Aires de Libertad

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    Mahvash Sábet (1953- Empty Mahvash Sábet (1953-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Vie 13 Oct - 8:50

    .


    Mahvash Sábet (Irán, 1953), fue condenada en su país a diez años de cárcel por profesar la fe bahái, una religión perseguida en Irán y que cuenta con unos siete millones de practicantes en todo el mundo. Durante su estancia en prisión, escribió sus ‘Poemas enjaulados’ (Pre-Textos, 2020), una prueba del coraje y la desesperación, la miseria y las esperanzas de miles de iraníes que luchan por sobrevivir a las condiciones de extrema opresión. Sus poemas se presentarán en el Centre Cultural La Nau de la Universitat de València, el próximo 8 de junio, a las 19 horas.

    Este acto se inscribe en la programación del Aula de Poesía de la Universitat de València y contará con las intervenciones de.Axel Toribio, secretario de la Comunidad Bahá'í de Valencia; Rafael Monzón Giménez, presidente del Centro UNESCO Valencia; Manuel Borrás, editor de Pre-Textos, las dos traductoras Ryma Sheermohammadi y Amaya Blanco; y la responsable del Aula de Poesía de la Universitat, Xelo Candel, que moderará el debate. Para asistir al acto se requiere inscripción a través de este enlace.

    ‘Poemas enjaulados’ es una obra que surge de la necesidad de la autora de expresarse tras una década de su vida encarcelada por sus creencias. En 2017, Mahvash Sábet obtuvo el premio Pen International, un galardón que otorga PEN Internacional Club Español, organización que defiende la libertad de expresión de escritores en riesgo y apoyan a quienes han sufrido exilio o encarcelamiento. Tras la traducción al inglés realizada por Bahiyyih Nakhjavani bajo el título Prison Poems, la editorial Pre-Textos acaba de publicar la traducción del farsi al español a cargo de Amaya Blanco y Ryma Sheermohammadi.

    (Sacado de https://www.uv.es/uvweb/universidad/es/ficha-persona/poemas-enjaulados-poeta-irani-mahvash-sabet-se-presentan-nau-universitat-valencia-1285950309813/Novetat.html?id=1286199638280 )


    *


    Algunos poemas de Mahvash Sábet:


    De Diario de la cárcel:


    EL VIAJE DE LA SEMILLA

    Antaño fue una semilla inútil,
    la pequeña simiente que la providencia
    plantó en las mediaciones del arroyo de tu amor.
    Por un tiempo yací
    en las profundidades de la tierra,
    bebiendo de las aguas cristalinas
    de Tu amabilidad,
    intentando entender
    la pureza de mi existir.
     
    Y tras la estación de la espera,
    la corteza de mi ser se quebró
    y las llagas abiertas de mi cuerpo,
    ungidas por tu bálsamo,
    rompieron a doler.
     
    Insoportable era sentirme separada del pasado,
    sin futuro en mi adentro,
    lloré, gemí, sufrí,
    hasta que al fin supe qué hacer:
    me liberé de la corteza
    para encontrar
    estos nuevos vestidos
    de piel desnuda y vulnerable,
    de una vez libre de mi ser antiguo.
     
    Ya no supe de dónde había venido
    ni a donde había de ir.
     
    Y así, deambulando,
    aprendí a hablar menos
    y a escuchar mucho más,
    a crecer y a volar,
    luchando por llegar a la certeza.
     
    Entonces Tu belleza brilló frente a mis ojos
    en la umbría espesura
    y te encontré
    en las gotas brillantes de la lluvia
    mecido igual que en una suave brisa
    de primavera.
     
    Y ansiando dar caza a la luz
    me levanté y volé hasta alcanzar el sol,
    en sus destellos me vi reflejada.
     
    Y vi brotes pequeños y preciosos
    y vi las ramas rojas de mi cuerpo
    hundidas
    bajo las hojas verdes.
     
