MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS, 2

VICTORIA NICOLAEVNA VETROVA

OBRAS

49. Un buen policía ha muerto

Un buen policía ha muerto.
Un buen partisano es tonto.
He flotado más allá de los horizontes,
Donde hace demasiado frío en invierno,

He reconocido por tres cuentas
Esas sombras que corrieron hacia atrás
En la oscuridad para besar a alguien
Y abrazar los vestidos de alguien.

Donde la ciudad es como un semicírculo de la luna, tendida en el
dolor,
Donde decir: "¡Adiós a las armas!"
Como siempre, no para ti,

Y así hierve Celsius,
Y el sueño vaga por el mundo borracho,
Golpeado como un policía muerto,
Fusilado como un partisano.

VICTORIA NICOLAEVNA VETROVA

OBRAS

49. Las películas han saltado por los aires...

Las películas son voladas,
Como el
cartucho de otro, Este es el fin de la leyenda,
El piso cuarenta y dos.

Este es un héroe en desgracia,
que está francamente enojado,
cae en un
manto de resinas chamuscadas.

Las víctimas escuchan al cielo,
rezan al Dios del día,
un placebo de película
se vierte en la esencia misma de mí.

Pinté escenas
de Grey Rains en el estanque,
Where Damn Hollywood danced with the
Siren.

VICTORIA NICOLAEVNA VETROVA

OBRAS

50. Y lo que ha estado viviendo en mí durante muchos años...

Y lo que ha vivido en mí durante muchos años, y lo que no está en mí,
es santo.
Como un copo de nieve que vuela hacia el conducto de aire
, cruzo las fronteras del Estado.

Y Dios está conmigo. Más precisamente, Dios está en mí.
Es como una orquídea azul,
tan pura y pura, como un sueño
, un viento brumoso que vuela más rápido

a través de mi coche. Cabalgo en la noche
y soplo la ventana sin un
chapuzón de emociones vacías, el mundo volando lejos,
en algún lugar de la casa donde se rompe la cortina.

Toda esta casa, que está abrazada de brillo,
me llama, donde el sol está en medio de la sala,
se encuentra
con su amanecer y su atardecer sobre el mar y el alma de la aguamarina.

Qué frías son las nubes...

¡Qué nubes tan frías
Y en una casa hecha de vidrio
, Vientos
libres se precipitan, como antes del bien y del mal!

En la encrucijada, la calle
duerme, Y, corriendo por el patio,
Un perro viejo se agacha,
Saliendo de su perrera,

Una estrella tiembla que en el cielo herido,
Apenas perceptible como una lágrima,
Con los marcos
de las ventanas sacuden Mi mundo, que desaparecerá sin dejar rastro,

Y con latitudes
sin precedentes Se extenderá a todos los extremos,
Constelaciones con notas
alegres Y dulce como piruletas.

Buen poema, otro buen poema que disfruto hoy, amigo mío.
Gracias por tanto, Pascual.

GRACIAS, LLUVIA. ... Es posible que me eche de aquí tabién: cuando pasen unos 80 autores rusos más... a unos cien poemas cada uno. Es decir unos 8000 pomas.

Insisto en mi gratitud, sigo.

besos.

VICTORIA NICOLAEVNA VETROVA

OBRAS

51. Сонная, грозная площадь...
Виктория Николаевна Ветрова


Сонная, грозная площадь,
Облако вместо метро,
Вот он стоит полутощий
В черном обрезе ветров.

Вот он, почти что не курит,
Смотрит поверх облаков,
Все его братья из тюрем
Шлют отголоски звонков.

Вот его хрупкое счастье:
В пальцах зажато стекло,
В мрачный футляр контрабаса
Чьей-то любви натекло.

И никому и не надо,
Да и не нужно ему
Жить в ожидании яда
Писем ответных в тюрьму.

VICTORIA NICOLAEVNA VETROVA

OBRAS

51. Una plaza somnolienta y amenazante...
Victoria Nikolaevna Vetrova

Una plaza somnolienta y amenazadora,
una nube en lugar de un metro,
aquí está medio flaco
en el borde negro de los vientos.

