SUSURRO ARDIENTE

La noche se estremece y se acelera
al ver las pieles vivas sollozando,
placer y entrega dulce de quimera
que late fuerte, gozo provocando.

Tus piernas atan cual enredadera,
al verbo erguido suave va empapando
esa locura tibia y placentera
que te llovizna dentro suplicando.

Gimes locuras al rozar tu boca
desesperando al cosmos de tu mente
sabor a miel, tu vientre que me invoca.

Incitas, sí, murmuras lo silente,
un susurro despierta lo que evoca
saciando justo la oquedad ardiente.

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SUSURRO ARDIENTE


La noche se estremece y se acelera
al ver las pieles vivas sollozando,
placer y entrega dulce de quimera
que late fuerte, gozo provocando.

Tus piernas atan cual enredadera
al verbo erguido suave va empapando,
esa locura tibia y placentera
que te llovizna dentro suplicando.

Gimes locuras al rozar tu boca
desesperando al cosmos de tu mente
sabor a miel, tu vientre que me invoca.

Incitas, sí, murmuras lo silente,
un susurro despierta lo que evoca
saciando justo la oquedad ardiente.




Solo una sugerencia, Ernesto: en la segunda estrofa, cambiar la coma del final del segundo verso al final de primero, porque tal como está hay discordancia entre el sujeto plural (tus piernas) y el verbo en singular (va empapando), discordancia que desaparece si el sujeto es el tercer verso (esa locura tibia y placentera). Te lo dejo por escrito. Por lo demás el soneto es de una bella sensualidad.


Un abrazo.
Pedro


Tus piernas atan cual enredadera,
al verbo erguido suave va empapando
esa locura tibia y placentera
que te llovizna dentro suplicando.

Pedro Casas Serra escribió:.



SUSURRO ARDIENTE


La noche se estremece y se acelera
al ver las pieles vivas sollozando,
placer y entrega dulce de quimera
que late fuerte, gozo provocando.

Tus piernas atan cual enredadera
al verbo erguido suave va empapando,
esa locura tibia y placentera
que te llovizna dentro suplicando.

Gimes locuras al rozar tu boca
desesperando al cosmos de tu mente
sabor a miel, tu vientre que me invoca.

Incitas, sí, murmuras lo silente,
un susurro despierta lo que evoca
saciando justo la oquedad ardiente.




Solo una sugerencia, Ernesto: en la segunda estrofa, cambiar la coma del final del segundo verso al final de primero, porque tal como está hay discordancia entre el sujeto plural (tus piernas) y el verbo en singular (va empapando), discordancia que desaparece si el sujeto es el tercer verso (esa locura tibia y placentera). Te lo dejo por escrito. Por lo demás el soneto es de una bella sensualidad.


Un abrazo.
Pedro


Tus piernas atan cual enredadera,
al verbo erguido suave va empapando
esa locura tibia y placentera
que te llovizna dentro suplicando.

Maestro,

Ya el cambio fue realizado, cada detalle, cada corrección es un aprendizaje,
una enseñanza de su parte mi buen amigo.

Agradecido y honrado estoy por contar con Usted, amigo Pedro.

Un fuerte abrazo

De nada, Ernesto.

Un abrazo.
Pedro