Aires de Libertad

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    Günter Grass (1927-2015)

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    Günter Grass (1927-2015) Empty Günter Grass (1927-2015)

    Mensaje por Pedro Casas Serra Lun 04 Sep 2023, 04:26

    .


    Günter Grass (1927-2015) (Ciudad libre de Dánzig, actual Polonia, 16 de octubre de 1927-Lübeck, Alemania, 13 de abril de 2015)1​ fue un escritor y artista alemán, galardonado con el Premio Nobel de Literatura y el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, en 1999.

    Trayectoria

    Hijo de Wilhelm Grass (1899-1979), un protestante pomerano-alemán, y de Helene Magdalena Grass (nacida Knoff, 1898-1954), una católica de origen casubo-polaco, el futuro escritor creció como católico. Sus padres tenían una bodega junto a un pequeño apartamento de dos habitaciones en Danzig-Langfuhr (hoy Gdańsk-Wrzeszcz, Polonia). Tuvo tres hermanos: Ella, Friedrich y Alfred. Estudió dibujo y escultura de 1948 a 1956.2​

    En 1954 contrajo matrimonio con Anna Schwarz, de la que tuvo tres hijos y una hija. Divorciado en 1978, al año siguiente se casó con Ute Grunert, hasta su muerte.​ Tuvo además dos hijas de otras relaciones.​

    Ha sido un escritor capital en la vida literaria y civil tras la Segunda Guerra, en Alemania y en Europa. Y ha escrito de muy diversos modos sobre la historia de su país de mediados del siglo XX, ya con tres novelas iniciales: El tambor de hojalata (1959), El gato y el ratón (1961) y Años de perro (1963).

    Tuvo notable participación en el Grupo 47 de escritores alemanes, que se reunía dos veces al año: era un colectivo de jóvenes autores, luego destacadísimos, que leían fragmentos inéditos y se enfrentaban a la crítica de sus colegas (los organizadores enviaban tarjetas cíclicamente a personas muy dispares, ajenas al grupo). Estas reuniones del Grupo 47 dieron voz, incluso finalmente en Europa, a una nueva generación de escritores.

    Por otra parte, Günter Grass tuvo una activa participación política en toda su vida. Criticó con dureza la represión de obreros en la Alemania del Este (RDA) a comienzos de los años 1950 (Los plebeyos ensayan la revolución). De hecho se mantuvo siempre muy cercano al partido socialdemócrata y ayudó entre otros a Willy Brandt en sus campañas (como puede leerse en Diario de un caracol), que fue decisivo para el cambio alemán. En 1990, su breve ensayo sobre los campos, Escribir después de Auschwitz, fue muy comentado. Además se opuso, tras la caída del Muro, a una reunificación apresurada e invasiva con la antigua RDA (Alemania: una unificación insensata).

    Una polémica

    Es posible que por todo ello, antes y después de recibir el Premio Nobel de literatura en 1999, haya sido atacado de diversas maneras, e incluso que una vez decidiese irse de Alemania (pasó casi un año en la India).

    Fue especialmente polémico el pasaje de su vida que relató en su autobiografía de 2007, Pelando la cebolla, en donde cuenta su infancia, su vida como soldado, sus inicios como escritor y su relación con el papa Benedicto XVI, quien asimismo fue prisionero de guerra en Bad Aibling (Baviera). Y esta obra difundió otra pretendida novedad, avanzada por el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ):​ que a los 17 años perteneció a las Waffen-SS, esto es, que se contaba entre los soldados, casi un millón, que reclutaron al final las SS (Schutzstaffel o «Cuerpo de Protección»). Se sabía sólo que en 1944 estuvo unos meses en el ejército como auxiliar de artillería y que sirvió en la milicia, pero no que los batallones organizados para la guerra por los nazis lo hubiesen reclutado como soldado, aún en edad escolar. El 8 de mayo de 1945 fue herido y capturado en Marienbad,​ permaneciendo un tiempo hospitalizado y otro como prisionero de guerra.​

    Grass señaló que su ingreso en las Waffen-SS no fue premeditado, ya que se había presentado voluntario para servir en submarinos, siendo destinado a Dresde,​ donde sirvió en la 10.ª División Panzer SS Frundsberg. Grass solo sirvió en esa unidad unos meses, cuando tenía 17 años, por lo que ha sido defendido por Volker Schlöndorff, Salman Rushdie, su traductor Miguel Sáenz o Mario Vargas Llosa, entre muchos otros.​

    Es más, Klaus Wagenbach escribió​ que ese hecho ya se lo había contado el autor en 1963 para hacer una monografía sobre él, y transcribe ahí las notas correspondientes que tomó. Lo había declarado Grass sin tapujos, dice Wagenbach, pero al FAZ le interesaba en 2007 un titular: «No sólo hay demasiados reaccionarios en el mundo, sino también demasiados parricidas», añadía ese especialista en Kafka al respecto. Eso no impide, según una entrevista con él por Juan Cruz,​ que el propio Grass valore críticamente —y lamente— lo que significó esa «seducción» del poder en los muchachos de su generación.

