Los sonidos por el aire,
forman gabriolas bellas,
mi alma vuela amable,
se guía por las estrellas.
Me encuentro con mi misma,
y siento paz y gran ternura,
también adquiero carisma,
aunque la vida me sea dura.
Sobreviene una dosis de pesar,
y me arde todo el pensamiento,
a los que lloren quiero consolar,
compensar mucho sufrimiento.
Al surgir el susurro y silencio,
¡cesa la plenitud de libertad!
se establece el arduo tiempo,
y se transforma mi felicidad.
Es el vaivén de la incertidumbre,
se hace de noche en pleno día,
el sosiego se abre a lo lúgubre,
esperaré a que suenen músicas.
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