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Simón Abadía Costán: Como gavillas Poesía alternativa (Edit. Ventura/Simón, 2016)
Viene a mis manos el libro Como gavillas Poesía alternativa de mi amigo y compañero de foro Simón Abadía Costán, que contiene una poesía muy personal, escrita con el corazón.
Os dejo Unas palabras dirigidas al autor por su hija Cristina, junto con unos poemas del libro.
Un abrazo.
Pedro
*
“Son tiempos de cambio, de dejar atrás lo antiguo.
Es entonces cuando me va bien dirigir la mirada hacia algo que se mantenga a través de los tiempos y los cambios. La naturaleza me ayuda y he observado curiosa cómo la presencia de elementos naturales es una constante en tus poemas: el mar, el sol, la luna, las flores…
Igual de constante me parece en tus poemas observar la presencia de ese aire de melancolía, quizá deseo de otros tiempos que ya pasaron. Tal como lo veo, algo que pasó debe dejar lugar a la renovación. Y un cambio a lo nuevo requiere ilusión. Me ha parecido encontrarla tímidamente releyendo algunos de tus poemas, que marcan un ritmo nuevo que existe en algún rincón del alma, que quiere aflorar y ocupar todo el espacio con vitalidad, ritmo y alegría.
Para la medicina china la alegría de vivir es la base de todo. En estos momentos de cambio debería estar presente y ser recordada como impulso vital para una nueva etapa. Pongamos la intención y llegará. El alma siempre escucha nuestros ruegos, y la personalidad se encargará entonces de plasmarlos en nuevos poemas que reflejarán una naturaleza de inicio de primavera, con nuevos brotes de colores que darán vida a la palabra de oro a través de la escritura.
Entonces sé que encontraré de nuevo un poema que lleve en su inicio el nombre “¡Soy feliz1”, como el que ya has escrito, pero con un final que irá más allá de un limbo tedioso en el que personalidad y alma se habrán por fin encontrado en un lugar llamado Alegría.”
Cristina Abadía Castelló
Poemas:
LÁGRIMAS DE SAN LORENZO
(Las Perseidas)
Ven
siéntate a la fresca a mi lado,
encima de esta piedra
y observa,
recréate esta noche
y escucha los silencios,
aunaue todo lo que ves
está en movimiento.
Los meteoritos comienzan a desplazarse
y mi nieta pone los ojos de asombro
al ver tantas estrellas juntas
y la lluvia de tantos cuerpos luminosos
a velocidades de vértigo.
Abuelo, ¿tú eres sabio?
La nieta cogió la mano de su abuelo
y comenzó a ver con detenimiento
¡y asombro!
Las lágrimas de san Lorenzo.
Hacer falta ser sabio
¿después de lo que estamos viendo?
Otro año, cuando vengas
siéntate aquí y recuerda.
¿Y tú vendrás conmigo?
Yo, seguramente
estaré en alguna de esas estrellas
haciéndote señas,
y te caerán besos de tu abuelo
como lágrimas de san Lorenzo.
TU ERES OASIS
Me gusta pensar
pero me canso.
Mirarte también
y descansar un rato.
Ver tus labios insinuantes
con acento de embeleso.
Pasear mis manos por tu cuerpo,
eso, siempre me gusta.
Oír el susurro de tu voz
con la quietud de las aguas,
eso me da paz serena.
Latir tu corazón
cuando pongo el oído
eso siempre me ilusiona.
Pero me llena de gozo
el dejar que mi corazón te quiera
es lo que más me seduce,
y sobre todo me fascina
el estar a la sombra de tus palmeras
cuando se notan las brisas
por el vaivén de tus pestañas.
FRESNO
Me gustaría escribir,
con la frescura de mi juventud
sin mirar el futuro
si es largo o corto,
sin la cetrina del tiempo
o con las miradas de la cortedad otoñal
cuando comienza a abrirse la puerta del invierno.
Pongo mi hombro apoyado al viejo fresno
y el camino que recorro con la mirada
se me hace nostálgico.
Y a mi amigo que le gusta que le arrime el hombro
aborda las contiendas de los años
hasta llegar a mis dieciocho primaveras
donde descansaba con mi bicicleta Orbea
que, sin temo a nada,
cogía con mi mano su tronco joven,
y cuando el receso finiquitaba
dándole dos palmadas a una verde rama,
sentía el trueque de sus movimientos
por la emoción de la despedida.
Hoy tan apenas resiste mi hombro desvencijado,
pero seguimos siendo amigos.
