SONETOS GRIEGOS
EOS
Cuando Selene desplegó su manto,
reinó el silencio sobre el mundo todo:
ríos, bosques, montañas, atendían
que por oriente apareciese Eos.
¡Bella mujer de párpados de nieve
que, abandonando el lecho de su cónyuge
Titón, sale al Océano y se eleva,
en sus rosados dedos una antorcha!
Ella a Memnón, su amado hijo, busca,
quien con Príamo a Troya fue a lidiar
muriendo a manos del valiente Aquiles.
¡Pobre mujer, trastabillando huye,
inconsolable va, y son sus lágrimas
lo que los hombres llaman el rocío!
VOY A CONTAROS UNA HISTORIA TRISTE
Eran Hero y Leandro dos amantes
a los que separaba el Helesponto.
Leandro, por unirse con su amada,
a nado lo cruzaba cada noche.
En la ventana de su torre, Hero,
una luz colocaba para Leandro.
Pero una noche estalló una tormenta,
la luz no vio Leandro y se ahogó.
Su cuerpo arrojó el mar días después
y, loca Hero al verlo, se dio muerte.
¡Pobres amantes, no se merecían
que tuviera su amor tan triste fin!
Pero yo ya os previne en un principio,
no culpéis a los dioses de su mal.
LOS HIPERBÓREOS
En el norte del norte hay un país
donde la gente vive eternamente
a Apolo dedicando libaciones,
sin discordia, vejez ni enfermedad.
Allí todos son bellos, altos, rubios,
y entre música y danzas, esperando
el regreso del dios en el invierno,
pasan los días en total jolgorio.
Pero dicen también, que algunos hay
que hastiados de placeres y delicias,
tras celebrar extraordinario ágape
-risueños, coronados y bebidos-,
se arrojan desde lo alto de una roca
para ponerse fin: Nada en exceso.
ANAXÁRETE
¿Quién es esta mujer que aparece inclinada,
en la estatua que de ella se conserva en el templo?
Es la bella Anaxárete, del linaje de Teucro,
que en la guerra de Troya fue lancero de Ayax.
Princesa fue chipriota, que con cruel desdén,
-en sus Metamorfosis, así lo cuenta Ovidio-,
despreció al pobre Ifis, humilde pastorcillo,
que al no obtener su amor, se colgó de un dintel.
Satisfecho su orgullo, la infatuada Anaxárete,
para que el mundo entero su triunfo observase,
el día del entierro, al balcón se asomó.
Y acercándose el féretro, ella quiso avanzarse
para mirar curiosa el cuerpo de su amante...
Y en piedra convirtiose su duro corazón.
LOS SIETE SABIOS DE GRECIA
En el pronaos del templo que en Delfos tiene Apolo,
había una inscripción en la que figuraban,
de los sabios de Grecia, las frases más famosas:
“Mejor moderación”, Cleóbulo de Lindos.
“De nada con exceso”, Solón, hijo de Atenas.
“No quieras lo imposible”, el de Esparta, Quilón.
“La mayoría, malos”, Bías, nacido en Priene.
“En la confianza el riesgo”, Tales, el de Mileto.
“Escoger el momento”, De Mitilene, Pítaco.
“Se previsor en todo”, el corintio Periandro.
De esta manera, aquellos que iban a rezar
al de los ojos glaucos y los cabellos rubios,
leían los consejos de siete hombre ilustres,
para aprender a obrar el resto de sus días.
ENDIMIÓN
¡Shsss! No le despertéis, es el bello Endimión,
que en la cueva de Latmos, duerme un sueño perenne.
Un día al contemplarlo, seducida, Selene,
le visita de noche para hacerle el amor.
¿Veis cómo resplandece su cara iluminada
por la luz de su amante, que suave le acaricia?
Con tanta juventud, con tan bella sonrisa,
no hay otro como él en el bosque de Caria.
Desnudo entre la paja que forma su camastro,
es tan lindo su cuerpo, es tan pura su tez,
sus labios son tan tersos, tan pequeños sus pies,
tan amplia su prestancia cuando se muestra echado,
que de andar por los montes apacentando ovejas,
Selene le eligió para engendrar estrellas.
ATALANTA E HIPÓMENES
La corredora Atalanta,
a galán menos veloz,
asesinaba feroz
en menos que un gallo canta.
A Hipómenes la garganta
le queda casi sin voz,
cuando con ritmo precoz,
Atalanta lo adelanta.
Pero el avispado mozo,
para frenar la maroma,
le arroja de oro una poma.
Y así, con inmenso gozo,
ella la manzana toma...
¡Y con su pan se lo coma!
CÍDIPE Y ACONCIO
Pensando está Aconcio un día
en Cídipe, la beata,
y cómo su amor podría
lograr sin meter la pata.
Aconteció que venía
al templo la mojigata,
de Artemisa, y la seguía
sierva poco literata.
A pies de la analfabeta
hace rodar un membrillo
con un escrito estribillo.
Y la ama por la cateta:
“Por Artemisa lo juro:
A Aconcio mi amor más puro.”
