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Celia Ramos: “Un gorrión en el olivo”
Celia Ramos ha publicado un nuevo libro: “Un gorrión en el olivo”.
Los versos de Celia nunca dejan indiferente, pues habla de lo cotidiano con palabras sencillas y da muchas veces en el blanco de nuestra conciencia.
El libro se divide en tres secciones: Un gorrión en el olivo, Morir de frío en Barcelona y Millones de estrellas.
La obra de Celia habla siempre del hombre y su circunstancia, que hoy en día es la pandemia. La pandemia ha puesto aún más de manifiesto que la insolidaridad entre los hombres, de la que antes teníamos una imagen parcial pero más lejana: entre pueblos, entre guerras, entre culturas…, ha estado siempre aquí, junto a nosotros: entre jóvenes y viejos, entre ricos y pobres, entre nativos y emigrantes...
La poesía de Celia Ramos se ha oscurecido, si antes aún creía un poco en el hombre, ahora ya casi no cree en él. Incluso pienso que si Celia tuviera el poder de un dios antiguo, nos enviaría un nuevo diluvio. Y espero que permitiera salvarse a algunos de nosotros en una nueva arca. Porque nunca como ahora -hay que reconocerlo- se ha evidenciado tanto la insolidaridad humana, nunca se ha puesto tan de manifiesto el “sálvese quien pueda” como ahora con la pandemia.
Lo único que Celia salva es la naturaleza, la primera víctima del hombre, la que ha tenido que soportar durante tanto tiempo su ánimo destructor. Celia se vuelve hacia nosotros -y nos vuelve hacia la naturaleza- para decirnos: ¿A dónde corréis tan ansiosos, no veis que hay otra forma de vivir?
Os dejo algunos poemas de la primera sección del nuevo libro de Celia Ramós, Un gorrión en el olivo:
Cuando vuelva la normalidad, me dices
no me encontrarás, te digo
he muerto con cada muerto y aunque
pueda escribirlo he muerto
para una normalidad enemiga de la vida
*
LOS VIRUS DE MI VIDA
El primer virus y el primer miedo
era una niña y todos hablaban
del miedo a un virus
se llamaba Franco
luego conocí otros miedos y todos
tenían nombres de hombre
*
CONTAGIO
Ahora que no podemos abrazarnos
cada mañana el canto del mirlo
tiene una respuestas
me dice
nunca le disparé a los hombres
nunca hice la guerra
nunca dejé morir a un niño de hambre
nunca sacrifiqué a un animalito en
un laboratorio
nunca tuve dinero
nunca robé
nunca maltraté a un animal
nunca luché por ser el primero
nunca fui a la escuela
nunca contaminé las aguas de un río
nunca talé árboles
por eso sigo cantando
*
DESPUÉS DE LA VACUNA
“El hombre es un animal inteligente
que se comporta como un imbécil”
ALBERT SCHWEITZER
Buscan una nueva vacuna para este nuevo virus
de los virus viejos nadie se va a ocupar
seguirás durmiendo en el cajero automático
seguirán los niños de la cola en el Raval
seguirán los telediarios hablando de la guerra
de los hombres que huyen y mueren en el mar
de los niños soldados y del hambre y de los
niños que se mueren entre las minas del coltán
después de la vacuna el hombre será igual
imbécil o perverso o sabio será igual
*
DICIEMBRE Y EL MAR
“Todo es malo, dijo Cortado”
Rinconete y Cortadillo
De marzo a noviembre el tiempo no existió
porque nada puedo recordar
solo sé que navegué frente a
una pantalla en busca de alguna respuesta
pero el tiempo no existió ni la respuesta
hoy vuelvo a navegar por el mar del tiempo
de los días confinados
aprendí a estar lejos de
los hombres atávicas bombas de relojería
*
GUARDERÍAS Y RESIDENCIAS
Recuerdo las manos de mi madre y recuerdo
el día que las eché de menos tenía nueve años
me acompañó con dos maletitas llenas de ropa
y me dejó allí en el Colegio de las Carmelitas
en la ciudad de La Bañeza provincia de León
ella era maestra en un pequeñísimo pueblo
perdido en medio de los páramos con ella
aprendí a leer y a escribir pero llegó la hora
de separarnos estudiar el bachiller y solo
podía hacerlo interna en un colegio privado
sacrificó su miserable sueldo de maestra pobre
para que hiciera el bachiller y el resto de su
vida para que sus hijos fueran a la universidad
tres acabaron sus carreras yo nunca empecé
siempre eché de menos las manos de mi madre
hoy a los niños casi recién nacidos los llevan
a la guardería y a los ancianos a una residencia
el niño echa de menos las manos de su madre
en la guardería como un día la madre echará
de menos las manos de su hijo en la residencia.
*
A MIS HIJOS
Anunciarle mi muerte al
mirlo al gorrión al herrerillo
al árbol a la garza y al río
ellos me devolvieron
siempre la mirada
pero no le digáis nada a
los hombres a los que nunca
entendí ni me entendieron
SOBRE OTROS LIBROS ANTERIORES DE CELIA RAMOS:
https://www.airesdelibertad.com/t43502-celia-ramos-doy-fe?highlight=Celia+Ramos
https://www.airesdelibertad.com/t41057-celia-ramos-nadie-sabe?highlight=Celia+Ramos
https://www.airesdelibertad.com/t40138-celia-ramos-la-vida-al-raso?highlight=Celia+Ramos
Celia Ramos: “Un gorrión en el olivo”
Celia Ramos ha publicado un nuevo libro: “Un gorrión en el olivo”.