Aquí está, casi fumando,
mirando por encima de las nubes,
todos sus hermanos desde las prisiones
enviando ecos de llamadas.

He aquí su frágil felicidad:
el vidrio está apretado entre sus dedos,
el amor de alguien ha fluido en el sombrío estuche del
contrabajo.

Y nadie necesita, y él no necesita
,
vivir en anticipación de
cartas envenenadas en respuesta a la prisión.

VICTORIA NICOLAEVNA VETROVA

OBRAS

52. Soy una flor. Soy un clavel desgarrado por el sol


Soy una flor. Soy un clavel desgarrado por el sol.
Nunca me marchito, caigo al suelo.
Y de nuevo me levanto, del grito
agudo guardo las hojas, como de tierra.

Soy una flor. Soy una capuchina casi sin vida.
Asesinado por el cielo como una granada de mano.
Todavía respira en mí una onza
entera de Amor, nacido de la tierra jorobada.

Soy una flor. Soy una dalia solar.
Creciente. Brillante. Soy una ilusión.
Creció como si fuera el único
creado para la felicidad, para la nueva música.

No soy nada. Eso surge de la nada.
Soy una criatura de la sangre de Dios.
Luz de luna en el agua de la noche.
La luz del sol sobre la cubierta terrestre.

VICTORIA NICOLAEVNA VETROVA

OBRAS

53. ¿Por qué es tan torpe este firmamento?

¿Por qué es tan torpe este firmamento?
Vago por ella de manera desapegada,
entre los enganches de la tormenta celestial,
entre las nubes rasgadas sin dormir.

¿Por qué este firmamento es torpe allí?
Y sus profundidades conducen a las profundidades del mundo,
y el pájaro vuela en mi manga,
como si fueran los brazos de un faquir.

VICTORIA NICOLAEVNA VETROVA

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54. Noches de boa violeta...

Boa violeta
nocturna ¡En tu pecho, Esperanza!
En muchos países mi cabeza
no quería inclinarse ante ti.

Pero tú, querida mía, y tus labios, y tus negras cejas
,
me condujeron por el largo camino del amor,
como la muerte de una herida grave.

Conocí tus noches, conocí tus noches,
pero no te gustó,
ayer enterramos el abismo contigo,
y mañana no creció en verano.

¡Así que canta, mi Hada, en sueños violetas!
¡Y en plumas de puro calicó!
De cómo, desde la iglesia de al lado, un monje
se atrevió a invadirte.

VICTORIA NICOLAEVNA VETROVA

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55. ¡Adiós, Michael!

Ángel de la Noche. El ángel que se durmió.
Caído. Cansado. Resucitado. Enfermo.
Tus canciones, que se deslizaron en mis oídos,
se erguían como un muro entre el cielo y el mundo.

Mis lágrimas que colgaban de los hilos,
Mis tormentas eléctricas que bajaban volando de la montaña,
Todo se disolvía en las sonrisas
lejanas del Ángel Triste de todos los niños,

Que aparecían cuando pasábamos corriendo por la escuela
, o cuando simplemente deambulábamos por el río
. Y como si el de la Canción se precipitara, se partiera en pedazos,

Esa falta de
libertad que anidaba en nosotros,
Reglas, formas, prohibiciones y maldad,
¿Cómo sucedió que el
desfavor de alguien hacia el Mundo Nocturno rompió un ala?

¿Quiénes somos ahora? Solo gente adulta,
Aquellos que entierran duro
hasta las lágrimas el Sol, que ya no será,
la Infancia, que se ha ido contigo.

VICTORIA NICOLAEVNA VETROVA

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56. Я научилась ненавидеть...
Виктория Николаевна Ветрова

Я научилась ненавидеть
Ту злую поросль окна,
Цветы с извилинами мидий,
Взращенные тобой, война.

Кресты поставленные криво
На поле боя, где легли
В траву, уснувшие красиво
Над очертаньями земли.

И вместо них, как неба знаки
Восстали, красотой горя,
Кровавые ночные маки
Тяжелые, как якоря.


