CARLOS BOUSOÑO PRIETO (1923-2015)

¿Has visto lo aplicada que soy?, jeje. Hay que comenzar el año así, disfrutando.
Un beso, y por aquí seguimos.




                     II
         
 (Amor físico)  

Pero después lo otro,
lo inesperado, la puesta en movimiento
total, con cuidado y primor, primero; luego,
muy poco a poco, en un crescendo
que se va haciendo universal. La orquesta,
en un estruendo sin renunciación,
y más y más su apresurarse, y sube
a alta velocidad, y lo veloz empuja
los paisajes; son otros ya, y otros aún, y otros,
y es la instantaneidad  llegada al sumo
resplandor, en el que arden al fin,  quemándose en la carne
del gozo,
los papeles, las ordenes, los pactos,
y todo se quebranta, fuera de rey y ley.

¡Porque hay un cuerpo que, sin mudarse,  corre
en forma de un enorme hacer, crecer,
crecer, crecer, crecer, estar creciendo,
estar poniendo
la gran bandera sobre el Himalaya, nieve perpetua de un
perpetuo ir,
y crecer más y más,  y ser el mundo,
y ser más, y salir
(a la vuelta infinita de lo que nunca acaba,
de lo que empieza nunca)
por el ojo de Dios, y al otro lado,
por vez primera, y única, vivir!

I

¡Vivir, vivir, vivir! Y todo fuera
un sueño
de Dios. Muy suavemente así fuimos soñados,
así un instante nuestra sombra fue.
Mas dentro de aquel sueño
hubiese otro que le da sentido,
un sueño largo, cual letargo absorto
de antes, de después.
Un sueño lento, grave, pesaroso,
que paralelamente invierte cuanto alcanza,
anulando, rayendo.
……………………Un viento triste
se lleva hojas y flores. Sólo campo
de la desolación. Hasta muy lejos,
el yermo estanca la mirada inmóvil.
El frío avanza
por el camino de la soledad.



II

Tal vez fuese al principio
poca cosa, una nada.
Agrio sabor de esparto,
de estameña, de suero.
Acaso un gusto general a cal.
Luego vino la rémora, el cansancio,
un torpe ir, cada vez más difícil,
cual si tirásemos
de una dificultad, un amarre en el fondo, y seguir
arrastrando cadenas,
peña arrastrando, barro.
Necesidad de continuar, pese a todo. Y después
arrancarnos, cual uña de la carne, con pegajoso
esfuerzo,
de un plúmbeo espesor,
de una materia densa, oscura, impenetrable,
hermética, silente,
que gravita en la noche, inmensa y honda.

Algo como un dolor
que pesa más que el mundo.


III

Y eso fue así,
hasta entonces,
así,
desde hace mucho,
desde hace mucho tiempo; así, y ello sería
nuestra sustancia misma u hondo hueso,
o un mondo siempre, o condición o sino,
un sueño sustancial.
Y fuese en tal momento cuando
inesperadamente nos sentimos
en trance de apuntar con gran esfuerzo,
exactamente como
desde debajo de la tierra, asomándonos,
no se sabe por qué,
cómo dónde qué es esto,
e ir saliendo, escupidos al fin,
tal en un nacimiento
atroz o una catástrofe,
por el suplicio o el desfiladero,
angosto, amargo,
a la intemperie

devoradora de la luz.

VII

EL SUEÑO DE LA RAZÓN

SEVILLA

Algo pule o trina. ¿Un ave?

Un soplo o menos aún.

Un no sé qué o no se sabe.

- Acaso... - Puede... - Según.


Intermitente, algo brilla.

Misteriosa, honda, sencilla.

Un aquél en su manera.

Cuando una ciudad quisiera

ser y no ser lucecilla

en la humana paramera,

y una vez, por maravilla,

lo imposible así se hiciera,

se pareciera a Sevilla.


Patio. Fuente. Abre una puerta,

y tras esa puerta abierta...


De pronto, todo se entiende.

Luz que se apaga y que a la par se enciende.

Una nada, un puro aire

que sólo vive de aire.


¡Oh la Sevilla delgada

que fuera el todo y la nada!


Omito FELIPE II Y LOS GUSANOS.

LA GRULLA

Cuando se halla despierta, camina con cautela,

no sea que las cosas encierren entretela,


o atroz disposición, que pudiese esconder

reprobables tendencias a desaparecer.


Por eso cuando duerme pretende demostrar

que ella, tan leve, alienta más poder que el mar.


Y aunque en desequilibrio su frágil ser se mira

(¡magia!) para dormir una pata retira.


( Y todos nos tememos que de un momento a otro

se convierta en centauro, en mico, en buey, en potro.)


Omito EL PAVO REAL y DEPÓSITO DE CADAVERES.


EL INVESTIGADOR ( Alejandrito, siete meses)


El pequeño observa, atento: ¿Esto qué es?

Cajita toda ella de hondísimo interés.


De un interés profundo la cajita está llena.

Si no la mueve calla, mas si la agita, suena.


Le da vueltas, sonríe, la sopesa, la toca.

Es mucha si la acerca, y si la aleja, es poca.


La caja en su figura quieta no quiere estar.

Cambia del todo cuando la muda de lugar.


Lo que ha visto, ¿no vale? ¿No hay fijeza ni norma?

En cataclismo entra, al moverse, la forma.


De pie o echada, a un lado, él la puede poner.

Pero lo sorprendente es que pueda caer.

Una cajita de muchísimo quehacer.


El profesor lo sabe: se ha de apresurar,

o a la cajita nunca llegará a averiguar.


Le arroja encima un trapo. El desastre ha surgido

la cajita de pronto

- - - - - - - - - - - - ha desaparecido.

VIII

EL ERROR


TRES POEMAS SOBRE LA INMOVILIDAD (Cont.)

A Fernando G. Delgado

1

LA HABITACIÓN

La vida pasa con tanta perfidia que resultaría imposible

- - - / percatarse de veras de su tránsito.