BAUCIS Y FILEMÓN
¿Veis esos viejos árboles
junto a esa vieja casa,
que uno de otro delante,
sus ramas entrelazan?
De un tocón milenario
tilo y roble nació,
otrora los ancianos
Baucis y Filemón.
Generosos con todos,
con todos bondadosos,
perduran a la par.
Unidas sus raíces,
a todos nos bendicen,
y juntos morirán.
UN NUEVO PIGMALIÓN
Era un viejo poeta en su morada
describiendo a la diosa de su amor:
belleza que se entrega sin temor
con dulce arrobamiento en la mirada.
Pero el poeta no tenía nada,
era sólo amasijo de dolor,
árbol que troncha el viento en su rigor,
herida abierta al sol por una espada.
La pluma del poeta, con esmero,
dibujaba los rasgos de su musa
desde su ardiente fe y su desespero,
cuando de forma real, aunque confusa,
sintió de flores un olor primero
y luego el beso de un rozar ligero.
FRONTIS
Marino que regresas a tu patria:
Cuando alcances a ver entre la bruma,
blancas, en Sunion, las columnas del
templo de Poseidón, cree en tu suerte.
Y acuérdate de Frontis, capitán
de la nave en que iba Menelao
a su vuelta de Troya y murió aquí,
y aquí se le enterró en alguna parte.
De todos los posibles, no es mal sitio:
de enebro y salvia le rodea olor
y acompaña el sonido de las olas.
De verdad, que las vistas son magníficas
-dicen que no hay ningunas como éstas-,
(aunque las de mi casa eran mejores).
ERISICTON
¿Recordáis a Erisicton
que fue rey de Tesalia,
impío y codicioso
sin límites ni escrúpulos?
Por saquear un bosque
consagrado a Deméter,
resultó castigado
con un hambre fatal.
Para satisfacerla,
vendió todo su reino
y hasta a su propia hija.
Y al no calmarse nunca
su apetito insaciable,
él mismo se comió.
NO DIRÉ SU NOMBRE
Había, el siglo IV antes de Cristo,
-Éfeso lo erigió para Artemisa-,
Rico templo del que hizo su divisa:
Oro, sándalo y mármol, bien provisto.
Séptima maravilla por lo visto,
Todo él reducido fue a una brisa
Rojiza y humeante, cuando aprisa
Alejandro el Mayor se dijo: existo.
Tenía el incendiario y la gritó
Orgullosa pasión por ganar gloria:
“¡Mi nombre pasará así a la historia!”
En una noche oscura y sin relente
La bella construcción quemó el demente,
La lámpara sagrada le arrojó.
¿A quién se le ocurrió?
Mejor callo, a morir fue sentenciado
Otro aquel que nombrara al desgraciado.
LAS HIERÓDULAS
Afrodita tenía, meretricio,
un grupo de mujeres concurrido,
que para el que quisiera ser cogido,
ofrecía a buen precio, buen servicio.
No se puede negar el beneficio
de en pío convertir lo maldecido,
hacer de lo prohibido, consentido,
y de mal menester, un sacrificio.
No conviene sacar el mal de quicio
ni pensar que juntarse es pervertido
cuando en naturaleza tiene inicio,
que no deja de ser contrasentido
que esté desprestigiado hoy el fornicio
otrora por la diosa bendecido.
EL ORÁCULO DE DELFOS
De nada te sirvieron tus ofrendas,
Creso, rey de los lidios, cuando fuiste
al santuario de Delfos, a pedir
respuesta al dios Apolo en tu consulta.
Preguntáste al oráculo qué rey
sería el victorioso, y la Pitia
te contestó: “Si Creso cruza el Alis,
destruido será un gran imperio.”
Leíste mal la recomendación:
el imperio que iba a ser destruido
no era el de Ciro el Grande sino el tuyo.
La voluntad de un dios no puede ser
comprada, amigo Creso, y sus palabras
oscuras son y ambiguas, ¡mala suerte!
DIBUTADES
Muchacha de Corinto, Dibutades,
paradigma de amor,
emprendía su amante viaje a Gades
sumiéndola en dolor.
En plenas facultades,
era el joven la imagen del frescor,
mostraba sin pueriles nimiedades
sus formas sin rubor.
A contraluz, la sombra de su amado,
sobre el blanco de un muro,
a lápiz ha pintado.
Y ahora que se ha marchado
hacia un destino oscuro,
la copia de su copia le ha quedado.
FÁBULA DEL HALCÓN
Y EL RUISEÑOR
Para los reyes -aunque sean sabios-,
narró en Grecia, Hesíodo, esta historia:
“Un halcón habló así a un ruiseñor,
ave de variopinto cuello, mientras
lo llevaba muy alto entre las nubes
atrapado en sus garras: Infeliz,
¿por qué chillas?, ahora, uno más
poderoso te tiene. Irás donde
te lleve yo, por más bello que trines,
servirás de comida si yo quiero
o te dejaré libre. Loco es quien
osa alzarse a la altura de los fuertes,
de la victoria así se ve privado
y sufre vejaciones y suplicios.”
Y Hesíodo añadió: “A peces, brutos
y aéreas aves toca, unos a otros,
devorarse. Al hombre, hacer justicia.”
