SALVADOR SANDOVAL LÓPEZ (1928-2020)

REFERENCIAS AUTOBIOGRÁFICAS  ( hechas por el propio Salvador en : "ESENCIA POÉTICAS; CUATRO VOCES CONSAGRADAS : Dionisia García; Francisco Sánchez; Salvador Sandoval y Marcelino Menéndez". Ed. El Fantasma de los sueños. Marzo 2013. Murcia)

"Nací en Las Torres de Cotillas ( Murcia ) el 22 de Enero de 1928.

Cursé Latín y Humanidades en el Seminario de San Fulgencio de Murcia, y posteriormente , Bachillerato Superior y Filosofía en Barcelona. Aprobé las Oposiciones al Magisterio en la ciudad de Lérida, en 1954. He dedicado toda mi vida, a partir de esta fecha, a la enseñanza. Fui corresponsal del Diario "La Verdad" en Las Torres de Cotillas durante 25 años y Juez de Paz en la misma ciudad de 1985 a 1989. Me jubilé en 1993. Llevo pues, 18 años disfrutando de mi jubilación. Soy el Presidente de la ASOCIACIÓN LITERARIA " LAS TORRES", de Las Torres de Cotillas.

Desde niño, he sentido una especial predilección por la Poesía. Ya en el Seminario, escribía mis primeros versos para un periódico mural. Desgraciadamente pasaron muchos años sin acordarme de esa bendición que es la poesía. Mas en 1950 me trasladé a Fortuna como maestro. Y en el sentido literario, este traslado fue para mí un auténtica fortuna. Conocí a Francisco Sánchez Bautista, nos hicimos amigos. El me leía sus versos y, al escucharlos, en mi interior volvió a sonar la voz, la llamada de la poesía.

Siempre me animó a escribir. En verdad que fue providencial mi encuentro con este gran poeta. Y puedo asegurar que si mis humildes poemas pueden ser leídos es porque un buen día, por una calle de Fortuna, encontré a Paco. De ahí mi admiración y mi amistad con él.

He escrito seis libros de poemas:

-"Descendamos al Valle" : Premio Polo de Medina (1972) de la Diputación Provincial de Murcia.

-"Agua de río" ( 1977); colección Verso y Prosa.

-"Maizales y Retamas" ( 1989) ; Premio Albacara de Caravaca de la Cruz.

-"Sol de otoño"; Murcia ( 1995)

-"Un mundo sellado"; Murcia (2002)

-"Los caminos que habitara" (2008) ".


*** SALVADOR SANDOVAL LÓPEZ falleció en Murcia el 18 de mayo de 2020. D.E.P.

Ayer por la tarde, a esta hora aproximadamente, me acerqué con mi amigo Fernando ( mi "cuñao" - aunque no exista relación de parentesco entre nosotros) a ver a nuestro común amigo Salvador y a su esposa Ascensión. Hace ya bastantes años que Fernando, enfermero en Las Torres de Cotillas, me presentó a Salvador. Desde ese momento, ambos, Fernando y yo, hemos participado asiduamente en los JUEVES LITERARIOS en la CASA DE LA CULTURA de Las Torres; eventos organizados por la Asociación literaria "Las Torres" que Salvador preside. Nuestro objetivo era hablar un poco con ellos, Salvador y Ascensión; pero también recoger unos ejemplares de mi libro "La luna escondida" y, sobre todo, que Salvador nos entregara a ambos el poema que recitó el último jueves literario y que a ambos nos dejó boquiabiertos. Es preciso decir que Salvador no sólo escribe bien. Tiene, además, una voz recitando que ya quisieran para sí actores de teatro: pausada, potente, clara, rítmica...

He abierto específicamente este espacio para colgar este poema. Bueno, no quiero multiplicarme de trabajo, pero una vez abierto el espacio , hablaré de él; de Sandoval. Y aprovecharé para poner algunos de sus poemas.

Este es el siguiente :

"NAVIDAD ES AMOR

- - - - - - - Navidad es la sonrisa.

- - - - - - - Navidad es el Amor,

- - - - - - - Navidad es la alegría,

- - - - - - - es el beso, el corazón.

- - - - - - - Lo que dicen es verdad :

- - - - - - - La Navidad de los pobres

- - - - - - - es la mejor Navidad.

Niño. . . Si llegaras en Abril

- - - - - - - tendrías cuna florida.

- - - - - - - "Abril, no. Que en primavera

- - - - - - - será mi sangre vertida".

- - - - - - - Para venir, elegiste

- - - - - - - inviernos en vez de estíos.

- - - - - - - Tú llegas como la nieve:

- - - - - - - blanco , y llorando de frío.

- - - - - - - "No lloréis porque yo llore.

- - - - - - - Vine a la tierra a sufrir.

- - - - - - - Vine al dolor. Y una Cruz

- - - - - - - Me espera para morir.

- - - - - - - Llegará vuestra alegría.

- - - - - - - No lloréis porque yo muera.

- - - - - - - Con mi muerte os doy la vida".


- - - - - - - Entrañable Villancico

- - - - - - - el que cantaba mi abuelo

- - - - - - - al son de una pandereta

- - - - - - - ante un plato de buñuelos:

- - - - - - - "A la orillica del agua

- - - - - - - la Virgen está lavando.

- - - - - - - ¡Echa una mano, José!

- - - - - - - Es que el Nió está llorando".

- - - - - - - Lejos queda la riqueza

- - - - - - - y ¡ qué cerca, la humildad!

- - - - - - - Y ¡qué cerca la pobreza!

(Sobre lo poco y lo mucho)

- - - - - - - Poco, a veces, es fortuna.

