Srečko Kosovel (1904-1926)

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Srečko Kosovel (Sežana, 18 de marzo de 1904 – Tomaj, 27 de mayo de 1926) fue un poeta, crítico y publicista esloveno.

Vida

Nacido en el Carso esloveno, Litoral esloveno, cuatro años después, en 1908, la familia de Srečko Kosovel se trasladó a Tomaj, un pueblo vecino de Sežana, donde su padre empieza a trabajar como maestro en la escuela básica de dicha localidad. Tras cursar la escuela elemental, en 1916 se inscribe en la secundaria de Liubliana.

La primera publicación del joven Srečko Kosovel 1911 se produce en la revista infantil Zvonček, que aparece en Trieste.

En 1922 decide estudiar letras eslavas, románicas y filosofía en la Facultad de Letras de la Universidad de Ljubljana. Colabora con la revista vanguardista Tri labodi (“Los tres cisnes”), que comienza a ver la luz en 1921 en Novo mesto.

En 1925 se encarga de la organización de la revista Mladina, hasta que muere en 1926 tras complicársele una gripe mal curada.

Evolución estética

Sus comienzos estéticos están profundamente marcados por el modernismo y el impresionismo. Los motivos predominantes de sus poemas están relacionados con el Carso, la figura de la madre, y la muerte. Más tarde, el expresionismo pasa a un primer plano, con el que expresa sentimientos de huida. Desarrolla una temática social-religiosa y visionaria, cuya obsesión central es el apocalipsis colectivo. En 1925 desarrolla poemas constructivistas (kons), publicados póstumamente bajo el título "Integrali 26" (edición a cargo del profesor Anton Ocvirk). Srečko Kosovel dejó escrita una extensa obra entre poesía en verso, cartas, crítica y ensayo.

(Sacado de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] )


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Algunos poemas de Srečko Kosovel:


MI POEMA

Mi poema es explosión,
salvaje estado de desgarro. Desarmonía.
Mi poema no quiere llegar hasta vosotros,
pues sois por la providencia divina, voluntad,
estetas muertos, polilla de museo,
mi poema es mi rostro.



EL SOL TIENE UNA CORONA

El sol tiene una corona
de hojas de seda amarillas.

Son más sedosas
que los pétalos del girasol.
¿El sol también tiene granos
negros como el girasol?

No los veo,
creo que son de oro en llamas.

¡Qué tallos tan grandes debe tener el sol!
¿Y cómo lleva en las manos este girasol
dorado tan grande?

¡Ay!, si se inclinara
y se acercara a la tierra - con los dedos
desenterraría el semen de oro
y se lo daría a los trabajadores negros,
y volvería el trabajo a la ciudad
para los niños enfermos.



RECUERDOS

Allí bajo aquel muro oscuro.
Te dije adiós
con pesar te besé
los ojos entregados con melancolía
y tu cabello oscuro
y oculté palabras delicadas
como que el Carso era como tú.

Y volviendo a casa,rompía a llorar en la calle,
en silencio para que no lo sintiera el campo,
en silencio para que no lo sintiera la tierra,
para que el árbol no llorara
entre la tierra, en silencio, en soledad.



HIMNO AL POETA

El poeta nacido con el ansia de la búsqueda,
busca como el viento su propio camino,
para enfurecerse, para calmarse,
para medir los sueños infinitos.

El poeta, quemado por la experiencia hiriente,
es como la tempestad que espanta el incendio
de su propia alma en todas las direcciones.
Siente el incendio, mira, y lo conoce bien.

Pero no conoce la dulce intimidad de la familia,
no conoce la calma bajo la montaña,
es una llama que arde con fuerza represiva
y arde como la tierra, como el aire y más alto
y sube hasta la última revelación,
para enfurecerse como un lago de sueños.



PALOMITAS

Palomitas, no os sentéis
delante de mi ventana.
¿Para qué os vais a sentar, para qué mirarme,
palomitas blancas?

Me recordáis
a mi amor,
¿pero qué haría con mi amor, mi amor blanco,
palomitas mías?

Mi corazón ya no está alegre,
mi amor debería morir,
si viviera conmigo, palomitas.

Me recordáis a mi amor,
se posó como vosotras delante de la ventana,
y como vosotras salió volando,
palomitas blancas, de mi soledad.