    Ya no soy lo que fui:
    Ahora soy un río,
    ya no soy una alberca.
    Mi primavera no cabe en sí de gozo,
    ávida de los frutos.
     
    Pero imaginen
    cuántas semillas
    aún siguen ocultas,
    listas para brotar
    desde mi corazón.



    LOS AMIGOS

    No hay mano que cobije
    a esta rosa de caídos pétalos
    ni puertas que resuenen
    al tocar los nudillos.
    Nos hemos desplomado
    en el arduo sendero del amor,
    sin vino en el banquete
    ni copero que sirva ningún cáliz.
    Para borrar la pena
    aquí no nos alcanza la luz del Invisible,
    las noches son oscuras,
    el aire está estancado
    y la luna tan pálida...
    Ni ningún mensajero viene a reconfortarnos a esta estancia,
    ni las luces del orbe ni las de las estrellas
    brillan sobre esta celda atribulada,
    ni signos de justicia, ni esperanza siquiera.
    Imposible llegar a la toga del juez.
    Un mundo atareado con sus guerras,
    y mientras, este ser cansado no llegará a su hogar.
    Para un caminante del desierto
    todos los mares son un espejismo.
    Para el muerto de sed,
    seco está el surtidor de la certeza.
    Gritamos y gritamos, no se oye la voz:
    amigos enjaulados
    sin compañía alguna.
    De la misma manera que si, a oídas del mundo,
    no llegara el graznido de un pájaro sin alas.




    De Los muros de la cárcel:


    GORRIÓN

    Hoy,
    al pasar por el patio de la cárcel
    me encontré a un gorrión.
    Picoteaba un trozo de pan bien congelado,
    una migaja fría, en la nieve.
    «Tú y yo somos los dos prisioneros hambrientos», le dije.
    Y así, en aquel instante, abandonó la miga y se alejó volando.
    Ante eso pensé:
    «¿Acaso eres tú menos que este pobre gorrión?
    Dime, ¿por qué no sueltas el pan igual que el pájaro?
    Deja esa miga y vuela
    aunque te roa el hambre».



    ANSÍO EL APAGÓN

    Agotada y febril,
    se me escapa la luz por la pared,
    llega la hora al fin del apagón,
    lo ansío,
    ansío el apagón.
    Atrapada en la angustia,
    presa yo soy de esta pesadilla,
    bajo mis pies, el polvo.
    Por lecho el frío suelo
    no cubre más que un palmo,
    una al lado de otra.
    una manta de almohada.

    Las mujeres guardianas hacen turnos,
    guardando la vigilia hasta la aurora,
    se oyen
    las cuentas de un rosario,
    palabras susurradas,
    labios aleteantes,
    como los de los peces.

    Y así se va pasando una hora,
    entre charla amistosa,
    secretos musitados o recuerdos amargos, recurrentes.
    Roncan unas, otras que jadean,
    murmuran otras, y se arrullan, tosen
    -y en el espacio flotan gemidos, estornudos,
    el llanto sofocado, el lamento incesante.
    Cuando llega el olvido ya no existe la pena.

    Es por eso que ansío el apagón,
    ansío el apagón.



    SOLEDAD

    Dije yo: Dame una definición de soledad.
    Dijiste: Cuando no tienes a nadie a tu lado.
    Dije yo: ¿Qué pasa si aún estás más solo?
    Dijiste: Entonces es que ya no hay nadie que te quiera.
    Dije yo: ¿Cuál es la mayor de todas las soledades?
    Dijiste: Cuando nadie te comprende.



    ME VOLVÍ A LEVANTAR

    Hundida en mis adentros,
    una mañana calurosa y torda
    sola en el patio de prisión, andando,
    me preguntaba acerca
    del camino cerrado,
    meditaba en barreras, obstáculos, paredes,
    todos incomprensibles,
    en las guerras y ataques...
    Me dije: esta celda, esta barrera
    no son limitaciones para mí.
    ¿Qué hago encerrada aquí?
    ¿qué hacen mis alas rotas por las olas
    de la crueldad?
    Pero entonces lo vi,
    justo en el alquitrán en medio del camino
    surgiendo desde el seco corazón de la tierra,
    en una piedra grande,
    unas hojas brotaban,
    tiernas y verdes.

