UNA COMPENSACIÓN REFLEXIVA
Te ofrezco una rosa roja,
a ti muchacha de un soñar,
en almendros que honran,
tu largo y exangüe caminar.
Recopilando todas las notas,
de tu arduo y tenue suspirar,
con una impronta muy rota,
de tanto y tanto reflexionar.
Las paredes de bella lisonja,
acompañan tu buen meditar,
tu así nunca estarás sola,
en tu ilusionante imaginar.
En todo lo que tu ruegas,
hay un vértigo al pensar,
si estarás en una derrota,
y equivocarás tu deslizar.
Hay bandera bondadosa,
en la libertad de tu crear,
aunque con vida espinosa,
estás llena de gran bondad.
Te ofrezco una rosa roja,
a ti muchacha de un soñar,
en almendros que honran,
tu largo y exangüe caminar.
Recopilando todas las notas,
de tu arduo y tenue suspirar,
con una impronta muy rota,
de tanto y tanto reflexionar.
Las paredes de bella lisonja,
acompañan tu buen meditar,
tu así nunca estarás sola,
en tu ilusionante imaginar.
En todo lo que tu ruegas,
hay un vértigo al pensar,
si estarás en una derrota,
y equivocarás tu deslizar.
Hay bandera bondadosa,
en la libertad de tu crear,
aunque con vida espinosa,
estás llena de gran bondad.
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