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por María Ofelia Reimundo Jue 09 Sep 2010, 11:34[b]
Viaje sin puerto, sin destino
en una barca sin timonel, ni marino…
¡que tristeza!... ¡que desatino!
he perdido tus huellas… tu camino…
Pero no pude olvidar
que tu beso en mi boca
fue el más dulce manjar.
Y ese sueño dorado
cómplice de mis deseos y desvaríos,
que hasta me hicieron navegar
por esas aguas perfumadas de tu río…
Pero sin ti, esa sed jamás será saciada,
por que me falta tu caricia y tu mirada,
y todo es soledad, y todo es nada.
Es que el abismo es uno mismo,
y todo se vuelve incierto,
por eso vivo escondida
dentro de mi propia vida,
y es ese avaro sentido,
que no quiere olvidar
lo ya vivido…
Soy una selva poblada
de misteriosos sonidos,
donde no penetra ni llega el olvido,
solo existe un corazón herido…
y en esa playa de ardiente arena,
es donde escondo mis penas.
Lo que le pido a DIOS,
es que nunca llegue el fin de la palabra,
y que siempre haya una puerta que se abra.
Estoy cansada de remendar mi corazón,
lo quiero sanar, lo quiero curar…
tal vez algún día pueda volver a amar,
esa es la meta que quiero alcanzar…
por eso en este viaje voy sin equipaje,
pero dentro de mi hay un
¡te amo!
tan bello y humano, que al escribirlo
me tiemblan las manos.
MARÍA OFELIA REIMUNDO
9/9/2010 PM-
ARGENTINA.
Viaje sin puerto, sin destino
en una barca sin timonel, ni marino…
¡que tristeza!... ¡que desatino!
he perdido tus huellas… tu camino…
Pero no pude olvidar
que tu beso en mi boca
fue el más dulce manjar.
Y ese sueño dorado
cómplice de mis deseos y desvaríos,
que hasta me hicieron navegar
por esas aguas perfumadas de tu río…
Pero sin ti, esa sed jamás será saciada,
por que me falta tu caricia y tu mirada,
y todo es soledad, y todo es nada.
Es que el abismo es uno mismo,
y todo se vuelve incierto,
por eso vivo escondida
dentro de mi propia vida,
y es ese avaro sentido,
que no quiere olvidar
lo ya vivido…
Soy una selva poblada
de misteriosos sonidos,
donde no penetra ni llega el olvido,
solo existe un corazón herido…
y en esa playa de ardiente arena,
es donde escondo mis penas.
Lo que le pido a DIOS,
es que nunca llegue el fin de la palabra,
y que siempre haya una puerta que se abra.
Estoy cansada de remendar mi corazón,
lo quiero sanar, lo quiero curar…
tal vez algún día pueda volver a amar,
esa es la meta que quiero alcanzar…
por eso en este viaje voy sin equipaje,
pero dentro de mi hay un
¡te amo!
tan bello y humano, que al escribirlo
me tiemblan las manos.
MARÍA OFELIA REIMUNDO
9/9/2010 PM-
ARGENTINA.
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