- - - - - - - A veces, mucho, es la guerra.

- - - - - - - Quien poco tiene bien duerme.

- - - - - - - El rico no duerme, cuenta.

- - - - - - - Cuenta que te contarás.

- - - - - - - La muerte llamó a su puerta.

- - - - - - - "No irás a llevarme ahora,

- - - - - - - rodeado de riquezas,

- - - - - - - entre joyas rutilantes

- - - - - - - y el oro de mis monedas".

- - - - - - - Es la hora, ricachón.

- - - - - - - Se queda a 0 tu cuenta.

- - - - - - - A la hora de la muerte

- - - - - - - el rico a veces despierta. ( Cont.)

SALVADOR SANDOVAL.

NAVIDAD ES AMOR (Cont.)

- - - - - - - Navidades sin niños

- - - - - - - que salgan a cantar

- - - - - - - villancicos al Rey

- - - - - - - nacido en un portal.

- - - - - - - ¡Navidades! Los niños

- - - - - - - nunca deben faltar.

- - - - - - - Porque el niño es la vida;

- - - - - - - el niño es esencial;

- - - - - - - el niño es una joya

- - - - - - - de pureza y cristal.

- - - - - - - Se te puede romper.

- - - - - - - Te lo pueden robar

- - - - - - - y sabrán, día a día,

- - - - - - - de quién es , dónde va.

- - - - - - - "Mi niño no aparece.

- - - - - - - Mi niño ¿dónde está?

- - - - - - - Nadie lo ha visto, nadie.

- - - - - - - Dios sabe la verdad.

- - - - - - - Llegados a este punto:

- - - - - - - Agresión sexual,

- - - - - - - para que no lo cuente

- - - - - - - el niño morirá.

- - - - - - - El asesino busca

- - - - - - - plena seguridad.

- - - - - - - Sobra lo que ha pasado

- - - - - - - ya nadie podrá hablar.

- - - - - - - Y se marcha tranquilo.

- - - - - - - Y, de nuevo, a matar.


- - - - - - - No aprendáis tan deprisa

- - - - - - - lo que es malo saber.

- - - - - - - ¡Respetad a los niños,

- - - - - - - que un niño, niño es!

- - - - - - - ¡Qué aprendan a jugar,

- - - - - - - qué aprendan a reír,

- - - - - - - qué aprendan a soñar,

- - - - - - - que aprendan a vivir!

- - - - - - - ¡Basta de mendigar!

- - - - - - - ¡Ya está bien de sufrir!

- - - - - - - ¡Qué cesen de llorar!

- - - - - - - ¡Basta ya de morir!


- - - - - - - Niños de todo el Mundo,

- - - - - - - ¿os llegó la postal"

- - - - - - - Invitados estáis

- - - - - - - para esta Navidad.

- - - - - - - ¡A ensayar Villancicos!

- - - - - - - ¡A tocar, a cantar!

- - - - - - - ¡Ánimo, os esperamos!

- - - - - - - Nadie puede faltar...


- - - - - - - ... Niños de Siria. Bombas

- - - - - - - que saben destrozar ... No pudieron llegar.

- - - - - - - Los niños que no tienen

- - - - - - - un pedazo de pan ...No pudieron llegar.

- - - - - - - Los niños refugiados,

- - - - - - - sin patria y sin hogar,

- - - - - - - entre el barro y la lluvia,

- - - - - - - de ciudad en ciudad ... No pudieron llegar.

- - - - - - - Los niños que se mueren

- - - - - - - ahogados en el mar ... No pudieron llegar.

- - - - - - - ¿Cuánto niños, Señor ... No pudieron llegar?


- - - - - - - Algo en la Nochebuena,

- - - - - - - flotaba sobre el mar.

- - - - - - - Era algo pequeño que lloraba

- - - - - - - y que hacía llorar...

- - - - - - - Calló al amanecer,

- - - - - - - cuando vio las estrellas sollozar.

- - - - - - - Y, al ver que las estrellas eran lágrimas,

- - - - - - - cerró sus ojos y durmiose en Paz.


Bien. Le iré dedicando a Salvador algunos raticos de mi tiempo.

Gracias.

PALOMAS DE MI SANGRE.- ( Del Libro MAIZALES Y RETAMAS, 1989 )

Afirmo que esta tierra

de enardecidas lomas, este árbol

de redondas ternuras, estas aguas

clarísimas,este valle, estos pájaros

son mi vida.

Afirmo que mis ojos

pudrirían las sombras, ya cerrados,

sin esta luz vital. Y habrían muerto,

sin este Sol, los nidos de mis manos.

Os juro que hay palomas en mi sangre.

Y me habita el almendro, y el manzano.

Blandas lluvias repican en mis pulsos,

me gorjean panales y sembrados,

me laten las estrellas y los montes,

las retamas y savias de los campos.

Me han crecido trigales en el alma,

soleadas llanuras, hondos claros,

horizontes de gredas, y canchales

sangrientos de amapolas y de cardos.

Proclamo que me nutren y confortan

las ubres de estos vientos hortelanos,

henchidas de resinas y de mieles,

rebosantes de mostos y naranjos.

Que se desborda un río por mis ojos

y me inunda de juncos y de barbos,

de sauces de cristal, y de baladres

de amarillos silencio verde.amargos.

Son míos los bordados de la tarde

y las hierbas se alfombran a mi paso.

En el agua se rizan las palmeras,

se lavan sus coronas los granados,

los ciruelos se acunan, temblorosos,

y se moja la gloria del ocaso.