Y mis palmadas, (aun sin fuerza)
le hacen temblar las raíces.
SOY FELIZ!
A veces, raramente y solo a veces,
aparecen portentos a destiempo
que se forman efímeros en tiempo
y al momento notamos las decreces.
A veces, cavilamos en milagros,
abrimos los tesoros escondidos
y nos brotan misterios existidos
con su felicidad y con sus agros.
¡Soy feliz! Exclamamos jubilosos,
desterrando más bien lo tenebroso
y viviendo contentos los gozozos.
Al poco se taponan alegrías
dejándonos en el limbo tedioso
bajo la locución de Malaquías.
SOY FELIZ!
A veces, raramente y solo a veces,
aparecen portentos a destiempo
que se forman efímeros en tiempo
y al momento notamos las decreces.
A veces, cavilamos en milagros,
abrimos los tesoros escondidos
y nos brotan misterios existidos
con su felicidad y con sus agros.
¡Soy feliz! Exclamamos jubilosos,
desterrando más bien lo tenebroso
y viviendo contentos los gozosos.
Al poco se taponan alegrías
dejándonos en el limbo tedioso
bajo la locución de Malaquías.
VIVIR, VIVIR,… TAN SOLO VOY TIRANDO
Vivir, vivir,… tan solo voy tirando
porque a ciertas edades ya ni remas,
quieres quietud de lagos, con los lemas,
que la pasada vida nos va dando.
Estoy cerca y no sé cuando concluyo
pero sé que largada poca queda
el tiempo a dentelladas se me lleva,
o soy como poción en su diluyo.
Todos me animan sin zanjar pregunta
y piensas en la dicha de existencia
memorando, que te quiten lo “bailao”.
Observas que lo andado se te junta
con un presente pícaro en paciencia
que todo viene y pasa “controlao”.
MÁS QUE EL SOL, MUJER
Porque miro y veo tu cara
igual que la porcelana.
Porque distingo tus ojos
verdes como la esmeralda,
y tus labios carmesí,
el clavel de primavera.
Ponte la pamela grande
para que el sol no te vea.
No mal piense por los celos
que quieres, por tu hermosura,
apagar todas sus luces.
ENTREGA TOTAÑ
Estremece verte en el lado izquierdo de la luna,
justo donde las tinieblas marcan la noche
y en esa línea divisoria,
quisiera cogerte
para que fueras toda mía.
Te dije un día
que sería tuyo en la noche y el día
en los minutos y en las etapas
y aunque el reloj de nuestro tiempo
comenzase a señalar las horas al revés,
yo quisiera ser siempre tuyo
en la luz y las sombras.Nadie tiene mi tesón hacia ti,
nadie te vigila las veinticuatro horas,
más una.
Por eso corro hacia el extremo izquierdo de la luna,
para sacarte
a la cara sur donde el sol irradia
y podamos vivir en la luz,
plenamente y con esperanza.
CANTOS DE AMOR
Ya no son versos lo que tengo
sino fuego en mis entrañas,
cual solapas lavas.
Salen por las alturas
efluvios de amor y fuego0
con cenizas que se aparvan.
Cantos impertinentes,
dualidades de sombras,
esperando bellas auroras
en repeticiones de noches.
He dejado el acento
de rima y coplas de poeta
y busco cadencia en mis cantos,
mirando siempre el contento.
Ya no soy poeta de versos
sino cantor de amor y fuego,
daré todo a mis salmos,
diversidad de palmos,
baladas de pasión y calor
con albores de mucha luz.
Besos en vez de versos,
mimos en vez de rimas,
fuegos en brasa viva,
odas en plan inmerso.
PUERTAS DE INVIERNO
Tantos requiebros
tantas angustias
como oliveras
de troncos viejos.
Afectos tiernos
escasos de ellos
ven a mi lado
que tienes saldo.
Quiero y no puedo
darte alegrías,
perenne de hojas
tristes y lacias.
Amores blancos
verdes nostalgias
albas de barros
frágiles almas.
Luces y sombras
soles y lunas
sueños de noches,
alfombra de hojas.
Campos y trigos
con flor de harina,
yo soy molino
pon tú las aguas.
Tú eres camino
yo doy los pasos,
dame tus labios
divina fuente.
Siempre te quiero
días y noches,
noches y días,
luces de auroras.
Caen rosadas
flor de mañana,
ven a mis brazos
sol de levante.
Puerta de invierno
frío en arraigo,
entra conmigo
eres mi fuego.
