Aquí se pierden las doctrinas y el mundo sabe que sus mensajes de concordia tienen la misma densidad que su presencia, y encargan al maestro en su delirio para que componga un réquiem, y la historia la llevan a las películas, que se contemplan con los brazos abiertos en lo universal. Pero la cosa no tuvo más trascendencia que la de un señor que asomó la nariz a la puerta del músico gritando:
---Quiero que me compongas un réquiem para dentro de quince días
--¿Para quién?-le preguntó enfebrecido el maestro.
---No es asunto tuyo. Hazlo. Te dejo el anticipo.
Y arrojó las monedas a la cama del doliente con
una despedida altiva.
Señalo esta historia por el dolor de saber
que esa pieza la tuvo que completar uno de sus discípulos, y el creador fue enterrado en la fosa común. Dicen ahora que por errores burocráticos( eso decía Von Karajan), pero me sé que hubo desidia, sobre todo de la sacratísima
esposa Constanza que bien yace en el cementerio de San Sebastian en Salzburgo, junto a la tumba de Paracelso,buscando quizá un perdón a sus maneras.
El tiempo ha cumplido en este caso la sentencia de “después de muerto el burro…”
Pasa siempre en los adelantados, y es que nadie debería adelantarse , pero el que se adelanta no lo sabe,
y pasa la vida buscando aceptaciones y calles con su nombre.
He aquí la vanidad.
Y la envidia llevada a los surcos de la indiferencia.
Algunos consiguieron las dos cosas:
Adelantarse y ser aceptados.
Pero me huele que alguna trampa hubo en lo bursátil
llamensé Picasso o Dalí,o músicos de rechupete,
Un día me puse solemne y señalé:
Para estar seguro del camino busca la maldición del poderoso.
Y me quedé muy altivo cuando fui rechazado en todas las opciones de medalla por mis pinturas, y cuando se burlaban de mis nidos en carcajadas de tarde.
Es decir me volví un un incomprendido, que se paseaba con piercings y melenas de rapero por los parques de la voluntad.
Y en ello sigo junto a mis columnas y mi saco de dormir en los cajeros de una sucursal bancaria. De todas formas voy a hacer un curso , para ver si consigo un cargo en una multinacional de hamburguesas. Mi amplitud de mirada me permite
bajar estos escalones.
No acepto ser un apaleado : es decir un adelantado.
Que nadie me obligue a pentagramas de honor;
ni siquiera a retoques en la Capilla Sixtina.
Mi honor creativo me lo impide.
Última edición por Ignacio Bellido el Vie 08 Mayo 2009, 06:24, editado 2 veces
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