- Pajarillo que vienes del romero

a beber en la copa del remanso,

pajarillo que buscas en la fronda

las ternuras del brote y de los tallos,

¿alguna vez has visto los espejos

que dibuja la hiedra en el cercado?

¿Has aspirado mentas y corolas,

fragancias de los árboles de marzo?

¡Qué sabes tú de savias y de ríos,

mi pobre pajarillo del secano !

(Cont.)

PALOMAS DE MI SANGRE ( Cont.)

Hoy canto por vosotros, agua, tierra.

Aliento por vosotros, aire, árbol.

Suspiro por vosotros, trigo, pájaro.

¡Que me lacren la voz y la palabra,

y la lengua me sellen y los labios,

si me arrancan del sol y de los huertos

y mis ojos no vuelven a mirarlos!

Aquí quiero vivir, huésped del río,

huésped de los cañares y los álamos.

¡Qué me besen las sendas y los sauces

y me acaricie el día en su regazo!

¡Dejadme aquí, con el maizal airoso,

y que el viento me cure con un bálsamo

de uvas y colmenas! ¡Qué me curen

los vencejos gozosos del espacio!

Hoy canto por vosotros, labradores,

carne de olvido, huesos humillados,

que camináis luceros de silencio,

tatuados de arrugas y de callos.

Me quedo con vosotros porque os basta

el sendero del alba y el cigarro,

un pedazo de pan, y la botella

de vino peleón ensangrentado.

Me quedo con la tierra, con mi tierra

abundosa de junzas y de espartos,

que, al cabo. tierra soy, agua de sueños

que desborda mi cántaro de barro.

Algunos críticos se han dado cuenta de ello - y lo dicen...-  ; no existe, tras Antonio Machado, un poeta más machadiano que Salvador Sandoval :

"...de este poeta limpiamente machadiano y bucólico, atento a su inspiración en la naturaleza, el recuerdo y la expresión sencilla..." ( Francisco Javier Díez de Revenga.) He aquí una buena prueba de ello:


CAPITÁN DE BARCO ( del libro SOL DE OTOÑO - 1995 -)

Porque me turba la mar

y las olas me dan miedo,

mi madre nunca me puso

un traje de marinero.

Nunca de blanco y azul.

Siempre de gris y de viejo.


Yo fui un niño descalzo.

Sin unas botas de cuero,

sin una gorra de estrellas

y un ancla de oro en el pecho,

no fui capitán de barco

como soñara mi abuelo

que, al fin , se murió sin ver

de azul marino a si nieto.


Yo conquisté mis galones

jugando a niño travieso

con una espada de caña,

medio en broma, medio en serio.


Y gané mis entorchados

sobre el barro y el estiércol,

cogiendo grillos y ranas

entre la hierba y el cieno.

Me batí con el pirata

"Pata de palo" en un duelo,

primero con tirachinas,

y más tarde, cuerpo a cuerpo.

Estos fueron mis galones:

manchas de sangre, y remiendo

que punteaba mi madre

en mi camisa de lienzo. ( Cont.)

SALVADOR SANDOVAL

CAPITÁN DE BARCO ( Cont.)

...Y me habló Dios en la noche

cuando todo era silencia:

*Porque no tuviste gorra

ni traje de marinero,

ni galones en la manga

ni zapatos como espejos

y apenas tuviste pan

y leña para el invierno,

te doy todas las estrellas

que sembré en el firmamento.

¡Cógelas!¡Cubre de estrellas

las manchas y los remiendos,

los descosidos y el barro!

¡cubre de estrellas el cieno

y la sangre y los bolsillos

de tu camisa de lienzo!

¡Deja una estrella en la charca

donde se pudren los negros,

en las chabolas del llanto

de tantos niños hambrientos,

en las cuevas de los niños

descalzos y analfabetos!

Y olvídate de la mar,

que tu barco está en el cielo.

La Luna será tu vela.

El barco serán tus sueños".

No he vuelto a pisar la playa

porque es de lumbre y me quemo.

Las arenas son del mar.

Yo tengo muchos lucero. (Cont.)

SALVADOR SANDOVAL

CAPITÁN DE BARCO ( final)

Porque me turba la mar

y las olas me dan miedo,

mi madre nuca me puso

un traje de marinero.

Soy de tierra y siempre quise

tener los pies en el suelo

y no fiarme del mar

por voluble y traicionero.

No tuve traje ni barco.

Ni los tuve ni los quiero,

que el traje es sólo un disfraz

y, en el barco, me mareo.


Sobre las rocas, a veces,

intento mirarlo, intento

adivinar sus perfiles,

sus orillas, sus linderos.

Sobre una roca de espumas

quiero abarcarlo y no puedo.

Que no cabe tanto azul

en unos ojos pequeños.


¡Dios no quierte que una barca

me arrebate mar adentro,

que está la noche sin luna

y el mar, crecido y violento,

y van a jugar las olas

con estos cuatro maderos.

¡Dios mío, qué soledad!

Cielo y agua, agua y cielo,

y, en medio, rota, mi barca

está varada y sin remos.


En la noche no hay estrellas

Y está muy lejos el puerto.

RECUERDO ( de AGUA DE RÍO - 1977 -) : ( Cont.)

RECUERDO ( de AGUA DE RÍO -1977-). ( Ayer tuve que dejarlo. Me llamaron por el fallecimiento de un familiar: aunque no próximo, era bastante conocido y muy buena persona. Hube de acudir, por tanto, y me fue imposible continuar...Lo hago ahora)

Las noches estaban

llenas de rosales.

Los balcones eran

bocas para el aire

en las casas pobres

sin luz ni cristales.