    Obra

    Llamó poderosamente la atención su extensa novela El tambor de hojalata, de 1959, sobre la Alemania de su infancia y asimismo Años de perro de 1963. Desde entonces se convirtió en una de las voces narrativas más conocidas de su país por su tono ácido e implacable sobre el pasado inmediato.

    En 1968 publicó en Berlín una colección de relatos cortos, Historias (Geschichten), bajo el pseudónimo de "Artur Knoff", utilizando el apellido de su madre.​

    Escribió luego El rodaballo (1977), novela que recoge sus saberes culinarios; un breve y denso Encuentro en Telgte (1981), sobre los escritores alemanes del barroco. Luego La Ratesa (1986) y tres libros sobre la historia de su país, que han tenido mucha resonancia: Es cuento largo (1996), sobre la caída del muro de Berlín, Mi siglo (1999), que va año a año por el siglo XX (y fue publicada en el año de su Nobel), y A paso de cangrejo (2002), pues "es necesario retroceder para avanzar, como los cangrejos", según dice Grass. En esta novela, A paso de cangrejo, recuerda el destino de millones de alemanes que fueron víctimas de la Segunda Guerra Mundial. La pieza central del libro es el hundimiento del barco KS Wilhelm Gustloff, el 30 de enero de 1945, con miles de refugiados de la Prusia Oriental a bordo; muchos de ellos, niños. Como en Alemania es un tema monopolizado por las poderosas asociaciones de refugiados de la Prusia Oriental, de corte conservador, Grass corría el riesgo de verse adscrito a una ideología que no era la suya. Por eso en su novela va contraponiendo el tema de la muerte de miles de refugiados alemanes con el destino fatal de un joven de la ultraderecha (neonazi). Partiendo de esa tragedia, hace igualmente un recorrido por otras de las sufridas por la población alemana, que apenas se estudian en los libros de texto del país.

    Aparte, realizó obras de ilustración, como en Der Schatten (La sombra. Los cuentos de H. C. Andersen vistos por G. Grass), por la que obtuvo el premio Hans Christian Andersen de ilustración en 2005. También ha editado libros con sus dibujos. En 2006, presentó una exposición con esculturas y dibujos en Görlitz.​ En ocasión de su fallecimiento, el diario El País publicó algunos de sus dibujos y acuarelas, varios de los cuales tienen la particularidad de incluir textos explicativos del autor. Destaca especialmente su autorretrato.​

    Los principales traductores de las obras de Grass al castellano han sido Carlos Gerhard Otterwälder, muerto en México en 1976,15​ y Miguel Sáenz (este último la ha hecho en contacto con el autor).

    En enero de 2014 Grass declaró que no escribiría más novelas, debido a que a su avanzada edad le era imposible planificar el tiempo que le lleva hacerlo. Su abandono de la narrativa no significó, sin embargo, el retiro definitivo, ya que siguió cultivando la poesía y el dibujo.​

    El 14 de abril de 2015, el diario El País publicó la última entrevista de Grass, realizada por el periodista Juan Cruz el 21 de marzo anterior, y que estaba todavía inédita: "Günter Grass: “El dolor es la principal causa que me hace trabajar y crear”.

    (Sacado de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] )


    *


    Algunos poemas de Gunter Grass:


    De Las ventajas de las gallinas de viento (1956):


    BANDERA POLACA

    Muchas cerezas que, de esta sangre,
    en la protesta se hacen claras
    y persuaden al lecho, convirtiéndolo en funda roja.

    La primera helada cuenta remolachas, estanques ciegos,
    fuego de plantas de patata en el horizonte
    y también hombres semienvueltos en humo.

    Los días se encogen, las manzanas sobre el armario,
    la libertad se heló, ahora arde en los hornos,
    cuece la papilla de los niños y pinta los nudillos de rojo.

    En la nieve de los pañuelos de cabeza en la fiesta,
    el corazón de Pilsudski, el quinto casco del caballo,
    golpeó en el granero, hasta que llegó el starost.

    La bandera sangra sin dibujo,
    y así vino el invierno, su paso
    encontrará Varsovia tras los lobos.



    EL UNDÉCIMO DEDO

    ¿Dónde estará mi undécimo dedo?
    Mi dedo undécimo y especial
    nunca se reía,
    nunca se ponía el guante, de noche,
    por el color.
    Ordeñaba la cabra.
    Ordeñaba la cabra,
    llevaba la cabra al reloj
    y la cabra bajaba la cabeza.
    Sabía bajar la cabeza, sabía leer el reloj,
    lamía al reloj la planta de los pies,
    hasta que el reloj se reía, se reía,
    perdía todos sus minutos
    y lo confesaba todo, hasta sus detenciones.
    Ahora se veía ya a lo lejos el oro,
    el dedo veía muy lejos ya el oro,
    seducía a joyeros,
    a novias ante el altar.
    Llave era, sello, silencio…
    A menudo yo me chupaba el undécimo dedo,
    aunque él nunca dormía,
    aunque él nunca dormía.

