BLANCA GASSÓ (1846-1877)

BLANCA DE GASSÓ Y ORTÍZ (1846 - 1877)

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III. RECOPILACIÓN DEL RESTO DE SU POESÍA DISPERSA EN PUBLICACIONES PERIÓDICAS

6. BALADAS

6.3. CUPIDO DORMIDO

Sobre la verde esmeralda
que tapiza el fresco prado,
está durmiendo Cupido
con sueño apacible y blando.
Leda sonrisa entreabre
sus breves rojizos labios,
donde asoman cual jazmines
sus menudos dientes blancos.
Inquietos y blondos rizos
que ondea el céfiro alado
undívagos acarician
su alba frente de alabastro.
Sobre las flores que esmaltan
el fértil suelo encantado
su carcaj yace en olvido,
yace en olvido su arco…
arco y carcaj que en las almas
hondas heridas causaron.
Sonríe Amor mientras sueña
conquistas de nuevos lauros,
y en pos de leve suspiro
-Margarita- ha pronunciado.
Escúchalo Margarita,
acude con breve paso,
ve al Amor… teme… se acerca…
retrocede… mas al cabo,
viendo que estaba dormido,
a él se llega, y contemplando
su cándida faz do brilla
la dulzura y el encanto,
-Niño inconstante, le dice,
asaz, traidor e inhumano,
si pensaste herir mi pecho,
sabrás al fin despertando
que un buen lidiador no debe
ser nunca del sueño esclavo.
Duerme, duerme, rapazuelo,
que alerta velo yo en tanto,
y como buen combatiente
sabré desarmar tu brazo,
dar castigo a tu pereza
y el alma poner en salvo.-
Dijo, y huyó presurosa
el arco y flechas llevando.
Despertó por fin Cupido,
y entonces… ¡oh sueño aciago!
Para herir a Margarita
no halló ni flechas ni arco.

(La Guirnalda, 16-I-1871)

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III. RECOPILACIÓN DEL RESTO DE SU POESÍA DISPERSA EN PUBLICACIONES PERIÓDICAS

6. BALADAS

6.4. EL RUBOR

Prendose un día el Amor
de una beldad hechicera.
Beldad que tímida era
y se llamaba el Rubor.

Jurola eterno cariño,
que cual tierno y fiel amante,
siempre jura ser constante
el Amor… y siempre es niño.

-¿Por qué, le dijo, si eres
mi bien, mi anhelo, mi vida,
de mí al fin compadecida
no me dices que me quieres?

Me enamora la dulzura
con que tu voz me responde,
y el blanco velo que esconde
de tu seno la hermosura.

Y cuando sorda a mis penas
bajas tus lánguidos ojos,
causándome más enojos
anudas más mis cadenas.

¿Por qué si un alma de hielo
no es el alma que en ti mora,
de aquel que tanto la adora
no escucha el férvido anhelo.

Mira al Amor que en un día
rindiera bellezas tantas
cual gime esclavo a tus plantas
muriendo en fiera agonía.

¿Y así finirá su historia?
¿Qué son su arco, aljaba y flechas?
¡Tristes insignias deshechas
de su ya pasada gloria!

¡Oh, diosa de la hermosura,
fija en mí tus ojos bellos
y lea yo en sus destellos
un poema de ventura!


CONT.

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III. RECOPILACIÓN DEL RESTO DE SU POESÍA DISPERSA EN PUBLICACIONES PERIÓDICAS

6. BALADAS

6.4. EL RUBOR. CONT.

Mas… desoyes mi tormento…
Inclinas aún más la frente…
tu corazón nada siente
y enójate mi lamento.

¡Ah! Me robaste la calma
y te muestras desdeñosa…
¿De qué vale ser hermosa
cuando no se tiene un alma?-

La beldad entonce alzó
su faz de carmín teñida
y tímida conmovida
así al Amor respondió:

-Si con loco frenesí
A cien beldades amaste,
y una en pos de otra olvidaste
para acordarte de mí.

¡Ay!, ¿por qué me das agravios
si no templo tus rigores?
Nunca esas frases de amores
podrás oír de mis labios.

Que si en pos de una ilusión
volara mi mente un día…
Esa ilusión viviría
oculta en mi corazón.

Tema aquel que bien me adore
que si sus desvelos miro,
al darle un sí y un suspiro
mi existencia se evapore.

Es mi existencia una flor
que tímida resplandece,
que cual sensitiva crece…
y me llaman… el Rubor.-

Dijo el Rubor y callando
entornó sus bellos ojos,
donde asomó entre sonrojos
una lágrima temblando.

Y -¡Oh!- Rubor, Rubor divino,
exclamó el Amor, de hoy más
esclavo fiel me verás
a tu encanto peregrino.

Si el mundo con ligereza
tacha al Amor de inconstante,
el Amor desde este instante
siempre amará tu belleza.

Y porque jamás espire
esa tu belleza pura
en toda honesta hermosura
desde hoy el mundo te admire.

Huid, niñas ruborosas,
huid de todo amador
que no comprenda el rubor
y os tenga por desdeñosas;
huid, que es falso su amor.

