“El jardín de los poetas” por Sergio Vila-Sanjuán (La Vanguardia, 11-05-2019)

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“El jardín de los poetas” por Sergio Vila-Sanjuán (La Vanguardia, 11-05-2019)

Julio Cortázar escribió Continuidad de los paragüas, Ernesto Sábato ambientó escenas cruciales de Sobre héroes y tumbas en uno de estos espacios bonaerenses (el Lezama) y fue allí también donde Borges se declaró a Estela Canto. Así que la primera mañana que no llovió de mi estancia en la capital argentina, me consideré casi obligado a ir de parques. En concreto a los que tenía más cerca del hotel: los llamados popularmente “bosques de Palermo” y más oficialmente parque 3 de Febrero, muy extenso (80 hectáreas, el mayor de Buenos Aires) instalado en lo que era, a mediados del siglo XIX, una gran propiedad del presidente Rosas, habilitado después para uso público por otro presidente, este doblado de pedagogo y literato: Domingo Faustino Sarmiento.

Fue tras visitar el jardín japones, que me aburrió, y cruzando grandes extensiones de césped entre robles y eucaliptos, que fui a parar inadvertidamente al Jardín de los Poetas, del que no había oído hablar. Está casi a la entrada del Rosedal, una área repleta de rosales inaugurada en 1914. Allí, tras encontrar en el suelo una cita en piedra de Oliverio Girondo (“Se adormecen, despiertan, se iluminan”) empecé a topar con bustos de personalidades conocidas: Federico García Lorca, José Martí, Dante, Shakespeare, Alfonsina Storni, Borges, Leopardi, Gibran Khalil Gibran, Rubén Darío… Hay otras localidades del mundo que acogen jardines poéticos, pero no sé si de estas dimensiones, y encontrar en el corazón verde de una metrópoli tan literaria semejante homenaje al concepto de literatura universal, la Weltliteratur cara a Goethe, resultó francamente emocionante. Bastantes de estos bustos habían sido donados por entidades culturales; el de Rosalía de Castro, por ejemplo, lo aportó el Centro Gallego de Buenos Aires en 1981; el de Miguel Hernández, la Generalitat Valenciana en 1992. Pensé que para ponerse al día al Jardín de los Poetas solo le faltaban dos cosas: mayor presencia femenina -añadir ya a Emily Dickinson, Anna Ajmátova, por ejemplo- y algún gran autor en lengua catalana con proyección popular, como Joan Maragall o Josep Maria de Sagarra.

La presencia barcelonesa en la Feria del Libro de Buenos Aires, que acaba el lunes, ha sido todo un éxito. El equipo que lideraban sobre el terreno Izaskun Arretxe (Institut Ramon Llull) y Esteve  Caramés (ICUB) ha trabajado con eficacia y tres buenos conceptos: paridad de género, mostrar la creación en las dos lenguas de Catalunya y reunir autores catalanes y argentinos. Se han evitado errores registrados en Frankfurt 2007, y aunque no han concurrido nuestras primerísimas figuras, el programa ha contado con afluencia de público y difusión en prensa. En suma, se ha presentado una cultura catalana bastante moderna, plural y potente. Ya solo falta esa estatua en el Jardín de los Poetas.

Sergio Vila-Sanjuán  (La Vanguardia, 11-05-2019)


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