    Y otro día, otra vez:
    ¡ahí estaban de nuevo las plantas, una al lado de otra!,
    ¡verde claro!
    Y al  cabo, en todas las rendijas y rincones,
    allí donde alcanzara nuestra vista
    crecían los abrojos
    hojas, tallos y brotes a montones
    a lo largo y lo ancho.

    Y me dije a mí misma:
    ¿acaso eres tú menos que una flor con espinas?
    ¿a dónde ha ido la vida que había en tus raíces?
    ¿no tienes nada dentro que pueda florecer?

    Pero entonces,
    sentí que se encendía en mis adentros
    un fuego.
    Me llené de esperanza y de poder.
    Había estado débil, cansada, había caído
    pero me erguí de nuevo.

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    Mahvash Sábet (1953- Empty Re: Mahvash Sábet (1953-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Vie 13 Oct - 10:53

    .


    De Retratos de la cárcel:


    PRISIONERA SOLITARIA

    Arrancaron tu casa y la borraron del mapa
    en la riada que anegó esta tierra,
    tu alma fue azotada y golpeada.
    Tus ojos son insomnes,
    tu dolor está oculto,
    no tienes ya esperanza de curarte.
    Y después de vivir en agonía
    un año silencioso y otro año
    no queda ni siquiera la ilusión
    de salir de este sitio.
    No te queda ya nada
    más que ese único marco adorado,
    esa fotografía que presionas
    contra tu corazón, esa que besas,
    una vez y otra vez,
    dirigiendo los ojos al portón,
    incapaz de escapar de estos días inútiles,
    cargada or la pena de tu tiempo perdido.

    El marido opresor está contento:
    feliz por su victoria.
    Tus hijos sólo son unos extraños,
    por ignorancia, se quemó el hogar.
    En prisión llevas años, olvidada.
    Tu copa de tristeza se ha colmado hasta el borde
    de amargura.

    Tu existencia,
    cual burbuja en el agua,
    te rodea y te atrapa como un remolino
    sin que nadie se pregunte por ti.
    Y sedienta, como una flor cortada que yace en estas aguas estancadas
    esperas a escuchar el fatal veredicto, es decir, tu ahorcamiento.
    Pese a las oraciones por clemencia, pese a todas las súplicas de indulto,
    el resto de tu vida
    se prolonga ante ti, vacío, solitario
    y la conciencia llevas al desierto delarrepentimiento.

    Pero el remordimiento se apresura rampante
    por el erial de la retractación.

    Por el día, pensando,
    hundida en las tareas de la cárcel,
    te lamentas
    por tener que acabar tus faenas de esclava
    ¿dónde está el resultado de toda una vida?

    Los bolsillos vacíos,
    no tienes casi nada que ponerte, ni un vestido de invierno
    mucho menos la fuerza para saber que existo.

    ¿Qué otra cosa me queda, al fin y al cabo,
    que derramar mis lágrimas por ti,
    guardarlas, para ti,
    como si fueran perlas,
    en mi falda?
    Yo pienso en tu pena y no encuentro salida.
    Puesto que estoy cautiva, ¿cómo puedo ayudarte?,
    estando así mi alma enrejada
    por el enemigo.



    CUANDO MURIÓ

    Temprano esta mañana murió aquí una mujer.

    Cuando murió
    las olas de su aliento golpeando,
    una a una, estas arenas húmedas
    ya no pudieron extraer las conchas que había en su regazo
    y se hicieron añicos, una a una -cristales- en su aliento.