Vivimos de hecho en una misericordiosa inmovilidad, dentro

- - - / de la cual caminamos,

nos apresuramos, corremos, nos fatigamos alocadamente en

- - - / busca de algo

escondido, no sé, olfateamos de pronto el aire

con inquietud, como intentando determinar exactamente el

- - - / motivo de nuestra extraña preocupación

cuyo origen se nos oculta,

el motivo de tanta peregrinación, de tanto traslado,

edificar la casa y echarla a bajo a continuación,

construir un acueducto donde había una catedral, un camino,

para qué la fatiga, el odio, la mendacidad, el heroico

sacrificio, para qué el salvaje retorno,

o la santidad, el amor. Todo está ocurriendo

simultáneamente en un ahora

interminable, súbito, el niño que corre con su aro por la

- - - / alameda, el muchacho que experimenta por primera vez

- - - / la ilusión,

querer y ser querido, la mirada,

el desengaño después, la sabiduría,

la madurez, macerada acaso por el dolor,

todo repentino como la luz,

en una estancia soleada, sin tiempo,

en una habitación sin espejos, parada, aunque absolutamente

- - - / sospechosa,

ambigua, y tememos interrogar,

pero todo podría significar otra cosa, podría todo aparecer

- - - / distinto

podría haber coyunturas secretas, pasadizos, reuniones,

- - - / resbaladizas enseñanzas,

podría haber acaso conversaciones, pactos

insospechados, quizá alianzas,

podría haber incluso interrogatorios, comicios,

más allá de esta habitación,

más allá de esta delicada quietud

que ahora de pronto nos envuelve,

en donde nada ocurre, en donde todo es suave, templado,

tranquilizador,

armonioso,

en donde vamos y venimos y nos preguntamos por nuestra

- - - / salud cada día,

sonrientes, amables...


2

SI NOSOTROS, DE PRONTO (Cont.)

                         VI
                                  Falta muy poco ya

         
           Salvación en la lentitud
(A punto de caer en la muerte,
      oda a la suma atención)  



                                                                         A Emilio Alarcos


                                 I

En el filo de la navaja, allí
duro amor a la vida, al milagro de ver, sentir, gozar
el aire, el sol.
Y pues falta muy poco ya, muy poco ya,
por el oído tan amorosamente, tan minuciosamente atento,
……más allá de los números,
a la palpitación
de cada insecto diminuto,
que su chupar, que su absorber
el mínimo alimento invisible
resuene como el mar, bramidos, olas,
gemidos en el viento del azar.

Pues frente a todo ello,
tu oído tan sutil
se hiciese
que allá, en el vuelo de la mariposa,
oyeras
como un estruendo esperanzado, altivo,
su fe en la vida.
Más: en la plenitud
y en la evidencia de su perennidad.
No allí lejos, no al otro lado, no,
la infinitud sin tiempo,
sino aquí mismo, aquí, en esta flor,
de tanto contemplarla detenida-
mente: pistilos, uno a uno,  en mínimas parcelas cada sépalo,
cada punto de cada
matiz, toda la vida;
la infinitud sin tiempo,
el espacio sin fin.

Contempla todo esto, ávida percepción humana mía, pues falta
…..poco ya, muy poco ya,
realzándolo
con hondura tan grande y detenida
por ser interminable lo que ves
que permanezcas
aquí como por siempre,
vivo, sagrado, sumo,
retenido en tu obra,

padre del orbe e hijo de la nada,

pues falta poco ya,
muy poco ya.


II

Y entrar así parsimoniosamente,
con la avaricia de la relación,
de la absorción, la comunión,
en la materia dúctil, suave, excelsa,
alargada, versátil, de cada segundo
con longitud de siglos,
hasta la milenaria ciencia suntuosa
en su ferocidad



la dulcísima música sin fin,
allá, en la laboriosa, en la incesante
arpa entera del mundo,
y sus cuerdas inmóviles…


III

Pues falta ya muy poco
y escaso espacio queda frente a ti.

¡ámbito imperativo, penetrante,
candente de atención, de retención

donde no pasa
nada, la honda demora
de tanto ver en tiempo diferido,
que, retrasando, incluye!
del manjar de la vida,
el alimento
de terribilidad
de que se nutre hambrientamente el ávido
amanecer de cada día,
grave sueño del mar.
………………………Hazlo sin pausa,
hasta que puedas escuchar al fin
por completo, dentro de un esplendor,
en una mera mota
oscura
del polvo del camino,
en una rala hierba de Castilla,
en su ferocidad sedienta, cruel,

la dulcísima música sin fin,
allá, en la laboriosa, en la incesante
arpa entera del mundo,
que queda abajo al fin
humillada, vencida!

¡Gloria, nieve de gloria
nueva, y sol en ella,
siempre de oro! ¡Comezón de vivir
en plena desmemoria
del dolor;
hallarse, sin quemarse, entre las llamas
que devoran
a los feroces pueblos
salvajes
del sufrimiento humano
que nos acosan como avispas,
hostiles, poderosas,
innumerables! ¡No hay nombre ya, ciega persecución
sombría, sino reino,
cuando atiendes solícito
al sumo ser pequeño
con su corona divina! ¡Oh qué fragancia,
coronada, real,
profunda, cierta,
significativa,
de este grano de polvo
que ocupa espacios, cielos,
en expansión, en mando,
lejos, muy lejos,
de la otra,
tan distinta,
morosidad horrible
con que vamos perdiendo sin cesar, menguando;
remoto todo, sí,
de la codicia aquella,
lentísima,
de aquella usura diestra
contra nosotros,
oscura, temerosa,
cortés,
limadura sutil,
disminución tan delicadamente
continua, pobre, leve,
inapreciable, honda, delgadísimos, ay,
hasta la  transparencia, y más allá sin duda,

padres del orbe e hijos de la nada,

pues falta poco ya,
muy poco ya…!

2

SI NOSOTROS, DE PRONTO

Sí, no hay duda, parece que la vida no pasa,

que hoy es como ayer, como hace tantos años,

como entonces, como en la tarde de aquel día,

todo ha acontecido, es verdad, pero como en un sueño

profundo, a ratos amargo, indiferente a veces, acariciador,

melancólico, pero del que despertamos a la mañana siguiente

- - - / sin huella alguna de pesar,

hay una continuidad armoniosa, sin fisuras, igual que una

- - - / superficie lisa y brillante, como de porcelana, o bien como un hilo de música

cuya continuidad sin solución nos instala en un presente

- - - / paradójico.

El ayer se confunde con el mañana, es como un resplandor

extraño, en el que de pronto nos hallamos

desde hace mucho,

desde siempre, desde dentro de muchos años,

un resplandor cuya naturaleza es laberíntica.

