Aires de Libertad

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Liliana Aiello, Maria Lua


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    Humberto Díaz-Casanueva (1906-1992)

    Pedro Casas Serra
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    Humberto Díaz-Casanueva (1906-1992) Empty Humberto Díaz-Casanueva (1906-1992)

    Mensaje por Pedro Casas Serra Dom 18 Sep 2022, 04:52

    .


    Humberto Díaz-Casanueva (Santiago, 8 de diciembre de 1906 - Ib., 22 de octubre de 1992) fue un poeta, diplomático y profesor chileno. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1971.

    Biografía

    Su infancia se desarrolla en el seno de una familia de clase media cristiana, a pesar de que su madre pertenecía a una de las familias más prestigiosas del país.

    En 1914 entró a estudiar al Liceo de Aplicación, luego estudió en la Escuela Normal Superior José Abelardo Núñez, donde obtuvo el título de maestro, en 1924, al cumplir 17 años de edad.

    A principios de la década del '20, al iniciar tímidamente, su vida literaria, Díaz Casanueva se contacta, ya, con Vicente Huidobro, Gabriela Mistral y Pablo Neruda. En esos mismos años, trabaría amistad también con el poeta Rosamel del Valle de quien será amigo hasta la muerte de este, en 1965. Su primera obra El aventurero de Saba fue publicada en 1926, mientras es un gremialista activo que participa en la lucha sindical de los maestros en Santiago de Chile, exigiendo una enmienda educacional.

    En 1928, bajo la dictadura del general Carlos Ibáñez del Campo, tiene que abandonar el país camino del exilio.

    En 1938 formó parte de la misión universitaria chilena contratada para extender los programas del Instituto Pedagógico de Caracas. Vicente Gerbasi y el Grupo Viernes le acogieron fraternalmente, lo mismo que Antonia Palacios y Carlos Frías. En la capital venezolana escribió El blasfemo coronado y La aparición publicada en 1984.

    Durante el gobierno del presidente Salvador Allende (1970-1973), Díaz Casanueva fue embajador de Chile ante la ONU. Posteriormente será miembro de número de la Academia Chilena de la Lengua hasta su muerte, ocurrida en Santiago en 1992.​

    Durante toda su vida estuvo comprometido con la defensa de los Derechos Humanos y contra la segregación racial.

    (Sacado de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] )


    *


    Tres poemas de Requiem, 1945:


    ¡HAY, YA SÉ POR QUÉ ME BROTAN LÁGRIMAS?

    II

    ¡Ay, ya sé por qué me brotan lágrimas!, por qué el perro no calla y araña los troncos de la tierra, por qué el enjambre de abejas me encierra
    y todo zumba como un despeñadero
    y mi ser desolado tiembla como un gajo.
    Ahora claramente veo a la que duerme. Ay, tan pálida, su cara como una nube desgarrada. Ay, madre, allí tendida, es tu mano que están tatuando, son tus besos que están devorando.
    ¡Ay, madre! ¿es cierto, entonces?, ¿te has dormido tan profundamente que has despertado, más allá de la noche, en la fuente invisible y hambrienta?
    ¡Hiéreme, oh viento del cielo!, con ayunos, con azotes, con puntas de árbol negro.
    Hiéreme, memoria de los años perdidos, trechos de légamo, yugo de los dioses.
    A las columnas del día que nace se enrosca el rosario repasado por muchas manos,
    y el monarca en la otra orilla restaña la sangre,
    y todas las cosas quedan como desabrigadas en el frío mortal.
    ¿Acaso no ven al niño que sale de mí llorando, un niño a la carrera con su capa de llamas?
    Yo soy, pues, yo mismo, jamás del todo crecido y tantos años confinado en esta tierra y contrito todo el tiempo, sujeto por los cabellos sobre el abismo como cualquier hijo de otros hijos,
    pero únicamente hijo de ti. ¡Oh, dormida, cuya túnica, como alzada por la desgracia llega al cielo y flota y se pliega sobre mi pobre cabeza!



    ¿PUEDE CALLAR EL HOMBRE SI ESTÁ
    ROTO POR LOS HADOS?