    Cuando murió,
    la luz -pálida como está pálida la hierba en la espesura-,
    se atenuó, y su mirada
    dejó de estar ya fija y de buscar a otros
    a medida que iba abandonando
    la labor de inspirar y espirar: un último suspiro y nada más.

    Y sí, cuando murió,
    una guardiana inconmovible vino
    a meterla, por fin, en una bolsa
    -estaba indiferente-
    lo mismo que si fuera un manojo reseco de pinocha,
    y la cerró.
    Así de simple fue
    cuando murió.

    Por qué las alas de la mariposa nocturna se habían azulado,
    nadie lo preguntó.
    Nadie se preguntó qué soñó aquella noche
    o qué le murmuraba el crisantemo.
    Y nadie preguntó quién había encendido la candela
    a su llegada o si su partida
    se había parecido a lo que un día soñó.

    Todo lo que dijeron fue -bueno,
    la pobre está al fin libre-.
    Y yo lo presencié.

    Sus cosas -un manojo ligero
    en el que se coló una hormiga-.
    Su comida -una miga así, tan diminuta,
    que una lombriz podría darle cuenta-.
    Y yo lo presencié.

    Y sin embargo, en sus ojos vidriosos todavía quedaba
    una vaga neblina de sosiego
    y su boca lucía destellos de humildad.
    El cielo luminoso le azuló los labios
    y aún palidecieron sus mejillas,
    lo mismo que la luna que juega con el alba.
    Y yo lo presencié.

    Quizá se le acercó alguien de lejos
    a encontrarla, a dar la bienvenida
    con un ramo de luz esplendoroso.,
    porque se habían puesto las yemas de sus dedos
    transparentes.

    O tal hubo alguien que le diera la mano
    y la llevó al Trono, ¿quién lo sabe?
    Puede que hasta encontrara
    un hogar tan diáfano que cupiera una súplica.

    O quizá la llevara alguien a ver a Dios,
    en su banco de luz allí sentado,
    y a lo mejor Él pudo cobijarla
    en un umbral que se diría suyo
    y le dio una sombra para el gozo
    un bocado de paz, un sorbo de amor.

    Y tal vez, al fin, Dios,
    creyó en sus sufrimientos.



    TIERRA DE GOLONDRINAS

    Yo vengo de un país de aves polvorientas,
    de ardientes golondrinas,
    de canarios afónicos y duros,
    de ensangrentados pájaros,
    yo vengo de la tierra de los niños lactantes, drogadictos,
    de niñas prostitutas.
    Estando en esas tierras,
    desde las gargantas de los ruiseñores ciegos,
    al tiempo que rezaban esos cuervos ancianos,
    alguien gritó mi nombre.
    Corrí hacia la voz
    y encontré a cada lado
    los rostros macilentos de mujeres
    -como la cal de un muro-
    llenas de un ruido
    de gente que gritaba y plañía.

    Yo vengo de una tierra
    donde las golondrinas son delgadas y pobres,
    y andan desprotegidas sin nadie que las cuide
    asoladas por los vientos contrarios,
    en donde hasta los niños
    deambulan por las calles.

    De lejos veo a una mujer
    que se ríe de mí
    cuando acabo de estar junto a otra mujer
    que respiraba sangre y dolor,
    mujer resucitada del pozo de Zamzam,
    mujer que, hasta el alba, se ponía el vestido
    largo de la modestia,
    metía la cabeza dentro de un saco negro y
    se quedaba dormida.

    Una flor ha brotado en mis adentros,
    me ha hecho su perfume dejar de tener miedo al sabor de la vida;
    al gusto de la hiel:
    de toda formas ya era compañera del sabor del veneno.

    Se acerca una mujer.
    Hacedle que comprenda que también
    me preocupa su aliento,
    ¿dónde está aquella calma inundada de fe?

    Yo vengo de una tierra
    donde las golondrinas son delgadas,
    y andan desprotegidas sin nadie que las cuide,
    como esas golondrinas que parecen canarios
    pero cantan tan bello.



