
    caléndulas de la retina: lo que existió
    con plenitud, los fragmentos en el desván
    donde lloro las lágrimas
    que llorarán mi muerte,
    fragmentos esparcidos en casa de fernando corugedo
    una tarde lluviosa ¿era de agosto? impregnados
    de luz y de mezcal, tarde destruida
    y aún por inventar, como días
    aztecas o una masía en génova
    abandonados ahora por cada uno
    de nosotros en l cansancio
    del amanecer, frontera entre
    la ebriedad y la resaca: los recuerdos,
    la vida que tejemos como se teje un poema:
    el espejismo de la eternidad.




    De En las rejas del tiempo (1991-1994):


    DE TI A MÍ HAY TREINTA

    De ti a mí hay treinta
    años y calles donde un niño
    juega o se pierde o llama
    a la puerta de mi casa
    donde no estoy.
    De ti a mí: el cuerpo
    nos ciega y nos acerca.
    Nos lamemos, borramos
    las palabras. Nos seduce
    el vello y el vacío.
    Caminamos por calles sin recuerdos,
    sus paredes de luz.
    Vivimos un presente
    que no existe. Amamos.
    Nos saciamos y
    dejamos de amar
    para empezar a amar de otra manera.



    LLEGAN DE UN AIRE TAN DELICADO

    Llegan de un aire tan delicado
    las palabras, llevan
    tan delicada luz, tan suaves
    cuerpos, brisa de los sueños,
    amor recién nacido en las orillas,
    campanario de luz junto a las olas,
    cielo, signos
    del día frágil e inmortal.

    Como hombres desnudos
    ........................................en los muros
    de vidrio de la ciudad del sol
    aún no habitada
    y luego las mujeres como flores,
    la boca que se besa en el espejo,
    la mano en las arañas,
    los peldaños de sal
    hasta el cofre y el ancla
    y el llanto de los vientres,

    sus melancólicos gemidos:
    amor que es como un pozo
    de luz en el jardín
    de la ceniza, espesura
    en el triángulo del pubis
    donde oímos canciones que claman
    sin cesar.



    NO SÉ LLORAR

    No sé llorar. Sólo
    lloro cuando veo tu boca
    sucia de tanto amar,
    cuando bajo escaleras
    de hielo entre lágrimas
    y tejas de arcilla roja
    inundadas de luz y veo
    el agua como un suave
    vientre o un viento
    azul y entre lágrimas
    y arañas suplico
    amor y me besas
    con tu boca empapada
    de desamor y te amo
    y lloro.



    Y SUPO DEL AMOR CUANDO DEJÓ DE AMAR

    Y supo del amor cuando dejó de amar.
    Lloraba por las calles como si fuesen charcas,
    el sexo le dolía como si fuesen ojos
    y se aferraba al aire como si fuesen ramas
    y era un árbol podrido por los días del tiempo
    que ahora regresaban como regresa el viento
    en el jardín de arena o en las casas de polvo.
    Y los hombres que lloran no se sacian de amar,
    lloran como las noches en las charcas de fango,
    como madres sin pechos, como niños de tierra
    en paisajes de céfiro que revelan ciudades
    donde todo está lejos, azul y sin campanas.
    El amor es la boca que empeña los espejos
    donde estuvieron juntos bailando los que aman.
    ¿Quién hurga en los escombros del amor? ¿Quién
    desempaña el vaho del cielo y quién repara
    las grietas de los ojos, sus paredes de moho?
    En el alba los hombres se adoraban el sexo,
    las mujeres cocían ladrillos y lloraban,
    el huérfano de amor buscaba en la maleza,
    y encontró un espejismo y en él se recreaba.



    CALLA UN MOMENTO, LUIS, ESCUCHA

    Calla un momento, Luis, escucha
    el sueño de los pájaros
    muertos, son como las raíces
    (¿no lo oyes?) del día
    negro en que vivimos todos
    menos tú. Ven
    a la pared de los dibujos
    borrados por el sol:
    mira en la mica.
    ¿O son alas de insectos?
    ¿O son vidrios o el espejo
    hecho añicos, como piedras
    que arrojan contra el cielo?
    Toca esta ropa rota,
    esta crin en la boca de los besos
    como el vello suavísimo
    de las estatuas. Lame
    la fruta que te ha herido
    tanto, y cuando vuelvas,
    si es que vas a volver
    (¿en qué olvido andas ocupado?
    ¿qué ceniza te ciega?
    ¿qué palabras no sabes en la muerte?)
    búscame en esta vida donde estoy,
    pon la boca en mis párpados,
    rescátame de este día de alimañas.