PASEO RUTINARIO
Hoy sí, he paseado por mi viejo camino,
los dos fresnos están más bien absortos,
con corteza arrugada,
alguna peca
y tres lunares prominentes.
Los dos están ajados
y uno sin brazos.
No es que estén muertos, no, no,
tan solo viejos.
Les saludo y no me responden
están ensimismados por la cantidad de años.
ERES LIBRE
¡Libre!
Como lirio,
como el mirto.
¡Libre!
Cual gacela
y no menos que la pantera.
¡Libre!
Como el agua del mar
o las nubes que vuelan,
como el río que empieza
o los chopos que tiemblan.
Soy libre,
en campos vallados
en vergel cercado
de un globo terráqueo.
Libre, libre, ¡más libre!
Lleno de leyes,
lejos del sol y la luna
y de estrellas caducas
y esperanza en mis venas.
Libre, libre, tan libre
como mi hermano,
el que está bajo látigos
o armamento pesado;
al que magullan las palabras,
o pisan con botas doradas;
al que le quitan aire
y le cierran la calle.
¡Libres!
Los que viven en casas
sin puertas que los guarden.
Libres,
como el trigo y centeno,
como el río en su cauce
o el mar en su cuenco.
Libres,
como la amapola y romero
como el buey o la mula,
quizás, como el galgo de carrera.
Hoy, me apetece libertad,
imagino mi cerco.
Pero puedo gritar, sin pasarme:
Libre, libre, sí, libre,
como el lirio
o el mirlo negro.
SE DESTROZA EL QUERER
Se destroza el querer
con el yacer.
Y las postrimerías
son lastimadas
por sueños lascivos
inertes de raíces y de savias.
Quiero,
lo mismo que quería
y la turbia mente destroza
y crece, crece cuanto toca,
con la flojedad
y los espejos de la nostalgia.
Se olvidan las preguntas de futuro;
se deja de confirmar el presente;
y en la tacita de la mirada,
muestras el sedimento levemente
y arrullas las preguntas
alrededor de los vidrios de añoranza
en un querer sin dicciones.
Estático, como árbol, como planta,
percibes el hueco que dejas
y dentro de nada,
crecerá grama con revivida tierra.
Epítome.
Si no me entiendes
vuélvelo a leer,
seguro que te has dejado algo.
Simón Abadía Costán: Como gavillas Poesía alternativa (Edit. Ventura/Simón, 2016)
Viene a mis manos el libro Como gavillas Poesía alternativa de mi amigo y compañero de foro Simón Abadía Costán, que contiene una poesía muy personal, escrita con el corazón.
Os dejo Unas palabras dirigidas al autor por su hija Cristina, junto con unos poemas del libro.
Un abrazo.
Pedro
*
“Son tiempos de cambio, de dejar atrás lo antiguo.
Es entonces cuando me va bien dirigir la mirada hacia algo que se mantenga a través de los tiempos y los cambios. La naturaleza me ayuda y he observado curiosa cómo la presencia de elementos naturales es una constante en tus poemas: el mar, el sol, la luna, las flores…
Igual de constante me parece en tus poemas observar la presencia de ese aire de melancolía, quizá deseo de otros tiempos que ya pasaron. Tal como lo veo, algo que pasó debe dejar lugar a la renovación. Y un cambio a lo nuevo requiere ilusión. Me ha parecido encontrarla tímidamente releyendo algunos de tus poemas, que marcan un ritmo nuevo que existe en algún rincón del alma, que quiere aflorar y ocupar todo el espacio con vitalidad, ritmo y alegría.
Para la medicina china la alegría de vivir es la base de todo. En estos momentos de cambio debería estar presente y ser recordada como impulso vital para una nueva etapa. Pongamos la intención y llegará. El alma siempre escucha nuestros ruegos, y la personalidad se encargará entonces de plasmarlos en nuevos poemas que reflejarán una naturaleza de inicio de primavera, con nuevos brotes de colores que darán vida a la palabra de oro a través de la escritura.
Entonces sé que encontraré de nuevo un poema que lleve en su inicio el nombre “¡Soy feliz1”, como el que ya has escrito, pero con un final que irá más allá de un limbo tedioso en el que personalidad y alma se habrán por fin encontrado en un lugar llamado Alegría.”
Cristina Abadía Castelló
Poemas:
LÁGRIMAS DE SAN LORENZO
(Las Perseidas)
Ven
siéntate a la fresca a mi lado,
encima de esta piedra
y observa,
recréate esta noche
y escucha los silencios,
aunaue todo lo que ves
está en movimiento.