    SONIA

    Sonia,
    tan sólo veintisiete,
    una cara bonita
    -cansada, demacrada-.
    Sus ojos azabaches se escabullen,
    inactivos y fríos,
    moreno el rostro bello, opaco por la pena.

    Sonia, querida, háblame más de ti:
    "Fui una niña mimada,
    rodeada de fasto, bendiciones,
    criada por mi madre -sola ella también-
    para quien lo era todo".

    Se sienta ahora sola,
    prematuras, las canas,
    platean los mechones delicados de su cabello corto.
    Sonia, querida, háblame de ti misma.

    "Yo tenía catorce, camino del colegio,
    cuando un Mercedes Benz, última gama,
    se paró a mi lado
    y aquello fue el final.
    Pese a que yo pensaba que era sólo el comienzo,
    porque mi matrimonio
    lo inspiró un amor súbito,
    que no llegó a buen puerto.
    Él era un criminal que rompía las reglas,
    no faltaban los lujos,
    corrían el dinero y las cosas materiales.
    Pero el miedo tampoco nos dejaba
    -terror de los vecinos y de la policía-,
    hasta que, al fin, mi vida
    cupo en una maleta.
    Me harté de conocidos chabacanos,
    de pasarme los meses en hoteles inmundos,
    de estar siempre corriendo, asustada.
    Al final, di la espalda a esa vida,
    y los dos preferimos el divorcio".

    Tiene las cejas finas, los párpados hinchados,
    los labios, que un día fueron bellos y carnosos,
    ahora están azulados
    y sus dientes son cuevas llenas de manchas negras.

    Sonia, querida mía, cuéntame algo más.
    "Pasado algún tiempo al fin fui libre.
    Vivía con mi madre, pero ansiaba
    un amor diferente,
    me sentía perdida, aislada, sola,
    y otro día en la calle se me acercó un hombre
    y susurró: "¿crac?. ¿cristal?, ¿qué se te ofrece?
    Tengo de todo tipo, lo que tú necesites
    y conozco un sitio donde puedes tomarlo".
    Me gustó. Dejé que me llevara
    a un carril sin salida,
    un refugio de drogas.
    Sólo fue una calada,
    una escapada sólo.
    No hubo marcha atrás.
    Del crack pasé al cristal,
    de lo alto a lo hondo,
    día y noche,
    o buscaba las drogas o estaba consumiéndolas,
    o estaba traspuesta o totalmente ida,
    de hora en hora.
    Pasado algún tiempo,
    lo descubrió mi madre
    -tan perdida y tan sola-.
    Me encontró aturdida y comprendió.
    Qué asustada y confusa estuvo ella
    pero bien decidida a que yo lo dejara.
    Hizo lo que cabía en su mano para desengancharme.
    Hundía la cabeza, las lágrimas caían en sus pies
    mientras podía oír sus oraciones y todos sus lamentos.
    Entonces lo dejé,
    por un tiempo,
    pero al lobo sombrío lo terminan matando.
    Paraba y volvía otra vez,
    lo dejaba y caía,
    y rodó la ruleta mientras yo intentaba
    desatarme los lazos".

    Somia, ¿te hizo feliz?

    Elevó la cabeza, no me miró a los ojos,
    los suyos como hundidos,
    la piel como la cal de blanca,
    amoratada,
    y el olor del tabaco
    emanando de ella:

    "La adicción no te ofrece placer de ningún tipo,
    es una enfermedad con una cura:
    la búsqueda de drogas de lugar en lugar.
    La adicción significa que necesitas más
    aun sabiendo que esto no te va a dar sosiego
    -una breve escapada, eso tan solo-,
    la infame pesadilla entre dos nulidades,
    por mucho que suponga escapar de ti misma,
    incluso cuando piensas que has salido
    estás vuelta a empezar desde el comienzo.
    Escapar de ti mismo ya casi no merece
    la pena todo el precio que cuesta esa caída.
    ¡Y qué precio!".