He aprendido a odiar...
Victoria Nikolaevna Vetrova

He aprendido a odiar
ese crecimiento maligno de la ventana,
flores con circunvoluciones de mejillones,
alimentado por ti, la guerra.

Cruces colocadas torcidamente
en el campo de batalla, donde yacían
en la hierba, durmiendo maravillosamente
sobre los contornos de la tierra.

Y en lugar de ellas, como el cielo, los signos
se elevaron, con la belleza del dolor,
amapolas de noche sangrienta pesadas
como anclas.

VICTORIA NICOLAEVNA VETROVA

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57. Pestañas del viento, ¿dónde están tus lágrimas?

Pestañas del viento, ¿dónde están tus lágrimas?
¿Dónde están tus gemidos a las puertas de los extraños,
dónde están las tempestades cerradas en velos,
llamando a las profundidades y a los mares?

Pestañas del viento, ¿dónde están tus aleteos?
¿Dónde está el aleteo de las plazas soñolientas?
Un deseo de componer como un anfibaquio
¿Un poema de las lluvias ajenas?

Las pestañas del viento, donde están los besos, Fluyendo, que hasta ahora
En tus arroyos llamo locamente,
Y en la memoria me apresuro
por el corredor.

VICTORIA NICOLAEVNA VETROVA

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58. Tenía muchas ganas de venir...

Tenía muchas ganas de venir, pero dormí un buen rato en el tren,
y me bajé
en la estación de Eco,
donde la voz atravesó los espejos.

Así que quise verlo,
pero el día era duro,
escondió su cuerpo
frío bajo las pieles de las alfombras persas,

y luego tocó torpemente
sobre los laúdes del fuego nocturno.
Tenía muchas ganas de venir,
pero la vida no me lo permitió.

VICTORIA NICOLAEVNA VETROVA

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59. No le pidas generosidad a la vida...

No pidas favores a la vida,
cuando es amarga.
Difícilmente sabrás de antemano,
Donde temblarán las nubes.

Difícilmente se puede comprender cuál es la esencia de las cosas
, y si esta esencia existe,
cuando es tan difícil, en general,
mirar el vacío.

Pero el valor del mundo es tal
Y no es culpa
de nadie Que se hayan vendido los derechos
De todos los sueños de colores.

El perdón no es un regalo de Dios,
no hay prerrogativas en él,
y la sinceridad nunca
se pone en "¡Perdona!"

VICTORIA NICOLAEVNA VETROVA

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60. Escucha, viejo...

Escucha, viejo, ¿te acuerdas del
perro que nos vendió el incensario?
Me refiero a ese malvado vagabundo
que nos desnudó y nos arrojó en el crepúsculo.

Me gustaría encontrarlo... Mi Cadillac estornuda
Y hay condensación en algún agujero en algún agujero...
¿Crees que todavía entiendo
cómo no nos estrellamos mientras jugábamos a los paracaidistas?

Vayamos a Bugsy's. Bugsy es hermoso.
Le encanta la diversión y siempre está feliz,
no le importa su cerveza
negra, ni siquiera el hecho de que su barba esté cubierta de polvo.

Disfrutaremos de su caída
y comeremos chile frío con él angustiados.
Vayamos a Bugsy's. Usaré
un vestido Y zapatos con los tacones más grandes.

Y en un
cadilac púrpura Nos meteremos en un agujero donde nadie
sabe Por qué estoy vestido de manera tan extraña,
Y tú has estado sin abrigo durante una temporada.

¿Por qué es tan torpe este firmamento?

¿Por qué es tan torpe este firmamento?
Vago por ella de manera desapegada,
entre los enganches de la tormenta celestial,
entre las nubes rasgadas sin dormir.

¿Por qué este firmamento es torpe allí?
Y sus profundidades conducen a las profundidades del mundo,
y el pájaro vuela en mi manga,
como si fueran los brazos de un faquir.


¡Que grande es este espacio, amigo mío!
Un cofre cargadito de tesoros, y aún me quedan muchos por leer, así que voy a disfrutar el fin de semana con muy buenas lecturas.
Besos.