ESE ÍNDICO CORCEL...
Ese índico corcel que cruza el monte,
sin rumbo fijo alcanza su destino,
galopa, blanco rayo, el horizonte,
percute con sus cascos el camino.
Al que siguió las huellas el arconte,
no deja que te acerques, yak divino,
de virginal pureza polizonte,
a su arcádica fuente, peregrino.
De alma tornadiza y silenciosa,
purpúrea crin y asta curvilínea,
que besa con su hocico la broncínea
corteza de la selva misteriosa.
Para celar su frente usa tricornio,
tránsfuga del amor, el unicornio.
NEFELIBATA
Acusado de inútil por ocioso,
musitando y contando por lo quedo,
coplista, trovador, bardo o aedo
se mete en cualquier lío por curioso.
A veces cortesano y sentencioso,
otras asustadizo hasta dar miedo,
embobado, abismado y caviloso
mira el mundo de lo alto de un roquedo.
Andábase el poeta por los nimbos
sin acordarse de poner la bata,
abstraido y chupando sus cachimbos
por medir un mal verso, ¡vaya lata!
Como ninguno él está en los limbos,
tan conspicuo y tenaz nefelibata.
EUDÁMIDAS
-Murió, Eudámidas, ¿sabes?,
dejando a una hija sin dotar
y a una madre anciana.
¡Y además en la ruina!
Pues espera, que viene lo mejor:
pidió, en su testamento, a sus amigos,
para las dos mujeres una ayuda.
¡Que se compadecieran!
Y oye, ¡le hicieron caso!,
cuidaron a la madre hasta su fin
e incluso le pagaron el entierro.
¡Y desposaron a la hija bien!
¿Extraordinario, no?
¡Los hay que tienen suerte!
TISBE Y PÍRAMO
Aunque su parentela no quería,
Píramo y Tisbe se han enamorado,
de modo que dejaron concertado
que escaparían juntos ese día.
Al alcanzar la fuente en que han quedado,
vio Tisbe a una leona que bebía
-rojas sus fauces de matar ganado-,
y su toca perdió mientras corría.
Pues Píramo al llegar, viendo en el suelo
el paño de su amada tinto y roto,
se mató por matar su desconsuelo.
Volvió Tisbe y hallando junto al velo
tendido y muerto al que era su devoto,
con su daga acabó su triste anhelo.
-¿Y cuándo fue ese duelo?
Solo sé que ocurría en Babilonia
antes de ser de Persia una colonia.
LA FANY Y EL LOLO
-Vayamos a ese sitio que es muy mono,
te enseñaré a bailar que es de buen tono.
Inocente y pueril como una oveja,
no ve la Fany el mal que allí le aqueja.
Y gasta en güisqui el Lolo su tesoro
porque la ingenua pierda su decoro.
Cuando la Fany está ya más que ciega,
a la pista la saca a la refriega.
La abraza entre sus garras como un lobo,
prometiéndose dulce pronto arrobo.
La Fany, hecha una fuente, vierte entera
desde la última copa a la primera.
Y queda el Lolo todo churretoso
mientras la Fany con su virgo hermoso.
(Ésta, aunque parecida, no es la historia
de Dafne frente a Apolo, en la memoria.)
CLEOBIS Y BITÓN
Estos que te parecen dulcemente dormidos,
Cleobis y Bitón, gemelos en la vida,
hijos son de Cidipe, de Hera sacerdotisa,
que en un carro de bueyes, iba al sacro recinto.
Como los animales, iniciado el camino
retrasaran el paso, sin miedo a la fatiga
se uncieron a la yunta en doble simetría:
45 estadios tiraron del vehículo.
¡Mira como relucen sus ojos almendrados,
tal cual los retrató Polimedes de Argos,
con arcaicas sonrisas desde hace tres mil años!
Exhaustos, descansando tendidos en el suelo,
bien merecieron ellos, mejor que otros, el premio:
tan jóvenes aún, dormir eterno sueño.
DIÓGENES DE SÍNOPE
No dejó nada escrito
pero cuentan de él
que era pobre y vivía en un tonel,
que a la luz de un candil, buscaba un hombrecito,
que con muy poco se quedaba ahíto,
que criticaba cruel
gastar mucho oropel
y la costumbre le importaba un pito,
que Platón le llamó
“Socrates delirante”
y que un día, teniendo a Alejandro delante,
cuando todo su reino le ofreció,
díjole algo que aún hoy nos asombra:
“Quita, que me haces sombra.”
Pedro Casas Serra (26-09-2014 a 26-11-2014)
Encuentro del Foro de Poesía
AIRES DE LIBERTAD
Murcia (España), 9-11/10/2015
VER IMÁGENES DEL ENCUENTRO: https://www.airesdelibertad.com/t35100-fotos-y-videos-del-encuentro-en-murcia
Otros poemas del mismo libro: https://www.bubok.es/libros/9740/De-perdida-de-busqueda-de-encuentro-Sonetos-griegos-y-Bestiario-en-decimas
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Última edición por Pedro Casas Serra el Lun 23 Nov 2020, 12:41, editado 2 veces
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