    ¿Qué puedo señalar ahora?
    ¿Qué puedo señalar ahora,
    hoy, si mis dos manos acortadas
    sólo sirven ya para tocar
    hierro como carne, carne, un yunque…
    o se acuclillan de noche como cuervos abrumados,
    sobre una piedra del campo,
    son ocho, nueve, diez, nunca once.
    Nunca son once.



    ESTADIO DE NOCHE

    Lentamente ascendió el balón en el cielo.
    Entonces se vio que estaba lleno el graderío.
    En la portería estaba el poeta solitario,
    pero el arbitro pitó fuera de juego.




    De Triángulo de vías (1960):


    GLEISDREICK (TRIÁNGULO DE VÍAS)

    Las asistentas van del Este al Oeste.
    No hombre, quédate aquí, qué se te ha perdido allá;
    vete allá, hombre, que se te ha perdido aquí.

    Gleisdreieck, donde con glándulas ardientes
    la araña que tiende las vías
    tiene su guarida y las vías tiende.

    Por el puente va hasta el otro lado sin costura
    clavándose a sí misma los remaches,
    cuando los que caen en su red aflojan los remaches.

    Vamos a menudo y se lo enseñamos a los amigos,
    esto es Gleisdreieck, nos bajamos
    y contamos las vías con los dedos.

    Las agujas atraen, las asistentas pasan,
    la luz de cola me mira, pero la araña
    caza moscas y deja pasar a las asistentas.

    Miramos devotos la glándula
    y leemos lo que la glándula escribe:
    Gleisdreieck, Está usted dejando

    Gleisdreieck y el Sector Occidental.



    EN EL  HUEVO

    Vivimos en un huevo.
    Hemos cubierto su interior
    de dibujos obscenos
    y garrapateado los nombres de nuestros enemigos.
    Nos están incubando.

    Quienquiera que nos incube
    incuba también nuestro lápiz.
    Cuando rompamos la cáscara un día
    nos haremos una idea
    enseguida de quien nos incuba.

    Suponemos que nos incuban.
    Nos imaginamos un ave bonachona
    y escribimos trabajos escolares
    sobre colores y raza
    de la gallina que nos incuba.

    ¿Cuándo romperemos la cáscara?
    Nuestros profetas del interior del huevo
    discuten, por un sueldo medianejo,
    sobre el período de incubación.
    Suponen un día X.

    Por aburrimiento y necesidad auténtica
    hemos inventado las incubadoras.
    Nos preocupa mucho nuestra descendencia en el huevo.
    Con gusto recomendaríamos nuestra patente
    a quien nos guarda.

    Tenemos un techo sobre nuestras cabezas.
    Pollitos seniles,
    embriones que saben idiomas,
    hablan el día entero
    y todavía discuten sus sueños.
    ¿Y si no nos incubaran?
    ¿Si nunca se hiciera un agujero en esta cáscara?
    ¿Si nuestro horizonte fuera sólo el horizonte
    de nuestros garabatos y no dejara de serlo?
    Confiamos en que nos incuban.

    Aunque si hablamos sólo de incubaciones
    hay que temer también que alguien,
    fuera de nuestra cáscara, sienta hambre
    y nos eche a la sartén, sazonándonos con sal...
    ¿Qué haremos entonces, mis hermanos de dentro del huevo?



    NORMANDÍA

    Los búnkeres de la playa
    no pueden deshacerse de su hormigón.
    A veces llega un general semidifunto
    y acaricia las troneras.
    O bien los pueblan turistas
    por cinco atormentados minutos.
    Viento, arena, papel y orina:
    la invasión no cesa.



    LA BATALLA NAVAL

    Un portaaviones americano
    y una catedral gótica
    se hunden
    mutuamente
    en medio del Pacífico.
    Hasta el final
    el curita joven tocaba el órgano...
    Ahora el aire está lleno de ángeles y aviones
    que no pueden aterrizar.



    DIANA O LOS OBJETOS

    Cuando alarga la mano derecha
    sobre el hombro derecho buscando la aljaba,
    adelanta la pierna izquierda.

    Cuando me hirió,
    su objeto me hirió en el alma
    que es para ella un objeto.

    En su mayoría son objetos en reposo
    contra los que, los lunes,
    me golpeo la rodilla.

    Ella en cambio, con su permiso de caza,
    sólo se deja fotografiar corriendo
    y rodeada de perros.

    Cuando dice que sí y acierta,
    acierta a los objetos de la Naturaleza,
    pero también a los disecados.

    Siempre me he negado
    a dejar que una idea sin sombra
    hiriera mi cuerpo que arroja su sombra.