Cielo de verano

sobre tejas árabes,

un cielo vestido

de azul y lunares.

Cal en las fachadas,

cal en todas partes.

Hace...No recuerdo

los años que hace.

¡Qué más da! Ni quiero

ver el almanaque.


.........................


Ya vienen los niños.

¡A ver quién llega antes!

a las cuatro esquinas

sin fuente y sin árboles.

Hay uno que come

pan y chocolate.

Los otros, pan solo,

revuelto con hambre.

Entonces había

más niños que panes.

...¡Todos de la mano !

¡A atajar la calle!

Cont.

SALVADOR SANDOVAL LÓPEZ

RECUERDO ( Cont.)

(El niño es un río

que no hay quien lo pare)

¡A atajar la calle!

(El niño es un río

que no hay quien lo pare).

¡A atajar la calle,

que no pase nadie!

Luego, ya rendidos,

junto a los tapiales,

se cuentan historias

de estrellas y sables,

una historia larga

de tres capitanes.

Hablan del valiente

que venció al cobarde.

Y cuentan de un niño

que, por no ir a clase,

lo mató la bruja

con sal y vinagre.

.........................

Saltan a la comba

las niñas aparte.

(La esquina ya tiene

sus fuente y sus árboles).

¿Dónde está tu playa,

reina de los mares?

- La llevo en mis ojos,

azules y grandes.

- Yo tengo un castillo,

¿dónde están las llaves?

(La niña es un río

que no hay quien lo calle).

- ¡Pásame en tu barca,

barquero galante!

- Yo soy la viudita

que quiere casarse.

- La fuente se calla.

Se callan los árboles.

En las cuatro esquinas

ya no canta nadie,

y el campo está negro

frente a los tapiales.

Con sus dos bombillas

se duerme la calle.

SALVADOR SANDOVAL LÓPEZ

UN PUEBLO UN DESTINO ( de el libro UN MUNDO SELLADO - 2002- ).

Este poema, en ANTOLOGÍA POÉTICA ( Verabríl y Comunicación, 2008) lleva una introducción, que desaparece en ESENCIAS POÉTICAS (4 VOCES CONSAGRADAS, Murcia, 2013 ) . Esa introducción es :

"¡Levanta! Las alondras
cruzan ya el aire azotando las cañas.
Duerme el barranco aún.
Vete, abriendo camino en el silencio." ( Luís Feria)

Sube a la montaña,
desciende hasta el río,

busca las aldeas

y los caseríos

con sus cuatro casas

y sus cuatro niños

y sus cuatro chopos

y el viejo molino.

Baja luego al fondo

de un valle escondido

de muelles praderas

y arroyos umbríos...

Todo, todo es verde

menos el camino.


...Y allá, en lo más hondo,

silente, dormido,

-entre olor a establos-,

un pueblo, un destino...

...Vas hacia la sierra,

bordeas los riscos.

La senda ¡qué pobre

de arbusto marchito,

de piedra desnuda

y esparto pajizo!

Si pobre es la senda,

pobre es el bolsillo.

Pero el alma canta

con todos los trigos.

Pero el alma vuela

como un pajarillo...

¡Canta, corazón,

de ilusiones rico!

Sonríen los montes.

El Sol ha nacido.


Y allá en lo más alto,

sobre los ramblizos

y oscuras quebradas,

un pueblo perdido

con sus cuatro casas

y sus cuatro niños,

que no tiene chopo

ni tiene molino,

que no tiene prado,

que no tiene río,

-sólo adobes tristes-,

un pueblo, un destino.


...Sigue, caminante,

sigue tu camino.

Te esperan, dorados,

en el sol, tus niños.


...La risa en el aire,

el lápiz, el libro,

el compás, un mapa,

quizá un bocadillo.

Y unos ojos nuevos,

radiantes y limpios.


...¡Los niños?

Barro de alfarero,

tierra de cultivo,

árboles que crecen

según su albedrío,

mármoles intactos,

oros no bruñidos,

claros manantiales,

torrentes bravíos,

caballos sin norte

los cinco sentidos,

caballos sin freno,

potros sin estribo...


Pero el corazón

es el puro trigo,

la más tierna fruta,

el más dulce vino.

...Los niños, maestro.

¡Aguardan los niños!


(Como se apuntó en la breve reseña biográfica , Salvador fue maestro hasta su jubilación. "Maestro de pueblo" como se decía entonces - de manera similar a como se decía "médico de pueblo" - para diferenciarlo de Maestro de ciudad; éste con una dotación material y técnica superior; aquel con un compás o un mapa y una profunda ilusión por transmitir su conocimiento. Maestro de pueblo , como lo fue nuestro poeta más universal Antonio Machado. Y Salvador, subyugado, por el quehacer poético del maestro, lleva sus ritmos y sus contenidos a una nueva explosión poética implicada en el alma de los "Campos de Castilla". Alma machadiana: en lo personal, buena persona. En lo poético, notable y afortunada influencia del autor hispalense.

SALVADOR SANDOVAL

LOS CAMINOS DEL SOL , PRIMERA PARTE ( del libro DESCENDAMOS AL VALLE - 1972 - )

LLEGAS TAN HUMILDE ( Canto a la primavera )


¡Llegabas tan humilde por los surcos!

¡Tan menuda! ¡Tan leve era tu paso,

que nadie vio las huellas que pintabas

en el paisaje verde-gris de marzo!


¿Brotaste de la tierra? ¿Descendiste

por las sendas azules del espacio?

¿Bajaste de las cumbres por el río?

¿Fue la lluvia? ¿Fue el viento quien te trajo?