Hay rayas enigmáticas, hay cuidados y sombras,

hay reflexiones, lloros, hay sueños.

Y si nosotros de pronto hablásemos y se nos respondiese,

si nosotros pudiésemos hablar al abrigo de los alcances del

- - - / lenguaje,

en la frontera misma de la indefinición,

al abrigo de la esperanza, desnudos de toda fe,

despojados de la razón,

entregándolo todo definitivamente,

toma, toma esta cinta, este fleco que aún me queda, esta leve

- - - / penumbra,

si pudiéramos, si nos fuera hacedero,

si lo entregásemos, si nos cupiese hacerlo,

tal vez, tal vez oyéramos,

tal vez nos fuera dado oír,

aplicando el oído un poco más, un poco más tan sólo

en la noche profunda donde todo se extingue,

donde no queda nada,

donde el silencio se extravía

donde yo, donde el mundo...


3

ESTEMOS TODOS QUIETOS (Cont.)

3

ESTEMOS TODOS QUIETOS

Todo, en efecto, parecía

inocente, tenaz. Nada se mueve,

es como una laguna

tranquila, donde ni aun un niño

arrojase una piedra, pensaba. No círculos concéntricos

qu8e nacen de otros círculos, no hay más que limpidez

inarrugable, presente siempre vivo,

inagotable eternidad.


¿Qué es esto,

de dónde viene este rumor, este leve chasquido

de una astilla tan sólo

en el fuego, o este otro crujido más leve aún, más misterioso

- - - / aún, casi inaudible,

incomprensible pero inteligible,,

de la vieja madera

de roble, melodía insinuada

de armario añoso o viga recia,

que interrumpen de pronto

su canto inmortal?


¿Qué es esto

que me incita a moverme? ¿ Por qué doy este paso

y este otro

más peligroso aún? ¿ Qué fuerza me ha impelido?

Detenedme. Escuchadme. Nadie se mueva,

estemos todos quietos,

pues así no podrán. Contengamos, por tanto,

esta gana de andar, de hacer cosas urgentes,

ir a ver a la abuela, a la vieja nodriza

que nos quería tanto

entonces, cuando niños.

Mover un dedo, sólo una ceja, un hombro,

decir una palabra, y ay de ti.

Paralicemos todo, el amor, la amistad,

el sueño, el río. Se hace preciso la quietud,

es arriesgado ir a comer,

dar una conferencia es peligroso,

limpiar la casa, hacer una comedia o unos versos

temeridad sería.


No puedo aconsejarte, mujer, ir a bordar:

por más que esté sentada hay una mano que se mueve

con no sé qué intención.

¿No ves esa montaña que en su genial reposo

pervive, y vive, y dura , y amanece?

No me empujéis vosotros

tampoco, a los que tanto quiero,

niños,

vosotros,

los que venís detrás

tan solapadamente,

disfrazados con nombres

bellos, amables, cariñosos,

hijos, no me empujéis,

no me obliguéis a andar,

a dar sólo un pasito ,

un pasito tan sólo, uno sólo no más,

como decís con tanto amor,

con tozudez tan dulce.

Anda,

papá, tan sólo un paso,

que hay poco sitio aún

para jugar

con el triciclo o a que éramos mayores,

generales en jefe,

toreros, bandoleros, asesinos o ricos.

Cosas grandes así.

Uno más, uno más,

sólo uno mas.


Y el crujido insistente,

entre dos sueños,

de un molino lejano,

tan cerca del silencio...


Omitimos RELOJ DE ARENA y UN VIVIR.


IX

DISQUISICIÓN SOBRE LA BELLEZA VISUAL

Omitimos EL ESCULTOR Y LA SILLA y LA BELLEZA HUMANA.

Continuaremos con DEFINICIÓN DE LA BELLEZA

IX

DISQUISICIÓN SOBRE LA BELLEZA VISUAL

...

...

DEFINICIÓN DE LA BELLEZA ( A Andrés Amorós)

I

BELLEZA, CAMINO

Si, la belleza es eternidad y trasciende por tanto

a la aparición de su meteoro, el instante

en que la nieve cae y el bosque resplandece

de blancura soñada, en el amanecer

dulcísimo. Trasciende el vasto espacio,

la soberana luz.

//////////////// Pues la belleza

es más un camino que un fin

y no se agota,

un sendero que seguimos, fuera de todo oriente, en una noche

- - - / oscura,

impulsados por una ansiedad, por un llamamiento,

por una voz que nos tartamudea y convoca

a una reunión imposible

en una hora de difícil

cálculo. Es imposible conocer

el sentido de la llamada, oir con nitidez los susurros de la

- - - / oscuridad.


II

LA PROMESA

Hay, en efecto, algo escarpado o arduo en la belleza,

un elemento de impropiedad, de confusión y niebla, un punto

- - - / de indefinición que se propaga en ondas suaves

hasta llegar desde el centro a las orillas del lago

en que hemos nacido y vamos a morir.


Alguien ha arrojado, no se sabe cómo, una piedra, y estamos allí

congregados, solemnes,

contemplando aquello que se extiende

sobre la lámina infinita, antes de que llegue a cesar.

Y lo que vemos es algo que nos alude y nos nombra,

más allá de los límites en que cabe saber,

perdida la noción de frontera, en la tierra de nadie.

Y balbucean entrecortadamente unas voces en las que

- - - / suponemos se esconde algún sentido

que no podemos descifrar ni se trata de eso,

pues la tarea ha terminado antes de que comience.


Allí mismo en la entrada estaba la salida

o tal lo parecía en el sopor del entresueño,

o entre entrar y salir no había una distancia muy precisa

cuando a la hora nona sonaron campanas conventuales

que llamaban al recogimiento. Y luego una música de suavidad

se esparcía poco a poco en el ámbito

como un olor santo que se alzaba en promesas

aladas, más allá o más acá de su cumplimiento,

innecesario, pues, en la sagrada hora. No la tierra de

- - - / promisión: la promesa era el fin que se prometía

y el resultado era la causa.


Omitimos : LA BELLEZA, MEDIODÍA DE PERPLEJIDAD y LOS TRES TRAMOS.


