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por Simon Abadia Lun 06 Ene 2020, 06:37Rango personal. (No se trata de creer o no.)
Entramos en barrena en Dios con sus tiempos.
Admitida impotencia en tramos de vida
buscamos resurgir en los desfallecimientos,
nada ni nadie, excepto Dios, sabe nuestra medida.
Se cumple la verdad delante de las tesis humanas
la ciencia escarba dentro de la verdadera sabiduría
y salen las quimeras creadas por el hombre sin más
formando bases únicas que tratan de ladear Harmonía.
Solapadamente creemos tener la sabiduría exacta,
reconocemos nuestros avances dentro de los patrones
sin darnos cuenta que el existir con el vivir es factible
siempre que se cumplan los parámetros de vida en los tiempos
que, junto a desfallecimientos, son leyes ineludibles.
Lo demás, toda la sabiduría del humano se forja en los moldes
que nos han dejado para que vayamos descubriendo, en recorrido,
en tiempo, en formato, hasta tanto nos lleguen las metas
del fin de materia caduca, bajo el decreto exacto del Ser eterno.
Mientras seres viviente merodean como darle la vuelta al sistema
llevando a conclusión a la que hemos llegado por diferentes ramas
del pasado, presente y futuro, a través de las ciencias vividas
en los diferentes ciclos existidos, unidos a las incógnitas venideras
bajo el clima de las profecías futuribles que marcan los aconteceres.
La creación existe en toda su amplitud con la hermosura natural
a la realidad pensante. Así la organización de las energías personales
humanas representa, sobre la Tierra, el estadio supremo de la evolución cósmica.
Tan solo la materia tiene meta y fin en la proyección eterna.
Si la mente femenina y masculina son capaces de Hacer mente artificial,
copiando resultados de vida, el Mundo se construye por potencias Morales
con una reciprocidad en la construcción del Mundo, y las burdas copias,
nos llevan a una apreciación nueva. Súbditos de la verdadera Inteligencia
tan solo realizan y confirman los hechos, siendo un mal plagiador.
Las obras en el Cosmos todavía no las hemos entendido, pero es que la
Palabra, aún sin necesitar traductor, la dejamos aparcada y en desuso
pensando que somos siempre autosuficientes. Por no pensar, no pensamos
ni en la muerte, cuando siempre acabamos con la entrega total, sostenida.
Entramos en barrena en Dios con sus tiempos.
Admitida impotencia en tramos de vida
buscamos resurgir en los desfallecimientos,
nada ni nadie, excepto Dios, sabe nuestra medida.
Se cumple la verdad delante de las tesis humanas
la ciencia escarba dentro de la verdadera sabiduría
y salen las quimeras creadas por el hombre sin más
formando bases únicas que tratan de ladear Harmonía.
Solapadamente creemos tener la sabiduría exacta,
reconocemos nuestros avances dentro de los patrones
sin darnos cuenta que el existir con el vivir es factible
siempre que se cumplan los parámetros de vida en los tiempos
que, junto a desfallecimientos, son leyes ineludibles.
Lo demás, toda la sabiduría del humano se forja en los moldes
que nos han dejado para que vayamos descubriendo, en recorrido,
en tiempo, en formato, hasta tanto nos lleguen las metas
del fin de materia caduca, bajo el decreto exacto del Ser eterno.
Mientras seres viviente merodean como darle la vuelta al sistema
llevando a conclusión a la que hemos llegado por diferentes ramas
del pasado, presente y futuro, a través de las ciencias vividas
en los diferentes ciclos existidos, unidos a las incógnitas venideras
bajo el clima de las profecías futuribles que marcan los aconteceres.
La creación existe en toda su amplitud con la hermosura natural
a la realidad pensante. Así la organización de las energías personales
humanas representa, sobre la Tierra, el estadio supremo de la evolución cósmica.
Tan solo la materia tiene meta y fin en la proyección eterna.
Si la mente femenina y masculina son capaces de Hacer mente artificial,
copiando resultados de vida, el Mundo se construye por potencias Morales
con una reciprocidad en la construcción del Mundo, y las burdas copias,
nos llevan a una apreciación nueva. Súbditos de la verdadera Inteligencia
tan solo realizan y confirman los hechos, siendo un mal plagiador.
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Palabra, aún sin necesitar traductor, la dejamos aparcada y en desuso
pensando que somos siempre autosuficientes. Por no pensar, no pensamos
ni en la muerte, cuando siempre acabamos con la entrega total, sostenida.
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