    ¿Y de dónde, di, Sonia, viene todo el dinero?

    "No hay alternativa, pues tienes que pagar.
    Cada vez necesitas algo más, y cuando estás arriba,
    haces lo necesario para quedarte allí,
    lo que sea, ser también un camello,
    todo lo degradante:
    todo, prostitución,
    dormitar en las calles
    y al final, el presidio.
    Lo sigues intentando por un tiempo,
    y por fin te das cuenta
    de que no puedes andar, que no puedes moverte,
    tampoco estar de pie, mucho menos hablar.
    Eres un drogadicto,
    ya no te quedan fuerzas,
    para quizá inyectarte,
    o quizás esnifar,
    quizá, quizá..."

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    Mahvash Sábet (1953- Empty Re: Mahvash Sábet (1953-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Vie 13 Oct - 11:32

    .


    De Plegarias en la cárcel:


    SI FUERA TU DESEO

    Si fuera tu deseo
    el sol se alzaría
    de lugares de donde
    jamás se había alzado.

    Si fuera tu deseo
    la lluvia caería
    sobre esta desértica y agostada costa.

    Si fuera tu deseo
    soplaría una brisa
    en esta tierra agreste
    que se convertiría, de súbito en un valle.

    Si fuera tu deseo
    estos huidizos pájaros
    piarían en sus jaulas, igual que ruiseñores.

    Si fuera tu deseo
    florecerían flores
    del hálito de estos desvalidos.

    Pero ¡ay, ay!
    Si no es tu deseo,
    ¿qué poder tiene esta oración
    de una semilla mustia bajo la tierra muerta?



    EL SOL

    Me apoyo en mi sombra
    y es al sol al que debo estar de pie:
    ¡Sol mío! ¿A dónde vas?
    ¡Quédate, quédate!

    De estas pesadumbres hacinadas
    en este sufrimiento,
    sólo te tengo a ti como refugio:
    ¡Sol mío! ¿a dónde vas?
    ¡Quédate, quédate!



    APUNTANDO AL CIELO

    Si a mí te me figuras lejano y pequeño
    seguro que es porque estás en lo más alto,
    ahí, apuntando al cielo.
    Pareces más distante que una estrella,
    titilando, brillante, en el cielo nocturno.
    Así te veo yo, sentado enlo más hondo
    de mi imaginación.
    ¿Cómo vas a encontrarme tú a mí
    en este hueco oscuro?

    Apunta a mis dos ojos fulgurantes
    -dos pequeñas estrellas relucientes en esta noche oscura-.
    Los he vuelto a los cielos,
    a buscarte.



    DESDÉN

    En este mismo instante en el que ardo, en este fuego,
    brillo y hasta el cielo mis llamas se encaraman
    tan altas como un faro que relumbra en las cumbres,
    firme y paciente,
    incluso aquí abajo, cubierta de ampollas y de cicatrices,
    abro el camino y sigo adelante.

    Ay de mí si algún día la llama vacilara y se extinguiera,
    si manchara mi alma el polvo del desdén,
    si a mí me congelara en mis cadenas.

    Nadie podrá ver nunca jamás señal de mí.
    Ay, ay...




    De Cavilaciones carcelarias:


    LAS COMPUERTAS DEL JUICIO

    Que el cauce de los cantos y poemas, el de la primavera,
    desborde las compuertas de tu juicio.
    Una vez que las puertas cerradas se entreabran,
    mi corazón colmado de emociones
    te lo regalaré.
    Una vez que las puertas cerradas se entreabran
    a sentarte conmigo te vendrás,
    a peinar tus cabellos en el viento
    y así pueda embriagarme con su esencia.



    MAÑANA

    No pienses que has sido creado perfecto,
    que eres un hombre perfecto,
    una mujer perfecta,
    una perfecta palabra.
    ¿No ves acaso que la perfección
    está tan lejos como el mañana?