    III

    ¿Puede callar el hombre si está roto por los hados? ¿jactarse de rumiar su polvo? ¿le basta el silencio como un caudal sombrío?
    ¿No pertenecen los sordos himnos a los vivos de la coraza partida?
    Aunque las palabras no puedan guiarnos debajo de las piedras por que están llenas de saliva, (son los carozos que arroja la caravana)
    yo he de cantar por que estoy muy triste, tengo miedo y las horas mudas mecen a mi alma.
    Yo vuelvo el rostro hacia el lugar donde la sombra cubre a su recién nacida.
    Palpo la piedra obscura que junta los labios, la mojan lágrimas y se enciende un poco y tiembla como si todavía quedaran sílabas cortadas.
    Tu eres y no otra, tú que me estás mirando de todas partes y no me pudiste mirar de cerca, cuando las gradas de piedra aparecieron.
    Vi de lejos el ángel que hendía la montaña,
    vi tu corona de sudor rodando por la noche,
    tu regazo lleno de hielo.
    Ahora estamos de orilla a orilla y te llamo y los árboles se agitan como si fueras a aparecer alumbrada por el cielo.
    Madre, ¿qué estás haciendo tan sola en medio del mar?
    Y solamente responde mi propio corazón como un bronce vacío.
    ¿No tienes una cita conmigo? ¿no me dejarás entrar en el valle donde vagabundean las castas y los cuerpos desahogados perseveran?
    ¿O tal vez no puedo traspasar el umbral porque los muertos se arrojan coronas unos a otros y no me es dado entender los huesos ávidos?
    Pero tú sólo estás dormida,
    bañada por la luz perpetua del amor
    y tu abrasada voluntad vaga entre las cosas terrenas como un coro desvelado que crece y me arrebata cuando te llamo en el silencio.



    ¡OH MADRE INFINITA, TIERRA INMENSA...

    VIII

    ¡Oh madre infinita, tierra inmensa, vida conforme a los pactos!
    Si tú mueres, muero y en ti me extravío como el buque en la tempestad
    y el que tira tus cenizas contra la peña, a mí mismo me está estrellando.
    Pero si mueres quedas también viviendo a través de mí como el fruto que una y mil veces sube al monte y no teme escarcha.
    y desapareces consumida y tornas a aparecer rescatada y en tus vaivenes de súbito veo que pasas por los ojos de mi hija
    como una cinta fulgurante
    y le templas sus facciones y le soplas el naciente espejo.
    ¡Oh doncella que desciendes montada en un águila, con una granada en la mano y que eternamente madura
    y con hilos de oro que enredas para la fiesta!
    La vida y la muerte osas mezclar y tan extraña afinidad alabo entre visiones.
    ¡Oh, madre mía, te yergues tan segura en el caos terrible y anhelas sosegarme!
    ¡Oh, esposa maternal, oh hoja mía, como lenguas de la misma antorcha, como tibios eslabones en la sucesión del tiempo
    y libradas de la misma rueda oscura que mueven las edades, todas, y una sola a la vez, confundidas en la espiral,
    ahí en el profundo sueño mortal, transfiguran mi alma.
    Os digo: ¡conjurad la sierpe que viene a beber al seno,
    la madre salvará a los chiquillos del rebaño lanzado a la carrera!
    Pues todo hombre, entre o salga del mundo, hundido en una cuna de muchas aguas,
    resbala y chispas deja el flujo de su sangre y resbala de nuevo
    y las Madres le pasan la mano llena de ojos.




    Cinco poemas de La estatua de sal, 1947:


    LA NEGRA SABIDURÍA CONVIERTE
    AL HOMBRE EN CAÑA

    Canto I, XI

    La negra sabiduría convierte al hombre en caña
    y capullitos aparecen y desaparecen sobre su faz arañada por una mano invisible,
    y colas, plumas, harapos
    desde la cabeza hasta los pies,
    y también nidos donde el pájaro de la tempestad da grito sordos.
    Devora el hombre a solas su horrible fruto como el ermitaño que alimenta el cuervo
    y suele quedar absorto, con las piernas cruzadas, el manuscrito a su lado ni cerrado ni abierto.
    Y pasa la vida como una misteriosa danza de años secretos sin un momento de tregua
    y cuando ya viejo no le concierne nada y cuelga una corona de las ruinas y lee versos griegos y latinos
    y cae desplomado cuando escucha el silbido del barquero.



    Y LLAMO A MI HIJA Y A MI HIJO,
    PÁJATOS ATÓNITOS...

    Canto I, XVII

    Y llamo a mi hija y a mihijo, pájaros atónitos en el espacio radiante,
    tronos donde el corazón amedrentado implora imágenes de los dioses.
    Y hacemos la ronda sobre los senos de la tierra,
    allí brota una leche que mama el moribundo para ahuyentar el pozo,
    ¡la luz de los justos en la noche de los sabios!
    Y ambos mensajeros van en busca de mi alma
    y se levanta un cuerpo lleno de silbidos.
    Una tromba que estaba dormida!
    Mirad cómo vuestro padre danza lleno de días
    con su casa brillante entre sus manos
    en medio del espacio.
    Os siento crecer, como nubes
    llenas de un viento encadenado.
    Y beso vuestra cabellera trenzada que flota como saliendo de una mazorca hambrienta,
    los dientecitos blancos del maíz aguardan la carne amorosa,
    el ave azul allí anida y ¡canta canta canta!
    ¡Y su muerte y resurrección no terminan jamás!



    SIRENAS EN GRANDES REDES DANZAN...