    Tú, sin embargo, Diana,
    con tu arco,
    eres para mí objetiva y responsable.





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    Günter Grass (1927-2015) Empty Re: Günter Grass (1927-2015)

    Mensaje por Pedro Casas Serra Lun 04 Sep 2023, 11:26

    .


    De Interrogado (1967):


    ENTRE ANCIANOS

    Cómo, a los noventa, mienten todavía
    ....y aplazan su fallecimiento
    ........hasta que se convierte en leyenda.

    En las manos moteadas
    ....de ancianos madrugadores
    ........fue depositado el mundo.

    El Poder, muchas veces plegado,
    ....y los pliegues de una piel vieja
    ........desprecian lo terso.

    Nosotros, entre ancianos,
    ....nos mordemos las uñas a ras
    ........y no sabemos crecer.

    Duros, sabios y bondadosos,
    ....ellos perduran, ascéticos,
    ........y pronto nos sobrevivirán



    MI GRAN SÍ CONSTRUYE FRASES CON UN
    PEQUEÑO NO

    Matrimonio

    Tenemos niños, eso hace dos.
    Casi siempre vamos a cines distintos.
    De que nos vamos separando hablan nuestros amigos.
    ....Pero tus intereses y mis intereses
    ....coinciden aún
    ....en los mismos puntos.
    ....No es sólo preguntar por los gemelos de puño.
    ....También pequeñas atenciones como:
    ....Tenme el espejo.
    ....Cambiar bombillas.
    ....Recoger algo.
    ....O conversaciones hasta que todo ha sido conversado.
    Dos emisoras que, a veces,
    reciben al mismo tiempo.
    ¿Debería apagarme yo?
    ....El agotamiento simula armonía.
    ....¿Qué nos debemos? Eso.
    ....No me gustan: tus pelos en el retrete.
    Pero después de once años nos lo pasamos bien todavía.
    Ser una misma carne a pesar de estos precios fluctuantes.
    Pensamos ahorrativamente en calderilla.
    En la oscuridad me lo crees todo.
    Deshacer y tejer de nuevo.
    Precaución dilatada.
    Dar las gracias.
    ....Domínate.
    ....Tu césped ante nuestra casa.
    ....Ahora estás siendo otra vez irónico.
    ....Pues ríete.
    ....Lárgate si puedes.
    ....Nuestro odio es incombustible.
    Pero a veces, distraídos, somos cariñosos.
    Hay que firmar
    las notas de colegio de los niños.
    ....Nos deducimos mutuamente de los impuestos.
    ....Hasta pasado mañana hay tiempo.
    ....Tú. Sí, tú. No fumes tanto.



    CÓLERA, DISGUSTO, RABIA

    Impotencia

    Leemos napalm y nos imaginamos el napalm.
    Como no podemos imaginarnos el napalm,
    leemos sobre el napalm hasta que
    podemos imaginarnos más cosas al leer napalm.
    Entonces protestamos contra el napalm.
    ....Después de desayunar, silenciosos,
    ....vemos en fotos lo que el napalm puede hacer.
    ....Nos mostramos tramas burdas
    ....y nos decimos: mira, napalm.
    Eso hacen con el napalm.
    Pronto habrá libros ilustrados a buen precio,
    con mejores fotografías
    en las que se verá con más claridad
    lo que puede hacer el napalm.
    Nos mordemos las uñas y escribimos protestas.
    ....Pero, según leemos,
    ....hay cosas peores que el napalm.
    ....Rápidamente protestamos contra cosas peores.
    ....Nuestras justificadas protestas, que en todo momento se nos permite
    ....redactar plegar franquear, quedan registradas.
    La impotencia, ensayada contra fachadas de caucho.
    La impotencia en discos: canciones impotentes.
    Sin Poder y con guitarra…
    Pero, bien entramado y tranquilo,
    el Poder se sale con la suya.


    Hacer lo que sea


    No podemos mirar sólo.
    Aunque no podamos evitar nada,
    tenemos que pronunciarnos.
    (Haz algo. Haz algo.
    Lo que sea. Haz algo).
    Cólera, disgusto y rabia buscan sus objetivos.
    La cólera se llama justa.
    Pronto se habló de disgusto diario.
    La rabia cayó en la impotencia: rabia impotente.
    Hablo del poema de protesta
    y contra el poema de protesta.
    (Una vez vi reclutas jurando bandera
    con los dedos cruzados para que no valiera).
    Impotente protesto contra las protestas impotentes.
    Se trata de marchas de Pascua, del Silencio y de la Paz.
    Se trata de cien nombres buenos
    bajo siete frases ciertas.
    Se trata de guitarras y demás
    instrumentos de protesta que fomentan el negocio del disco.
    Hablo de la espada de madera y del colmillo que falta
    al poema de protesta.