¡Todo estaba dormido por el valle:

el camino, el rosal, la fuente, el árbol!

¡Todo estaba dormido! Sólo había

muchas ramas desnudas sobre el barro.

El invierno subióse a la montaña.

Y, entre los riscos, extendió su manto.

Desenvainó la espada de los cierzos,

segó las herbezuelas de los campos,

sacudió los almendros y, en las motas,

luchó furiosamente con los cardos.

Luego vino a las casas y, de un soplo,

dejó sin gorriones los tejados.


¡Cuántas veces quedaron las ovejas

sin salir a pastar, en los establos;

sin tañer sus esquilas por el monte,

sin retozar, al son de los ribazos!

¡Cuántos días pasaron en sus cuevas,

ateridos de frío, los lagartos!

Las noches enlutaron la llanura,

bajo el fulgor helado de los astros. (Cont.)

Viene del anterior ( Continuación de LLEGAS TAN HUMILDE, CANTO A LA PRIMAVERA)

De improviso, llegaste. Y el camino

y el rosal y la fuente despertaron.

Pasaste de puntillas sobre el cerro,

y se volvieron tiernos los espartos,

nació la campanilla entre las piedras

y se vistió de flores el barranco.

¡Qué limpia que asomó la margarita

cuando tocaste apenas lo guijarros!

¡Cómo lucieron, a la luz y al viento,

sus coronas de hierbas los peñascos!

Pisaste la blancura de la sierra,

y se quebró la nieve en mil regatos

que se fueron, saltando hacia los valles,

con sus cristales rotos y sus cantos.


Las umbrías del monte y las veredas

se llenaron de sol y de rebaños

y, al toque de la esquila, se rompieron

el silencio y la paz de los collados.

¡Con cuánto afán paladeó la oveja

el verde recién hecho de los pastos!


Cuando rozaste el huerto, se pusieron

el pañuelo de rosas los cercados.

Y, a las ramas aquellas, tan desnudas,

les estalló la vida por los brazos,

se cuajaron de yemas, y de pronto,

se poblaron de hojas y de pájaros

¡Con qué donaire se vistió el ciruelo!

¡Qué flores le salieron al manzano!


Encendiste el pudor de los brazales

con los rubores nuevos del granado

y, al cruzar los senderos, adornaste

de estrellas diminutas los naranjos.

¡Estrenaron un ansia las palmeras

de crecer y crecer hacia lo alto!

¡un ansia de lo azul!¡ unos deseos

de subir a lo limpio y a lo claro!.. ( Cont.)

Viene del anterior ( LLEGAS TAN HUMILDE, CANTO A LA PRIMAVERA; continuación y final del poema )

Cuando fuiste a las casas, los balcones

se inundaron de luz y de geranios,

y corrieron a verte, por las calles,

con sus voces a coro, los muchachos.

La moza se prendió las clavellinas

que bordaban primores en el patio,,

y los mozos sintieron, por las venas,

retallarles la sangre, como un látigo.


¡Cómo llamaste al hombre!¡Con qué urgencia!

¡Cómo llamaste... que se obró el milagro!

Floreció la sonrisa y la ternura

a la luna del huerto, entre los tallos,

y floreció el amor, como florecen

las rejas todas en el mes de mayo.

Fue primero un chispazo en las pupilas.

Luego brotó a raudales por los labios,

y nacieron los besos bajo el cielo,

cuando marchó, cogido de la mano.


Por los aires voló con las palomas.

A la tierra bajó con los gusanos,

se afanó con la hormiga, y una tarde

subió con la cigüeña al campanario.

¡El amor que tú hiciste, primavera!

¡El amor, con el alba y el ocaso!


¡Primavera del valle y la montaña,

primavera del agua y de los campos,

primavera del trigo y de la rosa,

primavera del hombre y de los pájaros,

¡quédate con nosotros!¡No te vayas,

aunque vuelvas a vernos muchos años!

¡Quédate en nuestro alero! ¡Y, para siempre,

sea tu nido el corazón humano!

Continuaremos con un poema dedicado a CARLOS FUENTES PEÑAFIEL :

FLORES BLANCAS, AMIGO (cont.)

Continuamos con el poema que antes dijimos :

FLORES BLANCAS, AMIGO ( Para Carlos Fuentes Peñafiel ) ( Del libro DESCENDAMOS AL VALLE , 1972)

El sol está en la hierba.

¡Ven compañero,

que ha nevado en las ramas,

del limonero!


El sol está en el agua.

¡Venid, amigos,

que ha nevado en las ramas,

sobre los trigos!


Con su collar de estrellas ¡ cómo canta el quijero !

¡Cómo lucen, al viento, sus estrellas las lomas!

Hay estrellas caídas en mitad del sendero.

Y, en los verdes, bandadas de pequeñas palomas.


Está muerta de envidia la cal en los tapiales,

y el mármol de las cruces, y el agua de las fuentes.

Está muerta la rosa, de envidia, en los rosales,

y, en los valles, los lirios humillaron sus fuentes.


Azahares del aire.

¡Venid al huerto,

que el azahar espera

recién abierto!


Y se ha puesto un vestido

la huerta toda,

más blanco, que una novia,

para la boda.


¡Llénate de perfume, recién hecho, la mano!

¡Vuelve puros tus pasos, y tu mirada pura!

Los naranjos te llaman. ¿No los oyes, hermano?

¿No quieres un ramito de esencia y de blancura?


Y dice el limonero

por los caminos:

"Vendo pájaros, flores,

aromas, trinos".


Y, en la senda , el naranjo

le dice al hombre:

"Vendo flores, hermano.