FIN DEL POEMA EL RUBOR

(La Guirnalda, 16-IV-1871)(*)

(*) Esta composición se publicó también en La Moda Elegante Ilustrada, el día 14 de marzo de 1875.

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III. RECOPILACIÓN DEL RESTO DE SU POESÍA DISPERSA EN PUBLICACIONES PERIÓDICAS

7. POESÍA CON INFLUENCIA ESPIRITISTA

7.1. UNA NOCHE EN LOS JARDINES DEL BUEN RETIRO

Dadme, dadme armonías
que embriaguen a la mente,
deslícense mis días
como apacible y límpida corriente.
¡Cuán grato es para el alma
mirar el firmamento,
si reina dulce calma
no interrumpida por ningún lamento!
Y en éxtasis profundo
beber vivos fulgores,
y contemplar el mundo
cual dorada prisión do no hay dolores.
Prisión de donde un día
saldrá libre y triunfante,
envuelta en alegría,
el alma para unirse al Dios amante.
Espíritus callados
que vagáis en la noche
besando enamorados
de las flores del alma el puro broche.
Oíd, oíd, mi canto,
emblema de ventura,
que si brota entre llanto
es tierno llanto de sin par dulzura.
La noche sosegada
infunde al alma mía,
para el amor formada,
ventura, paz, amor… melancolía.
Y en apacible anhelo
sonríe dulcemente,
y quiere alzar el vuelo
a do se lanza la atrevida mente…
Y en pos los astros bellos
de la eternal esfera
mirar entre destellos
alzarse el divo trono que la espera.
…………………………………………………

Espíritus callados
que vagáis en la noche
besando enamorados
de las flores del alma el puro broche,
Dadme, dadme armonías
que embriaguen a la mente,
deslícense mis días
como apacible y límpida corriente.
Que es grato para el alma
mirar el firmamento,
si reina dulce calma
no interrumpida por ningún lamento.

(La Guirnalda, 1-IX-1869)

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III. RECOPILACIÓN DEL RESTO DE SU POESÍA DISPERSA EN PUBLICACIONES PERIÓDICAS

7. POESÍA CON INFLUENCIA ESPIRITISTA

7.2. QUIA PULVIS EST

(Traducción de una
poesía de Víctor Hugo)

Estos se marchan, aquellos se quedan.
Bajo el sombrío aquilón en que mil voces lloran,
polvo y género humano…, todo huye a la vez.
¡Ay de mí! En la oscuridad que nos envuelve,
el mismo viento sopla sobre todas las cabezas de los hombres,
sobre todas las hojas del bosque.
Los que se quedan dicen a los que se marchan:
-¡Infortunados! Vuestras frentes se oscurecen.
¡Qué! ¿No podréis oír ya palabra ni ruido alguno?
¡Qué! ¿No volveréis a ver el cielo ni los árboles?
¡Vais a dormir bajo el mármol!
¡Vais a caer en la noche!
Los que se marchan dicen a los que se quedan:
-¡Nada de cuanto os rodea os pertenece!
¡Vuestro llanto lo atestigua!
Para vosotros la gloria y la dicha son dos palabras engañosas.
Dios da a los muertos los bienes reales, los verdaderos reinos.
¡Vivientes!
Vosotros sois un fantasma que se desvanece al borde de la tumba…
¡Nosotros somos los vivientes!

(La Guirnalda, 1-XI-1873)

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III. RECOPILACIÓN DEL RESTO DE SU POESÍA DISPERSA EN PUBLICACIONES PERIÓDICAS

7. POESÍA CON INFLUENCIA ESPIRITISTA

7.3. A MI MADRE

Ayer por la mañana,
muy mañanita,
oí un suspiro leve
cual de la brisa.
Y una voz suave
me dijo: -Dame un beso,
que soy tu madre.

Tu madre, que de noche
vela tu sueño;
y cuando el día nace,
yo te despierto
para decirte
que es virtud el trabajo,
virtud sublime.

Que despiertan las aves
con la alborada
para formar sus nidos,
y a Dios alaban.
Despierta y reza;
reza, las oraciones
siempre a Dios llegan.

Tiene Dios en la gloria
ángeles bellos,
que a la tierra descienden
en raudo vuelo.
Y es su destino
alzar las oraciones
con los suspiros.

Cuando mi ser del cuerpo
se separaba,
y dejarte en el mundo
sentía el alma,
las dos rezábamos
uniendo nuestras preces
y nuestras manos.

¡Ay! El ángel que entonces
nos escuchaba,
cubrió nuestros dos cuerpos
bajo sus alas…
Se oyó un suspiro…
Se apagaron mis ojos…
Voló mi espíritu.

Luego tú derramaste
lágrimas muchas;
el llanto de sus hijos
la madre enjuga.
Volví a tu lado
para enjugar tus ojos,
beber tu llanto.

Y el llanto que perenne
tu rostro quema,
como el sol que en Agosto
las flores seca,
en tus mejillas
va formando dos surcos,
¡Huérfana mía!