    Lo mismo que el acero, la poesía tiene su coyuntura.
    El rearme abre mercados para los poemas antibélicos.
    Los costos de producción son bajos.
    Tómese un octavo de cólera justa,
    dos octavos de disgusto diario
    y cinco octavos, para que predomine, de rabia impotente.
    Porque sentimientos medios contra la guerra
    se consiguen baratos
    y ya desde Troya son invendibles.
    (Haz algo. Haz algo.
    Lo que sea. Haz algo).
    Se desahoga uno: evaporada ya la justa cólera.
    El pequeño disgusto diario hace silbar la válvula.
    La cólera impotente se descarga, llena un globo
    que sube y sube, se hace más y más pequeño, y desaparece.
    ¿Son los poemas ejercicios respiratorios?
    Si cumplen esa función —y, prosaico como mi abuelo,
    me pregunto qué función cumplen—
    entonces la poesía es terapia.
    ¿Es un arma el poema?
    Algunos, sobrearmados, apenas pueden andar.
    Tienen que usar como vehículo
    su malestar por las circunstancias:
    llegan a su destino, llegan a su destino:
    primero al suplemento literario y luego a la antología:
    la metáfora del napalm y sus variaciones
    en el poema de protesta de los años sesenta.
    Se trata de poemas panfletarios.
    La justa cólera enumera la miseria y el terror.
    El disgusto diario encuentra una rima para el pan que falta.
    La rabia impotente consigue que se hable de ella sin pausa.
    (Haz algo. Haz algo…).
    Sin embargo, hay leyes de la palanca.
    Pero ellos reprochan a la piedra
    que no quiera moverse.
    Al día siguiente, el desvalido estilo de la protesta justificada
    provoca el estilo eficaz del desmentido escurridizo.
    Porque en cuanto al fondo suelen tener razón
    pero yerran demasiado en los detalles
    y los firmantes se distancian en voz baja
    de los autores y sus protestas.
    (No sólo ladrones compran guantes).
    Lo que queda: malentendidos persistentes
    que mutuamente se citan. Rectificaciones erróneas
    que aprenden de los conejillos de Indias
    y se multiplican desaforadamente.
    Entonces la piedra se apiada y hace
    como si la hubieran movido:
    Mientras que la cólera, el disgusto y la rabia se interrumpen mutuamente,
    los especialistas del Poder
    aparecen en público sonrientes. Pronuncian conferencias bien documentadas
    sobre el precio que la libertad exige:
    sobre el napalm y sus efectos disuasivos;
    sobre protestas justificadas y rabia comprensible.
    Todo está permitido.
    Como el Poder sólo respeta el Poder,
    se puede protestar impotentemente
    hasta que ya no se puede más
    porque el estrépito molesta.
    Nosotros, sin embargo, despreciamos el Poder.
    No somos poderosos, nos aseguramos mutuamente.
    Sin Poder, nos complace la impotencia.
    No queremos el Poder; pero él nos tiene…
    Ahora la justa cólera se siente incomprendida.
    El disgusto diario desemboca en marchas del Silencio,
    previamente anunciadas y autorizadas.
    La rabia impotente da vueltas en círculo.
    Ello provoca la cólera, igualmente justa,
    de indignados policías:
    la rabia impotente se vuelve agresiva.
    El puño se convierte en cabeza
    y piensa en golpes bajos y ganchos al hígado con dureza de nudillos.
    (Haz algo. Haz algo…).
    Todo ello hace escuela y es acariciado
    golpeado subvencionado por el Poder.
    La piedra que había que desplazar
    echa, inmóvil, moho.
    ¿Va a seguir así? —Sí, aunque en círculo.
    ¿Qué podemos hacer? —No cualquier cosa.
    ¿Y qué hacer con la rabia? —Conozco una receta:
    Clavad clavos en la barrera del sonido.
    Decapitad dientes de león y velas.
    Imponed vuestra voluntad desde el sofá.
    ....Seguimos teniendo rabia.
    ....Todos estamos ya roncos.
    ....Seguimos estando inútilmente contra todo.
    ....¿Qué nos queda por hacer?
    ....¿Qué hacer con la rabia?
    Haz algo. Haz algo.
    Tenemos que hacer —haz algo—
    ....lo que sea.
    ....Vamos, protestamos rápidamente.
    ....Ése no quiere protestar.
    ....Vamos, firma, y rápido.
    ....Siempre estuviste en contra.
    ....Quien no firma, está a favor.
    Bella es la rabia en el cercado
    antes de que le den de comer.
    Durante mucho tiempo la impotencia corrió bajo la lluvia,
    ahora se está secando las medias.
    Rabia y válvula, y por encima una canción;
    Impotencia, tu ojo de aguja es la canción:
    ....Porque no puedo hacer nada,
    ....porque no puedo hacer nada,
    ....tengo rabia, tengo rabia.
    ....Haz algo, haz algo.
    ....Lo que sea. Haz algo.
    ....Tenemos que, lo que sea,
    ....no sirve de na, no sirve de na,
    ....tenemos que hacer —haz algo— lo que sea.
    Marcha silenciosamente en protesta.
    Ya lo he hecho. Ya lo he hecho.
    Escribe un poema.
    Ya lo he escrito. Ya lo he escrito.
    Cocina una gelatina. Cabeza de jabalí:
    que la impotencia se haga gelatina y la rabia tiemble con ella.
    Conozco una receta: ¿quién la quiere hacer conmigo?