Los meteoritos comienzan a desplazarse
y mi nieta pone los ojos de asombro
al ver tantas estrellas juntas
y la lluvia de tantos cuerpos luminosos
a velocidades de vértigo.
Abuelo, ¿tú eres sabio?
La nieta cogió la mano de su abuelo
y comenzó a ver con detenimiento
¡y asombro!
Las lágrimas de san Lorenzo.
Hacer falta ser sabio
¿después de lo que estamos viendo?
Otro año, cuando vengas
siéntate aquí y recuerda.
¿Y tú vendrás conmigo?
Yo, seguramente
estaré en alguna de esas estrellas
haciéndote señas,
y te caerán besos de tu abuelo
como lágrimas de san Lorenzo.
TU ERES OASIS
Me gusta pensar
pero me canso.
Mirarte también
y descansar un rato.
Ver tus labios insinuantes
con acento de embeleso.
Pasear mis manos por tu cuerpo,
eso, siempre me gusta.
Oír el susurro de tu voz
con la quietud de las aguas,
eso me da paz serena.
Latir tu corazón
cuando pongo el oído
eso siempre me ilusiona.
Pero me llena de gozo
el dejar que mi corazón te quiera
es lo que más me seduce,
y sobre todo me fascina
el estar a la sombra de tus palmeras
cuando se notan las brisas
por el vaivén de tus pestañas.
FRESNO
Me gustaría escribir,
con la frescura de mi juventud
sin mirar el futuro
si es largo o corto,
sin la cetrina del tiempo
o con las miradas de la cortedad otoñal
cuando comienza a abrirse la puerta del invierno.
Pongo mi hombro apoyado al viejo fresno
y el camino que recorro con la mirada
se me hace nostálgico.
Y a mi amigo que le gusta que le arrime el hombro
aborda las contiendas de los años
hasta llegar a mis dieciocho primaveras
donde descansaba con mi bicicleta Orbea
que, sin temo a nada,
cogía con mi mano su tronco joven,
y cuando el receso finiquitaba
dándole dos palmadas a una verde rama,
sentía el trueque de sus movimientos
por la emoción de la despedida.
Hoy tan apenas resiste mi hombro desvencijado,
pero seguimos siendo amigos.
Y mis palmadas, (aun sin fuerza)
le hacen temblar las raíces.
SOY FELIZ!
A veces, raramente y solo a veces,
aparecen portentos a destiempo
que se forman efímeros en tiempo
y al momento notamos las decreces.
A veces, cavilamos en milagros,
abrimos los tesoros escondidos
y nos brotan misterios existidos
con su felicidad y con sus agros.
¡Soy feliz! Exclamamos jubilosos,
desterrando más bien lo tenebroso
y viviendo contentos los gozozos.
Al poco se taponan alegrías
dejándonos en el limbo tedioso
bajo la locución de Malaquías.
SOY FELIZ!
A veces, raramente y solo a veces,
aparecen portentos a destiempo
que se forman efímeros en tiempo
y al momento notamos las decreces.
A veces, cavilamos en milagros,
abrimos los tesoros escondidos
y nos brotan misterios existidos
con su felicidad y con sus agros.
¡Soy feliz! Exclamamos jubilosos,
desterrando más bien lo tenebroso
y viviendo contentos los gozosos.
Al poco se taponan alegrías
dejándonos en el limbo tedioso
bajo la locución de Malaquías.
VIVIR, VIVIR,… TAN SOLO VOY TIRANDO
Vivir, vivir,… tan solo voy tirando
porque a ciertas edades ya ni remas,
quieres quietud de lagos, con los lemas,
que la pasada vida nos va dando.
Estoy cerca y no sé cuando concluyo
pero sé que largada poca queda
el tiempo a dentelladas se me lleva,
o soy como poción en su diluyo.
Todos me animan sin zanjar pregunta
y piensas en la dicha de existencia
memorando, que te quiten lo “bailao”.
Observas que lo andado se te junta
con un presente pícaro en paciencia
que todo viene y pasa “controlao”.
MÁS QUE EL SOL, MUJER
Porque miro y veo tu cara
igual que la porcelana.
Porque distingo tus ojos
verdes como la esmeralda,
y tus labios carmesí,
el clavel de primavera.
Ponte la pamela grande
para que el sol no te vea.
No mal piense por los celos
que quieres, por tu hermosura,
apagar todas sus luces.