GRACIAS, LLUVIA. Seguiré en un momento.

VICTORIA NICOLAEVNA VETROVA

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61. El brillo del afeitado de las cuchillas moradas...

Un destello afeitado de hojas púrpuras, manos diestras,
y luego el metro
entra de nuevo,
completamente sobrio Y el guapo maníaco Zero.

Aquí sus labios, en cansada dicha,
tocarán suavemente tu cabello
, en la vana aglomeración y en la ruidosa carrera
del veloz tren de las ruedas del mal.

Sus fosas nasales huelen el aroma
del cuerpo de una mujer dentro de su abrigo,
Aquí se desliza por la escalera,
Como una pitón en sueños de cachemira,

Y se calma. Por un segundo.
Detenerse cuando ves la luz,
congelarte un poco en una escasa
espera, y correr detrás de ti.

VICTORIA NICOLAEVNA VETROVA

OBRAS

62. Creo que ya no te aburres...

Me parece que ya no estás aburrido,
no esperas una llamada y estás enojado con el mundo
entero por las ansiedades y tristezas pasadas,
que parecen existir sin mí.

Y parece que sin mí ya es habitual
Volar a casa por la noche por la carretera
Bajo la oscuridad de la
melodía del violín No pensar en mi amor en absoluto.

Pero, ¿es correcto?, respóndeme,
cuando la separación de la eternidad está
contada, y el viento azota con un pesado látigo
de duda de que no me necesitas,

de que no pasas por la casa,
y sin notar la luz de mi ventana,
no conoces el anhelo que es
tan familiar y ha vivido en mí desde entonces.

VICTORIA NICOLAEVNA VETROVA

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63. Tommy...

Tommy... Tommy... Te llamo desde casa.
¿Dónde estás, vagabundo, a dónde has ido?
Este Universo y Mamá,
excepto que no tengo a nadie más.

¿Por qué no escribes un segundo verano?
Estamos presentando una solicitud a la corte,
para que se le pueda encontrar en algún lugar
Aquellos que llevan la libertad dentro de sí mismos.

¿Dónde estás, Tommy? Mi viejo payaso.
Las manos son como rastrillos y moscas.
La casa sin ti está llena de expectación,
la medianoche truena como una palangana de cobre.

Estoy salvaje y llorando para siempre,
pensando solo en lo que hay ahí fuera,
en algún lugar de la oscuridad has encontrado suerte, feliz,
y ya no quieres venir a nosotros.

VICTORIA NICOLAEVNA VETROVA

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64. Dime, Lady Separación...

Dime, Señora de la Separación,
¿Por qué te toca otra vez?,
cuando tu mano
avara es tomada

por el amante de otra persona y se va de nuevo como un gigante,
que levantó el cielo sobre sus hombros,
a otros que aún son amados,
cuya ciudad se congela en ladrillos y cae en tus ventisqueros
y charcos de invierno nublado,
donde solo los microbios,
los gatos callejeros

y nosotros sobrevivimos.

VICTORIA NICOLAEVNA VETROVA

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65. Todos los niños son como destellos brillantes de muerte...

Todos los niños son como destellos brillantes de muerte.
Y, sin embargo, agarrando sus direcciones en la palma de nuestras manos,
cabalgamos con los muchachos en el firmamento descolorido,
regado por las lluvias, roto como los cielos.

Vamos con los chicos, sentados en un autobús somnoliento,
para verte y saludarte de parte de Dios,
con las narices juntas, congeladas en la cabecera de la ventana,
para volver atrás por largos años malos.

Nuestros sueños deben ser demasiado ingenuos y malos,
pero cómo podría ser de otra manera, mientras para
siempre somos los hijos muertos de tu edad deslizada,
y tú eres el más devoto de nuestras muertes.

VICTORIA NICOLAEVNA VETROVA

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66. Ciudades desoladas y malvadas...

