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"DDSE", por Flavia Company (La Vanguardia, 07-08.2021)
El hecho de que todavía no exista lo explica todo. Está en proceso de creación. No se va a parecer en nada a lo que se ha imaginado hasta el momento. No va a ser un señor heterosexual hijo de una señora que no tuvo relaciones sexuales para concebirlo. No va a ser blanco ni va a tener barba. No va a descansar los domingos y no va a ser padre ni hijo ni espíritu santo. No va a apoyar las discriminaciones que sus seguidores hagan en su nombre ni va a permitir que se enriquezcan al usarlo como excusa. No va a hablar de pecado ni de culpa. Por supuesto que no va a haber sufrido crucifixión alguna ni va a padecer de ninguna clase de megalomanía.
Las pruebas de selección para ocupar el puesto se van a dar en cuanto se vislumbre el fin del mundo. Y, justo al revés de lo que siempre se pensó, no va a ser el tal dios quien lo haya creado -es decir, no va a ser causa primera-, sino que va a ser el mundo quien cree al tal dios -o sea, va a ser consecuencia última-.
Va a quedar en soledad, como testigo de lo acontecido en el planeta. Va a recordar todos los detalles de la vida antes de su existencia, ADSE. No va a haber quien escuche sus narraciones y por lo tanto no va a haber quien las anote o las contradiga. No va a dictar mandamientos, no va a dar miedo, no va a atender plegarias. Se va a preguntar qué sentido tiene todo, de dónde viene, quién es y adónde va. Al cabo de un tiempo se va a aburrir y va a empezar a pensar en la posibilidad de crear un nuevo mundo, una flamante humanidad que, en vez de caminar hacia la tecnología, vaya hacia la igualdad; que en vez de ir hacia el consumo, vaya hacia el reparto de la riqueza; que en lugar de destruir el medio ambiente, lo respete y aprenda de él; que en vez de arrasar, medite; que en vez de fomentar el miedo, expanda la confianza; que en lugar de acumular, comprenda cuándo y cuánto es suficiente. Va a ser un dios que aprenda de nuestros errores y los subsane y que, en cuanto haya creado esa nueva humanidad, desaparezca con humildad, sin más, con gratitud y contento por su misión. Y llegará la feliz era DDSE, después de su existencia.
Flavia Company [/b](La Vanguardia, 07-08.2021)
"DDSE", por Flavia Company (La Vanguardia, 07-08.2021)
El hecho de que todavía no exista lo explica todo. Está en proceso de creación. No se va a parecer en nada a lo que se ha imaginado hasta el momento. No va a ser un señor heterosexual hijo de una señora que no tuvo relaciones sexuales para concebirlo. No va a ser blanco ni va a tener barba. No va a descansar los domingos y no va a ser padre ni hijo ni espíritu santo. No va a apoyar las discriminaciones que sus seguidores hagan en su nombre ni va a permitir que se enriquezcan al usarlo como excusa. No va a hablar de pecado ni de culpa. Por supuesto que no va a haber sufrido crucifixión alguna ni va a padecer de ninguna clase de megalomanía.
Las pruebas de selección para ocupar el puesto se van a dar en cuanto se vislumbre el fin del mundo. Y, justo al revés de lo que siempre se pensó, no va a ser el tal dios quien lo haya creado -es decir, no va a ser causa primera-, sino que va a ser el mundo quien cree al tal dios -o sea, va a ser consecuencia última-.
Va a quedar en soledad, como testigo de lo acontecido en el planeta. Va a recordar todos los detalles de la vida antes de su existencia, ADSE. No va a haber quien escuche sus narraciones y por lo tanto no va a haber quien las anote o las contradiga. No va a dictar mandamientos, no va a dar miedo, no va a atender plegarias. Se va a preguntar qué sentido tiene todo, de dónde viene, quién es y adónde va. Al cabo de un tiempo se va a aburrir y va a empezar a pensar en la posibilidad de crear un nuevo mundo, una flamante humanidad que, en vez de caminar hacia la tecnología, vaya hacia la igualdad; que en vez de ir hacia el consumo, vaya hacia el reparto de la riqueza; que en lugar de destruir el medio ambiente, lo respete y aprenda de él; que en vez de arrasar, medite; que en vez de fomentar el miedo, expanda la confianza; que en lugar de acumular, comprenda cuándo y cuánto es suficiente. Va a ser un dios que aprenda de nuestros errores y los subsane y que, en cuanto haya creado esa nueva humanidad, desaparezca con humildad, sin más, con gratitud y contento por su misión. Y llegará la feliz era DDSE, después de su existencia.
Flavia Company [/b](La Vanguardia, 07-08.2021)
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