VOY HACIA TI

Voy hacia ti, hacia ti voy
y me olvido del horror
que pasa en Europa.
Hacia ti voy, sólo hacia ti.

Y nos hundimos en el callado
claro de luna, plateado y sonoro
crepúsculo en el valle, querida,
y los sueños se alejan de nosotros.

En el derrumbamiento estamos
entre vida y sueño,
ansia y sufrimiento
y callamos, callamos.

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MÍRAME, MUCHACHA, A LA CARA

¡Ay, mírame, muchacha, a la cara!
Y feliz será ese tiempo
y feliz será ese lugar,
donde he visto el paraíso,
ay, en el paraíso de tus bellos ojos,
en el fondo de tus ojos negros;
de ellos leeré la dicha,
la felicidad de tus días.

Ay muchacha por lo menos una mirada,
¡para que sea más fácil entrar en el mundo!
Que el sol de tus ojos
¡me ilumine el corazón!
Después, cuando todo pase,
ya nada sea,
haya visto la gloria del cielo...



MIL VECES MIL

Mil somos,
y mil veces mil
que vamos
en la lejanía sin fronteras...

Mil somos
y mil veces mil
que buscamos, hacemos
el camino hasta allá...

Y mil veces mil
quedamos
y mil veces mil
desaparecemos...



CANCIÓN DE ESLOVENIA

Somos o no somos un rostro que sufre,
reconocido en su propio dolor,
me pregunto y te pregunto, nación,
que vacilas en medio de la rebelión.

Rebelión es crecimiento y crecimiento es rebelión,
no hemos crecido siempre con rebelión,
porque nuestro corazón se ha vuelto miedoso,
la madre eslovena nos ha mecido,
la madre de ojos azul celeste.

Con Trubar hemos recobrado el conocimiento.
Con Vodnik nos hemos reconocido.
Con Preseren hemos respondido a Europa.
Con Levstik hemos luchado por nosotros.
Con Jenko hemos vacilado,
la fragancia de las flores abundaba dentro de nosotros,
y con Gregorcic hemos cantado,
con Askerc hemos elogiado nuestro dolor
y Kette y Murn hemos tenido,
Zupancic nos ha regalado la lengua,
Cankar nos ha creado el pensamiento.
Somos o no somos un rostro que sufre.
Quien nos ha descubierto es el sol libre,
Vladimir nos ha enseñado Kastelka
y Plebanus surgió de nosotros.
Somos o no somos un rostro que sufre.



ESTO NO ES UN POEMA, HERMANO

Esto no es un poema, hermano,
ni tampoco pretende serlo.

¿Qué es un poema en l gris?

Un hombre va por la calle
y le parece
que pasan por su alma
estos caminos grises,
que están vivos
y que no tienen fin.

Esto es lo gris, hermano,
y la sangre estelar.



VIDA CÓSMICA

Alguien me preguntó: ¿tienes alma?
..........Le dije que sí tengo. Le dije que creía en su eternidad y en su belleza. Pero él me siguió preguntando: ¿el animal tiene alma? Y le respondía que sí tiene. Y el siguió: ¿el árbol tiene alma? Y de nuevo le respondí que sí. Se irritó y con rabia me preguntó: ¿también las piedras? Y cuando le respondí que sí, se dio la vuelta y se fue.
..........¡A veces qué rara es la gente! Cuando digo que el espacio y el alma del espacio son como el mar y el aire, uno es el reflejo del otro, la gente se lo cree. Pero cuando digo que cada fenómeno tiene su brillo en el cósmico resplandor del alma, no me creen, y a veces es verdad que una piedra tiene un alma más bonita que ciertas personas.



UNA PALABRA

Una palabra quisiera decir
para que el viento primaveral
suave se acercara a su corazón,
una palabra quisiera decir.

Pero, mire, no tengo nada más,
mi corazón es un templo destrozado,
mis palabras están todas heridas,
cada una de mis palabras sangra.

Encima de mí ya no hay arcos de sueños,
bordes afilados de muros negros
se levantan como recuerdo de otro tiempo
en el horror vacío y callejero de la noche.



EL QUE NO SABE

El que no sabe hablar
no necesita aprender.