¿Hay quien las compre?


¿Nadie compra unas flores para alumbrar sus manos?

¿Qué haré yo con la nieve de mis flores hermosas?

¡Morirán en el lodo, como blancos gusanos!

¡Morirán en el viento, como las mariposas!" ( Cont.)

Continuación y finalización de FLORES BLANCAS, AMIGO ( para Carlos Fuentes Peñafiel)

¡Ay, las flores humildes del humilde camino!

¿Para quién, la fragancia que se lleva la brisa?

¿Qué le importan al hombre, que viene y va, sin tino,

la fragancia, las flores, el amor, la sonrisa?


El hombre de la senda

no quiere flores,

que prefiere los gases

de los motores,


El hombre va buscando

placer, dinero.

¿Para qué quiere flores

de limonero?


¡Oh Señor! ¡Tú que entiendes los trinos de las aves

y conoces la lengua secreta de las rosas!

¡Tú, que sabes del agua! ¡Oh, Señor, Tú que sabes

del lenguaje sencillo de las pequeñas cosas!


¡Tú, Señor, que perfumas los senderos del valle,

y coronas las sienes de los peñascos muertos!

¡sácame del asfalto, del trueno de la calle.

Y llévame al silencio nevado de los huertos!


¡Haz, Señor, que el silencio

sea mi amigo,

que, en el silencio, quieres

hablar conmigo!

¡Hazme, Señor, amigo

del agua clara,

que, en el cristal del agua,

se ve tu cara!


¡Hazme, Señor, amigo, de la flor escondida,

del azahar humilde que guarda el limonero!

¡Que se vistan de blanco las sendas de mi vida,

Señor, como se visten los caminos en enero!


El sol está en el agua.

¡Venid, amigos,

que ha nevado en las ramas

sobre los trigos!


El sol está en la hierba.

¡Ven, compañero,

que ha nevado en las ramas

del limonero!

SALVADOR SANDOVAL LÓPEZ

EL BARRO DE LA SENDA ( de DESCENDAMOS AL VALLE, 1972.) (El azahar, la flor pequeña y blanca / así habló con Dios, humildemente...)


Hoy me atrevo a rezar, a hablar contigo

desde mi cárcel de silencio y hojas.

Sólo he visto, Señor, el agua, el trigo.

Y el sol me ciega en las acequias rojas.


Apenas si me asomo a los linderos,

tras los barrotes grises de la rama.

Sólo escucho la voz de los quijeros

y el recrujir del grillo por la grama.


¡Cuán humildes mis ojos!¡Cuá estrecho

mi horizonte de tallos y brazales"

La tierra está mullida, como un lecho

caliente, donde duermen los maizales.


Son de seda la lluvia y el lucero.

Es de seda la hierba. Y el gusano.

Son de seda las rosas. Y el sendero

acaricia los pasos del huertano.


Recorta mi paisaje una ladera

con su alambrada de matojos muertos.

En el cielo vislumbra una palmera,

y la Luna, la amiga de los huertos.


Pero lejos del surco y de las cañas,

- me lo dicen los pájaros y el viento-

hay estrellas , Señor, valles, montañas

y gigantes de hierro y de cemento.


Ciudades luminosas, con sus ríos

de asfalto, de neón y de bocinas.

Soleados y viejos caseríos

con el tiempo dormido en las esquinas. ( Cont.)

SALVADOR SANDOVAL

EL BARRO DE LA SENDA (Cont.)

Me cuentan de las cumbres y el espacio,,

de la nube, del mar, de la llanura.

Me cuentan de la choza y el palacio,

y del hambre , Señor, y de la hartura.


Que brotan la cizaña y los espinos,

y se aoaga el amor y la sonrisa.

Y el silencio, la flor de los caminos,

se muere entre las ruedas de la prisa.


Que suenan los clarines de la guerra.

Que hierven las espumas de la ira.

Que maduran su hiel sobre la tierra

los frutos del rencor y la mentira.


Sin Norte va la gente y sin freno,

del brazo del orgullo y la codicia.

¡Cuánto barro en la senda!¡Cuánto cieno!

¡Cuánta basura, Dios!¡Cuánta inmundicia!


Dicen que huele a cieno la montaña.

Que el cieno infecta con su hedor los valles.

Que el mármol huele a cieno. Y la cabaña.

La soledad, las plazas y las calles.


El lirio del candor y la pureza

languidece en el lodo y se deshoja.

Y las rosas ya saben con tristeza

que el pudor se desnuda, hoja por hoja.


Del traje blanco que estrenó el paisaje

algunas mariposas guarda el llano.

Hay palomas aún de albo plumaje.

Quedan flores de almendro y de manzano. ( Cont.

SALVADOR SANDOVAL LÓPEZ

EL BARRO DE LA SENDA ( Cont. y final)

Y la nieve y la escarcha, mis hermanas.

El alba entre las gotas del rocío.

Las estrellas tan puras, tan lejanas...

Y el clamor de la luna por el río.

Y el vestido de novia. Sobre el pecho

soy testigo de amor y de blancura.

A veces, al prenderme, se han deshecho

mis pétalos en llanto y amargura.


Quedan, Señor, las Hostias y los lirios.

El ara de tu altar, hecha de albores.

Queda... la luz del Sol y de los cirios.

La Ermita con su Virgen y sus flores.


¡Es tan poco! Por ello, solitaria

se eleva en Ti mi voz, que no desdeñas

el clamor del humilde y la plegaria

de tus criaturas blancas y pequeñas.


Te pido por los hombres. es urgente

que les lleves el pan a los hambrientos.