Continuaremos con TRES POEMAS SOBRE LOS SERES EN LA BELLEZA

¡Cómo iba a emocionarnos tanto la infinitud y belleza del mar, visto desde lo alto de un acantilado en una tarde que parece detenida en su plenitud, si no nos supiésemos deficientes, limitados, perecederos...! Qué duda cabe entonces de que el mar expresa, aparte de su enorme belleza y sus significaciones de claridad, los graves supuestos que las hacen posibles, esa oscuridad, ese sufrimiento...¿Qué hay, pues, en la belleza del mar, de un árbol, de un pie, de una columna? ¿Y qué ha ocurrido allí y en nosotros al verla? C.B.

I

RAÍZ DE LA BELLEZA ( Cont.)

1

RAÍZ DE LA BELLEZA

El dolor, los sudores de la agonía bajo los olivos

en el comienzo de la noche,

la traición al cantar el gallo,

la entrada en Jerusalén, sobre un asno, entre palmas,

el triunfo frente a la multitud,

el amor sin congoja y acongojado,

todo va penetrando, sin rencor, sin piedad, por una diminuta

- - - / rendija, por un levísimo resquicio, el ojo de la aguja;


va penetrando con dificultad, con ahínco, con necesidad,

se ha enhebrado por fin entera nuestra vida,

se puede ya coser, aunque la túnica carezca de costura,

se puede ya cantar, aunque no exista garganta, aunque no

- - - / exista lengua,


pues nuestro vivir, al entrar en el agujero,

se ha convertido de pronto en esta infinita caricia, en esta luz,

en este mediterráneo frescor,

en este verano que no termina,

en esta vacación interminable en que la belleza parece consistir.


en esta lámina azul en que ondula la maravilla,

en que la maravilla puede tener espumas,

en que se admiten hasta olas,

pero no hay en ellas vicisitud,

todo queda situado fuera de la sucesión, inmóvil más allá de

- - - / los cielos,

y, por consiguiente, tanto da de aquí, frente a nosotros, se

- - - / agite en ocasiones el temporal, azote la calígine,

se desencadene el arrasador viento del sur, cargado de

- - - / africanas arenas.


Todo está ( y nosotros también)

separado, único, inapelable,

lleno hasta los bordes, como cántaros de plenitud que, sin

- - - / moverse, van de Jerusalén a Betania,

rezumando su húmeda música o entonando el triunfo de su

- - - / permanencia,

ajenos al despertar y al dormir, y al engendrar y ser

- - - / engendrados,

ajenos al dolor en que nos amasamos y hacemos

ázimo pan para la cena última,

como en la cruz fue Pedro felíz, boca abajo, en la romana

- - - / noche,

tras la cobarde huida.


2

COMO CÁNTAROS ( Cont.)

2

COMO CÁNTAROS


¡Seres de majestad, ése, , aquél : cántaros!

¡Seres de luz allí! Plenos, y oímos.

Cántaros vivos, cántaros que cantan

tras de los montes y llanuras en que caminamos y descansamos

- - - / acaso después,

bajo un roble, sentados en una piedra,

mudos de fatiga, con sueño tras la penosa y pedregosa y

- - - / escarpada experiencia en el bochorno que no termina,

sin asomos de brisa en el implacable páramo tórrido..


Y cantan, no obstante, muy despiertos y oreados los

- - - / resplandecientes seres profundos,

que cantan como cántaros profundos

inagotablemente.

Cantan

y dicen, en el frescor del céfiro, la noticia de la salvación,

se transmiten cantando

la buena nueva, de boca en boca, de pared en pared,

de dicha en dicho,

en dicho que se dice cantando

como un canto inmortal.


Y la dicha inmortal sostiene el canto

y todo el cielo suena, y un ciclón de sonidos

con potestad sin ruina ensancha el mundo convertido en cielo,

sin el gusano que solía

agusanar el mundo, lleno de agujeros

como un barco que boga entre Lisboa y Nueva York,

y hace agua, cada vez más,

lejos de toda costa,

y aún navega y navega, muy hundido de popa,

en medio del océano,


sin ninguna esperanza...


3

EN EL OJO DEL HURACÁN , LOS SERES BELLOS ( Cont.)

3


EN EL OJO DEL HURACÁN, LOS SERES BELLOS


Situadas y quietas las criaturas de la plenitud, los tronos de la

- - - / inexplicabilidad, precisamente, pues, en el mismísimo

- - - / ojo del terrible huracán

que se lleva puertas, que se lleva ventanas,

camastros con agonizantes a medio sacramentar,

viandas a medio morir, carteros a medio entregar la carta de

- - - / amor que definitivamente nos daría la felicidad,

la silla donde a medias se sentaba la pobre abuela para coser

la caperuza del recién nacido, que vuela a medias también en

- - - / el viento,

el huracán que se lleva el amor y lo que resta del amor,

- - - / cartas papeles hojas

de música,

el coito de los enamorados en el momento supremo del orgasmo

- - - / y la luz, a cuyo resplandor, la pareja amorosa conocía

- - - / súbitamente en un sólo instante la totalidad de vivir,

el alfa y el omega,

el secreto profundo;


y todo ello pasaba

cuando empezaba a amanecer,

cuando sonaba el saxofón y se iniciaba el compás de la danza,

cuando cada cosa estaba en su sitio dispuesta para que se

- - - / levantase el telón,

cuando la boda se hallaba a punto de culminar, y el cura se

- - - / disponía a dar la bendición, el "ite misa est", y faltaba muy

- - - / poco para que se cumpliesen inexorablemente las

- - - / Escrituras,


entonces, como he dicho,

únicamente entonces,


el huracán lo arrebataba todo, el incomprensible huracán, y

- - - / sólo quedaba inmóvil su ojo lúcido y los seres de la Belleza

- - - / dentro de su quietud,


su ojo, tan poblado por la hermosura,


apartado, eminente, colmado en todo su ser, que a fuerza de

- - - / profundidad había ascendido hasta el sitio exacto en el

- - - / se redime la culpa,

el ojo de la reconciliación,

el ojo de la sapiencia y la suave serenidad,

donde cantaba intacto y quieto el mundo,

adorable y tan bello sin nosotros,

pretextos necesarios, no obstante, de su música.


X

METÁFORA DEL DESAFUERO (Cont.)