    Canto III, XVIII

    Sirenas en grandes redes danzan, en tu aula se rasgan los velos del templo.
    "Aprende, aprende lo que nos destruye y salva, lo que huye y nos modela en su propia huida.
    Aprende, aprende, siempre el creador tiene el abismo abierto siempre la vida acaba la enseñanza, de nuevo el hombre es humillado para que otra vez su propia verdad florezca y le redima."

    ¡Mira como revolotean los búhos! De nuevo reposa en la ciénaga el horizonte,
    de nuevo la bestia que se desprende del mar atraviesa el tiempo.
    Los hombres son sombras delante del sol,
    los niños envejecen tan temprano,
    los hombres maduros están muertos,
    la dulce sonrisa es grano
    para los pájaros marinos,
    tu pensamiento arruga la carne,
    la muerte escucha bajo las hojas.



    TENDIDO EN LA CAMA ESCUCHO...

    Canto IV

    Los trigos están maduros, bañados por el Fuego, abrasados
    Y sobre la tierra tendidos para la prueba.
    Hay una ley: es necesario que cada cosa penetre -como las serpientes-
    Profética, soñando sobre las colinas del cielo.
    Y hay tanto -como sobre la espalda una carga de leña-
    Que retener.

    HOLDERLIN, "Maduras están..."

    I

    Tendido en la cama escucho, el alma está fuera de mí como una aureola suelta,
    un zumo derramado a fuerza de embriagar,
    los ojos muy negros lo mismo que yo,
    pero no soy yo.
    Escucho cómo avanza, veo al lobo que acecha, al largo invierno invitándola al sitio donde hacinan aves degolladas
    ¡Oh cuerpo, nada temas! ¡salta! ¡toma las riendas! ¡ostenta el tiempo que contienes!
    ¿Acaso me asusta el morir? Oh, no es nada (dicen que es un tránsito). Yo no digo nada. Decidme, ¿qué es la vida? Yo rozo con mis labios una estrella que corta el mar oscuro.
    Escucho, escucho, mi oído es el hueco más cruel en el espacio,
    la habitación está llena de zarza y algo muy grande se mueve en el  establo.
    Yo me llamo "salero-arrojado-al-rostro", así me llamo,
    en el mediodía me pusieron este nombre,
    hace ya muchos años, cuando el muerto fue transformado en comida de fieras,
    reverenciado en vigilias, instruido para el culto
    y yo me hice guardián del otro invierno.



    "¿ESTÁS AHÍ?" SÍ, AQUÍ ESTOY YO...

    XXI

    "¿Estás ahí?" Sí, aquí estoy yo, el eterno retoño, aquí estamos al atisbo del hermoso verano.
    Sí, aquí estás tú, esposa mía, grávida entre las mortales,
    desnuda como un claro entre las nubes
    por donde el alba desciende.
    Tu cuerpo como un aletazo, mi cuerpo como el despojo de la noche sangrante.
    Y me levanto, busco el agua que no está hecha de lágrimas,
    remezco la dormida campana,
    el hombre se levanta, toma la gran vara,
    pega su boca al seno de la tierra,
    pone espejos sonrientes en los aposentos del amor
    He de vivir por vez primera en este día cierto
    con mi muerte cautiva,
    he de caminar al encuentro de las cosas y de los seres.
    ¡Reproducirlos!
    ¡El mundo! ¡El mundo!
    De nuevo la luz asciende como un casco de bronce
    sobre el guerrero en el corpulento caballo.
    El topo deslumbrado abre las puertas
    y salgo en cuerpo y alma
    avanzo hacia el coro.
    ¡Oh seno de la vida! ¡Oh velo arrancado!
    ¡Los vivos nos necesitan vivos!
    ¡Los muertos nos necesitan vivos!
    ¡El corazón aplacado coloca en sus huecos
    los ardientews rostros de los hombres!





    Tres poemas de Humberto Díaz-Casanueva,de su obra El sol ciego, 1966:


    I

    SEMEJANTE A MÍ PERO BROTANDO
    POR LA NOCHE

    Rosamel
    Tu carta tu postrera
    carta
    me llega
    latiendo dentro de tu
    muerte
    Es tan triste
    retener tu mano
    ya anegada
    Me llega la luz
    de un sol ciego
    rodando
    en el fondo de todos nosotros

    Abro tu carta
    como si nada hubiera
    sucedido
    Como en otros tiempos otros
    paises
    cuando hacia mí volaba
    tu corazan impetuoso
    para .sostenerme
    en el pánico
    de la noche calcinada
    Una pluma blanca
    traspasando
    la montana que se desploma
    entre nosotros
    Una escritura de
    zarpa
    hiriendo el aire ausente
    Un ahogo de pez
    tirado por el hilo

    Me dices
    Creo que estoy demasiado
    seducido
    por la fatalidad
    Espero un milagro
    Por qué no?
    Escríbame de nuevo por favor
    Tiéndame la mano
    una vez más
    Le prometo despertar


    Ahora
    si te contesto
    solo la bruma comerrá
    mi carta

    No obstante escribo
    Escribo
    encima de un vitral errante
    A quien escribo?
    A quien contade una maravillosa
    historia humana
    si la muerte refuta
    y nada queda
    salvo la fuerza de ser?