    Cabeza de jabalí

    Se coge media cabeza de cerdo
    oreja y carrillo incluidos,
    y se hace picar el partido hocico, el arranque de la oreja,
    el cráneo y la mandíbula,
    poniéndolo todo con dos patas hendidas,
    a las que hay que quitar antes el sello azul
    de la inspección del matadero,
    con cebolla mechada de clavo, una gran hoja de laurel,
    una manita de niño de granos de mostaza
    y una cucharada rasa de rabia media,
    en agua hirviendo con sal,
    cuidando de que,
    en una cacerola grande, todos los ingredientes
    queden cubiertos apenas por el agua,
    y de que el lóbulo de la oreja, porque si no, se pegará,
    no se aplaste contra el fondo del cacharro.
    ....Se deja cocer una hora y cuarto,
    ....siendo aconsejable que, después del primer hervor,
    ....se quiten con la espumadera
    ....las secreciones parduzcas y espesas
    ....del interior del hocico, así como del pabellón de la oreja
    ....y del cráneo partido,
    ....a fin de obtener una gelatina limpia
    ....aunque menos sabrosa,
    ....sobre todo porque la rabia, pronto cuajada en protesta
    ....como toda pasión impotente, o sea albuminosa,
    ....tiende a comunicarse en blancas partículas con la espuma
    ....si desde el principio no se revuelve continuamente.
    Entretanto se pican cuatro cebollas
    y dos manzanas
    peladas y sin corazón,
    lo más finamente posible,
    se cortan dos pepinillos en salmuera
    —nunca pepinillos con eneldo, mostaza o vinagre—
    en taquitos diminutos,
    se tritura con el pensamiento y el mortero
    un hueco de clavícula de pimienta negra
    y se deja que la rabia sobrante,
    añadiéndole raíz de jengibre
    y un poco de corteza de limón rallada,
    se siga haciendo impotente a fuego lento.
    ....En cuanto —tras un pinchazo de prueba en el carrillo—
    ....esté blanda la carne de la cabeza,
    ....se hayan aflojado ya las muelas en las encías,
    ....aunque todavía se agarren,
    ....y los trozos de piel más generosos en gelatina
    ....de la oreja y de los bordes partidos
    ....de las añadidas patas comiencen a desprenderse,
    ....se cogen todos los ingredientes,
    ....lo mismo que la cebolla mechada de clavo
    ....y la hoja de laurel de la cacerola,
    ....se buscan en el fondo con la espumadera
    ....las astillas de hueso
    ....y los incisivos que fácilmente se desprenden,
    ....así como la arena crujiente y guijarrosa
    ....del pabellón de la oreja y, mientras el caldo
    ....sigue haciéndose a fuego lento,
    ....se deja enfriar todo en una fuente,
    ....a ser posible ante la abierta ventana de la cocina
    ....y entornando los ojos.
    Entonces hay que desprender de los huesos
    las partes blandas del hocico,
    el carrillo con su ojo incrustado
    y la carne de debajo.
    ....Se recomienda no renunciar a las blandas
    ....o firmes partes cartilaginosas,
    ....ni al gelatinoso revestimiento de la oreja,
    ....que puede rasparse fácilmente con el lomo del cuchillo
    ....de la oreja en sí,
    ....porque precisamente esas partes,
    ....lo mismo que las encías laminosas
    ....y el arranque córneo de la lengua
    ....que conduce al esófago y la tráquea,
    ....dan a nuestra gelatina
    ....el sabor especial y apasionado de la gelatina.
    Tampoco hay que tener miedo de dejar que las manos,
    que durante el trabajo se cubren enseguida
    de una película de gelatina,
    chorreen una y otra vez sobre el humeante caldo,
    porque el proceso de gelatinización natural
    se ve así reforzado;
    ya que nuestra cabeza de jabalí
    debe endurecerse por sí sola y por la comunicada rabia
    o sea, sin Poder ni cola de pescado añadidos.
    ....Luego se corta en tacos la grasa y la carne
    ....desprendidas de los huesos,
    ....y también los cartílagos y partes blandas,
    ....y se echan al caldo con la cebollas y las manzanas picadas,
    ....los pepinillos en taquitos diminutos,
    ....la pimienta negra machacada
    ....y un buen puñado de alcaparras.
    Con vinagre de estragón —al gusto—
    incorporado a cucharadas
    —se recomienda echar mucho vinagre,
    porque se debilita en frío—,
    se deja cocer todo otra vez,
    añadiendo sólo entonces,
    tras una breve vacilación,
    la rabia que, entretanto,
    se habrá espesado
    a fuego lento,
    sin la ya insípida raíz de jengibre,
    y se llena entonces una fuente de loza
    previamente enjuagada en agua fría.
    ....Se coloca todo en un lugar fresco,
    ....a ser posible aireado
    ....y se invita para la noche siguiente
    ....a huéspedes amables
    ....que sepan apreciar
    ....una cabeza de jabalí de fabricación casera.
    Posdata ahorrativa: Quien no guste de que las cosas se echen a perder,
    que haga cocer de nuevo
    los grandes cartílagos y huesos,
    así como las patas partidas,
    y lo sazone todo con mejorana, zanahorias, apio y,
    si queda algo de rabia en casa,
    una punta de cuchillo de esa rabia,
    porque de esa forma se consigue una sabrosa sopa
    que, con nabos, cebada y otros pesares
    o con guisantes pelados,
    puede servir en las familias numerosas
    de comida simple pero nutritiva.


