Ángel F. Felix Torres - María Ballesta Barcons
(6-09-1945 = 6-09-1995)
Sensual, hermosa, alocada,
rebosante de alegría,
allí donde ella estaba
la pena desaparecía.
Era apenas una niña
y ya el corazón despertaba,
aunque la madre reñía
por temor de quién la amaba.
Quién de amor la requería
era hombre con carrera,
que luchaba con porfía
después de estar en la guerra.
Casi dos años pasaron
de novios que se querían,
hasta que al fin se casaron
para siempre, de por vida.
El gran acontecimiento
lo ofició el Padre Ferrer
y puso en la palabra querer
un mundo de sentimiento.
Aquella niña alocada
que por todo se reía,
en cuanto estuvo casada
dejó atrás su demasía.
Esa unión tan sagrada
Dios premió con tres hijos,
y con la felicidad colmada
se sienten padres prolijos.
A los hijos procuraron
dotarlos con carrera
y con tesón infundieron
honradez como bandera.
Han pasado a ser abuelos
de siete nietos preciosos,
y están tan orgullosos
que envidia dan a los cielos.
Con penas y alegrías
con dichas y sinsabores
se pasan raudos los días
que incrementan sus amores.
Desde aquel día bendito
en que sus almas se unieron
resuena por doquier el grito
de que diez lustros se fueron.
Ahora que el oro florece
en el campo del amor,
á Ángel y María enardece
seguir con el mismo fervor.
» Andrés Trapiello (1953-
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