Déjame que tus ojos
cubra de besos;
deja que te consuele
cual otro tiempo.
¿No hallas alivio?
Es que tu ser cansado
yo vivifico.

Alma de este alma hoy libre,
alma cautiva,
por ti fue un sacrificio
toda mi vida;
pero tan suave,
que dejo todo un cielo
por continuarle.

Si la tormenta ruge,
si cruza el rayo,
no te asustes, espera,
soy a tu lado.
¡Huérfana mía,
siempre seré tu madre,
siempre tu égida!

-¡Ángel querido mío,
madre adorada,
desde que no te veo
me duele el alma!
¡Sufre… alma! ¡Espera!
¡Bendita seas, madre!
¡Bendita seas!


(El Amigo de las Damas para 1877, pp. 127-130)

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III. RECOPILACIÓN DEL RESTO DE SU POESÍA DISPERSA EN PUBLICACIONES PERIÓDICAS

8. POESÍA DEDICADA

8.1. AL TEMPRANO FALLECIMIENTO
DEL EMINENTE POETA
JESÚS RODRÍGUEZ CAO

No de tu sueño la quietud dichosa
quiere turbar mi lira,
si ante la dura funeraria losa
un himno entona y con dolor suspira.
--------------
Que no hay sueño mejor ni bien más grande,
que ese que al alma espera
cuando, libre de mancha, Dios la mande
los espacios hender de la alta esfera…
--------------
De esa esfera sin fin donde potente
eterna luz alumbra,
en que bebiste inspiración ardiente,
que a ignotos mundos de delicia encumbra.
--------------
Mundos de amor en que radiante gira
el genio en su morada;
mundos de amor en donde no suspira
opreso el numen por materia odiada.
--------------
Cuando a esos orbes donde impera el día,
alzose el divo vuelo
gigante ya tu inquieta fantasía…
rompió su cárcel… y brilló en el cielo.
--------------
La tierra entonce a tu despido llora…
y ríen los querubes,
porque te llevan a do el genio mora,
envuelto en blancas y encendidas nubes.
……………………………………………………
……………………………………………………
¡Feliz cantar! Mi decaído acento
no turbe, no, tu gloria,
si a ti llega cruzando el firmamento
en eco triste de cordial memoria.
--------------
¡Cuántas veces del alba a los fulgores,
unido se oyó el canto
292
de nuestras liras, que entre bellas flores
suspiraban ajenas de quebranto!
--------------
¡Cuán distinta con ambos fue la suerte!
¡Finado tu destino,
la mía llora tu temprana muerte;
la tuya se alza entre esplendor divino!
Ora también de flores rodeado,
mi espíritu despierta:
¡Ay!... Son las flores del sepulcro helado,
tapiz que cubre misteriosa puerta…
--------------
Recuerdo de la muerte y de la vida
«¡Adiós!» que nos da un alma
cuando de la materia desprendida
se eleva en pos de su celeste palma.
--------------
Por eso el mundo a tu despido llora,
y ríen los querubes
al transportarte a donde el genio mora
envuelto en blancas y encendidas nubes (*)

(*) Poema incluido en Corona fúnebre que los poetas españoles dedican a la memoria del malogrado genio y precoz niño D. Jesús Rodríguez Cao. Se publicó formando parte de Obras literarias del precoz niño Don Jesús Rodríguez Cao. Imprenta de R. Labajos, Madrid, 1869. Además fue publicada, sin variantes, en La Guirnalda, el día 16 de julio de 1871

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III. RECOPILACIÓN DEL RESTO DE SU POESÍA DISPERSA EN PUBLICACIONES PERIÓDICAS

8. POESÍA DEDICADA

8.2. A MI QUERIDA AMIGA
LA SRA. DOÑA MATILDE KEYSER DE PUELLES
EN EL DÍA DE SU SANTO

ROMANCE

Si allá donde el Pindo ostenta
su cumbre que el sol corona
pudiera elevar su acento
esta humilde trovadora.
Si los ecos de mi lira
que canta cual ave ignota,
raudos corrieran en ala
de la fama voladora,
tu nombre, buena Matilde,
llevarán de zona en zona,
para modelos de madres,
para modelo de esposas.
Mas ya que mi canto, apenas
el aire hieren sus notas,
espira como el suspiro
que el alma doliente ahoga;
ya que alcanzar hoy no puede
lo que para ti ambiciona
su débil eco te envía
de gratitud en memoria.
¡Cuántas horas no he pasado
en tu estancia venturosa
dando al olvido las penas
que a mi joven alma agobian!
Dos hijas te ha dado el cielo
que de ventura te colman:
Matilde, tierno capullo,
María, celeste aurora.
dichosa, cara María,
mil y mil veces dichosa
tú que ves de la existencia
pasar tranquilas las horas.
Tú que no oíste cercana
la tormenta bramadora,
ni en tu hogar hallan asilo
amarguras y zozobras…
Tú que nunca has contemplado
del dolor la negra sombra
posarse sobre la frente
de los seres que te adoran.
………………………………………
Perdona, buena Matilde,
ese suspiro perdona,
que hoy envuelve el débil eco
que te dedico en memoria;
hoy que mis votos alzando
al Dios que en la altura mora
bendición y dicha pido
para tu alma bondadosa.
Y que al lado de tu esposo
y esas dos blancas palomas
por un sendero de flores
camines a eterna gloria.
………………………………………
Si allá donde el Pindo ostenta
su cumbre que el sol corona
pudiera elevar su acento
esta humilde trovadora,
si los ecos de mi lira
que canta cual ave ignota,
raudos corrieran en alas
de la fama voladora,
tu nombre, buena Matilde,
llevarán de zona en zona,
para modelo de madres,
para modelo de esposas.