Los versos de Celia nunca dejan indiferente, pues habla de lo cotidiano con palabras sencillas y da muchas veces en el blanco de nuestra conciencia.
El libro se divide en tres secciones: Un gorrión en el olivo, Morir de frío en Barcelona y Millones de estrellas.
La obra de Celia habla siempre del hombre y su circunstancia, que hoy en día es la pandemia. La pandemia ha puesto aún más de manifiesto que la insolidaridad entre los hombres, de la que antes teníamos una imagen parcial pero más lejana: entre pueblos, entre guerras, entre culturas…, ha estado siempre aquí, junto a nosotros: entre jóvenes y viejos, entre ricos y pobres, entre nativos y emigrantes...
La poesía de Celia Ramos se ha oscurecido, si antes aún creía un poco en el hombre, ahora ya casi no cree en él. Incluso pienso que si Celia tuviera el poder de un dios antiguo, nos enviaría un nuevo diluvio. Y espero que permitiera salvarse a algunos de nosotros en una nueva arca. Porque nunca como ahora -hay que reconocerlo- se ha evidenciado tanto la insolidaridad humana, nunca se ha puesto tan de manifiesto el “sálvese quien pueda” como ahora con la pandemia.
Lo único que Celia salva es la naturaleza, la primera víctima del hombre, la que ha tenido que soportar durante tanto tiempo su ánimo destructor. Celia se vuelve hacia nosotros -y nos vuelve hacia la naturaleza- para decirnos: ¿A dónde corréis tan ansiosos, no veis que hay otra forma de vivir?
Os dejo algunos poemas de la primera sección del nuevo libro de Celia Ramós, Un gorrión en el olivo:
Cuando vuelva la normalidad, me dices
no me encontrarás, te digo
he muerto con cada muerto y aunque
pueda escribirlo he muerto
para una normalidad enemiga de la vida
*
LOS VIRUS DE MI VIDA
El primer virus y el primer miedo
era una niña y todos hablaban
del miedo a un virus
se llamaba Franco
luego conocí otros miedos y todos
tenían nombres de hombre
*
CONTAGIO
Ahora que no podemos abrazarnos
cada mañana el canto del mirlo
tiene una respuestas
me dice
nunca le disparé a los hombres
nunca hice la guerra
nunca dejé morir a un niño de hambre
nunca sacrifiqué a un animalito en
un laboratorio
nunca tuve dinero
nunca robé
nunca maltraté a un animal
nunca luché por ser el primero
nunca fui a la escuela
nunca contaminé las aguas de un río
nunca talé árboles
por eso sigo cantando
*
DESPUÉS DE LA VACUNA
“El hombre es un animal inteligente
que se comporta como un imbécil”
ALBERT SCHWEITZER
Buscan una nueva vacuna para este nuevo virus
de los virus viejos nadie se va a ocupar
seguirás durmiendo en el cajero automático
seguirán los niños de la cola en el Raval
seguirán los telediarios hablando de la guerra
de los hombres que huyen y mueren en el mar
de los niños soldados y del hambre y de los
niños que se mueren entre las minas del coltán
después de la vacuna el hombre será igual
imbécil o perverso o sabio será igual
*
DICIEMBRE Y EL MAR
“Todo es malo, dijo Cortado”
Rinconete y Cortadillo
De marzo a noviembre el tiempo no existió
porque nada puedo recordar
solo sé que navegué frente a
una pantalla en busca de alguna respuesta
pero el tiempo no existió ni la respuesta
hoy vuelvo a navegar por el mar del tiempo
de los días confinados
aprendí a estar lejos de
los hombres atávicas bombas de relojería
*
GUARDERÍAS Y RESIDENCIAS
Recuerdo las manos de mi madre y recuerdo
el día que las eché de menos tenía nueve años
me acompañó con dos maletitas llenas de ropa
y me dejó allí en el Colegio de las Carmelitas
en la ciudad de La Bañeza provincia de León
ella era maestra en un pequeñísimo pueblo
perdido en medio de los páramos con ella
aprendí a leer y a escribir pero llegó la hora
de separarnos estudiar el bachiller y solo
podía hacerlo interna en un colegio privado
sacrificó su miserable sueldo de maestra pobre
para que hiciera el bachiller y el resto de su
vida para que sus hijos fueran a la universidad
tres acabaron sus carreras yo nunca empecé
siempre eché de menos las manos de mi madre
hoy a los niños casi recién nacidos los llevan
a la guardería y a los ancianos a una residencia
el niño echa de menos las manos de su madre
en la guardería como un día la madre echará
de menos las manos de su hijo en la residencia.
*
A MIS HIJOS
Anunciarle mi muerte al
mirlo al gorrión al herrerillo
al árbol a la garza y al río
ellos me devolvieron
siempre la mirada
pero no le digáis nada a
los hombres a los que nunca
entendí ni me entendieron
SOBRE OTROS LIBROS ANTERIORES DE CELIA RAMOS:
https://www.airesdelibertad.com/t43502-celia-ramos-doy-fe?highlight=Celia+Ramos
https://www.airesdelibertad.com/t41057-celia-ramos-nadie-sabe?highlight=Celia+Ramos
https://www.airesdelibertad.com/t40138-celia-ramos-la-vida-al-raso?highlight=Celia+Ramos
Hoy a las 09:46 por Maria Lua
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