    Epílogo

    La justa cólera ha encontrado ya su sastre.
    El domingo plancha el enojo cotidiano,
    y ay, con la sopa se recoció, impotente, la cólera.
    ....Exhaustos y domados nos sentamos apaciblemente en torno a la mesa.
    ....Las pequeñas ganancias alegran al padre; la preocupación exige recortes,
    ....porque en nuestra casa, punto por punto, todo se vota.
    Así la epilepsia nos hace caer en la impotencia.
    Todavía se tienen en cuenta las protestas
    y —si se insiste—, se recogen en acta.
    ....Hay una propuesta de abstención:
    ....que nunca más pueda protestarse sin tener Poder.
    Sin voz, porque no tenemos quorum,
    suspendemos la sesión hasta mañana



    CASTILLO DE ARENA MOJADA

    Un punto de mira bajo y preguntas certeras
    exigirá siempre el horizonte:
    Cuando dejé el estrado de los testigos,
    contra la pared, frente al tribunal,
    en donde fronteras contradicen ríos,
    a seis mil metros sobre la contaminación,
    en casa, el peluquero echó el aliento
    al espejo y escribió con el dedo:
    ¿Nacido cuándo? Vamos, dilo, ¿dónde?
    ....Está al nordeste, al oeste de
    ....y sigue alimentando a los fotógrafos.
    ....Se llamó antes así y ahora se llama asá.
    ....Allí vivieron hasta que, desde entonces, vivieron.
    ....Lo deletreo: Wrzeszcz se llamaba antes.
    ....La casa quedó en pie, sólo el revoque.
    ....El cementerio al que yo, no existe ya.
    ....Donde entonces vallas, hoy puede entrar cualquiera.
    ....Tan góticamente imagina Dios las cosas.
    ....Porque se pueden tener otra vez por mucho dinero.
    ....Conté gabletes, ninguno faltaba:
    ....la Edad Media se recupera.
    ....Sólo ese monumento de la cola de caballo
    ....se ha ido hacia el oeste huyendo.
    Y todas las sintonías de radio preguntan;
    porque cuando yo, entre conchas, jugaba con la arena,
    cuando encontré una lápida sepulcral junto a Brentau,
    cuando removí papeles en los archivos
    y en el hotel, a la pregunta en cinco idiomas:
    ¿nacido cuándo y dónde, por qué?,
    no supe qué responder, confesó mi lápiz:
    ....Fue en la época del marco-renta.
    ....Aquí, cerca del Motlava, un afluente,
    ....donde Forster bramó y Hirsch Fajngold guardó silencio,
    ....aquí, en donde gasté mis primeros zapatos
    ....y, cuando pude hablar,
    ....aprendí el tartamudeo: arena, empapada,
    ....para hacer castillos, hasta que mi Grial infantil
    ....se alzó góticamente, derrumbándose.
    ....Fue apenas veinte años después de Verdún;
    ....y tuve treinta años de plazo, hasta que mis hijos
    ....me hicieron padre; olor de establo
    ....tiene ese idioma, instinto de coleccionista,
    ....cuando pinchaba historias, mariposas,
    ....y pescaba palabras que temblaban como gatos
    ....sobre madera flotante y, al llegar a tierra,
    ....parieron doce pequeños: grises y ciegos.
    ¿Nacido cuándo? ¿Y dónde? ¿Por qué?
    Eso lo he arrastrado de un lado a otro,
    hundido en el Rin, enterrado junto a Hildesheim:
    pero unos buceadores lo encontraron y, con jaulas,
    salieron a la luz los antojos despojos.
    ....Bayas de hayuco, ámbar, polvos efervescentes,
    ....esta navaja y la calcomanía,
    ....una pieza de la pieza, cifras de tonelaje,
    ....minuteros, botones, monedas,
    ....para cada lugar una bolsita de viento.
    ....Mi oficina de objetos perdidos me enseña a embaucar:
    ....olores, umbrales desgastados,
    ....deudas prescritas, pilas
    ....contentas sólo en las linternas
    ....y nombres que son sólo nombres:
    ....Elfriede Broschke, Siemoneit,
    ....Guschnerus, Lusch y Heinz Stanowski;
    ....también Chodowiecki y Schopenhauer
    ....nacieron allí. ¿Cuándo? ¿Por qué?
    Sí, en Historia siempre fui bueno.
    Preguntadme sobre pestes y carestías.
    Rezo de carrerilla tratados de paz,
    maestres de órdenes, la miseria sueca,
    y conozca a todos los Jaguellones
    y todas las iglesias, desde la de San Juan
    hasta la, de ladrillo rojo, Santísima Trinidad.
    ....¿Quién pregunta dónde aún? Mi acento
    ....es báltico malicioso hogareño.
    ....¿Cómo hace el Mar Báltico? Blubb, pifff, pshsh…
    ....En alemán, en polaco: blubb, pifff, pshsh…
    ....Pero cuando pregunté a los funcionarios
    ....en el encuentro de refugiados en Hannover
    ....cansino de fiestas populares,
    ....alimentado por autobuses especiales y por trenes,
    ....se habían olvidado de cómo hace el Báltico
    ....e hicieron rugir al Atlántico;
    ....yo insistí: blubb, pifff, pshsh…
    ....Y entonces todos gritaron: ¡Muera!
    ....Ha renunciado a derechos humanos y pensiones,
    ....a indemnizaciones, a su ciudad natal,
    ....escuchad su acento:
    ....eso no es el Báltico, eso es alta traición.
    ....Interrogadlo bajo tormento, traed la Torre de los Condenados,
    ....estiradlo, a la rueda, cegadlo, quebradlo y quemadlo,
    ....ponedle tornillos en la memoria.
    ....Queremos saber dónde y cuándo.
    No en el Dique de la Paja ni en el Prado Vecinal,
    ni en el Barrio del Pebre —¡ay, si yo hubiera nacido
    entre los graneros del Holm!—
    ocurrió junto al riachuelo Striess, cerca del
    Pasto del Ejército, y hoy la calle se llama
    en polaco Lelewela… sólo quedó, quedó
    el número a la izquierda de la puerta.
    Y arena, empapada, para hacer castillos: Grial…
    Nacido en el castillo de arena, al oeste de.
    Eso queda al nordeste y al sur de.
    Allí la luz cambia mucho más aprisa que en.
    Las gaviotas no son gaviotas, sino.
    Y también el río de la Leche, tributario del Vístula,
    fluía con miel bajo multitud de puentes.
    ....Bautizado vacunado confirmado escolarizado.
    ....Yo he jugado con fragmentos de bombas.
    ....Y me crié entre el Espíritu Santo
    ....y el retrato de Hitler.
    ....Me quedaron en los oídos sirenas de barcos,
    ....frases truncadas, gritos contra el viento,
    ....algunas campanas intactas, fogonazos
    ....y algo de ese Mar Báltico: blubb, pifff, pshsh…