(La Guirnalda, 1-III-1869)

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8. POESÍA DEDICADA

8.3. A ROMEA

Cuando se canta a los genios
que han espirado, debiera
ser cada lira un prodigio
de inspiración y grandeza.
Cuando se llora la muerte
de un ser que a divina esfera
voló, por hallar su numen
la cárcel del mundo estrecha,
no debiera en cuerpo mísero
el alma gemir opresa;
sino lanzarse a regiones
donde rutila la Ciencia,
y allí de laurel eterno
alcanzar rica diadema
para eternizar un nombre
sobre deleznable tierra,
donde las glorias se olvidan,
donde los lauros se secan.
--------------
Mas si a la muerte de un genio
doliente suspiro eleva
un pecho donde no arde
de inspiración sacra hoguera,
dejadle, sí, que suspire,
no ahoguéis su memoria tierna,
que allá en el parnaso brotan
también humildes violetas.
--------------
Aún viste luto Talía;
tu muerte llora, Romea,
y junto al sepulcro frío
que tus despojos encierra,
vese a una niña que esparce
al aire su cabellera,
rubia como el sol fulgente
que entre nácares destella.
Arpa de dulce armonía
que melancólica suena
pulsan sus manos de nieve,
y en su frente de azucena
luce cintillo de oro
y llama radiante ondea.
No ya en su canto, cual suele,
del amor puro celebra
las doradas ilusiones
que a los mortales desvelan;
lágrimas vierten sus ojos,
tristes ayes su voz tierna…
Es Erato, y en su duelo
mira cual yace sin cuerdas
junto al laurel de una tumba
la cítara que te diera.
--------------
No has muerto, no, para el mundo;
aún el mundo te recuerda,
que el arte nunca perece,
y eres del arte lumbrera.
¡Salve, espíritu gigante,
al par actor que poeta!
¡Salve, gloria de mi patria!
Recuerdo humilde a ti eleva
cantora que del Parnaso
es naciente violeta,
y cual tú, en alas del numen
y de fulgores sedienta,
volar quisiera a regiones
donde rutila la Ciencia,
y allí del laurel eterno
alcanzar rica diadema
para eternizar su nombre
sobre deleznable tierra,
donde las glorias se olvidan,
donde los lauros se secan.
Madrid, 10 de agosto de 1869.

(La Guirnalda, 1-III-1870) (*)

(*) Este romance, homenaje póstumo al gran actor Julián Romea, también fue publicado el día 30 de ese mismo mes y año por La Moda Elegante Ilustrada. Únicamente existen dos variantes: En el verso 11, se sustituyó «lanzarse» por «elevarse», en el verso 31 «esparce» por «ondula».

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8. POESÍA DEDICADA

8.4. A MI MADRE

¡Oh madre, madre del alma!
Ven, sobre tu amante seno
pueda descansar sereno
mi doliente corazón;
la triste melancolía
en él fijó su morada;
mas tu sonrisa adorada
trueca en gozo mi dolor.
-----
Nunca me preguntes, madre
la causa de mi quebranto,
ni por qué siempre que canto
es tan triste mi canción;
¡Ay! En risueña alborada
escuché a una tortolilla,
y en su cántiga sencilla
también, madre, hallé dolor.
-----
¡Ay, madre! Cuando era niña,
al son de tus dulces besos
yo soñé mil embelesos,
mil ilusiones soñé;
imágenes celestiales
que el alma joven adora.
Risueñas cual de la aurora
el nítido rosicler.
-----
Y soñé que puro y bello,
de mi vida en los albores,
me sonreía entre flores
un edén de dicha y paz;
y allí, de esplendor vestida,
una arrogante matrona
me ofrecía áurea corona
invitándome a cantar.
-----
Y canté, y mi acento suave,
cual de una niña el acento,
se elevó hasta el firmamento
en alas de su candor;
que al ensayar yo mi canto,
el primer eco sentido
de mi lira desprendido
fue un himno elevado a Dios.
-----
Canté la voz de los cielos,
que eterna vibra en el alma,
la dulce y tranquila calma
de mi espíritu canté;
el amor que amor inspira,
del heroísmo la gloria.
El laurel de la victoria,
la victoria de la fe.
-----
Y luego vi que este mundo
que yo tan bello soñaba
sólo amargura encerraba.
Llanto, tinieblas, dolor;
y que el laurel anhelado
que el mundo al poeta ofrece,
es un laurel, ¡ay!, que crece
con llanto del corazón.
-----
¡Ay, madre! Cuando era niña,
al son de tus dulces besos
yo soñé mil embelesos,
mil ilusiones soñé;
imágenes celestiales
que el alma joven adora.
Risueñas cual de la aurora
el nítido rosicler.
-----
De tanta y tan bella imagen
como soñé entre los lazos
de tus amorosos brazos,
sólo existen, madre, dos;
mas yo te juro que siempre,
veneradas y queridas,
en mi alma irán unidas
tu imagen y la de Dios.
-----
Y en tanto que el alma libre
de la cárcel en que mora
pueda saludar la aurora
de un cielo de eterna luz;
estréchame en tu regazo,
¡Ay! Que para mí en el mundo
el único amor profundo
que existe, madre…, ¡eres tú!