Ciudades
desoladas y malvadas Colgadas en la esclavitud de las líneas de alta tensión,
yo estaba aquí, y parecía que para siempre
probaba el fruto prohibido de
la Gran Luna azul perla. Como una manzana en la noche
, colgaba de un árbol
sobrenatural, y su luz pensativa se encendía
en mí, moviéndose constantemente hacia la izquierda,
y en la oscuridad el cuadrado
sin contorno dibujaba de repente el perfil de una vidente,
besando este orgullo y atardecer,
que nunca se repetirá.

VICTORIA NICOLAEVNA VETROVA

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67 Tú y yo salimos de la nieve...

Tú y yo salimos de la nieve.
Estamos cubiertos de copos de nieve seguidos.
Dos personas
murieron y ahora están cerca de la casa.

Sus contornos son invisibles,
Sus voces no han sido escuchadas durante mucho tiempo.
Dos peregrinos sombríos
en eterna búsqueda de un nuevo país.

Los dos nos vemos inconsolables,
e incapaces de dar marcha atrás,
nos hemos vuelto locos, por supuesto,
y nuestras palabras son audaces para Dios,

solo que apenas queríamos saborear la libertad
a la ligera.
Nos arrastramos a las profundidades del firmamento
en un idioma extranjero, jurando.

Creo que ya no te aburres...

Me parece que ya no estás aburrido,
no esperas una llamada y estás enojado con el mundo
entero por las ansiedades y tristezas pasadas,
que parecen existir sin mí.

Y parece que sin mí ya es habitual
Volar a casa por la noche por la carretera
Bajo la oscuridad de la
melodía del violín No pensar en mi amor en absoluto.

Pero, ¿es correcto?, respóndeme,
cuando la separación de la eternidad está
contada, y el viento azota con un pesado látigo
de duda de que no me necesitas,

de que no pasas por la casa,
y sin notar la luz de mi ventana,
no conoces el anhelo que es
tan familiar y ha vivido en mí desde entonces.

No cabe el aburrimiento en este espacio ¡sublime!
Gracias siempre, Pascual, aunque te aburras de escucharme, jeje, pero es así.

No, ¡qué va! No me aburro de escucharte. Indicas que esto sirve para algo.

Besos.

VICTORIA NICOLAEVNA VETROVA

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68. Hoy en día, todo, desde la salsa hasta el merengue...

Hoy, todo, desde la salsa hasta el merengue
, está sujeto solo a mi cuerpo, en el parpadeo de las faldas,
las rodillas
afiladas atraviesan la oscuridad de la noche.

Y es amargo que ninguno de los lugareños busque
sentir el coraje
que experimentará quien conozca el maquillaje en los rostros de estos gustos
.

Y aunque en un flamenco
frenético la boca morada toque los labios de alguien,
la tierra girará en todos los
tonos y la noche a su alrededor será como un hula hoop.

VICTORIA NICOLAEVNA VETROVA

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69. Esa mujer que lloró en serio...

Esa mujer que lloró en serio,
Ahora mira por la ventana a la ciudad dormida,
Donde en el cielo satisface la primera hambre, Habiendo comido la nieve,
un perro ingrávido,
Lana
aireada y transparente, Lame su pata y corre por el cielo,
Conduciendo la luna como un puñado de pan
A través de las nubes atravesadas por la primavera.
Y la mujer que está de pie junto a la ventana,
donde la mitad de su rostro está oculto por
la oscuridad, mira a este perro
extraño, y el silencio florece en su corazón,
y el viento inquieto canta,
y la estrella brilla con el ojo de un perro,
y corre como un "buzo"
peludo a través del cielo está su soledad.

VICTORIA NICOLAEVNA VETROVA

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70. Ciudad de la Decadencia

Aquí hay una toalla mojada
envuelta en un tornillo.
No tengo tiempo para las
máximas de otras personas sobre la vida y la belleza.

Mientras duermas
en paz, y tus ojos no duerman,
tristemente de la ciudad
de la decadencia llegará mi primavera.

Un taxi, donde el conductor es un turco
, parpadeando el día roto,
medianoche frunciendo
el ceño en la puerta de la noche.

Y los ángeles fuman tristemente
en el viejo desván,
donde tu arte se ha podrido,
y las nubes han crecido.