Él busca una nueva palabra;
hoy no sabes cuál
es tu palabra.

A través de un mar de palabras
hay que vadear hasta ti mismo,
y cuando en soledad
olvides hablar
vuelve al mundo.

Habla como habla la soledad
desde el misterio impronunciable.



MADRE ESPERA

Extraño, ¿ves la luz que brilla donde la ventana?
Mi madre me espera y yo no estoy,
todo es silencio en la noche, campos oscuros,
iría ahora hasta allí, a arrodillarme ante ella.

Madre, mira: no quiero nada del mundo,
dime una palabra, una palabra, una palabra del corazón
que en ella haya luz de paz y alba cálida
para mí que yerro muerto por ahí.

Mi poema es explosión,
salvaje estado de desgarro. Desarmonía.
Mi poema no quiere llegar hasta vosotros,
pues sois por la providencia divina, voluntad,
estetas muertos, polilla de museo,
mi poema es mi rostro.

Qué fuerza en estas novedosas imágenes!!!!!!!!!!!
Cómo me gusta llegar a estos autores, que no tuve en mis programas de estudio!!!!!!!! Y estoy muy agradecida de que los traigas. Besossssssssss

Gracias a ti por tu interés, Cecilia.

Un abrazo.
Pedro

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VAS POR LA CALLE

Vas por la calle pero no sabes cómo
afligido pero no sabes por qué,
eres como un árbol negro en otoño,
brillas como materia gris claroscura.

Tal vez te gustaría tener otra vez follaje,
brillo de plata, iluminar, precioso -
el hombre moriría pero no puede morir,
y también viviría, pero está destrozado, muerto.



HE NAVEGADO

He navegado en una barca de oro
por las aguas rojas del atardecer
entre árboles
y riberas de hierba.
He navegado
yo, marinero de oro...

Pero ha venido la tempestad
y el sol se ha caído
de su altura,
y como si brillara
todo lo demás, menos el oro,
más claro, más vivo,
como un prematuro
he pisado la ribera.

Nubes rojas se han arrancado
de mi corazón,
las he visto,
he ido tras ellas
por el mundo.



NO, YO AÚN NO QUIERO MORIR

No, yo aún no quiero morir,
tengo padre, madre,
tengo hermanos, hermanas,
amante, amigos,
no, yo aún no quiero morir.

No, yo aún no quiero morir,
aún brilla el sol de plata,
la atrevida juventud me acompaña
y aún hay metas por delante,
no, yo aún no quiero morir.

Cuando ya no haya nadie,
ni padres, ni hermanos, hermanas,
amante, amigos -
y el sol de otoño, callado,
vaya por el Carso, ¡por el Carso brille!,
como si estuviera de luto conmigo -,
de verdad no tendré miedo a la muerte,
¿para qué entonces vivir?



GENTE CON UNA HERIDA

Gente con una herida,
con una herida en el corazón,
la esconde
con la mano,
¡pero mira!: es como si la mano
fuera transparente como la hoja blanca
de lis
con el pulso rojo
del corazón,
como si la herida fuera,
la herida de todo el mundo. -
Esconderla quisiera,
pero todo el mundo la reconoce...



PAISAJE DE OTOÑO

El sol está en paz en otoño,
así como si tuviera pena;
tras los cipreses esbeltos,
tras el blanco muro del cementerio. - -

La hierba al rojo vivo en el sol. -
¿Llevas zuecos dogmáticos?
Una bicicleta solitaria en la calle otoñal.
Vas por un paisaje moribundo.

Un hombre sobrio camina por el campo,
frío como el otoño,
triste como el otoño.
Fe en la humanidad.
Es para mí algo sagrado.
El silencio sosegado es como la tristeza.
Yo no estoy triste,
porque ya no pienso en mí.



QUÉ BONITO

Qué bonito sería
vagar toda la vida
por bosques verdes
y no pararse.

Ser como un pájaro del bosque
que no conoce el campo.

Ser hombre
con un buen,
buen corazón.

Me dicen:
esto no sería vida.
Y yo respondo:
¿La vida sólo es dolor?


SRECKO KOSOVEL, Mi rostro no es para un marco, traducción de Santiago Martín, Bassarai, 2010.

Muchas gracias, Pascual, por tu interés.

Un abrazo.
Pedro