(La Guirnalda, 1-X-1871) (*)

(*) Esta sentida poesía dedicada a su madre, fue reproducida de nuevo por La Ilustración de la Infancia unos días después de su muerte, exactamente el 23 de abril de 1877.

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8. POESÍA DEDICADA

8.5. A CERVANTES

(Poesía dedicada a la Sociedad
Dramática del mismo nombre)

Mucha es tu gloria, Cervantes,
y escaso el mérito es
de mis pobres consonantes;
deja te salude antes
para cantarte después.
-------
Feliz yo que nada valgo,
si con ruda y franca lira
airosa en mi empresa salgo
admirando en ti al hidalgo
que el mundo y la ciencia admira.
-------
¡Gloria de Lepanto fuiste!
¡Tu sangre tiñó las olas!
Pero más gloria tuviste
cuando monarca te hiciste
de las letras españolas.
-------
Para que siga la huella
del genio fecundo, Dios
concedió a mi patria bella
tanto genio que destella,
mas cual Cervantes no hay dos.
-------
Si el mundo tu limpia historia
acibaró en su delirio,
tuya es al fin la victoria,
que siempre se va a la gloria
por la senda del martirio.
-------
Humilde canto te ofrezco,
artista soy, amo el arte;
si de mérito carezco
alguna gloria merezco
por la gloria de cantarte!
-------
¡Primer ingenio del mundo!
¡Astro que brilla fulgente
sobre el arte moribundo,
yo con respeto profundo
ciño un laurel a tu frente!

(La Guirnalda, 1-V-1872)

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8. POESÍA DEDICADA

8.6. A LA SEÑORA DOÑA FERNANDA MALPICA

(En el día de su santo)

----------

Soneto

"La amistad y el amor son dos consuelos
que nos dispensa en medio de los males
la benigna influencia de los cielos." (ARRIAZA)

Si el amor y amistad son dos consuelos
que Dios en medio del dolor ofrece,
prefiero la amistad que grata crece
sin falsedad, sin inquietud, sin celos.

Hoy, Fernanda, es el día en que los cielos
al mundo te enviaron, y parece
que hoy Mayo más espléndido amanece
coronando con flores tus desvelos.

Mira en torno de ti, dicha, reposo,
fieles amigos que tu voz convoca,
tus tiernos hijos y tu amado esposo…

Mi humilde lira el parabién te manda;
habla mi corazón, calla mi boca,
y es tuya mi amistad, bella Fernanda.

Madrid, 30 de mayo de 1872.

(La Guirnalda, 16-VI-1872)

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8. POESÍA DEDICADA

8. 7. A LA SEÑORA DOÑA AMELIA PINILLA

(En el día de su santo)

Soneto

Al nacer hoy tu día entre fulgores
la dicha irradia en tu feliz semblante,
mientra en tus labios con sonrisa amante
juguetean al par gracias y amores.

Bríndate la estación hermosas flores,
su rayo más dichoso el sol brillante,
y hallando premio tu virtud constante
te prodiga la suerte sus favores.

Hoy Blanca para ti lograr quisiera
tantas venturas como nuevos días
y tantos días como gracias tienes.

Tal es, Amelia, mi amistad sincera,
al cielo suban las plegarias mías
y el cielo vierta sobre ti sus bienes.

(La Guirnalda, 1-VII-1872)

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8. POESÍA DEDICADA

8. 8. LA AMISTAD

(A Laura en el día de su santo)

A la voz del sentimiento
que tierna amistad se llama
hoy acudo presurosa,
y te felicito, Laura.
¡Amistad! ¡Santo consuelo!
¡Amistad! ¡Dulce palabra!
Suave bálsamo que cura
las cicatrices del alma.
Al odio sigue la muerte,
siguen al amor las lágrimas;
mientras la amistad reposo
ofrece en tranquila playa
al marinero que boga
en este mar de desgracias.
Nunca la lisonja vibre
en mi laúd entusiasta,
cuyas notas siempre fueron
emanaciones del alma.
Nunca adulación rastrera
manche mis trovas amadas,
y ensalce siempre la gloria
de la amistad pura y santa.
Amistad, quien te respeta,
halle reposo en tu playa
y nunca alcanzarte pueda
el que tu nombre profana.
Si a la voz del sentimiento
que tierna amistad se llama
hoy acudo presurosa
y te felicito, Laura,
no traigo ricos presentes,
no traigo joyas preciadas,
de esas que excitan la envidia
y que la ambición alcanza;
ni frases pomposas traigo
que aspiren a eterna fama,
pues que mi afecto es sencillo
y sencillas mis palabras.
¿A qué cantar las virtudes?
¿A qué ponderar tus gracias,
si virtud, gracia y modestia
en tu existencia se hermanan?
Hoy que es tu Santo dichoso
y con sonrisa agraciada
recibes mil parabienes
en esta florida estancia
donde luces y armonías
en torrentes se derraman,
también humilde cantora
hoy te felicita, Laura.
Oye su débil acento
que cariñoso te habla.
No trae ricos presentes,
no trae joyas preciadas,
que ni en presentes ni joyas
nunca su ambición soñara.
Tan sólo puede ofrecerte
una amistad siempre franca,
un alma que nunca adula
y un corazón que te ama.

