sin perder la inocencia de los dientes de leche,
los pecados al amarnos.
Dejamos nuestros brazos
desnudos de adornos y pesares;
no nos importó que el viento
agitara sombras
extendiéndolas por el suelo,
que la desnudez de nuestros cuerpos
se cubriera
del manto blanco de la noche,
que las palabras
mezcladas con el barro
fueran la letra
de esa lluvia antojadiza,
gota a gota.
No nos importó,
que en el silencio
camináramos descalzos
cogidos de la mano
dejando,
como quien deja notas en la nevera,
huellas muy profundas
en el pecho.
» CÉSAR VALLEJO (1892-1938)
» POESIA RECITADA O CANTADA
» CLARICE LISPECTOR II
» Luís Vaz de Camões (c.1524-1580)
» CECILIA MEIRELES (7 de noviembre de 1901, Río de Janeiro/9 de noviembre de 1964, Río de Janeiro/Brasil
» CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
» VINICIUS DE MORAES
» Dhammapada
» Bhagavad-gītā