Esas tardes, todos los días.
Cuando miramos la tarde con el morir del día,
y ese gorjeo de zorzal llamando su compañera,
llena la horas que se terminan
buscando el resumen de todo lo vivido;
aparece la oscuridad buscando la paz
y se ilumina la mente en pos del poeta que habita
las horas y sus segundos, para crear poesía;
se llenan de nubes coloridas,
anunciando un padre nuestro o un ave maría,
al cierre del día, el comienzo del sueño,
al cambio de ciclo, renuevos con bríos
todos buscamos ese algo, llamado vida,
cerrando los ojos, amaneciendo mañana
para buscar nuevamente otra armonía
y así sucesivamente todos los días, uno tras otro,
y nuevos zorzales llamando al amor,
la vida……….
» Andrés Trapiello (1953-
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