    Un ojo apedreado me mira
    Un bramido
    acaba la hermosura
    Rosamel ha muerto

    Muerto?
    Atado de manos y de pies
    nace de hielo
    resbalando
    en espantosos partos
    sin fecundador

    Esta incomprensible
    Esta filtrando la noche
    comun
    dentro un sol estéril

    Insensata la lengua
    de palo
    que pregunta
    y queda mutilada

    Al despedirme
    te abracé más fuerte
    dolorido
    por oscuros presagios
    La ley escrita
    en el cuello del hechicero
    quemado en la plaza


    Te abrace como a un
    mástil
    crujiente

    Había baile
    Toda la noche pasamos
    ensartando ruiseñores

    Hermano mío
    Tutor de mi vida entera
    Esta noche
    golpean en mi corazón
    y solo tú respondes
    Tú haces que la primavera
    me pase la esmeralda
    Tú me enredas
    los cabellos de la joven

    Y de pronto
    la disoluci6n de las
    palabras
    y los gestos
    El horizonte hundido
    La carne
    Mentira!

    Desmiento a la evidencia!
    Niego a esta instantánea
    luna
    en la nulidad del cielo!

    Abro la noche y miro
    desesperadamente miro
    con mls entrafias
    como si distinguiera
    la prolongaci6n de un ser
    inmenso



    VI

    LA INTOLERABLE UNIÓN
    DE LOS DESPOJOS

    Todo se ha consumado de
    golpe
    Como una trompeta
    te has partido en dos
    y sale un chirrido
    no sale de ti
    sino de la sorda conclusión
    del tiempo

    Sale el fantasma
    que porfiaba en las
    conversaciones

    Recuerdas?
    Recuerdas el súbito crujido
    de la seda?
    La insurrección de las
    sillas?
    La camisa cada vez más
    lívida?

    Decías
    Entré!
    Pero nadie entraba
    Pero un remolino de música
    consumía el espacio
    y quedábamos atónitos
    sosteniendo
    la cúpula encendida de
    otro mundo

    Ahora
    el fantasma tiene aberturas
    de boca
    y nada dice
    Nadie dice nada

    Las cosas se apagan
    lentamente
    En tu feroz mordaza
    quedan palabras quedan
    besos

    Nadie dice nada
    porque nada tiene sentido
    Lo irrevocable
    es una verdad vacía
    que nos acecha
    sin razón verdadera

    Al contemplarte
    nos contemplamos
    petrificados
    vivos!

    Oh forma! Oh crepitación
    de la forma
    que nos liberta de la nada
    al mismo tiempo que a ella
    nos conduce!

    Debo alabar o
    execrar
    tu muerte
    como el desdoblamiento
    infinito
    de una presencia apenas
    perceptible
    No sé
    Tengo vendada el alma

    Sólo quiero
    ungir tus ojos con el
    claror de mi vida

    Te recuerdo
    como un caballo espumoso
    tascando
    el freno de la muerte
    como un cíclope
    luchando contra una pared
    cornuda
    Tierno
    cazando una estrella
    perdida
    en tu cuerpo
    Humilde
    cuidando una paloma
    coja
    Iracundo
    ante la mesa vacía
    del pobre

    Te has juntado
    contigo mismo?
    Y de qué te vale
    el cumplimiento de una
    soledad
    más vasta?
    Allí
    no sé dónde
    tallando con tus dientes
    un bosque de marfil
    sin intención valedera?
    Sólo abundabas en tu
    prójimo



    VIII

    OFRENDA PARA HACERLO
    PRESENTE

    Ay!
    Tu frente fue mi acantilado
    Tu mana mi abrevadero
    Tu ángel
    mi horno de la noche
    Tu poesia
    la marca candente sobre mi
    alma
    Tu horror
    la costra de mi
    grito
    Tu gozo
    mi relincho debajo de
    la sangre

    Me ensefiaste
    a aborrecer el oficio
    A desdeñar la tinta
    A suprimir las vocales
    A trabajar a pura sangre
    desbocada

    Jamás quisiste ser
    celeste
    ni quemado por la
    pedreria
    Siempre de cal de
    liquen
    de cuerpo
    pasado por el ojo de una
    aguja

    Siempre sintiendo
    nostalgia de tierra
    dentro de la tierra

    Oh muerte muerte!
    Aqui
    dentro de mi por
    siglos henchidos de
    ti
    devorando en mí
    las migas de los seres!