(La Guirnalda, 16-VIII-1872)

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8. POESÍA DEDICADA

8. 9. SIN TÍTULO

(Carta abierta de agradecimiento a
Narciso Serra por su colaboración
«Juicio del año»)

Señor Don Narciso Serra:
con gran placer recibí
su Juicio, que a un tiempo mismo
me hizo llorar y reír.
En esos sentidos versos
hay un estro tan feliz,
que admirada le pregunto
¿Cómo escribe usted así
después de trece años tristes,
después de tanto sufrir?
Pero, ¡ay!, no existen cadenas
para atar al genio aquí,
y para volar el alma
¿Qué le importa al cuerpo ruin?
Por eso aunque esté baldado
el cuerpo, no ha de extinguir
el alma que en sí atesora
ni el genio que encierra en sí.
A Dios. En Él confiemos
que alivio nos dará al fin,
y por su juicio y bondades
envía a usted gracias mil
su amiga y admiradora
Blanca de Gassó y Ortiz.

(El Amigo de las Damas para 1875, p. 37)

BLANCA DE GASSÓ Y ORTÍZ (1846 - 1877)

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8. POESÍA DEDICADA

8.10. MI MADRE

Cuando en mis horas felices
sueño ver bellas imágenes,
¿quién vela mis gratos sueños?
¿Quién? Mi madre.
Cuando río, ¿quién responde
con otra sonrisa amante,
que aumenta más mi alegría?
¿Quién? Mi madre.
Cuando un pensamiento triste
por mi mente cruza errante,
¿quién disipa mi tristeza?
¿Quién? Mi madre.
Cuando una lágrima ardiente
sobre mis mejillas cae,
¿quién la enjuga con un beso?
¿Quién? Mi madre.
Cuando al fin la muerte venga
y ya mis ojos se apaguen,
¿quién se mirará en mis ojos?
¡Quiera Dios sea mi madre!
Cuando libre vuele el alma
a la mansión de los ángeles,
¿qué ángel volará a su encuentro?
¡Mi madre!..., ¡siempre mi madre!

(El Amigo de las Damas para 1876, p. 106)

Ya lo dije, pero me gusta mucho la poesía de Blanca, así que hoy espero seguir disfrutándola.
Besos.

PUES SIGO CON ELLA, QUERIDA AMIGA. ME QUEDA MUY POCO DE ESTA AUTORA.

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8. POESÍA DEDICADA

8.11. LA VUELTA AL HOGAR

(A S. A. R. la Serenísima Señora
Princesa de Asturias.)

El Ángel de la Guarda,
que con ternura
velando por tu dicha
meció tu cuna,
viendo tu pena
hoy a tu patria quiere
que por fin vuelvas.

Y mientras de Palacio
feliz traspasas
los arcos que ayer dieron
sombra a tu infancia,
él se sonríe
y a tu alma con cariño
así le dice:

Seis años ha dejaste
la real vivienda
donde corrió apacible
tu edad más bella,
y aún cada objeto
que encuentras a tu paso
guarda un misterio.

Aquí en días felices,
con gozo santo
tu cariñosa madre
en su regazo
te acariciaba
como al hijo primero
de sus entrañas.

Cual de Mayo a la brisa
brotan las flores,
brotaron aquí luego
tus ilusiones.
Nada ha cambiado,
es tu hogar donde todo
te está esperando.

¿Ves, Isabel querida
qué pronto pasan
las penas que en el mundo
lamenta el alma?
Dime, tu ausencia
¿no te parece un sueño
del que hoy despiertas?

De sus tristes y largas
horas de llanto
que en bien y regocijo
Dios ha trocado,
ya nada queda,
sólo para premiarlas
Dios las recuerda.

El pueblo que alegrose
cuando naciste,
hoy también gozo siente
por recibirte.
Huyó el quebranto;
olvida y sé dichosa,
Dios te ha escuchado.

Sé dichosa y querida
cual serlo puede
toda alma que en el mundo
prodiga bienes,
y nunca temas…
en el cielo hay un iris
tras la tormenta.