Que les lleves el agua de tu fuente

a los que están rendidos y sedientos.


Es preciso que sanes al impuro.

Que desates los dedos al avaro.

Que penetre tu luz lo más oscuro

y amanezca el camino limpio y claro.


Por el hombre me ofrendo en tu presencia.

¡Que rompan y que pisen mis armiños!

Pero ¡guarda, Dios mío, la inocencia

y el candor en los ojos de los niños!


¡Haz que lave la lluvia lo creado

y que empape, Señor, el suelo inmundo!

¡Que lo sucio se torne inmaculado!

¡Y que nieve, que nieve sobre el mundo!

NO TE VAYAS DEL MONTE ( A la tarde)

¡No te vayas del monte,

mi sol amigo,

que lloran los almendros,

que llora el trigo!


¡No te vayas del monte!

¡Duerme en los pinos,

en los cantos dorados

de los caminos !


¡Que lloran los rosales!

¡Que tiritan los lirios!

¡Que se van las palomas!

¡Que se duermen los niños!

¡No te vayas del monte,

mi sol amigo!


Tengo miedo a la noche.

Tengo miedo del frío.

Tengo miedo a la sombra.

Tengo miedo al olvido.

¡No te vayas del monte

mi sol amigo!


Que quiero ver el agua.

Quiero sentirme vivo.

Quiero coger las piedras.

Quiero escuchar el río.

¡No te vayas del monte

mi sol amigo!


¡Qué silencio en las ramas!

¡Qué tristeza en los nidos,

cuando calle la alondra

y comiencen los grillos!

¡No te vayas del monte

mi sol amigo!


Morirán las canciones.

¡Ay, el agua y el trino!.

Morirán las esquilas.

¡Ay, la flor del tomillo!

¡No te vayas del monte

mi sol amigo,

que lloran los almendros,

que llora el trigo: ( Del libro DESCENDAMOS AL VALLE)

SALVADOR SANDOVAL LÓPEZ

TRILLA

Arde el polvo en los caminos

y los rastrojos se queman.

es el verano. Los trillos

hincan el diente en la siesta,

y muerden, como un cilicio,

sobre el lomo de las eras.


Los mozos cantan y cantan,

locos de luz y de vueltas,

radiantes con mil reflejos

de encendidas lentejuelas.

Y llenan de oro la tarde

los dedos de las horquetas.


El sol tortura los ojos

y es un dolor en las piedras.

hay nubes de paja fina

flotando entre las garberas,

como un enjambre de avispas

que brilla al sol y se aleja.

Cual si cayeran del cielo,

los granos brincan y ruedan,

y, con música de lluvia,

repican sobre las eras.


( Los mozos llenan, cantando,

el vientre de las carretas). ( De DESCENDAMOS AL VALLE, 1972)

SALVADOR SANDOVAL LÓPEZ

EL RÍO ES NUESTRA VIDA ( Canto al Río Segura)


¡Venga , señor, conmigo, que veremos el río!

La tarde es apacible, y es muy corto el sendero.

(¡Sendero de rosales, verde sendero mío,

que sabe de mis pasos, de lo que busco y quiero!)


¡Venga, señor! La tarde se enciende en azahares.

El sol poniente tiñe de arreboles la vega

y, a lo lejos, fundidos, se escuchan dos cantares:

el cantar de las aguas y el del hombre que riega.


Ya estamos a la orilla. ¿No ves tras esas cañas

cabrillear el agua, entre halos de frescura?

Algo lleva la brisa que cala las entrañas.

¡Mire, señor, el río!¡ Nuestro río Segura! (Cont.

SALVADOR SANDOVAL LÓPEZ

EL RÍO ES NUESTRA VIDA ( cont.)

El río es nuestra vida. Vea cómo a su orilla

bajo el sol, han nacido pueblos, hombres y riqueza.

Unos pueblos alegres, una gente sencilla,

que madruga y trabaja, que sueña y canta y reza.


Unos hombres miman con ternura su huerta,

y la llenan de frutos y la visten de flores.

Que le abrirán sus brazos y le abrirán su puerta,

y le pondrán su limpia mesa de labradores.


El río es nuestra vida. Vea, señor, la vega,

surcada de quijeros, de acequias, de brazales

-arterias palpitantes- por donde el agua llega

a inundar los naranjos, la higuera, los maizales.


Y por todas las sendas, laborioso, el huertano.

El mozo que se enfrenta con el calor y el frío,

y el viejo que se afana, el legón en la mano,

con el agua que sube del corazón del río. ( De DESCENDAMOS AL VALLE, 1972 )

SALVADOR SANDOVAL LÓPEZ

HAY UN FULGOR EN EL CIELO

Ya viene, blanca de luces,

el alba por las veredas.

El sol esmalta de joyas

los cristales de la acequia

y, entre un diluvio de trinos,

se despierta la palmera.

Hay un fulgor en el cielo

de limón y de cereza,

que va dorando los montes

y ruboriza la huerta.

A las caricias del día

el árbol se despereza.

La brisa llena de rosas

y de azahares la vega

y, amorosa, va enjugando

las lágrimas de la hierba.


Todo se inunda de sol.

Se enciende el huerto... y la eras,

el brazal, el caserío ,

la parra, la enredadera.

La luz ciega en los caminos

y embiste contra las piedras.

(Como puñales relumbran

las hojas de las moreras).

Hay un incendio en el río

que entre las cañas se quema

y, herido de resplandores,

huye , en llamas, por la siesta.

Ebrio de sol está el campo.

Nimbada de luz la sierra.

Y, allá a lo lejos, se viste

de verde y oro la huerta.