    GÜNTER GRASS, Poemas, traducción de Miguel Sáez, Visor, 2006.


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    Günter Grass (1927-2015) Empty Re: Günter Grass (1927-2015)

    Mensaje por cecilia gargantini Lun 04 Sep 2023, 21:22

    Leí varias de sus obras en prosa, pero no conocía su poesía!!!!!!!!!

    EL UNDÉCIMO DEDO

    ¿Dónde estará mi undécimo dedo?
    Mi dedo undécimo y especial
    nunca se reía,
    nunca se ponía el guante, de noche,
    por el color.
    Ordeñaba la cabra.
    Ordeñaba la cabra,
    llevaba la cabra al reloj
    y la cabra bajaba la cabeza.
    Sabía bajar la cabeza, sabía leer el reloj,
    lamía al reloj la planta de los pies,
    hasta que el reloj se reía, se reía,
    perdía todos sus minutos
    y lo confesaba todo, hasta sus detenciones.
    Ahora se veía ya a lo lejos el oro,
    el dedo veía muy lejos ya el oro,
    seducía a joyeros,
    a novias ante el altar.
    Llave era, sello, silencio…
    A menudo yo me chupaba el undécimo dedo,
    aunque él nunca dormía,
    aunque él nunca dormía.

    ¿Qué puedo señalar ahora?
    ¿Qué puedo señalar ahora,
    hoy, si mis dos manos acortadas
    sólo sirven ya para tocar
    hierro como carne, carne, un yunque…
    o se acuclillan de noche como cuervos abrumados,
    sobre una piedra del campo,
    son ocho, nueve, diez, nunca once.
    Nunca son once.


    Lo siento muy original!!!!!!!!!!
    Gracias Pedro!!!!!!!! Besossssssssss
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    Mensaje por Pedro Casas Serra Mar 05 Sep 2023, 04:19

    Muchas gracias por tu interés, Cecilia.

    Un abrazo.
    Pedro


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