    Peso cansado de todo el
    universo
    sobre mí
    tan pequeiio
    a la vez que tan grande
    en la presunción de mis
    poderes

    Muerte que te vengas de
    que hayamos nacido
    para qué?
    Para dejar un ancla
    forrada de chispas
    que desciende
    fundida
    en un increible sueño?

    Rosamel
    Nos han incomunicado
    Te tragaste las Haves
    Hay una cerradura mohosa
    Hay ancianos
    juntando los orujos
    Hay una pala hundida
    en el desierto

    Esta noche
    ya sin horas
    Este sabor a tábano
    Este silbido
    en el pals del vértigo
    Esta imagen en que
    nadie se reconoce


    Ay!
    Cómo quisiera
    imaginarte vivo
    vivo dentro de tu muerte
    en un acaecimiento
    de inauditas formas
    tentando
    tentando
    resucitar al hombre
    dentro del Hombre!

    Ahora
    este mar que se come
    las olas


    Sin embargo te veo
    te corroboro
    te alucino en mi memoria
    herida

    Te arrojo espuma
    lustrándote
    la figura verdadera




    El pájaro dunga
    , 1985:


    EL PÁJARO DUNGA

    Soy el P Á J A R O  D U N G A
    Así es y fue
    Hasta que uno envejece y
    vomita conejos

    Uno siempre vive de improviso
    Cicatrizando el Espacio

    Dicen que mis vuelos son inmóviles
    O que mis alas
    Son un golpear de puertas en
    Los palacios de marchitas
    Edades

    Mis vuelos son los adioses de los
    Hombres

    Regreso a las catacumbas de la
    Mente
    Donde una C R E S T A  O S C U R A
    Es venerada

    La Gracia es una estatua inocente
    Partida a hachazos de plata
    Agítase sobre el hombre
    Un cisne negro
    Contrahecho

    Al borde del Paraíso
    Encuentro que la cosa más
    Ínfima
    Es sobrenatural
    Es claro
    Allá mis alas son de mármol

    Mis trinos son aullidos
    Mis picotazos violan
    Sombras hostiles y
    Proféticas

    Nadie sabe que tengo gusto
    A rocío venenoso
    Regreso a la zozobra de la
    Tierra
    Cada vez más estéril

    Llego rebosante de un flujo
    Trágico
    Pero
    Una sonrisa fugitiva
    Sobrevive
    Al azote que zumba en las
    Inmensidades

    Bebo
    ¿Dónde está el charco
    Inconsolable
    Que brota del cáliz?
    ¿Dónde?
    Hombre domado por los hombres

    Sudo
    Dentro de una divinidad
    Que comienza
    En el ojo blanco de un caballo

    Llevo la hoja de olivo
    Honda y marchita

    Trofeo de una inesperada
    Sobrevivencia
    Delirante
    Mis trinos la transfiguran

    ¡Mujer!

    Embozada en un devenir más
    Puro
    Para ti mi vuelo es el borde
    De una impetuosa
    Ola rupestre

    ¿TE LLAMAS EURÍDICE?

    Tu sueño es una madeja
    De sangre relampagueada

    No soy digno de mí
    Soy trivial y chocho
    Abrazado con mis vuelos
    A una torre de llagas

    Quiebro
    Mi costilla de alabastro
    Mi huevo
    Como un caramelo en la
    Boca
    De una señora gorda
    Tengo miedo
    Mi rango a veces es de
    LORO

    Me ensarto en la alambrada
    De púas
    Los labios del aire son
    Vidriosos
    Porque se entreabre un cuerpo
    Y entra un hipopótamo
    Obsceno
    Mi vuelo es cada vez más
    Humano

    ¡Leo
    En el áureo texto del magnánimo
    Equilibrio universal!

    TODO ES JAULA
    PARA QUE UNO SEA PERFECTAMENTE
    UNO

    Duermo
    Meciéndome en los colmillos
    De un elefante castrado

    En una copa de hielo
    Quebradizo
    La Luna está derritiéndose

    Solamente bebe el
    Desvelado

    Por una higuera
    Se va se va trepando un
    Hombre salobre

    Canto
    Me recompensan con ayunos
    Espulgo la barba de los
    Reyes
    Ay
    Soy un pájaro andrajoso
    Desplumado
    Seguido por crepitaciones
    De piras
    Funerarias

    No parece que vuelo
    Sino que soy peloteado
    Por una luz bizca
    Me hundo en el aire como
    Una tijera demente

    Entonces
    ¿Qué hace tan caótico pájaro
    Entre pájaros de presa?

    Uno quisiera llegar a la
    Oblación del arroz
    No hay arroz
    Hay una corola de llena de
    Pus

    LADRO
    A LA INHUMANA MAGNITUD DEL
    UNIVERSO

    La paloma y el cuervo
    Lejanamente
    Me conciben
    El huevo es el prisma del
    Eterno Retorno

    Mi padre afilaba las llamas
    En el crucifijo de las
    Leñas
    Cuando murió
    Un cóndor lo gorjeaba

    Vanamente lucho contra el
    Hercúleo cielo

    Ti su mi mbili benge kulú

    Los pájaros sostienen un
    Trono sobre el mundo

    Las tribus van penetrando
    Dentro de la roca
    Carnívora

    MIEDO
    HOJAS
    DADOS
    ARMONIUM
    CAMELLOS

    ¿No escuchas el desierto que
    Vibra
    Debajo de la Gran Ciudad?