X

METÁFORA DEL DESAFUERO


EL CORRER DE LOS AÑOS Y EL CUMPLIR CIERTA EDAD ( Informe burocrático) A José Olivio Jiménez


A pequeños intervalos, pero no fue así siempre,

hay, en la vida , explosiones calculadas, o, mejor, puede

- - - / haberlas.

Terrorismo invisible diluido en el viento,

en la sensación placentera, bajo el olmo, en verano, de la brisa,

- - - / el aroma.

Cuando menos se piense, puede estallar en nuestras manos un

- - - / paquete postal, una caricia,

una acacia,una rosa, un brazo, un ojo.

Hay que decir, porque es de justicia, que al principio ocurrían

- - - / esos cálculos y explosiones sólo de tarde en tarde, cont.

Bien, pues aquí sigo para continuar.



Canto de la salvación
      (1993)


                                                                      Al pintor Pepe Lucas


Quinteto introductoria

                 
                        1
Desviándose de las palabras de la tribu




Al contemplar la muerte o el río,
inventar la palabra más clara
de cuanto se convierte en desvío
delicioso que no se prepara.

Dejar perder aquello que es todo
para ganar tan sólo una parte
de la mitad de un cuarto de un modo
especial de calificarte.

Dejar perder acaso la alada
vida al hallar palabra cimera
que nombra para siempre una nada:
una brisa que pasa ligera.


                   
                        2
Concierto de flauta o el rico del camello
   (concierto de flauta en que parecía expresarse,
          en síntesis, el sentido del mundo)


La respiración, sencilla,
se complica en ser y forma,
hasta que al fin se transforma
en una luz amarilla,
feliz, en que el dolor brilla.
Por el conducto delgado,
todo el orbe, adelgazado;
y, en él,  prodigio insistente,
aquel rico acamellado
pasa,
…….delicadamente.



                 
                          3
 
Poeta en un abordaje con el mar en calma
               
                 (Siglo XVI)


                                                    La vida, el mar, tumulto y honda seda
                                                     inmóvil.

                                                                                                                Cervantes


Guerreaste en mar sedoso,
te hiciste, te rehiciste,
te creciste en el acoso,
y, al luchar, te malheriste.

Y luego, ¿qué es lo que queda?
En la memoria cruel
del lector, el verso aquel
que hablaba de aquella seda…


(cont.)

4
Palabras vivas


Aquí
sopla la tramontana. No se siente
porque toma la forma de un acontecimiento
verbal: algo allí que nos nombra.
Y es que el verbo ha nacido y habita entre nosotros
con naturalidad: taller, viruta, escoplo,
martillo, sierra, clavo.
Barro en las manos del alfarero,
sencillas las palabras, las de todos los días,
incontroladas, rotas, dispersas en el lugar del naufragio,
destrozadas en el oleaje,
alzadas a persuasión, instaladas en la permanencia.

Palabras del gañán y de la preñada,
del rufián, del emperador, y del que forja la herradura.
Y las palabras de la blasfemia, en las que se
interrumpe el consuelo;
las sucias del prostíbulo, que en el desamor se pronuncian;
las del engaño vil, inesperadas, cogidos por sorpresa, como
la muerte hace;
las que susurra el enamorado, embebido, en la noche…

5
                  Escribiendo


                                                              A Eulalia Galvarriato


La mano en el papel. Intensamente.
Y ha empezado a brotar
algo encendido y dulce,
bien que es profundo el mundo, y nos aguarda,
densa e impenetrable,
aquella oscuridad, en donde, a tientas,
muy lentamente y peligrosamente,
con escala de soga, ya de romperse a punto,
bajamos, sin quererlo, a la honda mina,
la mina honda del vivir
sin sueño: vida, que, en todo instante,
es cual boca de lobo, ademán en la sombra…

Pero ahora es otro el mundo que surge aquí de pronto.
Es otra cosa
pues vive de otro modo. En la coexistencia
valiente de lo mucho, el conocer lo múltiple en un
….instante sólo
donde es supremo el gozo, la memoria se niega
y la imaginación
sombría es devorada
como en hoguera enorme. Y allí estamos.
Distintos, tan dichosos,
avivado el sentido, acorde el sueño,
enteramente en ella. Somos, sin duda, otros,
y hay purificación en las llamas
de la sabiduría
donde cantamos todos en coro universal, y hacemos nuestro
…el orbe.
La cosa se doblega
al ojo, entre relámpagos,
como en noviazgo ardiente,
cual ahora es el mundo.

El ayer no importa, y el dolor es feliz,
y todo ya ha pasado. Fue un mal sueño.
Y una mano materna
enjuga y acaricia nuestro rostro.
Duerme, mi pobre niño. Ve. Descansa.
Duerme.
La verdad no es aquélla. Es ésta. Vive.

EL CORRER DE LOS AÑOS Y EL CUMPLIR CIERTA EDAD... (cont.)


...siempre con puntualidad, con matemática exactitud,

pero casi únicamente estallaba, si acaso,

la mera posibilidad, el hueco del hecho, su vacía concavidad,

aunque perfectamente situada está en su lugar justo,

en su momento propio,

bien que a veces el conato de lo real ( sólo el conato)

entraba en acción y gemía

una voz en algún sitio, por algún tiempo, muy largo en ocasiones

- - - / - había entonces que taparse los oídos, los ojos-,

allá, en algún cuerpo humano preciso del que se necesitaba

- - - / una queja.

Organización no faltaba, ni imaginación constructiva:

un afán de sistema, una renuncia a la impropiedad y, por

- - - / tanto , a la improvisación y a la facilidad,

un conocimiento cirujano de la aguja y el hilo,

parecían regir todo aquello (¡ y qué bien queda siempre el

- - - / trabajo que las manos peritas realizan con verdadera gana,

- - - / aunando en el empeño el amor y el saber!).



La queja musitada, el desierto, la desolación. Todo eso

debía ponerse en movimiento. Las arenas

eran llevadas con suavidad por la ardiente brisa de agosto.

- - - / Las dunas

debían ondular un poquito más hacia adelante, el yermo

debía cubrir un territorio más amplio.

No era mucho lo que se pedía: sólo un ligero impulso, una

- - - / muestra

más bien de buena voluntad,

un avance sinuoso que fuese prácticamente imperceptible, o,

- - - / todo lo más,

no otra cosa que lo puramente indispensable. (cont.)

