¡Ay amor! acurrucame en tu abrazo
que la parca encontró la puerta abierta,
mas la ciega, veloz y siempre alerta,
silenció tras de sí, el aldabonazo.
El veneno cumpliendo ya su plazo,
elixir resultó con la reyerta;
y en la fe, que sirviendo de compuerta,
me complazco en pasear por el ribazo
con el alma fulgente de colores...
'Con cuánto amor urdisteis los hechizos,
tan descalzos, genuinos, sin honores!
Hoy me siento arropado entre los rizos
de arcángeles tan puros en amores
que mis versos se han vuelto voladizos.
02/08/09
Última edición por W. Faila el Mar 04 Ago 2009, 23:15, editado 2 veces (Razón : sugerido)
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