    Alguien bebe un sorbo de
    Esperma
    De mi nido
    Siento el golpe el golpe
    De cataratas secas
    Mis provisiones celestes
    Desfallecen

    Los hechiceros
    Preservan un cadáver de
    Cuatro cabezas

    Vuelo detrás de una G R A N
    E S P A L D A
    Trizada por el gong

    Ojos negros ennegrecen
    Todo lo que miran

    Tahúres ciegos juegan
    Con pájaros y toros

    La vida se torna
    Pálidamente
    Tácita

    Yo afirmo que el hombre
    Tiene plumas
    Agallas y un gran rabo
    Así pregona los poderes del
    Espíritu

    Yo tiemblo por el Ogro
    Con aspavientos de
    Misericordia

    ¡Misericordia!

    Me soslayan
    Me hacen volar en los
    Sótanos
    Mi chillido es una
    Indecencia
    En el sacrosanto silencio

    Soy el Pájaro Dunga
    Dugagadundun
    Mi osamenta cubierta por la
    Seda
    Asciende dentro de la Gran
    Esfinge
    Mi vuelo es el deshojamiento
    Del Libro de la Perdición
    De los Santos

    ¿Quién lo agusanó
    Jurando ser fiel
    A roncas voces alumbradas?

    Arrojo tobillos de plata
    A un Espantapájaros
    Tan parecido
    Ay
    Parecidísimo a un hombre

    Tal vez voy a morir
    Como una gallina en su caldo

    Mientras tanto
    Desenrollo
    Sábanas fosforescentes
    Un hombre amanece
    Pletórico de un vigor
    Malsano
    Lo aturde el peso de una
    Blancura rígida

    Revolotean ratas
    Rejuvenecidas por el asco

    ARROBADO ANTE MÍ MISMO
    ME CORTO LA LENGUA
    PENDE DE MI CUELLO UN
    SAQUITO DE DINAMITA
    LA AURORA SURGE COMO UNA
    CALAVERA ROSADA

    Soy la cicatriz de una
    Campana
    Siempre henchida
    Para regocijo de crédulos y
    De simples

    El Ser sólo testimonia
    Criaturas
    Con espesos antifaces

    El hombre sufre de
    Hemorragias
    Animales

    Transpira cenizas escritas
    Por un dedo
    Que pesa como una tonelada

    La luz está viscosa
    La luz sólo cristaliza
    En un juego de espejos
    Mímicos
    Allí el hombre gira gira
    Dueño presunto de sus
    Lontananzas

    La testa del Sol permanece
    En un encrespado pesebre
    Rodeado
    De tigres melancólicos

    La trepidación de mis alas
    Llena los aires
    De cabellos de mujer

    El arúspice dice
    En tus entrañas hay una
    Mordedura de serpiente

    Náuseas
    Hijo de puta en un lugar
    De whisky barato

    Mi za gogo ti bi maya

    El pájaro Dunga es demasiado
    Longevo
    Para ser solamente el
    Pájaro Dunga
    Entonces
    Anido dentro del pecho
    De un
    ÁNGEL BESTIAL

    ¡Criatura humana!

    ¡Máscara de grandes manos
    Viviente
    En una sublime agonía!
    ¡Lengua emplumada con
    Sonidos espantosos!

    Me extiendo por su sangre
    Y por su linfa
    Le acaloro los huesos
    Hundo mi pico en su
    Corazón
    Mis garras en su hígado
    Mis orines salen revueltos
    Con sus orines
    Mis nervaduras con sus
    Nervios
    Sus sesos
    Cascos de corceles alados
    Taladro sus sesos
    Los alivio
    Con más enigmas y más
    Sueños

    El Hombre-Pájaro no sabe
    Lo que es
    Pero su verdadero vuelo es
    La ondulación de sus
    Abismos
    (Él se llama Bindú
    Casado con Bindí)
    Ambos lamen los mohos de la
    Tierra
    La basura apetitosa de un
    Hermoso barrio

    Arrastro el arco iris
    Lo enredo en la danza de la
    Muchacha ahogada

    Pájaro-Hombre
    Sólo conozco tu gris
    Proximidad
    Una flecha de oro atraviesa
    Mi cuello
    Estoy posado en lo más alto
    De las Horcas
    El hombre incinera sus
    Ruborosas
    Muñecas
    Devora virutas de la
    G R A N  C R U Z