EL CORRER DE LOS AÑOS Y EL CUMPLIR CIERTA EDAD... (Cont.)


Sólo en una mínima proporción el tadio de los bosques, de los

- - - / herbazales,

había de reducirse,

había de mermar el consuelo.

No, no era mucho lo que se pedía: que se iniciase de inmediato,

- - - / pero entendiendo bien que sólo se trataba de un inicio,

la soledad.

Un proceso lento, sin prisa, con todas las horas por delante,

realizado con desahogo, "en plazos comodísimos"

- - - / - nada de presiones de urgencias-.

Había que organizar y estructurar , metódicamente, con acierto

- - - / y buen gusto ( y eso exige la calma),

el delicado sufrimiento, el fragilísimo abandono,

poniendo el máximo cuidado , sin deterioro alguno en la

- - - / preciada mercancía; y todo ello, por otra parte, con

- - - / buenos modales, con una suprema corrección,

con buena cara hacia el cliente, de razón siempre asistido, según

- - - / se sabe,

con el mayor respeto hacía él,

evitando el más mínimo roce, y, sobre todo, evitando el más

- - - / mínimo ruido en la propia gestión, el menor alarde,

la más pequeña ostentación: en fin, con verdadera modestia. cont.)

Ahora continuaré, mi querida Lluvia. Quería hacer este inciso para comentar algo. Si te fijas , el libro CANTO DE SALVACIÓN, lleva una dedicatoria general : "Al pintor Pepe Lucas". Como el libro es de 1993 ( al menos su fecha de edición) , Pepe , que hoy tiene 70 años, debía tener entre 48 y 49 años. Nació en mi pueblo CIEZA, EN NOVIEMBRE DE 1945. Pepe es hoy una figura cumbre de la pintura no sólo regional sino nacional. Una pintura que inicialmente no fue muy bien aceptada en los ambientes populares, y yo diría que en los especiales y críticos. Sin embargo a pepe, que pinta desde los 11 años, los premios y reconocimientos a sus obras le han llegado de multitud de sitios. En el resalta , sobre todo el color; pero también la poesía - y no ya en su vertiente metafórica ( cada dibujo, cada trazo, cada color... presentaría tantas definiciones como estados de ánimo de los espectadores ) en su concreción real ( es habitual ver en sus murales, columnas, cuadros ... estrofas de Alberti; Lorca; Hernández; Machado...). En Murcia hay distinguidas obras suyas que me hubiera gustado enseñaros. Y en Cieza, su pueblo y el mío -aunque haga tiempo que no vive allí - el PASEO es un inmenso mural con una serie de columnas ; y en cada una de esas columnas , como decía, sobre el fondo de su pintura, destaca una estrofa de un poeta. El mural se completa en el suelo de dicho PASEO. Bajo mi punto de vista está ya un poco deteriorado... Es de hace muchos años. Y el tiempo y sus inclemencias han influido en él.
En Mazarrón hay una cafetería famosa, en el FARO de El Puerto que se llama así: El FARO. ES PRECIOSA, SOBRE TODO POR LA NOCHE. Una serie de terrazas que bajan casi hasta la orilla de la Lonja del pescado. Y con unas vistas preciosas al mar. A la entrada un entrañable y bello mural de PEPE LUCAS, con unos versos de Antonio Machado.
No sé de cuando es la amistad de Pepe con Carlos Bousoño. Pero obviamente debía ser una relación intensa y sólida para que el segundo dedique a mi paisano un libro como CANTO DE SALVACIÓN.
Pepe, además , tiene un hijo ANTONIO LUCAS que ya no es una promesa sino una de las voces más destacadas de la poesía española : hace pocos años recibió precisamente uno de los premios más codiciados de nuestra poesía : EL PREMIO FUNDACIÓN LOWE, que tiene un jurado de un prestigio increible. Ha recibido también otros muchos premios. Y escribe de manera habitual en el periódico EL MUNDO..
Me he entretenido en esta anotación por curiosidad. Gracias.

EL CORRER DE LOS AÑOS Y EL CUMPLIR CIERTA EDAD ( Cont.)

Como se ve,

el sufrimiento, el abandono, de los que he hablado,

son realidades demasiado importantes y demasiado necesarias

en la buena configuración de una sociedad desarrollada,

para dejarlas en las burdas manos de los meros profesionales

- - - / del ramo,

siempre toscos y bárbaros a fuerza de especialización,

si se me permite, enderezado a nuestro propósito,

el uso del ingenioso tópico, tan frecuente hoy

( y tan renovadamente admirable),

en las plumas de kos mejores y más agudos comentaristas

- - - / políticos.

No, aquí había que poner, no sólo conocimiento y destreza,

sino también tacto, un tacto, por supuesto, sumo,

y para ello se requería una sensibilidad refinada,

tener "alma de artista", la capacidad de conmoverse a fondo,

para, además, poder así aislar luego, pasados los años,

con más tino,

aquello que puede alterar, dentro de la mayor economía de

- - - / medios y de los resultados más patentes,

los laberintos y recovecos del dolor,

su meditada gracia, sus ondulaciones y ladeamientos,

sus súbitos cambios sin dejación del rumbo,

pues el dolor humano exige, como todas las cosas que buscan

- - - / la perfección,

una forma impecable, indispensable siempre en estas cuestiones

y, por tanto, se necesita

el riguroso cumplimiento de ciertas reglas y unidades. El dolor,

ya se sabe, es en esto, por naturaleza, neoclásico,

o debe serlo,

y conviene a su índole que jamás se produzca

una solución de la continuidad

que desvirtuaría o rebajaría la eficacia. Pero al mismo tiempo,

hay que hacer lo posible para que todo esto

no impida la maravillosa fantasía, el desencadenamiento de la

- - - / libertad

y hasta la utilización del disparate como forma expresiva,

las asociaciones, aparentemente absurdas, con otros modos de

- - - / castigo,

eso que muy impropiamente, podríamos llamar, sólo para en-

- - - / tendernos,

"la escritura automática del hecho cruel",

pues la rutina le haría perder esplendor, insensibilizando al

- - - / paciente; la sorpresa, en todo caso se hacía así

- - - / indispensable. ( Cont.)

EL CORRER DE LOS AÑOS Y EL CUMPLIR CIERTA EDAD ( Cont.)