(El Amigo de las Damas para 1876, p. 94)

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8. POESÍA DEDICADA

8.12. A MI MADRE

Era yo niña, tu nombre
aún pronunciar no sabía;
no sé qué presentimientos
lloraba la pobre niña.
Me cogistes en tus brazos,
sonó un beso en mis mejillas…
saltó el corazón de gozo…
sentí una inmensa alegría…
y del fondo de mi alma
brotó la primer sonrisa.
Te miré, brilló en mi frente
un rayo de luz divina,
creció el alma… en los fulgores
de tu ser se embebecía,
ante el altar de tu espíritu
cayó el mío de rodillas,
y alzó a Dios una plegaria,
que hoy repite con fe viva:
¡Haz, oh Dios mío, que siempre
sea de mi madre digna!
Volví a sonreír, y luego,
y luego volví a ser niña.

Agosto de 1876.

(El Amigo de las Damas para 1877, p. 38)

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8. POESÍA DEDICADA

8.13. ALBACA VALDÉS

(A la Excma. Sra. Doña Carmen
Corcuera, viuda de Valdés.)

Atención, niñas hermosas;
es el Amor quien os habla,
y a daros va una noticia,
pues todo lo nuevo agrada.
Vosotras, que siempre bellas
sois de las flores hermanas;
que tanto amáis a las flores
porque adivináis que os aman,
sabed que una planta existe
de vosotras ignorada,
esbelta, pura y radiante,
como rica es en fragancia.
De climas remotos vino
su perfume a dar a España;
de amistad digno presente
llegó a manos de una dama
que por lo buena y lo hermosa,
todos respetan y ensalzan.
Viuda es de un noble caudillo
que peleó por su patria,
general Valdés le nombran,
y en paz con gloria descansa.
Absorta la dama queda
al mirar la nueva planta;
y su belleza admirando,
pregunta cómo se llama.
-Su nombre olvidé, señora,
confuso el dador exclama;
mas para darle otro nombre,
con vuestro talento basta.
-¡Otro nombre!..., no me ocurre…
¡Oh, qué idea!..., sí…, bien haya.
¿Qué otro nombre puedo darle
que el que siempre me acompaña?
De mi amor recuerdo sea;
Valdés se llame esta planta.
-------
Oh, niñas, hermosas niñas
que adornáis vuestra ventana
con flores que son emblema
de vuestro candor y gracia,
sabed que una planta existe
de vosotras ignorada,
esbelta, pura y radiante
como rica es en fragancia;
hoy sois cariñosas hijas,
esposas seréis mañana;
ella es el símbolo tierno
del cariño que no acaba;
colocad entre las flores
que vuestro jardín esmaltan,
esa flor, que de otros climas
viene a perfumar a España:
Al Amor debe su nombre,
y Albaca Valdés se llama.

(El Amigo de las Damas para 1877, pp. 84-85)

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9. POESÍA DE CARÁCTER FESTIVO

9.1. EL PASEO

(Romance)

Pasan gentes, como pasan
del mar las inquietas olas;
vuelven, tornan, se confunden
y unas con otras se chocan.
Todo es gozo y alegría,
todo esplendor, todo pompa:
caballeros que cabalgan,
lindas damas en carrozas,
animación en los rostros,
grata sonrisa en las bocas.
Mil fantásticas mujeres
cruzan cual hadas dichosas
que entre las alas del viento
celestiales se evaporan,
y de sus rizos y gasas,
que al céfiro blando flotan,
el ambiente regalado
los ricos perfumes roba.
Vense gallardos mancebos
ansiosos de amor y gloria,
en torno de las deidades
girando cual mariposas.
………………………………………

Como tiernos amorcillos
que dulces cadenas forman,
bellos niños entre flores
danzan y cantos entonan.
Unos corren…, otros saltan,…
trazan curvas caprichosas,
mientras los más revoltosos
desde la fuente sonora,
arrojan a sus amigos
de espuma nevadas gotas.
………………………………………

Todo es gozo y alegría,
todo bulla halagadora.
¡Cuán risueño es ese mundo
do festivos seres moran!
………………………………………

Mas, ¡ay!, que esa muchedumbre
que se agita bulliciosa,
quizá en su fondo desmiente
la animación bella y loca.
………………………………………

Quizá la mujer que ostenta
blanca gasa, tez de rosa,
albergue en seno agitado
de negro pesar la sombra,
que adivinarse podría
aun en su risa graciosa.
Tal vez el joven que marcha
radiante de amor y gloria,
espinas entre laureles
sienta en su frente ardorosa,
y el corazón calcinado
por hoguera abrasadora.
………………………………………

Sólo tú, niñez, la vida
en feliz descuido gozas,
sólo tú que no comprendes
que toda ventura es corta.
¡Juega y alegre cantando
gira en rueda bullidora
cual rueda de la Fortuna,
de la Fortuna engañosa!
………………………………………

¡Ah! Pasad ante mis ojos,
visiones deslumbradoras,
cual pasan y se atropellan
del mar las inquietas olas,
que saliendo de sus antros
muestran brillo que enamora,
y en continua lucha amarga
unas con otras se chocan!