    Como el mañana en el sentimiento.
    Como el mañana en el pensamiento.
    Como el mañana en los pasos.



    ANHELO DE VOLAR

    Aunque estés enraizada a tus dos pies,
    aunque eres hermana de la tierra,
    suspiras por los cielos,
    se colma un sentido de inocencia.

    Algo hay dentro de ti
    colmado de pureza y lozanía
    que hierve y se desborda
    el sol te está llamando,
    ¡elévate a su esfera!



    EL FRUTO

    La oración de la flor ha sido oída.
    Después de hacer entrega de todo su color,
    dejándose la tez en el camino,
    después de hacer entrega de toda su fragancia,
    se convirtió en un fruto singular.

    Ojalá que la flor, la de nuestra existencia,
    cuaje en brotes y frutos.



    LA PLEGARIA DEL ÁRBOL

    El árbol malhadado
    que ha pasado el invierno tantos meses ahí fuera,
    desnudo entre la nieve y el hielo,
    con sus ramas quebradas, mordido por el viento,
    cansado de que el tiempo le cambie los colores,
    por fin ha encontrado respuesta a su plegaria:
    mirad cómo el amable Creador
    le ha regalado nuevas vestimentas,
    ¿habéis visto lo verde que luce su figura?

    ¡Verde, verde!

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    Mahvash Sábet (1953- Empty Re: Mahvash Sábet (1953-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Sáb 14 Oct - 13:06

    .


    De Prisionera de fe:


    UN JARDÍN IMAGINARIO

    Había, una vez, una mujer
    como la primavera,
    que plantó sus manos en un jardín.
    Y había otra mujer,
    que tomaba la luz
    y en un rincón robaba,
    de su celda pequeña y remota,
    un rojo corazón.
    Ahora,
    aquí estoy yo en el jardín de mi celda
    plantándome mi propio corazón,
    del que brotan amapolas de ternura.

    Tras de cada ventana
    solamente hace falta una amapola,
    hay que abrir las ventanas con amor.

    Voy a atar mis maletas a los pies de la brisa,
    a elevarme al jardín imaginario
    y contigo llegar al halo de la luna.

    Hay que abrir las ventanas con amor
    y hay que abrir los ojos con un verso de luz.



    OH TÚ, VIDA DEL MUNDO

    No me iré yo de ti por mucho que te apartes.
    Por tu mirada yo te daría la vida.
    Si Tu hálito soplara sobre mí
    podría respirar con las estrellas.
    Pondría yo mi tienda en la luna
    si tú me concedieras una noche.
    Apartaría el polvo de mi cuerpo
    si tú, al amanecer, llegaras hasta mí.
    Pero polvo sería en tu camino
    si acaso decidieras que yo, que soy de barro,
    llegara a transformarme en una joya.
    Lo que siento por ti,
    dará que hablar a todos.
    Si tú me inspiraras a ser la primavera
    rompiera mi jardín a florecer.
    Oh Tú, vida del mundo,
    ¿qué crees que estás mirando?,
    ¿por qué vas separándote de mí?,
    ¿por qué sigues tirando de esta cuerda
    que me aparta de ti?
    Sabiendo cómo estoy,
    ¿por qué me desmejoras?
    Eres la luz del mundo y eres dador de vida.
    Dame una palabra de tu boca
    y se removerá todo lo que hay en mí.
    Como ahora estoy muerta
    soy de tierra y a la tierra me iré
    y sólo la trompeta que tú toques
    podrá llevarme al mundo de los vivos.
    Absorta estoy por ti
    porque con cada hálito
    haces que resucite la existencia.
    Orgullosa de ser parte de ti
    inclino la cabeza como muestra
    de la resignación por lo que a mí
    me ha tocado vivir.
    Si acaso aceptaras que soy parte de ti
    Tú serías capaz de transformar esa piedra que soy
    en una onza de oro.
    Estoy aquí sentada en el camino
    sólo para que pases por él y pueda hacer ofrenda de mi vida.
    No cerraré los ojos hasta que Tú me avises.