Y es que, evidentemente, resulta siempre aconsejable

alentar la capacidad de ensanche del dolor

hacia zonas de mayor interés, a poder ser nunca frecuentadas,

pues, sin duda, muy útil el evitar aquí toda vulgaridad,

procediendo en todo caso con una exquisitez compatible con la

- - - / firmeza.

Pero estas reflexiones o desahogos me han alejado

- - - / considerablemente de nuestro relato, adelantando, en parte,

lo que pertenece al futuro,

a fin de hacer ver la dificultad de la tarea que  se impone al que

- - - / de veras se ocupa con verdadera maestría de estas cosas

y la causa de que, en un principio,

no hubiese prisa alguna en acelerar el proceso al que nos

- - - / referimos,

ni aun en manifestarlo como tal.

Existía, además, otra razón para ello:

la resistencia del paciente.

Había que acostumbrarlo, que amansarlo,

había, en largas temporadas, que mimarlo, animarlo,

hacer como que se le quería,

sumergirlo, si fuese preciso durante años, en eso que desde

- - - / Dowson se ha llamado, con indiscutible personalidad,

- - - / "un tiempo de vino y rosas",

para que luego no opusiese resistencia excesiva,

y pudiese aguantar la intensificación, parsimoniosa, pero sin

- - - / pausa,

de aquel terrorismo que al principio estaba tan lleno de

- - - / platónica idealidad

- casi aire, fragancia, delgadez, transparencia-,

aquel terrorismo puramente teórico y numeral

que al comienzo de esta reflexiones describí, implÍcitamente,

- - - / como propio de la segunda juventud y aun de la madurez

- - - / del sujeto. ( Cont.)

¡Caramba! Y agradezco muchísimo esa anotación que dejas, sobre todo porque sí, ví que, Canto de Salvación estaba dedicado al pintor Pepe Lucas, pero ahora sé, por qué y quién era realmente.
Como ya sabes de mi ignorancia no te extrañará, claro que, ahora sé bastante más, por lo tanto.
¡GRACIASSS!

Un beso y, sigo

Canto de la salvación


El canto





En el poema, un acento, una coma, una vocal,
un mero espacio en blanco pueden ser deci-
sivos.

……………………………………….C.B.




¿ Y cómo empezó todo?
La alta alquimia, el matraz, el alambique,
y la retorta, la sabiduría.
El papel y la pluma. El oro, aquí.
Una palabra herida en su misma mitad, aquella sílaba
que tiembla infinitamente colgante,
como una gota a punto de caer,
humanamente casi,
sobre la propia imposibilidad, el propio abismo,

comienza, sin embargo, a dar de sí,
se sobrepasa incalculablemente,
alcanza a abrirse
a espacios, cielos, mitos,
y luego ese sonido tan fecundo
aún se dispersa y se repite
en ecos y ecos que se pulverizan,
inaprensibles, más allá del oído, extraviándose,
entre irisada niebla…




Y se asemeja
finalmente entonces aquello
a una pululación incesante de extrañas bacterias hacendosas
y pulcras,
cuya característica principal, en grave aberración de su
naturaleza,
residiese en llevar, con una actividad sin fatiga,
de un sitio a otro, mucho, mucho más adecuado,
partículas infinitamente pequeñas,
meros puntos de luz,
prácticamente inextensos, y, por supuesto, ajenos por completo
…a la capacidad de nuestra mirada,
pero cuyo conjunto despide una evidente claridad, y además
intensísima,
que da la vista al ciego y hasta abrigo al desnudo,
y a ese conjunto, organizado así, con tanta laboriosidad
y meticulosa paciencia denominamos Belleza o Arte, de los
…cuales sólo sabemos que, en algún sitio,
el creciente bullir de bacterias,
esa rara epidemia, esa epidemia insólita, esa epidemia
…de hermosura en donde impera ante todo la perversión, la
…misericordia,
ha podido encender alguna vez una hoguera y otorgar un hogar
….al menesteroso…

EL CORRER DE LOS AÑOS Y EL CUMPLIR CIERTA EDAD ( Cont.)

Un terrorismo que parecía casual

- sucesos que no llegaban a serlo o, en todo caso, hechos

- - - / asistemáticos y sin importancia-.

Pero aquella lentitud con que se procedía al principio, aquella

- - - / cortesía casi amanerada y como propia de otras épocas,

aquellas suavidades, resbalamientos y ocultaciones,

llegó un momento en que cesaron.

Ahora la cosa, en efecto, se hacía más seria, más cejijunta y

- - - / grave, más compleja.

Se ampliaba el negocio, había sucursales en todas partes,

se creaban empleos, los parados podían ya comer,

y las explosiones pasaban de la posibilidad a la actualidad, al

- - - / acto, como decía, en sus mejores tiempos, sonriendo,

. . . / Aristóteles, cont.

EL CORRER DE LOS AÑOS Y EL CUMPLIR CIERTA EDAD ( Cont.)

Un terrorismo que parecía casual

- sucesos que no llegaban a serlo o, en todo caso, hechos

- - - / asistemáticos y sin importancia-.

Pero aquella lentitud con que se procedía al principio, aquella

- - - / cortesía casi amanerada y como propia de otras épocas,

aquellas suavidades, resbalamientos y ocultaciones,

llegó un momento en que cesaron.

Ahora la cosa, en efecto, se hacía más seria, más cejijunta y

- - - / grave, más compleja.

Se ampliaba el negocio, había sucursales en todas partes,

se creaban empleos, los parados podían ya comer,

y las explosiones pasaban de la posibilidad a la actualidad, al

- - - / acto, como decía, en sus mejores tiempos, sonriendo,

. . . /   Aristóteles,

y repetía, con frecuencia quizá demasiado insistente,

Santo Tomás. ( ¡Qué santos aquellos,

diríamos que ya no los hay

así de grandes, que piensen con tanta hondura y con prosa

- - - / tan excelente!) Cont.

EL CORRER DE LOS AÑOS Y EL CUMPLIR CIERTA EDAD (Cont.)

Bueno, como os decía, aquello, que empezó siendo muy poca

- - - / cosa,

ahora era mucho mayor, muchísimo mayor,

se hizo desaparecer, con esto, el desempleo en todo el

- - - / inmenso país,

la eficacia se había centuplicado porque mucha más gente se ocupaba de ella.