SALVADOR SANDOVAL


"Son austeros y claros, como el campo.

Ardientes y tostados, como el vino.

El dolor de los surcos, en los ojos

acosados de auroras y caminos,

y, en las manos, la angustia de los días

amarillos de polvo y de racimo.


¡Los hombres del Sureste! ¡Luchadores

amasados de nervio y pergamino!

Bronces, puros de soles y de cierzos.

Compañeros del alba y de los grillos.

Hermanos de la estrella y de la hormiga.

Amadores de espacios y de trinos.


¡Qué le digan al Sol si los conoce!

(El Sol y ellos son buenos amigos)

¡Qué le digan al valle y a la noche!

¡Qué pregunten si el monte los ha visto

descender al ocaso, cruz al hombro

y pies ensangrentados, como cristos...

y romperse las manos, y dejarse

las uñas y la piel por los ramblizos!

El campo los conoce. Y el barbecho,

de pasar y pasar, arado en vilo,

¡con cuánto amor por sembrar el grano!

¡con qué tristeza recogiendo espinos!

La vega los escucha por la grama,

descalzos sobre agujas de rocío,

acariciando tallos y renuevos,

acechando las yemas o el latido

del agua y la semilla, registrando

la entraña jubilosa del plantío.

Y saben de la lluvia entre la fronda.

Del siniestro repique del pedrisco.

Y de frutos mordidos por los hielos.

Y de cosechas que se lleva el río." ( Poema SON AUSTEROS Y CLAROS, de LOS HOMBRES DEL SOL - TERCERA PARTE DE DESCENDAMOS AL VALLE).

SALVADOR SANDOVAL

CONTRALUZ ( A )

"Hace tiempo que sé de tus cadenas.

Mi sangre ¡ cuánto sabe de tus dardos!

¡Qué temprano dejaste por mis venas

esta siembra de ortigas y de nardos!


Madura, con el sol, está la herida.

Madura como el trigo en el verano.

Por ella viene y se me va la vida.

Y no intento curarme que es en vano.


¿Curarme, amor?¿Curarme?...¡Sí que no quiero!

¿Librarme yo de ti?...¡Sí te bendigo!

¿Cómo voy a curarme si me muero?

¿Cómo voy a vivir, si no es contigo?


Eres mi pan. El aire necesario.

Hoy me infundes valor. Mañana, miedo.

Eres mi gloria, amor, y mi calvario.

Sangro cerca de ti. Pero me quedo.


Lloro a veces, y, a veces, canto y río.

(¿Qué me hiciste del seso y la cordura?)

Cuando miro tus ojos, desvarío.

Y, cuando no los miro, ¡qué locura!


Te has subido a mis sienes como el vino.

Como el vino, me endulzas y me dueles.

¡Dame sólo una rosa... o un espino!

¡Dame a probar tu acíbar... o tus mieles!


Tengo los pies mordidos del estío,

de seguirte los pasos , huella a huella.

Tengo ciegos los ojos con el río,

con el hielo bruñido de la estrella.


De buscarte, me he vuelto peregrino.

De buscarte en la sombra de los valles

y en el polvo tostado del camino.

De buscarte por plazas y por calles.


Esclavo soy, amor. Y tú, el tirano.

Tirano de mi carne y de mis huesos.

¡No me obligues a ir por monte y llano

mendigando la gracia de tus besos!


¡Mendigando tu pelo y tu cintura!

¡Mendigándote siempre de rodillas!

¡Cómo llenas mi boca de amargura

al negarme y negarme tus mejillas! ( Cont.)

SALVADOR SANDOVAL

CONTRALUZ ( B )

¿Qué me importa del cielo y de la tierra

si llevo el corazón al rojo vivo ?

¡Qué contigo no hay paz! ¡Pues que haya guerra

que yo seré tenaz si eres esquivo!


Qué yo seré la miel si tú eres rudo.

Y seré la humildad si eres altivo.

Qué yo seré locuaz si tú eres mudo.

Seré la timidez si tú agresivo.


Mi sangre está como carbón de fragua

con tu desdén, amor, y con mi prisa.

Para calmar mi sed...no sirve el agua

¡Apágamela tú con tu sonrisa!


¡Apágame esta sed que me tortura,

este fuego que abrasa donde toca!

¡Déjame refrescar mi calentura

En la fuente sellada de tu boca!


El Sol me clava sus puñales rojos.

¡Límpiame tanto sol con tu pañuelo!

¡Dame a beber del lago de tus ojos,

de la airosa cascada de tu pelo!


¿Acabará, amor, con mi delirio

si me dejas rozar tu piel morena?

Mi tacto sólo sabe del martirio

de la zarza, del risco y de la arena.


¿se calmará mi fiebre si me dejas,

por una vez, el junco de tu talle?

¿No dices que te duelen ya mis quejas?

¡Amémonos, amor, porque me calle!


La vida se nos va por el sendero

y se nos vuelve triste y amarilla.

¡Es ya tiempo! Que luego, en su velero,

nos llevará la muerte a la orilla.


La muerte llamará con su campana.

¡Amémonos, ahora que el sol arde!

¡No me digas: "tal vez...quizás...mañana",

porque quizás mañana sea tarde! ( Salvador Sandoval. Poema "Contraluz", divido en dos partes.

Del libro DESCENDAMOS AL VALLE)

Paso y admiro tu compromiso moral con lo bueno que tus amigos hacen o saben hacer.
Volveré para detenerme en cámara lenta y disfrutarlo a plenitud.
Abrazos

Gracias, Evangelina... Sabes? En una travesía por el desierto un poco de agua es una bendición.

Besos.