    TE SALUDO DE NUEVO

    Anoche en el medio de una oscuridad perturbadora
    me encontré sosteniendo entre los brazos,
    con fuerza sorprendente,
    los dos hemisferios de la Tierra.

    Entre las palmas
    calientes de mis manos
    esos helados polos
    se iban derritiendo.
    Y yo, una mujer,
    en el punto más alto de la Tierra,
    saludé al amor una vez más.



    CATARATA

    Me posee el amor enteramente,
    en este oleaje embravecido
    hablo de ti
    porque esta riada interminable,
    cual una catarata, me clava más adentro.

    Aquí la humanidad se ha evaporado
    en los fogones de los sufrimientos
    a veces en lo más
    profundo de mi ser sigo apreciando
    la existencia abundante de la pérdida.
    Incluso aunque no vea ningún signo de ti
    me llega la fragancia de tu verso.
    Quédate aquí conmigo,
    caudalosa frescura,
    quédate aquí conmigo.




    De Fariba:


    UN RECUERDO DISTANTE

    Es uno de esos días
    en que los ojos verdes de la selva oscura
    se han quedado mirando fijamente
    a los ojos del cielo azul brillante
    y ha posado -la selva- sus manos infinitas
    sobre las manos cálidas del sol.

    Cierto tiempo ha pasado
    pero queda un recuerdo
    en lo más intrincado de la selva,
    una reminiscencia que me habita:
    los ojos fulgurantes y las cálidas manos bondadosas.




    De Otras dedicatorias:


    FELIZ DÍA

    El día en que esta planta, coronada de brotes,
    levante, al fin, su frente cimbreante
    por encima del muro,
    el día en que el narciso se agite y despierte
    a las flores del parque, una a una,
    el día en que estas penas se retiren,
    estas fiebres remitan
    para que el frenesí sea fuente de alivio para todos,
    el día en que ya nadie pueda ser castigado
    por sus propias creencias
    ni nadie aplastado por voluntad ajena,
    el día en que no lancen a madres a las celdas
    para que esos niños no se queden
    esperando el momento de visita,
    el día en que terminen arrestos y acosos
    y este asedio opresivo alcance su final:
    será el día en que seas coronada de honores
    pues tú también dejaste tu piel en esta lucha.


    MAHVASH SÁBET, Poemas enjaulados, traducción de Ryma Sheermohammadi y Amaya Blanco, Pre-Textos, 2020.

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    Mahvash Sábet (1953- Empty Re: Mahvash Sábet (1953-

    Mensaje por cecilia gargantini Sáb 14 Oct - 20:46

    Muy interesantes los datos de su biografía y muy intensos y logrados sus poemas.
    Me pareció extraordinario...

    UN JARDÍN IMAGINARIO

    Había, una vez, una mujer
    como la primavera,
    que plantó sus manos en un jardín.
    Y había otra mujer,
    que tomaba la luz
    y en un rincón robaba,
    de su celda pequeña y remota,
    un rojo corazón.
    Ahora,
    aquí estoy yo en el jardín de mi celda
    plantándome mi propio corazón,
    del que brotan amapolas de ternura.

    Tras de cada ventana
    solamente hace falta una amapola,
    hay que abrir las ventanas con amor.

    Voy a atar mis maletas a los pies de la brisa,
    a elevarme al jardín imaginario
    y contigo llegar al halo de la luna.

    Hay que abrir las ventanas con amor
    y hay que abrir los ojos con un verso de luz.

    Gracias Pedro!!!!!!!! Besossssssss
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    Mahvash Sábet (1953- Empty Re: Mahvash Sábet (1953-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Dom 15 Oct - 9:35

    Muchas gracias, Cecilia, por tu interés.

    Un abrazo.
    Pedro


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