(La Guirnalda, 1-IV-1869)

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9. POESÍA DE CARÁCTER FESTIVO

9.2. INTRODUCCIÓN AL AMIGO
DE LAS DAMAS PARA 1874

Después del juicio acertado
que aquí deja escrito Hurtado,
y antes de oír los primores
de cien poetas cantores,
con verso que si no es verso
se puede llamar perverso,
voy a contar por qué y cómo
pensé daros este tomo.
Junto a la mesa, sentada,
con la cabeza inclinada,
pensando que escribiría,
miraba mi librería
como quien busca una idea;
y sea predicción, o sea
casualidad, es el caso,
que dio mi vista al acaso
con un Almanaque viejo;
voy a cogerlo…, lo dejo…,
segunda vez a él me inclino:
¡Oh fuerza, fuerza del sino!
Al fin por abrirlo fallo;
y, ¿qué diréis que me hallo?
Que encima del pie de imprenta
Decía: «¡Edición noventa!».
Al leerlo exclamé absorta:
¡Apenas la suma es corta!
Junto a tal librejo estaba
otro que de ciencia hablaba,
y aunque del mismo año era
decía: «Edición primera».
Supe por estas señales
que los tiempos son iguales
y que no es moderno achaque
preferir el Almanaque:
otros busqué, y al momento
los encontré ciento a ciento.
Sobre tales discusiones
pensé trazar cien renglones,
y héteme ya en el camino
de escribir un desatino;
cuando una voz cual de diosa
dijo a mi oído armoniosa:
-También estos libros tienen
su misión, nos entretienen,
si mezclan con lo festivo
lo moral y lo instructivo.
Escúchame bien atenta:
mi figura representa
en esta ocasión extraña
la noble dama de España.
En las páginas que hojeas
una no hay en que no veas
que mi virtud o hermosura
elogien con donosura;
pero entre tanto galante
no ha habido uno lo bastante
para hacerme un Calendario
aunque fuese estrafalario.
Reúne, pues, de consuno
original uno a uno
de los poetas mejores
que el sol con sus resplandores
de Oriente a Poniente alumbre,
haz un libro que deslumbre,
a mi nombre dedicado.
Y en justa pena al pecado
de lesa galantería,
con esta relación mía
digo que arrostra mi enojo
aquel que tenga el arrojo
de enmendar ya tarde el daño.
A ti sola cada año
te podrá ser encargada
empresa tan olvidada.
Y a la cuestión dando fondo
pon aquí punto redondo.
--------------
Ahora bien, sin retroceso,
el libro se encuentra impreso;
forma un tomito elegante
y muy barato, no obstante
que es una joya preciosa
compuesta de verso y prosa
(excluyendo, por supuesto,
lo poco mío que he puesto).
Esta guirnalda de flores,
ingenio de trovadores,
recibid, señoras mías,
al par que las simpatías
y amistad sencilla y franca
con la que os la dedica BLANCA.
Ojalá un día la imprenta
ponga aquí: «¡Edición noventa!».

(El Amigo de las Damas para 1874, pp. 8-10)

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9. POESÍA DE CARÁCTER FESTIVO

9.3. SIN TÍTULO

¡Qué suerte tan azarosa!
¡Yo voy disgustada!..., ¡uf!
Esa modista dichosa
apenas me ha puesto puf.

(El Amigo de las Damas para 1874, p. 53)

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9. POESÍA DE CARÁCTER FESTIVO

9.4. SIN TÍTULO

SIN TÍTULO

Con su gran puro en la mano,
el pantalón de campana
y ese cuello soberano
más largo que una semana,
está hecho un cortesano.

(El Amigo de las Damas para 1874, p. 57)

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9. POESÍA DE CARÁCTER FESTIVO

9.5. SIN TÍTULO

¿Quién al ver ese palmito
no se siente enamorado?
¡Qué lástima que el gatito
la haya hoy a usted despeinado!

(El Amigo de las Damas para 1874, p. 67)

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9. POESÍA DE CARÁCTER FESTIVO

9.6. SIN TÍTULO

Él, flaco como una espina,
y ella gruesa como un bombo;
la paciencia que a uno sobra,
de fijo le falta al otro.

(El Amigo de las Damas para 1874, p. 83)

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9. POESÍA DE CARÁCTER FESTIVO

9.7. SIN TÍTULO

Llevas torcido el sombrero
retorcidos los bigotes,
torcidos tienes los ojos,
torcidas las intenciones.

(El Amigo de las Damas para 1874, p. 89)

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9. POESÍA DE CARÁCTER FESTIVO

9.8. SIN TÍTULO

ÉL.- ¡Válgame Dios, y qué modas!
los miriñaques huyeron,
las estrechuras vinieron,
y ahora son fideos todas

LA DONCELLA.- ¡Ay, señorita! ¿Qué es esto?
¡Su sombrero se ha escapado!

LA SEÑORITA.- Calla tonta, es que hoy me he puesto
algo más alto el peinado.

(El Amigo de las Damas para 1874, p. 93)

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9. POESÍA DE CARÁCTER FESTIVO

9.9. SIN TÍTULO

Si dan en usar las bellas
mueble tan descomunal,
pueden decir todas ellas
que estamos en carnaval.

(El Amigo de las Damas para 1874, p. 101)