Era ahora difícil, digamos, coger una rosa sin exponerse a lo

- - - / peor,

de manera que el jardinero

entró definitivamente en rigurosa taciturnidad.

Y así estamos ahora, sin saber qué hacer,

qué flor elegir, y en qué instante,

qué bellísimo clavel colocarnos en el ojal para la fiesta del

- - - / domingo,

sin atrevernos a mover una ceja o modificar ligeramente el

- - - / enfoque de la mirada.

Y así es como hemos quedado

- pensativos, dudosos-

igual que en la fotografía que nos sacasteis

los que llegabais después, tan decididos, tan alegres,

- - - / a reemplazarnos;

hemos quedado así,

inmóviles, sin alargar la mano, tan cercanas las flores

tan deseables y olorosas,

mudos, fijos en el papel:

verdaderamente estampados.

Una apariencia sólo,

en lo plano y lo gris. Una apariencia

por siempre,

ay,

que tan perfectamente imitaba a la vida. (Fin del poema EL CORRER DE LOS AÑOS Y EL CUMPLIR CIERTA EDAD.)


Omitimos LA ENCERRONA.

Canto de la salvación

(Canto)








La llamarada impresa fue primero
la noche negra, dura.
Escala sin salida
a ningún mundo, cueva irrefutable,
la vasta oscuridad.
Y en ese sitio, en el negado espacio,
de tanta cerrazón como locura,
surge la libertad. Un hacer lento
nos obliga a ser libres,
a despojarnos, sernos
en la renunciación. Tan sólo la minucia,
lo invisible,
puede importar ahora.
Estamos viendo
al dejar de ver.



IV


Lo microscópico, lo que se desprecia
es lo que ahora vale, lo que es.
Y todo un mundo nuevo nos seduce:
el señorío de la levedad.
La dignidad enorme
de lo imperceptible.
¡Qué gran sensualidad, qué gran amor!


V

Y fue allí, en el limitado espacio donde se mueven eficacias
….de tan inverosímil pequeñez,
el sitio en que el poeta se aplica con esmero al trabajo de la
….extrema miniaturización,
la menudísima taracea y el ajuste exquisito,
en el rompecabezas,
de cada una de las invisibilidades,
el alto prestigio de laborar con lo que no es,
hacer entrar en un poro la delgadez de un hilo inexis-
….tente,
y volverlo a sacar sin deterioro, e incluso enriquecido
con un hallazgo inverosímil que se sostiene por sí mismo,
sin la vileza de ser y de servir.

¡Y hay como una revolución de poderes, un traslado de aciertos,
el continuo trasiego, rebullir de esas nadas,
absolución y dicha que se contagia y crece,
entre rachas de viento y violentas espumas,
y el olvido del mundo en la vida sin fin!

DESENLACE


Hacer de pronto el ademán,

en el reino de lo imposible,

de forzar como un huracán,

la puerta de lo imprescriptible.



Romper sello, saltar cerrojos,

destrozar paredes, ventanas,

los sinceros ponientes rojos,

y las hipócritas mañanas.



Asaltar los muros y almenas.

Detener planetas y normas.

Invertir vientos y condenas.

Todas las leyes y las formas.


Volver del revés cuanto es.

Hasta el polvo de nuestro pies.

Lo que ves y lo que no ves.

Puesto que uno no son tres,

volverlo todo del revés.


EL TEJEDOR (A Francisco Brines) Cont.

Tengo la impresión de que no voy a tener tiempo para pasar este poema, de CARLOS BOUSOÑO, completo; pero su belleza es de una magnitud tal que no me resisto a la idea de comenzarlo. Ya veremos.


EL TEJEDOR ( A Francisco Brines )


En el portal de mi casa, quieto, veo sin gozo

pasar el cadáver de mi enemigo,

y también el de mi amigo, juntos, inseparables, una misma

- - - / cosa los dos,

la misma que fueron siempre, y sólo los féretros una distinta

- - - / realidad.

Miro, y sigo tejiendo con hilo fuerte la pieza de mi sudario.

Primero, un hilván provisorio y luego los pliegues definitivos.

Hay que envolver con dignidad la cabeza,

pero también el cuerpo que en el lecho se estremeció, y tuvo

- - - / deleite y extrajo con esfuerzo aceite y mirra de las rocas

- - - / del mundo.

Y, después,

es preciso tejer con cuidado

el sitio donde han de colocarse los pies que se extendieron

- - - / hasta el fin,

como en busca de algo que no llegó nunca, y que nunca

- - - / pudiera haber llegado, y han de quedar por ello

quietos y estirados por siempre,

un navío que se pierde interminablemente en el mar. Cont.

EL TEJEDOR (A Francisco Brines) Cont.


Humilde el tejedor, sin duda , aunque concienzudo en su

- - - / menester.

Una puntada, y resplandece el día, y soy joven como la luz

que cae sobre un prado al amanecer, ya sin escarcha,

y hay amor para mí en las avenidas de tilos, y suena el mar,

- - - / que brama acometiendo con cólera

la roca de los acantilados.

Otra puntada, y debajo de una escalera hago el amor

- - - / furtivamente, pero resplandece mi corazón.

Y otra puntada, y traiciono con ella mi ser, falsificando hasta

- - - / el fondo su íntima trama,

destruyéndola muy a conciencia hasta en sus más pequeños

- - - / detalles, aunque la puntada sea firme y el cosido resulte

- - - / resistente, "una obra verdaderamente bien hecha".

¿Por qué me apresuro tanto en este afán de rematar el cometido?

La mano del menestral es muy rauda en el entramado, y su

- - - / rapidez suscita curiosamente la calma de un infinito

- - - / atardecer,

y un águila lenta y majestuosa casi se detiene en el viento,

parado también, como nuestro bienestar y su profunda razón

- - - / de existir

en esta tarde interminable y su sueño. ¿Qué es esto

que nos ilumina y nos llena

haciendo rebosar todo cántaro. Los toneles

de vino añejo esperan en la bodega con pesada sabiduría

la mano del perito que sepa

hacer constar el vino con justeza en el vaso del regocijo. Una

- - - / fiesta

de plenitud que sin embargo se expande

sin fin . Y aquí estamos. ( cont.)