    Me saco los piojos de mis
    Plumas
    Mis plumas sólo vencen las
    Distancias más sagradas
    A mi derredor
    Todo se vuelve subterráneo

    He clavado los pies del
    Hombre
    Encima
    De los pies de la Mujer
    Me parecen aureolados
    Siembran grumos de sangre
    Melódica

    Vuelo
    Un descenso puede ser
    Hacia una altura enterrada
    Mis dientes chisporrotean
    En la punta de una espada
    He ensartado un cráneo de
    Ángel
    Recogido en los mataderos

    No a todos los césares
    Respalda la historia
    El Anticristo monta el
    Cordero enmascarado
    No a todos los hombres
    Vence el mar sulfúreo

    Tengo la garganta llena de
    Lagrimas
    De la profundidad humana

    No me desprendan de la
    Tierra
    El Cielo es la mitad
    Inaudita
    De la tierra

    Vienen disecadores ancestrales
    A substituirme en los
    Vuelos
    Vuelo sombríamente
    Un niño con un espejito
    Me ciega
    Parece que estoy oprimido
    Dentro de una chaqueta de
    Yeso
    No puedo chupar los fluidos
    Del espacio
    Mis débiles patas
    Grotescamente
    Hacen bolas de lodo de hombre

    Así
    Trabado en la cerradura de
    La vida
    ¡Crac!

    La supervivencia se torna
    En un terror perenne

    Ay

    Veo a lo lejos un horizonte
    De barriguitas hinchadas

    HAMBRE
    HEMBRA
    HOMBRO
    HOMBRE

    La hembra del hombre es el
    Hambre
    El hombro del hombre es la
    Hembra
    El hambre del hombre es el
    Hombre

    ¿Por qué un piano lleno de
    Luciérnagas en una
    Calle desierta?
    ¿Por qué doras la espiga
    Que se colma
    En los cementerios arrojados
    Al mar?
    ¿Por qué zurces tu corazón
    Con el hilo de las Parcas?

    Se me acerca un hombre de
    Latidos enormes
    Vestido de crespón
    Me dispara
    La bala sólo me adormece

    Sueño que estoy en una
    Pajarera
    Que tañen
    Como una campana
    Sollozos ahogados
    No hay clemencia en la
    Agonía de los
    Oráculos

    ¡PÁJARO EXCREMENTICIO!

    Vuelo con una cabeza de
    Pescado
    Entre los dientes

    Sol
    Cabeza de pescado rojo
    Expulsado por las olas
    De un mar
    Henchido de náufragos
    ¿Cómo blandir tus rayos
    Para que el hombre
    Burlado
    Por su ser inconcluso
    Ilumine su poder inmanente?

    Devoro la miga del corazón
    De un hombre
    Un hombre no es todavía el
    Hombre
    Cada vez lo es menos

    El Hombre-Pájaro necesita
    La siega
    De su desierto maldito
    Necesita
    Volcar sobre lo venidero
    La transparencia de su sangre
    Crispada

    Le faltan designios y
    Visiones
    Coros de lenguas germinadas
    Por la savia
    De cipreses temblorosamente
    Oídos

    Hombre
    Agarrado al lúcido caballo
    He de enseñarte el secreto
    De interiores
    Levitaciones
    El estremecimiento
    De lo universal que se te
    Escurre

    Entonces
    A Bindú
    Le despellejan las
    Mejillas
    Le sacan de su sombra un
    Perro hidrófobo

    A Bindí
    Le estrujan sus pezones
    Hasta que mane leche que
    No sea
    Totalmente humana

    Trasmito la última gota de
    Agua lustral
    Resquebrajo los labios de
    Jóvenes amantes
    Soy el prófugo de una L U Z
    En que flotan
    Pececillos muertos

    La tierra reverbera

    El hombre cava en el vacío
    De su forma
    Corre tras sus alas

    Cien mil pájaros conducen
    Un Sol de ébano
    Tan brillante
    Que la Luz ensombrece a la
    Luz
    Estamos sitiados por nuestras
    Arideces

    Nuestras últimas manos
    Han de florecer
    En las más abruptas
    Torres

    El Pájaro-Dunga vuela
    Vuela vuela
    Dentro de un pecho cargado de
    Cerrojos

    ¿Cómo no prosternarse ante
    Los pasos recónditos?

    Hombre
    La boca llena de colas

    Hombre-Pájaro en la
    Congénita montaña
    Sus ojos oprimidos por unos
    Atroces pulgares

    Un Hombre
    Fatigosamente sostiene su
    Mente
    Rompe músculos de bronce
    Los trinos calman la fuerza
    Impune

    ¡ZAMBULLIDA EN LA SANGRE
    DE UN NACIMIENTO
    CIRCUNDADO POR MATANZAS!