ENTREGA TOTAÑ
Estremece verte en el lado izquierdo de la luna,
justo donde las tinieblas marcan la noche
y en esa línea divisoria,
quisiera cogerte
para que fueras toda mía.
Te dije un día
que sería tuyo en la noche y el día
en los minutos y en las etapas
y aunque el reloj de nuestro tiempo
comenzase a señalar las horas al revés,
yo quisiera ser siempre tuyo
en la luz y las sombras.Nadie tiene mi tesón hacia ti,
nadie te vigila las veinticuatro horas,
más una.
Por eso corro hacia el extremo izquierdo de la luna,
para sacarte
a la cara sur donde el sol irradia
y podamos vivir en la luz,
plenamente y con esperanza.
CANTOS DE AMOR
Ya no son versos lo que tengo
sino fuego en mis entrañas,
cual solapas lavas.
Salen por las alturas
efluvios de amor y fuego0
con cenizas que se aparvan.
Cantos impertinentes,
dualidades de sombras,
esperando bellas auroras
en repeticiones de noches.
He dejado el acento
de rima y coplas de poeta
y busco cadencia en mis cantos,
mirando siempre el contento.
Ya no soy poeta de versos
sino cantor de amor y fuego,
daré todo a mis salmos,
diversidad de palmos,
baladas de pasión y calor
con albores de mucha luz.
Besos en vez de versos,
mimos en vez de rimas,
fuegos en brasa viva,
odas en plan inmerso.
PUERTAS DE INVIERNO
Tantos requiebros
tantas angustias
como oliveras
de troncos viejos.
Afectos tiernos
escasos de ellos
ven a mi lado
que tienes saldo.
Quiero y no puedo
darte alegrías,
perenne de hojas
tristes y lacias.
Amores blancos
verdes nostalgias
albas de barros
frágiles almas.
Luces y sombras
soles y lunas
sueños de noches,
alfombra de hojas.
Campos y trigos
con flor de harina,
yo soy molino
pon tú las aguas.
Tú eres camino
yo doy los pasos,
dame tus labios
divina fuente.
Siempre te quiero
días y noches,
noches y días,
luces de auroras.
Caen rosadas
flor de mañana,
ven a mis brazos
sol de levante.
Puerta de invierno
frío en arraigo,
entra conmigo
eres mi fuego.
PASEO RUTINARIO
Hoy sí, he paseado por mi viejo camino,
los dos fresnos están más bien absortos,
con corteza arrugada,
alguna peca
y tres lunares prominentes.
Los dos están ajados
y uno sin brazos.
No es que estén muertos, no, no,
tan solo viejos.
Les saludo y no me responden
están ensimismados por la cantidad de años.
ERES LIBRE
¡Libre!
Como lirio,
como el mirto.
¡Libre!
Cual gacela
y no menos que la pantera.
¡Libre!
Como el agua del mar
o las nubes que vuelan,
como el río que empieza
o los chopos que tiemblan.
Soy libre,
en campos vallados
en vergel cercado
de un globo terráqueo.
Libre, libre, ¡más libre!
Lleno de leyes,
lejos del sol y la luna
y de estrellas caducas
y esperanza en mis venas.
Libre, libre, tan libre
como mi hermano,
el que está bajo látigos
o armamento pesado;
al que magullan las palabras,
o pisan con botas doradas;
al que le quitan aire
y le cierran la calle.
¡Libres!
Los que viven en casas
sin puertas que los guarden.
Libres,
como el trigo y centeno,
como el río en su cauce
o el mar en su cuenco.
Libres,
como la amapola y romero
como el buey o la mula,
quizás, como el galgo de carrera.
Hoy, me apetece libertad,
imagino mi cerco.
Pero puedo gritar, sin pasarme:
Libre, libre, sí, libre,
como el lirio
o el mirlo negro.
SE DESTROZA EL QUERER
Se destroza el querer
con el yacer.
Y las postrimerías
son lastimadas
por sueños lascivos
inertes de raíces y de savias.
Quiero,
lo mismo que quería
y la turbia mente destroza
y crece, crece cuanto toca,
con la flojedad
y los espejos de la nostalgia.
Se olvidan las preguntas de futuro;
se deja de confirmar el presente;
y en la tacita de la mirada,
muestras el sedimento levemente
y arrullas las preguntas
alrededor de los vidrios de añoranza
en un querer sin dicciones.
Estático, como árbol, como planta,
percibes el hueco que dejas
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