    De En el bosque de Celia (1995):


    LOS DÍAS DEL AMOR FUERON EFÍMEROS

    Los días del amor fueron efímeros
    y se besaban con los labios muertos
    como estatuas obscenas bajo el tiempo
    y en aquel sucio beso se encontraron
    como el día primero del encuentro
    y en el sabor a muerte había vida,
    la vida que se encuentra y que perdemos
    y que un obsceno encuentro recupera.
    Ya no hay quimera en la desolación.



    REGRESO A NUESTRO CIELO Y ALLÍ ME AMO

    Regreso a nuestro cielo y allí me amo
    y luego ella se acerca y nos amamos,
    nos besamos desnudos, descendemos
    por las escalinatas del placer
    y en las calles sucias nos amamos
    y somos como el día de la luz,
    árboles para siempre y lluvia y barro
    y al acabar el día nuestros párpados
    se pueblan de espesura como un bosque
    y en el centro del bosque de la muerte
    recordamos el día y nos besamos.



    SON LOS BESOS DEL CUERPO LOS QUE GIMEN

    Son los besos del cuerpo los que gimen
    y piden en la boca más gemidos.
    Y volvemos al cuerpo y nos besamos
    y es la saliva blanca como sal
    que nos besa y abrasa y nos hundimos
    en un sueño sin fondo
    y allí, en un mar de espejos,
    volvemos a encontrarnos
    y a sumirnos.




    De Los espejos del mal (1998):


    LAS PALABRAS SE HAN GASTADO PARA SIEMPRE

    Las palabras se han gastado para siempre.
    El cielo que habitamos ya no existe.
    Las casas se han poblado de vacío.
    Y yo soy los harapos de los días
    felices que recuerdo como un dolor
    que suele sin heridas. Fuimos
    sombras que el viento ha ido borrando.
    Somos charcas abandonadas en el tiempo.
    Todos los espejismos se han quebrado.
    Sólo queda el instante de las cruces.



    EL AMOR ES SUPLICIO

    El amor es suplicio
    y es también la escalera
    por la que peldaño a peldaño
    ascendemos
    para rozar el cielo.
    El cielo es un suplicio
    y descendemos
    y en cada peldaño las pisadas
    del amor nos conmueven
    y llegamos a la puerta
    y al abrirla
    estamos otra vez
    en el paraíso. Ascendemos,
    descendemos, sufrimos
    y gozamos, entramos
    y salimos, gemimos
    y volvemos a gemir.
    Pues nos amamos.



    AHORA QUE EL  CORAZÓN ME DUELE COMO NUNCA

    Ahora que el corazón me duele como nunca,
    como un espejo, sí, como un espejo
    herido, como un sol incendiado o las cenizas
    de sol en la mirada de lo que fue:
    días de amor como dicen que son
    en la penumbra los muebles de una alcoba,
    sus espejos, los cuerpos que reposan
    en la indolencia de un prado o de una cama.
    Al pintar iniciamos la creación
    de la realidad. El tiempo ignora este instante
    de dicha, este dolor del lienzo
    que revela el cuerpo que ahora duele
    tanto porque es tan sólo el cuerpo
    de un instante. Y está aquí, con nosotros.
    Como el día del amor en el lienzo,
    sin ventanas, ni luces, ni paisaje,
    sólo este hondo dolor,
    este abrazo que ahora, en el vacío,
    es una herida, como las sombras
    que dejan los muertos más queridos
    en nuestros ojos. Y duele tanto
    amarles. Y amarla duele más
    porque está viva y no está aquí
    y es feliz y ha olvidado mi abandono.




    De Poesía reciente (1995-1998):


    LA OLLA DE ALTEA

    Un castillo marino y en el cielo
    un oasis de luz.
    El mar es un espejo en la bahía
    blanca como los senos de una diosa.
    Se oye el murmullo de las barcas,
    la tenue melodía de las olas.
    y la mirada vive un paraíso.


    JUAN ANTONIO MASOLIVER RÓDENAS, Poesía reunida, El acantilado, 1999


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