    Árbol monstruoso sobre la
    Espalda
    De un hombre asfixiado
    En su propio hálito
    Nidos pateados
    El hombre es el contacto
    De un carnoso espejo
    Enfermo

    Manos infantiles
    Agarradas a las colas de
    Leones furiosos

    De gumi kana nga yo du

    Dunga quiere rehacer a un
    Hombre
    Con el vigor de sus trinos
    Trenos
    El maná convulsivo manando
    De la muerte
    Siempre prematura
    Hilillos de sangre del
    Espejo trizado

    Dunga vuelva erizado de
    Puñales
    Por un camino de llamas

    Vuela revuela sobre un
    Féretro vacío
    Donde cae
    Interminablemente cae
    La sangre lechosa de un
    Dios ciego
    Que se deshace en la semejanza




    Otros poemas de Humberto Díaz-Casnueva, de los que ignoro libro y fecha donde figuran:


    LA VISIÓN

    Yacía obscuro, los párpados caídos hacia lo terrible
    acaso con el fin del mundo, con estas dos manos insomnes
    entre el viento que me cruzaba con sus restos de cielo.
    Entonces ninguna idea tuve, en una blancura enorme
    se perdieron mis sienes como desangradas coronas
    y mis huesos resplandecieron como bronces sagrados.
    Tocabas aquella cima de donde el alba mana suavemente
    con mis manos que traslucían un mar en orden mágico.
    Era el camino más puro y era la luz ya sólida
    por aguas dormidas, resbalaba hacia mis orígenes
    quebrando mi piel blanca, sólo su aceite brillaba.
    Nacía mi ser matinal, acaso de la tierra o del cielo
    que esperaba desde antaño y cuyo paso de sombra
    apagó mi oído que zumbaba como el nido del viento.
    Por primera vez fui lúcido mas sin mi lengua ni mis ecos
    sin lágrimas, revelándome nociones y doradas melodías;
    solté una paloma y ella cerraba mi sangre en el silencio,
    comprendí que la frente se formaba sobre un vasto sueño
    como una lenta costra sobre una herida que mana sin cesar.
    Eso es todo, la noche hacía de mis brazos ramos secretos
    y acaso mi espalda ya se cuajaba en su misma sombra.



    TODO SE HA CONSUMADO DE GOLPE

    Todo se ha consumado de
    golpe
    Como una trompeta
    te has partido en dos
    y sale un chirrido
    no sale de ti
    sino de la sorda conclusión
    del tiempo

    Sale el fantasma
    que porfiaba en las
    conversaciones
    Recuerdas?
    Recuerdas el súbito crujido
    de la seda?
    La insurrección de las
    sillas?
    La camisa cada vez más
    lívida?

    Decías
    Entré!
    Pero nadie entraba
    Pero un remolino de música
    consumía el espacio
    y quedábamos atónitos
    sosteniendo
    la cúpula encendida de
    otro mundo

    Ahora
    el fantasma tiene aberturas
    de boca
    y nada dice
    Nadie dice nada

    Las cosas se apagan
    lentamente
    En tu feroz mordaza
    quedan palabras quedan
    besos

    Nadie dice nada
    porque nada tiene sentido
    Lo irrevocable
    es una verdad vacía
    que nos acecha
    sin razón verdadera

    Al contemplarte
    nos contemplamos
    petrificados
    vivos!

    Oh forma! Oh crepitación
    de la forma
    que nos liberta de la nada
    al mismo tiempo que a ella
    nos conduce!

    Debo alabar o
    execrar
    tu muerte
    como el desdoblamiento
    infinito
    de una presencia apenas
    perceptible
    No sé
    Tengo vendada el alma

    Sólo quiero
    ungir tus ojos con el
    claror de mi vida

    Te recuerdo
    como un caballo espumoso
    tascando
    el freno de la muerte
    como un cíclope
    luchando contra una pared
    cornuda
    Tierno
    cazando una estrella
    perdida
    en tu cuerpo

    Humilde
    cuidando una paloma
    coja
    Iracundo
    ante la mesa vacía
    del pobre

    Te has juntado
    contigo mismo?
    Y de qué te vale
    el cumplimiento de una
    soledad
    más vasta?
    Allí
    no sé dónde
    tallando con tus dientes
    un bosque de marfil
    sin intención valedera?
    Sólo abundabas en tu
    prójimo

    Torné a lo obscuro, a larva reprimida otra vez en mi frente
    y un terror hizo que gozara de mi corazón en claros cantos.
    Estoy seguro que he tentado las cenizas de mi propia muerte,
    aquellas que dentro del sueño hacen mi más profundo desvelo.



    DOTO MI VIDA DE UNA ESPERANZA AGÓNICA

    Úntenme manos traspasadas por un
    clavo de oro macizo
    manos cuelgan del hombre
    manos pinchadas
    Tengo hambre
    hambre del sueño que afluye en la
    mínima sal
    Todo mi cuerpo pegajoso
    de moscas sucias y doradas


    _________________
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      Fecha y hora actual: Mar 15 Oct 2024, 23:03