La tranquilidad del después

Amalia Lateano escribió:Estimada Guadalupe:
El pensar forma parte de una mente amplia,
abierta a la comprensión y a las razones
que nacen de nuestras propias capacidades
de dar respuestas a los sentimientos.
Muy bueno es tu Poema.
Te saludo con cariño desde el campo de Buenos Aires.

Guadalupe Cisneros Villa escribió:



La tranquilidad del después

Esas horas con los mismos rumores,
duelen en los ojos húmedos de la noche.
Siento que se desgarra la luz del Sol
entre mis dedos.
Sueño esos azules
en tu pecho, en donde se define un universo.
Los candados del tiempo
son gotas temblorosas con hilos desnudos.
El brazo del espejo se quiebra y la lluvia exangüe
tocando la piel.
Llueve en el cuarto sin esquinas,
los coches se pasean por los pasillos
y la condena es la rubia de seda que vende cigarros.
Pienso que después de este sueño nos veremos,
escribiremos una historia en los lunares de las nubes,
que viven en el Hotel Conde Duque,
con proximidad al metro.
¿Recuerdas los labios rojos de sus paredes
que susurran poemas en nuestros dedos?
_______________

Guadalupe Cisneros Villa
Del libro: Antes que Nos Borremos

cecilia gargantini escribió:Muy bella forma de transmitirnos esa tranquilidad del después. amiga.
Tus imágenes son muy potentes y novedosas y esa pregunta retórica del final me parece un cierre espectacular.
Escribís con mucha jerarquía y me gusta abrir tu ventana de versos.
Cariñossssssssss desde Buenos Aires

Edith Elvira Colqui Rojas escribió:Qué bonitos te quedaron estos versos, amiga

José María escribió:

Guadalupe Cisneros Villa escribió:



La tranquilidad del después

Esas horas con los mismos rumores,
duelen en los ojos húmedos de la noche.
Siento que se desgarra la luz del Sol
entre mis dedos.
Sueño esos azules
en tu pecho, en donde se define un universo.
Los candados del tiempo
son gotas temblorosas con hilos desnudos.
El brazo del espejo se quiebra y la lluvia exangüe
tocando la piel.
Llueve en el cuarto sin esquinas,
los coches se pasean por los pasillos
y la condena es la rubia de seda que vende cigarros.
Pienso que después de este sueño nos veremos,
escribiremos una historia en los lunares de las nubes,
que viven en el Hotel Conde Duque,
con proximidad al metro.
¿Recuerdas los labios rojos de sus paredes
que susurran poemas en nuestros dedos?
_______________

Guadalupe Cisneros Villa
Del libro: Antes que Nos Borremos

El sol mata como el humo de los coches y las habitaciones de hotel sin señales en las paredes de amantes como nosotros. Un hermoso poema nacido del dolor en la noche. Besos y siempre más.

Guadalupe Cisneros Villa escribió:

José María escribió:

Guadalupe Cisneros Villa escribió:



La tranquilidad del después

Esas horas con los mismos rumores,
duelen en los ojos húmedos de la noche.
Siento que se desgarra la luz del Sol
entre mis dedos.
Sueño esos azules
en tu pecho, en donde se define un universo.
Los candados del tiempo
son gotas temblorosas con hilos desnudos.
El brazo del espejo se quiebra y la lluvia exangüe
tocando la piel.
Llueve en el cuarto sin esquinas,
los coches se pasean por los pasillos
y la condena es la rubia de seda que vende cigarros.
Pienso que después de este sueño nos veremos,
escribiremos una historia en los lunares de las nubes,
que viven en el Hotel Conde Duque,
con proximidad al metro.
¿Recuerdas los labios rojos de sus paredes
que susurran poemas en nuestros dedos?
_______________

Guadalupe Cisneros Villa
Del libro: Antes que Nos Borremos

El sol mata como el humo de los coches y las habitaciones de hotel sin señales en las paredes de amantes como nosotros. Un hermoso poema nacido del dolor en la noche. Besos y siempre más.

El dolor me ha seguido y muchas veces no sé el por qué, por ejemplo hoy todo me duele
besos de naranja y chocolate

Guadalupe Cisneros Villa escribió:



La tranquilidad del después

Esas horas con los mismos rumores,
duelen en los ojos húmedos de la noche.
Siento que se desgarra la luz del Sol
entre mis dedos.
Sueño esos azules
en tu pecho, en donde se define un universo.
Los candados del tiempo
son gotas temblorosas con hilos desnudos.
El brazo del espejo se quiebra y la lluvia exangüe
tocando la piel.
Llueve en el cuarto sin esquinas,
los coches se pasean por los pasillos
y la condena es la rubia de seda que vende cigarros.
Pienso que después de este sueño nos veremos,
escribiremos una historia en los lunares de las nubes,
que viven en el Hotel Conde Duque,
con proximidad al metro.
¿Recuerdas los labios rojos de sus paredes
que susurran poemas en nuestros dedos?
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Guadalupe Cisneros Villa
Del libro: Antes que Nos Borremos